Cierro los ojos y el mundo desaparece, pero pronto me doy cuenta de que no puedo tenerlos cerrados mucho tiempo, a lo más cuatro-cinco años, así que cuando los abro y las cosas se han complicado, y veo que papá no ha hecho sus deberes y que no me ha protegido de las amenazas, la única pregunta que se me ocurre es: "Bien, y ahora, ¿qué?"
Y, previsiblemente, arremeto con ira contra papá.
Nota posterior: recomiendo a "El País" el siguiente titular para mañana, "El mundo en vilo ante la posible respuesta de Bush a las pruebas nucleares de Corea del Norte".