lunes, abril 29, 2019

Y el centro volvió a ganar las elecciones



Al final, resultó que no nos odiábamos tanto. Un poco, tan solo. Hablar del centro vende poco porque con la moderación es difícil ocupar portadas y redes sociales. Un tío tras una mesa leyendo el Marca. Sin embargo, al final, convocatoria tras convocatoria, todos nos encontramos en el centro porque, quiero creer, buscamos un modelo de convivencia que no parta de la consideración del otro como un enemigo de España, un felón, un traidor con manos manchadas de sangre o un amigo de los terroristas y los pederastas. Buscamos un escenario en el que el discrepante no sea sin más "un fascista" por pensar distinto a nosotros y castigamos los excesos en busca de algo parecido al diálogo sin que acabemos de saber en qué consiste dicho diálogo ni para qué sirve exactamente.

La lucha por el centro parte del origen mismo de la Transición y se ve que sigue siendo la lucha más interesante. En un escenario propicio a los extremismos, los votantes eligieron a Pedro Sánchez como presidente tras una campaña en la que casi ni le hemos visto y dentro de la derecha premiaron a Ciudadanos, la opción -pese al histrionismo de Rivera- más centrada de las tres disponibles, la que no sacó el tema del aborto en toda la campaña, defendió determinadas medidas sociales y no llamó feminazi ni kinki a nadie.

Castigaron en extremo al PP, que ha pasado de los más de 180 escaños de Rajoy a los 66 de Casado en solo siete años. Hubo un momento allá por 2014, cuando irrumpió Podemos, en el que se puso muy de moda decir que el PSOE iba a acabar como el PASOK. No se sabe muy bien cómo va a acabar lo del PP pero buena pinta no tiene. Hablamos de un partido que incluso en los tiempos de Aznar -"a mí nadie me llama en la cara derechita cobarde"- hizo todos los esfuerzos del mundo para convencer a la sociedad de que eran un partido de centro. Ni siquiera de "centro-derecha". De centro. Y la sociedad le dio una mayoría absoluta.

La marcha de Casado se convierte ahora mismo en una necesidad imperiosa. Y con Casado, todo lo que Casado ha traído: los Suárez Illana, los Díaz Ayuso, los Juan José Cortés, los Teodoro García  Egea... De lo contrario, Ciudadanos le va a pasar por encima y ahí están, acechantes, las municipales, autonómicas y europeas en menos de un mes. El votante del PP no es un votante de "trending topic" ni de Forocoches. Deberían saberlo ya y cuidarlo un poco más.

En cuanto a "los extremos", el análisis debe de ir en sentidos opuestos: Unidas Podemos baja muchísimos votos y muchísimos escaños. Ahora bien, sigue vivo, ha quedado rozando el 15% si unimos a los Comunes y tendrá un papel decisivo en la siguiente legislatura. Hace dos semanas, el partido se desangraba dividido en mil facciones y con un líder que más parecía un César. Precisamente el perfil bajo de Iglesias en esta campaña, su falta de aspavientos, su imagen de sensatez y sentido común en los debates frente a la algarabía generalizada, le ha ayudado mucho a su partido. En otras palabras, Pablo Iglesias decidió disfrazarse de Íñigo Errejón y la cosa no le fue nada mal. Otra lección a aprender para el futuro: al asalto se consiguen pocas cosas.

Vox vive la sensación contraria: de la nada consigue dos millones y medio de votos y una presencia nutrida en el Congreso (24 diputados). Ahora bien, como esperaban 50, 60, 70... la decepción es enorme. Su discurso da para lo que da. Agitar banderas de España e insultar a todo el mundo desde la pose de bandarra de gimnasio tiene un alcance electoral limitado. Es cierto que durante al menos una semana consiguieron convencernos a los demás de lo contrario. Durante al menos una semana, viendo llenarse mitin tras mitin volvimos a confundir la cantidad con la calidad y pensamos que el exabrupto triunfaría. No lo hizo.

Vayamos con el análisis detallado de los resultados y perspectivas de cada partido:

PSOE.- Con 123 escaños (podrían ser 122 si el voto extranjero le da el de Zaragoza a Ciudadanos, el empate es absoluto), Pedro Sánchez ha vuelto a hacer lo que tan bien se le da: sobrevivir. Hace tres años y medio estaba pronunciando un discurso fallido de investidura con el apoyo de Rivera, hace dos y pico estaba recorriéndose pueblos tras ser desalojado de Ferraz y hace unos meses se proclamaba presidente del gobierno tras una moción de censura con el apoyo de Iglesias y los independentistas.

El problema de Pedro Sánchez es que es un hombre en continua campaña electoral. Debe de ser agotador. No ha tenido un momento para pararse y hacer política. En ese sentido, la situación no mejora. Pese a ganar las elecciones con más de diez puntos de ventaja, el arreón final de Unidas Podemos le ha privado de muchos restos en muchas circunscripciones donde UP ni siquiera ha conseguido escaño. Es una victoria que permite tirar adelante pero no permite tener un proyecto. De entrada, Carmen Calvo ya ha dicho que no van a gobernar con UP, pero Carmen Calvo acostumbra a decir cosas muy raras.

Lo que parece claro es que hasta las municipales no se van a mover. Tienen la sartén por el mango. Tantearán y tantearán y lo retrasarán todo como lo retrasó Rajoy en su momento y cuando ya, por fin, todas las elecciones queden a cuatro años vista, intentarán tomar alguna decisión que seguro que no le gusta a nadie porque la gente es así. Pueden optar por un apoyo de Iglesias y un buen montón de abstenciones o añadir al PNV al pacto de investidura y que las abstenciones se reduzcan a Bildu. La victoria de Ximo Puig en la Comunidad Valenciana fue la guinda al pastel, aunque fuera mucho más por los pelos de lo que indica el número de escaños.

PP.-  No se pueden hacer peor las cosas. Desde al principio al final. Desde "las manos manchadas de sangre" al "no nos pisemos las mangueras". No hay capital personal ni político para algo mejor, por otro lado. En su empeño por cargarse el sorayismo, el PP ha caído en una mediocridad asombrosa. La "gran salvadora" Cayetana Álvarez de Toledo y su supuesta movilización sin complejos del voto constitucionalista se ha quedado a un solo escaño de la desaparición del Partido Popular en Cataluña, con solo 50.000 votos más que Vox. Tiene un mérito asombroso. En el País Vasco ya no existen, ni siquiera en la Álava de Javier Maroto, uno de los que peor parados salen de todo esto y que bien haría en reflexionar qué está haciendo con su vida y con su carrera.

No es solo cuestión de periferia: pierden la segunda plaza en Madrid, detrás de Ciudadanos, pierden Ceuta y a punto quedan de perder Melilla. En Andalucía, se van casi a la mitad de votos y escaños. Todo esto pese a tener buena parte de los medios a su favor, incluidas portadas pidiendo voto en los quioscos el mismo día de reflexión. En Murcia, empatan con Vox y solo resisten en Galicia, donde el partido no tiene nada que ver con el de Madrid y se ha ganado una cierta autonomía. Pese a perder también con el PSOE -de hecho, el PP solo ha sido el más votado en Navarra y Melilla-, ha limitado a la mínima expresión la irrupción de Ciudadanos y ha dejado a Vox sin escaño alguno. Probablemente, tras las elecciones autonómicas, la vía Feijoo sea la vía a seguir.

Ciudadanos.- La aritmética es caprichosa. Hace tres años se pegaron una torta tremenda con un porcentaje bastante aceptable de votos y este año se han ido a los 57 con menos de un 3% más de votos. Ciudadanos decidió optar por un discurso escorado a la derecha y de momento le ha salido bien porque se ha llevado a muchos votantes del PP. Lo que ha perdido por el camino es la capacidad de organizar un discurso propio que vaya más allá de la repetición de "Torra, Puigdemont, Otegi" en bucle y que acepte que sus enemigos políticos no son bestias antionstitucionales con los que no se puede discutir nada. Menos adrenalina, vaya.

El voto urbano ha sido decisivo: han adelantado al PP en Madrid y se han quedado a punto de hacerlo en Valencia y en Andalucía. En Cataluña han aguantado y solo se les ha atragando el País Vasco y Galicia, como era de esperar. Con todo, la clave ha estado en el aguante que han tenido en pequeñas provincias, donde han rascado casi siempre ese último escaño que transforma una subida de unos cientos de miles de votos en una victoria apoteósica. Queda la duda de qué habría pasado con un perfil más moderado, como el que presentaban cuando las encuestas le daban favorito por encima del 20%. De eso hace solo un año. Ahora, un 15% largo parece un éxito rotundo.

Unidas Podemos.- Sale muy reforzado por varias cuestiones, algunas ya comentadas: se ponga Calvo como se ponga, no habrá gobierno Sánchez sin Iglesias. Aparte, hablamos de un partido agonizante tras la marcha de Errejón y Espinar, la escisión anticapitalista, las dudas de sus pactos con IU y las críticas al excesivo personalismo del líder. Un partido que podía convertirse en la propia Izquierda Unida de los tiempos de Anguita o Llamazares y poco más. Han resistido en Cataluña y País Vasco y su resultado en Madrid es más que aceptable. Estarán en el gobierno de la Comunidad Valenciana o al menos le darán apoyo. Tendrán relevancia institucional, que es más de lo que se preveía hace dos semanas, y además la tendrán con un Pablo Iglesias que por primera vez desde que irrumpió en política parece haber hallado un punto de calma y sosiego, como si enfrentarse a la vida -la paternidad- le haya ayudado a relativizar todo lo demás. Aun así, los problemas internos y externos son enormes y sus perspectivas para las autonómicas y municipales, pavorosas.

Vox.- El matonismo llega hasta donde llega y a Vox le ha llegado hasta los 24 escaños y más de un 10% de voto, que en un escenario de cinco partidos tampoco es que sea un desastre. El problema hemos sido los analistas, que deberíamos hacérnoslo mirar. Llega Ciudadanos y todos caemos a los pies de Ciudadanos y su retórica de ESADE. Llega Podemos y todos caemos a los pies de Podemos con su punto de Caliclés y su soberbia antisistema. Llega Vox, llena cinco mítines y todos extrapolamos a la avalancha que viene. De momento, el discurso del odio extremo no funciona del todo en España. Puede que llegue el día en que lo haga porque el odio relativo sí que da réditos y no parece que la cosa vaya a ir a mejor. Tienen que ir más allá de "defendamos a nuestras familias de los kinkis y pongamos en su sitio a las feminazis" pero no se ve qué hay más allá. Si lo encuentran, que nos avisen.

Nacionalismo catalán.- Demostró que si Torra y Puigdemont mandan en Cataluña es porque les votan una mayoría de catalanes. A veces, entre tantas hipérboles por ambos lados, nos olvidamos de algo tan sencillo. El independentismo se movilizó y consiguió una participación descomunal en Cataluña, lo que sirvió para prácticamente borrar al PP del mapa, impedir una representación significativa de Vox y frenar en parte la ascensión del PSC. Con todo, en principio, su papel queda muy limitado en la política estatal si no rebajan su programa de máximos. Aritméticamente, a Sánchez le da lo mismo pactar con ERC que con PNV y Bildu. Aunque nadie lo diría hace diez años, parece que lo segundo le va a ser mucho más fácil y las cesiones, menos polémicas.

Nacionalismo vasco.- Los resultados fueron muy buenos. Seis escaños para el PNV, ganador cómodo en Vizcaya y Guipúzcoa y hasta cuatro -que bien pudieron ser cinco- para Bildu. Su importancia, además, es extrema. El PSOE les necesita y aunque lo de negociar con Bildu siempre va a despertar la clásica indignación mediática, lo cierto es que lo han hecho varias veces en esta legislatura y no les ha ido mal.

Por lo demás, los partidos regionales también han tenido un gran resultado: sorprende lo del PRC en Cantabria cuando todos dábamos por hecho que ese escaño era de Vox y sorprende que CC siga resistiendo con tanta solvencia en Tenerife. Por un lado, queda la sensación de alivio de haber pasado vivos por todo esto sin pegarnos tiros en la calle... por otro lado, la presencia inmediata de las siguientes elecciones y la negativa a bajar el tono por parte de la derecha incluso tras haberse quedado en 147 escaños y un 44% de voto promete al menos otro mes intensito. Probablemente, más.

domingo, abril 28, 2019

Sondeos, israelitas y resultados elecciones generales 2019


01.05 En las elecciones autonómicas de la Comunidad Valenciana se estrechan las cosas a un 51-48 y queda mucho por escrutar. Aun así, es complicado que haya cambio: tendrían que bailar dos escaños y los dos en el mismo sentido. No es fácil, pero la web de la Generalitat no da demasiadas facilidades para averiguar de cuántos votos depende la cosa. Lo vamos a dejar aquí. Ha sido un placer compartir un día de elecciones con vosotros después de bastante tiempo. Si me animo, nos vemos en las municipales y las autonómicas.

00.25 Me gusta ser prudente, pero lo de Valencia pinta muy bien también para el PSOE. En Alicante gana la derecha, en Castellón gana por poco la izquierda pero es que en la provincia de Valencia arrasan PSOE y Compromís. Ahora mismo, al 33% escrutado, el resultado es 52-47, el Pacto el Botànic solo pierde tres escaños de desgaste en casi cuatro años.

00.18 0,06% por escrutar en Zaragoza... pero es que el escaño está en 33 votos, así que hará falta esperar incluso al voto extranjero para dilucidarlo.


00.05 Baleares va para el PSOE y Huelva (salvo milagro) para Podemos. En cuanto a Navarra y sobre todo Zaragoza, imposible mojarse.Y esos dos escaños son muy importantes. No creo que sepamos hoy qué puede pasar.

Si el PSOE consigue los dos, las cosas cambian mucho. Sumaría 166 con sus socios naturales de Podemos y Compromís. Le bastaría con los dos de CC, el de PRC y los seis del PNV para lograr 175. Necesita uno más. Una abstención. De alguien. De hecho, con que CC, PRC y PNV se abstuvieran también le valdría siempre que no le voten en contra PP, Ciudadanos, Vox, JxC, ERC y Bildu a la vez (175 escaños)

23.51 En lo que se resuelve lo de las generales, vamos un poco con la Comunidad Valenciana, que va progresando el recuento. Ahora mismo, con un 17,42% escrutado, los resultados son similares a los de las Generales:


PSOE 29

PP 20

Ciudadanos 17

Compromís 15

Vox 10

UP 8

De momento, la decisión -totalmente electoralista- de Ximo Puig de hacer coincidir las generales con las autonómicas parece que se ha llevado por delante a su socio de gobierno, Compromís. Queda aún mucho recuento, pero de momento los partidos del Pacto del Botànic tienen 52 escaños por 47 el tripartito de derechas. Tres escaños, lo sabemos, pueden bailar en cualquier momento.


23.43 PSOE afianza Navarra y recupera brevemente Zaragoza. No puede cantar victoria en Baleares y lo de Podemos y VOX en Huelva no se puede dar por acabado. En cualquier caso, revisemos


PSOE 120-123

PP 66

Ciudadanos 58-59

UP 41-42

Vox 24-25

23.35 Ojo, que Navarra vuelve a cambiar hacia el PSOE y Zaragoza está muy en el aire. Baleares, de momento, socialista. El destino de esos tres escaños va a ser clave si se los queda los tres el PSOE y queda en 123 escaños...

23.16 Esto se va acabando: el PSOE sigue luchando por dos escaños en Navarra y Zaragoza. Probablemente los pierda y quede en 121, a beneficio de Ciudadanos (58) y Bildu (5). En Baleares, Huelva, Palencia y Girona puede haber cambios pero muy improbables. Parece que el PP se va a llevar Melilla, acabando en 66. Lo más probable es que la cosa termine así:


PSOE 121

PP 66

Ciudadanos 58

UP 42

Vox 24

De lo demás, pues el escaño que gana Bildu (5) y el que pierde Coalición por Melilla (0).

La nueva cuenta queda: PSOE + Podemos + Compromís 164 / PP + Ciudadanos + Vox + Navarra Suma = 150. Sigue siendo un desastre para la derecha. ¿Cómo puede la coalición de izquierdas conseguir los otros doce escaños para investir a Sánchez? Pues convencer al PRC, a CC y al PNV les daría nueve. Aún quedarían tres y esos son más complicados. Podría valerle una abstención de Bildu, ERC o JxC, pero está complicado conseguir eso. En cualquier caso, parece que los independentistas catalanes quedan un poco fuera de juego y entran en el mismo los vascos.


23.04 Hay varios escaños en juego y pinta a que Ciudadanos le va a levantar uno al PSOE en Zaragoza, alterando de nuevo la aritmética.

22.50 Resultados en grandes ciudades. El PSOE gana en Madrid, Valencia, Alicante, Málaga, Sevilla, Zaragoza, Santiago, Vigo  y A Coruña. En Barcelona, empata con ERC. En Bilbao, arrasa el PNV, como era de esperar. En cuanto al PP... en Málaga, Zaragoza y Vigo no ha quedado ni en segunda plaza. En Madrid, está muy amenazado por Ciudadanos.

22.47 En breve, empieza el festival en Valencia. De momento, al 88% en las generales:


PSOE 123 (-1)

PP 65 (=)

Ciudadanos 57 (=)

UP 42 (=)

Vox 24 (+1)

El resto, absolutamente igual. No quiero hacer hipótesis de pactos hasta que no se cierre el recuento. Ahora mismo, la derecha suma 146 escaños mientras PSOE y Podemos suman 165. Si sumamos a PRC, CC y Compromís se van a 169. Los seis escaños del PNV valdrían para llegar a 175. PERO ESTO NO TIENE POR QUÉ QUEDAR ASÍ Y YO NO SOY FERRERAS.


22.39 Senado: como era de esperar, mayoría absoluta del PSOE. Ahora mismo, al 12% escrutado, tiene 116 de los 203 escaños que se reparten en estas elecciones. A ellos habrá que añadirles los que se designen en las autonómicas de mayo...

22.36 Parece que el PACMA va a tener resultados muy similares a los de 2016. En torno al 1,2%. Por supuesto, ni un escaño. No le habría venido mal a la izquierda ese 1,2% ni el 0,3% de Recortes Cero y Actúa. Hablamos de unos 400.000 voto que van a ningún lado. Es la vida.

22.23 145 escaños la derecha y un 42,1% de votos. Las encuestas antes de Colón le daban mayoría absoluta y por encima del 50%. Vaya campañita se han marcado, vaya desastre. La izquierda, ahora mismo, 164 escaños y un 44% de votos.
 
22.20 Si la suma PSOE + Podemos + PNV + Compromís + PRC no da, la gobernabilidad quedará en manos de Ciudadanos, a quien se pedirá que se abstenga. Viendo estos resultados, sería un suicidio hacerlo. Le conviene incluso una repetición de elecciones

22.17 Bildu le quita un escaño a PSOE en Navarra y se queda con CINCO escaños. El mejor resultado de su historia. PSOE queda en 123 y va a perder más, al menos en Madrid, o esa impresión tengo. Si quedan entre 115-120, tan contentos. Ingobernabilidad, me temo :-(

22.10 Al 66% escrutado:


PSOE 124 (-2)

PP 65 (-1)

Ciudadanos 57 (+2)

UP 42 (=)

VOX 23 (=)

El resto sigue igual, el PP pierde también Melilla a manos de Coalición por Melilla.

22.06 Aviso gordo de Ciudadanos al PP de cara a las autonómicas en Madrid: con el 49% escrutado, le sacan un escaño y 2,5% de porcentaje de voto... y en las autonómicas, el PP ha decidido fiar su suerte a Díaz-Ayuso (facepalm)

22.04 Un 16,7% el PP... un 16,7% el PP... madre mía. Solo un 1,6% por encima de Ciudadanos y a doce puntos del PSOE... pero la culpa era de Tezanos

22.01 Once escaños ha perdido el PP en Andalucía. La mitad de los que tenía. Impresionante bienvenida a Moreno Bonilla.

21.55 Al 55% escrutado:
 

PSOE 126 (-3)

PP 66 (-1)

Ciudadanos 55 (+2)

UP 42 (+3)

Vox 23 (=)

ERC 15 (=)

JxC 7 (=)

PNV 6 (=)

Bildu 4 (=)

Navarra Suma 2 (=)

CC 2 (=)

Compromís 1 (=)

PRC 1 (=)

21.50 Entre el País Vasco y Cataluña, el PP ha sumado un escaño. Un solo escaño. Impresionante el "efecto Cayetana" pero a la inversa. Y ni siquiera ha cedido ante Vox, que se está pegando una hostia descomunal...

21.48 Al 39% escrutado:


PSOE 129

PP 67

Ciudadanos 53

UP 39

Vox 23

ERC 15

JxC 7

PNV 6

EH Bildu 4

Navarra Suma 2

CC 2

Compromís 1

PRC 1

Coalición por Melilla 1

21.46 Efectivamente, Bildu le ha quitado el escaño a Maroto (de momento). Está muy igualado pero la tendencia es favorable a Bildu. Espectaculares los resultados de Ciudadanos, que rentabiliza al máximo su 14,17% de votos y aún podría ganar escaños más que perderlos. De locos.
 
21.43 Con el 12% escrutado en Madrid, el resultado de Vox es lamentable y el PSOE va a ganar fácil. El PP quedará segundo, supongo, pero ver a VOX con solo un 12,4% es una auténtica sorpresa

21.29 Ojo, que el escaño del PRC en Cantabria igual va en serio. Ahora mismo, distancia a Vox en un 4%. Veamos cuando sume Santander.

21.27 Zonas calientes: en Galicia todo decidido (parece) menos Pontevedra, donde PP puede perder escaño con Cs. En cuanto a Andalucía, en Almería, el PSOE podría remontar al PP y en Huelva, es VOX el que amenaza el escaño de Podemos 
 
21.22 Bildu está a 100 votos de quitarle el escaño a Maroto en Álava. Eso sería una auténtica catástrofe, bastante indicativa del día. Pero el PP subirá en otros lados.
 
21.19 Al doce por ciento escrutado


PSOE 128

PP 64

Ciudadanos 47

Podemos 37

Vox 22

ERC 15

JxC 7

PNV 6

EH Bildu 4

Navarra Suma 2

PRC 1

Compromís 1

21.15 La supervivencia de Ciudadanos pasaba por no hundirse en las Castillas. Yo creía que lo iba a hacer, pero de momento aguanta: en Salamanca, con el 22% ya escrutado, aguanta ese cuarto escaño con uñas y dientes aventajando a Vox en un 5%.

21.11 Al 7%, VOX sigue con 21 escaños. Es presumible que subirá, pero y si todo esto ha sido una enorme burbuja? De momento, en el País Vasco, ni olerla.

21.08 En Vizcaya, con casi el 30%, PNV tiene tres escaños, PSOE tiene dos, igual que Podemos, por uno de Bildu.

21.02 Empieza el conteo. Con el 4% de votos, el PSOE se va a 130 escaños. Recuerden que siempre empieza ganando la izquierda y luego la derecha tiende a remontar...

20.55 Entre el 16-17% le da GAD3 a Unidas Podemos. Qué locura cuando el partido estaba en la ruina hace solo dos semanas. Me sigue pareciendo una exageración, como me sigue pareciendo una exageración que Ciudadanos esté en 45-50 escaños con un 14,5% de los votos. En cualquier caso, tendría su punto irónico que Iglesias consiguiera salvar a su partido aplicando el tono de Errejón a su campaña.

20.30 Un apunte antes de la locura: o las encuestadoras se han equivocado muchísimo o el Senado va a ser para el PSOE con cierta facilidad. Para determinadas reformas o propuestas y en caso de que, por lo que fuera, diera para una mayoría de derechas en el Congreso podría servir de contrapoder. Se me ocurre la implantación permanente del artículo 155, una promesa común de Vox y PP que Ciudadanos 

20.10 Conclusiones de las encuestas, aunque no sé si tiene mucho sentido comentar algo en lo que no se cree...

- El PSOE gana cómodamente, pero UP le habría recortado bastante y Ciudadanos habría parado la hemorragia hacia su izquierda. Tendré que ver ambas cosas, me parece raro que se den a la vez. El gobierno lo tiene complicado porque no da ninguna combinación que no incluya a ERC.

- El PP se hunde. Puede hundirse con 79 escaños (El Español) o con 70 (RTVE y COPE). No sería lo mismo. Mantiene al menos la primera plaza en la derecha.

- Ciudadanos y UP aguantan contra todo pronóstico. Ciudadanos porque tomó una serie de decisiones muy discutibles que limitaban su electorado y UP porque estaba muerto, completamente muerto, hace dos semanas. Para cualquiera de los dos, llegar a 50 escaños sería una barbaridad.

- Por último, lo de VOX sigue sin quedar claro. Y el problema con estos tres partidos es que en voto total se mueven en cifras muy similares, de manera que un punto arriba o un punto abajo hace que uno pase de quinto a tercero o de tercero a quinto. 

En cualquier caso, no salimos de demasiadas dudas.
 
20.05 Sondeos... no les doy demasiada importancia porque el escenario a cinco se maneja mal con una encuesta y mucho peor con una participación tan alta. En cualquier caso, repasemos algunas de las más importantes


EL ESPAÑOL

PSOE 114-120

PP  74-79

VOX  29-33

Cs  49-55

UP  44-50

COPE

PSOE 105-120

PP  67-77

VOX  35-50

Cs  40-50

UP  45-60

RTVE

PSOE  116-121

PP  69-73

VOX  36-38

Cs  48-49

UP  42-45

FORTA

PSOE 116-121

PP 71-75

VOX 36-38

Cs  48-49

UP  42-45

18.51  La cifra del segundo avance de participación va a quedar en torno al 60,75%, es decir, justo por debajo de 2008. Sigo pensando que no se pueden sacar conclusiones con respecto a otros escenarios puesto que aquí hay cinco partidos compitiendo y en los demás casos eran solo dos. La izquierda intenta ver en esta alta participación un signo a favor: de las otras cinco veces que la cifra superó el 60% a esta hora, en cuatro ganó el PSOE. La derecha arrima el ascua a su sardina: de esas cinco veces, tres derivaron en cambio de gobierno.

Ahora bien, incluso esta última argumentación es difusa: el gobierno es del PSOE con apoyos de Podemos... pero ambos partidos están en minoría con respecto a PP y Ciudadanos (razón por la cual, básicamente, estamos de elecciones hoy). En ese caso, ¿contra qué tendencia se haría dicho cambio? ¿Contra la ejecutiva o contra la legislativa? Porque viendo los resultados de Girona y Lleida cuesta pensar en un hundimiento de los nacionalistas, al menos los catalanes.


18.30 Analizando por provincias, solo Valencia y Álava suben por debajo del 4,5% (me he podido saltar alguna, soy un hombre solo enfrente a multitud de datos). Córdoba y Jaén ya están en cifras normales tras las romerías e historias. La participación sube sobre todo en:


Lleida + 19,4%
Girona + 18,5%
Barcelona + 17,6%
Tarragona + 17,6%
Huesca +13,5%
Zaragoza +11,6%
Albacete +10,9%
Teruel +10,4%
Segovia +9,9%
Valladolid +9,7%
Ciudad Real +9,6%
Navarra +9,2%
Cuenca +9,1%



18.11 Primer avance de resultados de las 18.00. Puede subir o bajar, aunque a estas alturas suele subir unas décimas. Está en 60,46%... más de nueve puntos por encima de 2016. Sería, si se confirma, la sexta vez en la historia que se supera el 60% de participación en la historia:

1996 -  63,45%
2004-   63,02%
1982-   62,81%
1993-   61,57%
2008-   60,95%

Con todo, es difícil sacar conclusiones porque aquellos eran escenarios de bipartidismo y aquí estamos en batallas a cinco, seis o incluso siete en algunas circunscripciones.

Por autonomías:

- Lo de Cataluña es una auténtica locura: un 18% de subida en la participación. ¿Salen de independentistas que no suelen votar en las generales? ¿Salen de la Tabarnia movilizada para las pasadas autonómicas? Ni idea.

- Aragón, Ceuta y Melilla suben por encima del 11%. Lo roza Madrid. Tampoco puedo sacar conclusiones. No me atrevo.

- Andalucía ya está en un 7% más que en 2016 y casi un 11% con respecto al año pasado. El segundo dato es prácticamente igual que el de las 14h

- Curiosamente, donde menos sube la participación es en la Comunidad Valenciana (+5,1%). Justo donde se están celebrando a la vez elecciones autonómicas y eso debería suponer una mayor afluencia a las urnas.
- Curiosamente, donde menos sube la participación

17.20 Me pasan una filtración fiable. Fiable la fuente y fiable la intención... lo que no implica en absoluto que se parezca a la realidad porque NADIE sabe cómo va a acabar esto a base de sondeos:

PSOE 135-140
PP 70-75
VOX 40-45
Podemos 32-37
Ciudadanos 28-32
ERC 12-15
PNV 6
JxC 4-5
Otros 3-7

14.45 Salvo sorpresa en forma de filtración -suelen ser interesadas-, no volveremos a leernos hasta el avance de las 18h. Dejo las provincias donde más ha subido la participación. Impresionante lo de Cataluña y llamativo lo de Aragón:

Lleida + 12,9%
Girona + 12,2%
Tarragona + 11,8%
Barcelona + 10,8%
Huesca + 7,3%
Teruel + 7,1%
Burgos +6,2%

14.14 Parece que se va estabilizando la participación a las 14.00 en torno al 41%, no cae mucho más. Sería un 4,45% más que en 2016, un dato que se explica porque mucho voto de Vox va a venir de la abstención y porque probablemente esté habiendo una movilización del voto de izquierdas para contrarrestar. En cualquier caso, contábamos con ello. Cosas que llaman la atención:


- En Andalucía, la participación está en el 38%, solo un punto por encima de 2016... pero ocho puntos por encima del voto en las autonómicas a estas horas. De las 51 provincias, solo en Jaén y en Córdoba se está votando menos que en la anterior convocatoria, puede que haya factores locales que lo expliquen.

-  En Cataluña, la subida es de un 11%, es decir, Cayetana Álvarez de Toledo parece que ha conseguido movilizar el voto, no se sabe en qué sentido. Ahora bien, para los partidos independentistas no suele ser una buena señal tanta participación.

- En Ceuta y en Melilla la subida es de un 6%, y eso solo se explica por la irrupción de Vox

- Si Aragón es nuestro Ohio, en nuestro Ohio están votando un 7% más que en 2016 cuando ganó cómodamente el PP.


14.10 El primer dato de participación es del 44,86% pero es solo orientativo, una pequeña muestra del 1% de los votos. De hecho, ya ha bajado al 41,06%.

14.00 Alvarito fue ayer a su primer partido de fútbol (un infame 1-0 con gol en propia puerta entre el Atleti y el Valladolid) y hoy ha ido a su primera "fiesta de la democracia". Le hemos tenido que prometer un SuperZing si nos acompañaba. El colegio electoral -Madrid, barrio de Prosperidad- estaba hasta arriba, como no lo había visto nunca. También es verdad que no suelo ir a votar justo antes de comer, a la hora del vermú, con las terrazas llenas y un sol de escándalo. Esperando los avances de participación, que llegarán pronto.

12.17 Como se ve, no he incluido a Pacma, Actúa, BNG, Front ni En Marea en las previsiones de escaños. Eso no quiere decir que lo tengan imposible, de hecho El País lleva toda la campaña insinuando un escaño para el Pacma en Barcelona y quizá otro en Madrid. De todos modos, que no obtengan escaños no quiere decir que no existan y desde luego podrían ser decisivos porque todas estas fuerzas se autodenominan de izquierdas y pueden rascar suficiente porcentaje como para perjudicar a Podemos o a PSOE. En un escenario previsible de décimas de diferencia en muchas circunscripciones, la apelación al "voto útil" parece tener sentido estadístico en la izquierda. No así en la derecha, donde los tres partidos tendrán representación sin saber muy bien ni quién será el más votado. De todo se oye.

Por cierto, ¿quién está pagando la insistente campaña de carteles de Llamazares por toda la Comunidad de Madrid? Un misterio.

10.00 Trincheras. Esa es la palabra de moda en la política española. Trincheras en los partidos y trincheras en los medios afines a esos partidos, aunque, curiosamente, ninguna trinchera en la calle, ningún incidente, ninguna familia rota. Hoy estamos todos un poco confusos porque parecemos obligados a votar como si nos odiáramos pero en realidad no nos odiamos. Votaremos, pues, por si acaso, que es una cosa terrible. Por si acaso el otro desenfunda primero, aunque acabemos de tomar una cerveza en la barra. Por si acaso la historia se repite aunque no la conozcamos del todo.

Supongo que todo esto se podría haber arreglado de otra manera pero no ha sido posible. El PSOE se metió en una aventura junto a socios poco fiables -por decir algo- que ha derivado en unas elecciones en las que sus antiguos socios circunstanciales -Ciudadanos- han decidido entregarse al PP, quienes, a su vez, andan ofreciendo ministerios a la extrema derecha bajo el sugerente lema de "no nos pisemos la manguera". Así pues, lo que han conseguido es convertirse en caricaturas. Unas caricaturas, además, que probablemente tengan que reforzar desde mañana mismo porque después de tanto odio y tanto histrionismo, resulta que ninguno de los dos bloques tiene una perspectiva de gobierno por delante.

Las posibilidades de que PSOE y Podemos consigan una mayoría suficiente, en torno a los 170 escaños, que les permita gobernar con algunas abstenciones, son mínimas. En principio, aun ganando las elecciones, Sánchez va a necesitar como mínimo al PNV y a Compromís y probablemente apoyos puntuales de ERC. En cuanto al tripartito de derechas, no tienen cuarto socio posible más allá de Coalición Canaria, cuya presencia en el Congreso esta legislatura está comprometida y que en ningún caso es previsible que vaya más allá de un solo escaño. Es decir, o suman 175 escaños entre Casado, Rivera y Abascal o nada... y aunque ese escenario me parece más probable que el de la izquierda, desde luego no apostaría un duro por que acabe dándose.

En mi opinión, y no hay que verlo más que como eso, hay un flujo de votos que debe ser decisivo: el que va de Ciudadanos al PSOE. Hablo de ex votantes del PSOE que se habían pasado convencidos a Ciudadanos y que viendo a Rivera tender manos a Casado y por vía interpuesta a Abascal y el antieuropeísmo se están planteando volver al PSOE o directamente votar en blanco. El resultado de este intercambio es el más importante porque determina la hegemonía de los bloques izquierda-derecha, pero no es el único a tener en cuenta:

- Creo que Podemos ha hecho una buena campaña. De perfil bajo, pero buena, lo suficiente como para recuperar a muchos votantes que se iban a ir a la abstención o que iban a optar por partidos extraparlamentarios o nacionalistas. Lo que no sé es si eso va a reflejarse en escaños. Lo dudo mucho porque la implantación de Podemos en el mundo de las pequeñas provincias sigue siendo casi nulo.

- Da la sensación de que Vox le está comiendo la tostada al PP en el mundo rural y las pequeñas capitales... y a Ciudadanos en las grandes ciudades. Puede ser una sensación exagerada fruto del absurdo menosprecio que ha sufrido el partido en las encuestas pre-electorales, pero desde luego Casado se la ha creído y de ahí el pánico y las mangueras.

- Hay unos 30 escaños en la franja de "otros" que igual cambian en el último momento. No todos, por supuesto, pero no es descartable que un votante nacionalista, incluso independentista, catalán o vasco, prefiera tirar al "voto útil" del PSOE en vez de engordar una representación propia que igual queda en nada si gana la derecha.

Aunque nadie sepa exactamente cómo está la situación ahora mismo hay varios indicadores que nos pueden ayudar. Según Electocracia, la interpretación de los sondeos publicados antes de la fecha límite da el siguiente resultado como el más probable:

PSOE 123-127 escaños
PP 76-80 escaños
VOX 42-46 escaños
Ciudadanos 38-42 escaños
UP 32-36 escaños

El panel de Electomanía va en un sentido similar, aunque, como es habitual, es muy generoso con Podemos y Ciudadanos y castiga sobre todo al PSOE:

PSOE 105
PP 76
Ciudadanos 53
UP 47
Vox 35

De los escenarios que plantea Kiko Llaneras en su interesantísimo artículo de ayer en El País, me parece más probable el que da voto oculto a Vox, aunque me parece que el método que utiliza tiende a colocar al PSOE demasiado alto en todas las simulaciones y eso me hace desconfiar, aunque a mí me sale algo muy similar...

PSOE 130
PP 70
Vox 52
Ciudadanos 38
UP 29

En cuanto a los mercados de apuestas, que algo suelen saber de lo que pagan, ahora mismo, Betfair -y de repente se me está poniendo voz de Carlos Sobera- ofrece las siguientes líneas de escaños

PSOE 119 (dan por hecho que serán menos)
PP 79-80
Ciudadanos 54 (aunque dan por hecho también que serán menos)
Vox 39 (tirando a que serán bastantes más)
UP 30 (también con perspectivas positivas)

Todo ello, más el análisis que ya publiqué hace unos días sobre los sondeos del CIS y de Gad3 circunscripción a circunscripción me hace partir con la siguiente predicción:

PSOE 127 (126-129)
PP 82 (81-82)
Vox 50 (48-53) 
Ciudadanos 31 (28-37)
UP 29 (26-29)
ERC 13
JxC 6
PNV 6
Compromís 3 (2-3)
EH 2
CC 1

Doy por hecho que el PSOE congrega el voto de izquierdas en pequeñas circunscripciones y que Ciudadanos se queda cojo ante el repunte de Vox mientras que el PP aguanta en sus bastiones tradicionales. A Podemos me cuesta subirle la cifra de escaños (aunque creo que en votos andará en resultados muy similares a Ciudadanos e incluso a Vox) porque en un escenario de cinco partidos, el quinto se queda fuera en casi todos lados.

También cuento con una alta participación. Si se ve, con estos resultados, ninguno de los bloques suma. La derecha se quedaría en 163 (ya he incluído a Navarra Suma en los retultados de PP y Ciudadanos) y la izquierda en 161. Ahora bien, si la participación se disparara, es decir, subiera del 75%, las posibilidades de un gran resultado de Podemos sin afectar al PSOE, subirían... y si la participación no llegara al 70%, las posibilidades de un gran resultado del PP podrían dar la mayoría absoluta a la derecha.

En cualquier caso, tampoco quiero caer en el topicazo de "solo se abstienen los de izquierdas". Creo que gran parte del éxito de Vox y lo que va a colocar a la derecha españolista muy cerca del 55-60% de los votos fuera de Cataluña y el País Vasco es su capacidad para movilizar a nuevos votantes. Vox tiene un filón entre los jóvenes urbanos -y no tan urbanos- y entre la gente muy tradicionalista, no necesariamente de ultraderecha ni "fascista" pero que dejó de ver hace años en el PP una opción que les representara y llevan tiempo absteniéndose. Por eso, hay que contar con una participación en torno al 72-73% como estimación más probable y a partir de ahí sacar consecuencias.

En fin, que llevo años sin hacer esto y no sé cómo saldrá pero lo intentaremos. Aquí iré actualizando los datos que me vayan llegando y aquellas reflexiones que me parezcan interesantes. A partir de las ocho, sondeos, que suelen ser poco fiables, y de las nueve en adelante un escrutinio que promete ser frenético. Gracias por estar ahí.

jueves, abril 25, 2019

Rivera gana debates, Abascal gana votos


Leo un gráfico en Twitter que recoge las veces que cada candidato ha visitado tal o cual provincia. Eso, en Estados Unidos, es tremendamente significativo de qué estados están en juego (sería absurdo que un candidato republicano hiciera campaña en California o que un demócrata se centrara en Texas), pero en España indica más bien cuáles son las zonas de confort de cada partido. En el caso de Albert Rivera, el mapa destaca por el color blanco del vacío. Se ha movido muy poco de Madrid y Ciudadanos nunca ha tenido problemas en Madrid sino más bien en los alrededores, es decir, en toda la zona que Vox se está peleando cada día con su matonismo falangista.

El artículo de El Confidencial de hoy sobre el lleno absoluto de Abascal en Sevilla confirma la sensación que se está teniendo en muchas capitales de provincia: el voto movilizado es el voto de VOX. El resto estamos todos dándole vueltas a lo que debemos o podemos hacer, pero ellos no parecen tener dudas. Mientras Rivera y sus asesores consiguen que todo el mundo les dé ganadores de los debates, como si se pudiera llamar un debate a cuatro profetas en una plaza, cada uno gritando desde su esquina, Abascal se baña en las masas y lleva la retórica Forocoches a cada pueblo de España, con su mismo vocabulario: progres, feminazis, kinkis...

Una vez que la campaña se ha convertido en un "cualquiera menos Sánchez", hay pocas razones para no elegir al que más contundentemente puede hacer frente no ya a Sánchez sino a todos los demonios que le endosan: los comunistas, los independentistas, los chavistas, Torra, Puigdemont y Otegi. Está la gente que se queda en casa a ver un debate y la gente que se molesta en ir a un mitin en medio de la lluvia a las ocho de la tarde. Si además el mitin no acepta prensa o se controla al extremo lo que dice dicha prensa, entonces, les puedes contar cualquier cosa que no pasa nada. Dirigirse a los primeros como si formaran parte del segundo grupo es un acto vacío e innecesario. Te garantiza portadas y minutos de telediario, pero pocos votos.

Con tantísimo voto indeciso -se palpa incluso en los círculos más cerrados- parece que estos tres días hasta las elecciones servirán para aclarar tres cosas:

- Cuántos votantes de Ciudadanos seguirán yéndose al PSOE asustados por la deriva hacia la derecha.

- Cuántos votantes del PSOE y Podemos acabarán en la abstención o en partidos minoritarios, rollo Actúa o Pacma.

- Exactamente cuál va a ser la distribución de fuerzas en el centro-derecha.

No hay nada que me haga pensar que el tripartito PP- Vox- Ciudadanos no esté muy cerca de la mayoría absoluta. Sobre todo teniendo en cuenta que la izquierda pide tantas veces por favor que votemos que da la impresión de que en cuanto lo hagamos nos va a pedir perdón. Lo único que no sé es qué pasaría si Vox realmente se llevara por delante a Rivera, sobre todo con unas autonómicas y municipales a la vista. ¿Le interesa a Ciudadanos pactar un gobierno como tercera fuerza con una gente que desprecia la Unión Europea y sus valores? Habrá que verlo.

*

Dice Juan Tamariz en El País que duerme por el día y vive por la noche a sus más de setenta años. Entre las ventajas de la noche, enumera una que me parece clave: nadie te llama. Eso tiene que ser la gloria, lo más parecido a la desaparición. Y pensar que hace veinticinco años era posible...

*

Estoy con el último libro de Pablo Gutiérrez, "Cabezas cortadas". Es increíble lo bien que escribe. Uno no puede sino inclinarse ante su prosa, su estilo y su ritmo. También su protagonista es un poco increíble, todo hay que decirlo: la chica que se enamora a los catorce años de Toni Kukoc y Ray Loriga se parece demasiado a mí. Probablemente, a quien realmente se parezca sea al propio Pablo Gutiérrez y por alguna razón no ha querido caer en el rollo autobiográfico. Le entiendo. Lo que queda es una mezcla de los personajes voluntariamente lumpen de sus otras novelas con un regusto de frustración y odio que es muy generacional.

Me gusta.

martes, abril 23, 2019

Proyección de resultados elecciones generales 2019



Por razones de salud mental -que no me sobra- ayer no vi el primer debate de cuatro de los candidatos a la presidencia del gobierno. Tampoco veré el segundo esta noche. Sí que lo seguí por Twitter, sin embargo, porque al menos uno en Twitter puede reírse sin necesidad de comulgar con un credo o meterse en una "trinchera" a odiar al contrario, que es de lo que va toda esta campaña electoral. Parecía que había cierto consenso en que Albert Rivera estaba echando a perder sus pocas esperanzas de un resultado digno a base de exageraciones, interrupciones y un uso abusivo de la demagogia incluso gráfica hasta que, de repente, las primeras encuestas empezaron a dar al propio Rivera como "ganador" del debate. Entonces, el acuerdo pasó a ser el inverso: soberbio Rivera, como puso en su sitio a todo el mundo.

En cualquier caso, ya digo, esto es hablar por hablar porque no vi el debate y solo comento de oídas. En tiempos de exageración, considerar ganador al más exagerado no es ninguna sorpresa, pero también puede que Rivera realmente estuviera brillante, y si no lo estuvo al menos ha conseguido que hoy barajemos todos esa posibilidad, lo que ya hará a mucha gente reconsiderar su voto. Estuve pensando si cambiar mis estimaciones de resultados subiendo un poco a Ciudadanos, pero luego decidí que si esto iba a ser un juego tampoco había que poner demasiado empeño en ganar y que al fin y al cabo las corrientes de opinión de veinticuatro horas tienen un alcance limitado. Esta noche puede haber otro "ganador" y puede que  ese ganador también haya pasado antes por ridículo para buena parte de sus posibles votantes.

La siguiente estimación de resultados -que no es en ningún caso un sondeo sino un simple análisis de los ya publicados, especialmente los del CIS y Gad3, que incluyen resultados por provincia- parte de dos presupuestos que pueden ser erróneos, pero que sigo contemplando:

- El PSOE está sobrerrepresentado en ambas muestras. Buena parte de su posible voto acabará en la abstención o volverá a Ciudadanos.

- A su vez, Ciudadanos no encontrará hueco en su nuevo espacio elegido a la derecha y se verá superado por Vox en las Castillas, Andalucía y Extremadura, donde se juegan las mayorías en las elecciones.

Vamos a ir partido por partido para contemplar sus diversas opciones y sus posibles resultados. No recojo a la coalición Navarra Suma, cuyos dos escaños los reparto entre PP y Ciudadanos:

PSOE.- Cuenta con varios puntos a favor: de entrada, es el partido en el gobierno y es muy difícil que un partido en el gobierno pierda unas elecciones. De hecho, Felipe González sigue siendo el único presidente que, optando a la reelección, no consiguió gobernar. Le faltaron unas décimas de porcentaje en medio de algunos de los peores escándalos políticos y económicos de la democracia. Aparte, hay que tener en cuenta el factor "Gran Hermano": cuando un grupo de gente -o partidos, en este caso- se empeña en atacar continuamente a alguien, a menudo exagerando el ataque o faltando directamente a los hechos, el "público" tiende a reaccionar protegiendo al atacado. Eso se está viendo en las encuestas.

Por otro lado, tiene una desventaja enorme: mucha gente, tanto de centro como de izquierda, se prometió a sí misma no volver a votar al PSOE nunca. Se lo prometió después de los lamentables últimos meses de Zapatero, se lo prometió cuando Sánchez pactó con Rivera en vez de con Iglesias, se lo prometió cuando Sánchez pactó con Iglesias en vez de con Rivera y se lo prometió cuando el espectáculo aquel de Ferraz del todos contra todos, del que apenas han pasado dos años y parecen dos siglos. Es muy complicado que toda esa gente vuelva a la vez al PSOE. Puede que, efectivamente, las opciones alternativas -básicamente Ciudadanos y Podemos, dependiendo del caso- les hayan decepcionado, pero siempre está la abstención o el voto en blanco. En un escenario de cinco partidos compitiendo en todas las circunscripciones y de siete u ocho compitiendo en País Vasco, Galicia  o Cataluña, los resultados en escaños del PSOE que le dan los sondeos solo se justifican por encima del 31% de los votos. Y no van a conseguir el 31% de los votos o al menos no me parece el escenario más probable.

Incluso con muy buenos resultados en Cataluña y en Andalucía, y beneficiándose de ser el partido más votado en pequeñas circunscripciones por la división de la derecha, me cuesta verle por encima de los 130 escaños.

Predicción con horquilla: 115/124 escaños

Resultado más probable: 119 escaños

PP.- El PP tiene un problemón. Uno serio. Está jugando a un juego al que no sabe jugar y cuyas reglas marcan otros. Han puesto a un candidato joven y sonriente, pero que no puede vender "modernidad" como vende Rivera porque está al mando de una estructura vetusta de poder que tiene más de cuarenta años de funcionamiento. Están utilizando una agresividad en el discurso propio y la crítica ajena basándose en el "sin complejos" que no le funcionó a Fraga ni le funcionó a Aznar y que tira por la basura la imagen de "partido de gente de orden, gente de bien, gente normal que lee el Marca" que impuso Rajoy y le llevó a dominar municipios, autonomías y el propio gobierno de la nación incluso en medio de ochocientos casos de corrupción y rescates económicos.

Por otro lado, no es suficientemente tradicionalista. Juega a serlo, ya digo, pero le sale regular, impostado, como el GIF aquel del señor Burns con un gorro de skater. Si de verdad el PP fuera un partido ultranacionalista, ultracatólico y ultraconservador, no habría hecho falta que Abascal fundara Vox. A su lado, y hasta que tengan las santas narices de empezar sus mítines con el himno de la legión y creérselo, siguen siendo "derechita cobarde" y ya puede venir Aznar y su catalán en la intimidad a decir lo contrario.

El abandono del centro, además, limita mucho su electorado potencial. Durante años, el PP ha vivido del "voto cabreado", no necesariamente ideológico, que venía del PSOE... igual que el PSOE ha vivido del "voto cabreado", no necesariamente ideológico, del PP. Plantear una campaña en términos tan a la contra cuando tienes otros dos "rivales" que están haciendo lo mismo no te diferencia demasiado. Aparte, la propia fragmentación del voto de derecha, hace que en lugares donde antes arrasaba, ahora corra el riesgo de ser segunda fuerza, con la pérdida correspondiente de escaños.

Se sostendrá, porque es el PP y tiene una estructura formidable hasta en el pueblo más diminuto de la "España vacía", pero habrá daños. También creo que algunas predicciones son exageradas: Cayetana Álvarez de Toledo sostendrá al partido en Cataluña o al menos minimizará las fugas a Vox, no creo que en el País Vasco desaparezcan y Feijoo tiene Galicia bastante controlada. Todo eso le debería bastar a Casado para apuntalar sin problemas la segunda posición y, con un posible baile de escaños, incluso optar a la presidencia. No me parece un disparate.

Predicción con horquilla:  82/89 escaños

Resultado más probable: 87 escaños

Vox.- Entramos en el terreno más complejo, que es el de ese último escaño en cada circunscripción que puede ir hasta a cuatro partidos distintos. Atribuir gran parte de esos escaños a Vox es puro voluntarismo, pero así lo he hecho. Explico por qué: para empezar, la ausencia en los debates, bien gestionada, puede ser una ventaja. A nadie le gusta estar apartado de los medios durante los días cruciales de la campaña, pero igual los medios ya no son tan importantes. Mientras sus cuatro rivales estaban debatiendo con frases mil veces estudiadas y los mejores asesores del país mirando entre bambalinas, probablemente Abascal siguiera pateándose el país con el "Que viva España" de fondo. Mientras los sesudos analistas dedicamos horas de nuestro tiempo a comentar tal frase o tal movimiento de un candidato, los de Vox están trabajándose Forocoches, Twitter y todas las plataformas de Internet que han tenido que crear durante los años de anonimato mediático.

Aparte, el hecho de no tener que explicar un programa que no existe, que se basa en una especie de "España y punto" que suena al "America First" de Trump pero sin una sola medida económica de peso, es un alivio para ellos. Por supuesto, Vox es un partido de extrema derecha, pero han conseguido que tanto Ciudadanos como PP blanqueen su imagen en aras del poder de manera que los matices se pierden... y si, como decía al principio, en tiempos de exageración gana siempre el más exagerado, es legítimo pensar que el mensaje de Vox vaya a calar hondo como caló el de Podemos en 2015 y 2016.

Predicción con horquilla: 40/58 escaños

Resultado más probable: 47 escaños

Ciudadanos.- En su contra juega el poco músculo electoral que ha demostrado en las dos últimas convocatorias de generales, con resultados claramente por debajo de lo que marcaban las encuestas, no tanto en porcentaje como en escaños. A Ciudadanos le cuesta mucho enganchar con el votante rural de derechas y sin embargo lo ha fiado todo al votante rural de derechas considerando que ya contaba con el votante urbano de centro y no necesitaba cuidarlo. En tres años han pasado de "la España moderna y constructiva" a los carteles con la bandera por todas partes y abrazar pactos con fuerzas claramente antieuropeístas, que era la mayor línea roja de su programa.

¿Le funcionará? Dependerá mucho de la capacidad de convicción de Rivera pero incluso dando por hecho que Rivera esté ganando debates, el terreno perdido es mucho: hace un año, Ciudadanos ganaba en las encuestas con un 22% de media. Al ver que, tras las elecciones andaluzas, bajaban al 18%, decidieron escorar el barco y evitar todo lo que no sea el "Sánchez, Sánchez, Sánchez" de manera machacona, obviando incluso sus propias medidas sociales, que podrían ser realmente interesantes. A banderas, creo que les va a ganar Vox de calle. Quizá por eso, ese 18% se ha convertido en tres meses -desde la manifestación de Colón aún no se sabe en nombre de qué- en un 14% y bajando. Teniendo en cuenta que Ciudadanos funciona bastante bien en grandes núcleos de población como Madrid, Barcelona, Valencia o Málaga, ese 14% implica que en pequeñas circunscripciones estará por debajo del 10%. Y así es imposible pillar algo.

Predicción con horquilla: 31/45 escaños

Resultado más probable: 37 escaños

Podemos.- El gran rival de Pablo Iglesias, como lo era para todos los candidatos de Izquierda Unida, es la abstención. El voto del descontento lo tiene que compartir con Vox, el voto de la novedad ha desaparecido y el voto "de izquierda" puede convertirse en un "voto útil" que vaya al PSOE. ¿Qué queda? Poca cosa. Los convencidos. Podemos está llamado a desaparecer prácticamente de la España rural, incluyendo gran parte de Galicia, y a ceder la hegemonía en Cataluña y País Vasco. No se sabe qué pasará en Madrid, donde buena parte de sus posibles votantes se están reservando para municipales y autonómicas, o en Valencia, donde el hecho de que las elecciones generales coincidan con las autonómicas puede beneficiar a Compromís.

Hubo un momento, hace cinco años, en el que a Podemos le gustaba hablar de transversalidad, pero esa transversalidad ha desaparecido y con ella buena parte de su electorado potencial. El exceso de culto al líder y las distintas escisiones que ha sufrido la formación en los últimos meses no ayuda a motivar a nadie a salir de casa para votarles. Me cuesta aceptar a pies juntillas lo de que solo los de izquierdas se abstienen, pero es cierto que hay gente que solo quiere su unicornio y que esa gente suele definirse de izquierdas, aún no sé muy bien por qué. Si Iglesias recupera su tono más antisistema y consigue convencer a los unicornistas de que es una víctima de las "malvadas cloacas" salvará los muebles. Si no, se puede venir una tremenda.

Predicción con horquilla: 24/35 escaños

Resultado más probable: 30 escaños

ERC.- Hay encuestas que le dan hasta dieciocho escaños. Es una barbaridad. ERC tiende a estar sobrevalorada en los sondeos y no me creo que la antigua Convergéncia se venga completamente abajo ni que el voto independentista vaya a alcanzar unas cifras en las generales que no alcanza ni en las catalanas. Todo ello, más una posible fuga de votos a la extrema izquierda independentista, hace que me cueste darles más de trece escaños, que ya sería un exitazo.

Resultado más probable: 13 escaños

Junts per Catalunya.- Lo dicho, es un partido con suficiente base en todas las provincias catalanas como para ir rascando aunque sea poco a poco. Perderá la hegemonía del independentismo y por bastante, pero no desaparecerá del mapa así por las buenas.

Predicción con horquilla: 5/6 escaños

Resultado más probable: 5 escaños

PNV.- Aquí debo de estar equivocado, porque todas las encuestas le dan de seis para arriba. Supongo que será porque creo que Maroto conseguirá su escaño por Álava. Me cuesta mucho pensar que el PP se vaya a quedar fuera de Álava, la verdad.


Resultado más probable: 5 escaños

Compromís.- Y aquí debo de estar equivocado a lo alto, pero me la juego porque creo que se está dando por hecho que el votante de Compromís para las autonómicas luego meterá la papeleta de Podemos o el PSOE para las generales y eso está por ver. Ya que vas, pues votas lo que te gusta. Supongo que sacarán dos por Valencia y uno por Alicante. El cuarto por Castellón es un poco exagerado, pero es lo que me sale...


Resultado más probable: 4 escaños

EH Bildu.- Sus resultados en generales siempre son inferiores a los de autonómicas y el País Vasco reparte relativamente pocos escaños. No descarto un tercer escaño por Álava, pero de momento se lo doy al PP.


Predicción con horquilla: 2-3 escaños

Resultado más probable: 2 escaños

Coalición Canaria.- Estarán muy al límite en las dos circunscripciones, pero yo creo que el de Tenerife sí que lo saca (como casi siempre).

Resultado más probable: 1 escaño

En Marea.- La izquierda en Galicia es tal lío que es imposible saber por dónde van a tirar los votantes: En Marea, BNG y Podemos luchan por un mismo electorado y no es un electorado demasiado grande, la verdad. Creo que en Pontevedra y en  A Coruña tienen opciones pero limitadas.

Predicción con horquilla: 0-2 escaños

Resultado más probable: 0 escaños

PACMA.- Para mí, puede ser el partido decisivo. Si consigue movilizar un 1-2% del electorado de izquierdas y no convierte ese porcentaje en escaños (que es lo más probable), puede desnivelar la balanza del gobierno a favor de la derecha. Por supuesto, no será culpa suya, solo faltaba. El que quiera votar al PACMA debe votar al PACMA sin sentirse culpable, en eso consiste la democracia. Esto es solo un apunte estadístico. Igual que a la derecha le perjudicó la irrelevancia de Vox en el pasado, a la izquierda le puede perjudicar un porcentaje alto de una fuerza no parlamentaria. Es ley de vida.

RESUMEN

PSOE 119 (115-124)

PP  87 (82-89)

VOX  47  (40-58)

Ciudadanos 37  (31-45)

Podemos 30  (24-35)

ERC  13

JxC  5 (5-6)

PNV 5 

Compromís 4

EH Bildu 2 (2-3)

CC 1

En Marea 0 (0-2)

COALICIONES 

PSOE + Podemos + Compromís: 153 escaños 

PSOE + Podemos + Compromís + PNV + ERC: 171 escaños 

Si el PSOE quiere gobernar mirando a su izquierda, necesitará los cinco diputados de Junts Per Catalunya, cuyo candidato ya ha dicho que solo los cederá si se acepta un referéndum de autodeterminación. No sale ninguna otra combinación. Probablemente, hubiera que repetir elecciones.


PSOE + Ciudadanos: 156 escaños

Rivera ha jurado por lo más sagrado que "never, never, never", pero es que ni dando la vuelta salen los números.

PP + Vox : 134 escaños

PP + Vox + Ciudadanos: 171 escaños

Con todo, este gobierno tiene la posibilidad más alta, siempre que:

- La izquierda se desmovilice o divida demasiado su voto

- Ciudadanos recupere voto del PSOE

- PP y Ciudadanos acepten las condiciones de Abascal, que para algo sería la tercera fuerza política del país.

En cualquier caso, recuerden, esto es solo un juego. La realidad, la veremos el domingo.

viernes, abril 12, 2019

El hipocondríaco, ¿nace o se hace?



Lo jodido de ser hipocondríaco es que no hay manera de saber cuándo uno es un exagerado y cuándo es un puto héroe. La cuestión apenas admite matices. De repente sales de casa y, por lo que sea, notas que no puedes chasquear un dedo de la mano derecha. No parece un gran problema si se ve desde fuera, pero el cuerpo se empeña en repetir ese movimiento que ha hecho toda la vida y que ya no puede hacer con naturalidad y al estrellarse una y otra vez ante la realidad dispara todas sus alarmas. Lo que era un paseo para ver a una amiga en el Círculo de Bellas Artes se convierte inopinadamente en un suplicio de sudores, angustias, vértigos y mareos... y ya da igual que el dedo acabe chasqueando de manera más o menos normal: el proceso ha arrancado y es imposible de parar.

Porque el problema de todo esto, el problema de la enfermedad -imposible ponerle otro nombre- es que uno no decide cuándo acabar con ella. Puede recurrir a algún tipo de ansiolítico, pero el efecto es limitado. Si el paseo ha sido horrible, imaginen el resto del día: la amiga habla pero yo no la escucho, yo estoy pendiente de la siguiente señal del ictus o de la esclerosis o del tumor cerebral. Yo imagino a mi hijo de cuatro años huérfano, anticipo mis últimos días como vegetal en la cama iniciando debates sobre la eutanasia... y cuando salgo para Valdemoro rumbo a cinco horas ininterrumpidas de clase, tengo que parar hasta dos veces en dos bares para visitar el cuarto de baño, completamente descompuesto.

Y la cosa ya no va a ir a mejor, está claro. Te pones a trabajar y trabajas. Apenas te tienes de pie pero trabajas, te sientes completamente aturdido, abotargado, como si todos los nervios se erizaran y se pusieran en tu contra a la vez, una mezcla de parestesias e hiperestesias que se van alternando sin sentido. Crees que en cualquier momento te vas a venir al suelo pero sigues de pie. Explicando. Repasando. Contestando preguntas. Yendo de la pizarra a la mesa y de la mesa a la pizarra. Y es ahí donde te planteas qué es lo que está pasando, porque igual la cosa sí que admite matices y en realidad estás siendo un exagerado -obviamente no tienes un ictus- pero hasta cierto punto también estás siendo un héroe, porque no te rindes, porque no te metes en la cama y confías en que el mundo desaparezca, porque no buscas como sea una baja por exceso de estrés, exceso de ansiedad, exceso de vida, sino que intentas seguir adelante. Dándole la coña a todo el mundo y completamente ausente, eso es cierto, pero intentas seguir adelante y coges el autobús de vuelta, con sus tres cuartos de hora de recorrido y después el metro, subes escaleras, bajas escaleras, caminas hasta casa e incluso tienes tiempo de jugar un rato con tu hijo e intentar que él no se entere de nada, hasta que por fin se va a dormir y entonces, ya sí, te derrumbas.

*

Pido en clase que alguien me cuente algo positivo del último fin de semana. Al no encontrar ni una sola respuesta, amplío el plazo a la última semana. Una chica dice que ha aprobado su examen de filosofía pero eso es todo. No está mal, era sobre Kant. Les hago ver, en cualquier caso, que es imposible que no les haya pasado nada positivo en los últimos días. Les sugiero que, quizá, igual que sienten que sus clases de inglés ya no son mágicas aunque puedan serlo, también sus vidas -nuestras vidas, yo me incluyo- hayan perdido también esa parte de entusiasmo ante la novedad. Que todo suene a repetido.

De ahí, al menos en mi caso, la nostalgia. En la biografía de Paul McCartney se menciona un estreno en el Cine Odeon de Leicester Square e inmediatamente mi cerebro me traslada a un McDonald´s de Londres, planta de arriba, viaje de verano con T. en nuestro primer año de novios. Somos felices y el cine queda delante de nosotros. Pensamos en meternos a ver una película pero acabamos en Covent Garden, por la noche ella escribe en mi diario una entrada preciosa sobre un chico de ojos azules.

*

No quise escribir ayer sobre la muerte de mi padre justo porque era el aniversario. Tampoco me apetece contar mucho hoy. Además, no tengo nada original que decir, nada más que, según pasan los años, uno se olvida de las rutinas, de los movimientos, del timbre de la voz, de las frases hechas, de todo lo que configura a un ser humano y lo hace especial. La muerte es eso, sin más. O quizá, de nuevo, la muerte sea cualquier otra cosa y el problema seamos nosotros.

lunes, abril 08, 2019

Band on the run


Leo la biografía de Paul McCartney en busca del santo grial de la separación de los Beatles. Poca cosa que no supiera. Philip Norman prácticamente calca el libro que escribió sobre John Lennon para explicar todos esos años -y todos esos años son más de cuatrocientas páginas, ojo- solo que quizá es aún más duro con John, Yoko y George. La amistad de Norman con McCartney es reciente. Hasta que publicara en 2009 la citada biografía sobre Lennon, más bien podrían considerarse enemigos irreconciliables.

Con todo, Norman sigue alejándose de la hipótesis "Yoko acabó con todo" y se mantiene en su "John y George acabaron con todo". Yoko simplemente pasaba por ahí: una princesita japonesa con ínfulas de "enfant terrible", miembro de una de las familias más ricas de Asia y que no entendía que la gente no se inclinara a su paso. El daño estaba hecho de antes, y me cuesta no ver aquí un ejemplo más de la autodestrucción y cobardía de John, aparte de su psicoanalítica búsqueda desesperada de la madre que perdió cuando tenía dieciocho años.

¿Debió Yoko meterse en el estudio de grabación del grupo más importante del planeta y ponerse a opinar sobre todo? No. ¿John tenía bien claro que llevarla casi a la fuerza y ponerle un micrófono delante para que opinara iba a desestabilizar a sus compañeros? Exacto. Por eso lo hizo. No se sabe por qué pero, pese a que sus composiciones eran cada vez más brillantes, John estaba convencido de que la que siempre había sido SU banda, SUS Quarrymen, cada vez era más la banda de Paul, especialmente después de la muerte por sobredosis de Brian Epstein. Y no le gustaba nada, pero tampoco iba a dar la cara y decirlo.

Por otro lado, habría dado igual. George tampoco quería estar ahí. A la fama ha pasado su discusión con Paul registrada en el documental "Get back", pero antes había vetado prácticamente cualquier propuesta de los otros tres, había mandado a tomar por culo a Yoko delante de todos, se había enfrentado personalmente a John ante la clásica diplomacia de McCartney y se había marchado del grupo en pleno rodaje. George se habría ido definitivamente en cualquier otro momento de aquel 1969 y, si no, en 1970 o en 1971, eso estaba claro. John se hizo adicto a la heroína y se dedicó al menos desde 1968 a buscar su propia zona de confort. En cuanto a Ringo, baste con decir que fue el primero en abandonar la banda, durante la grabación del "White Album", consciente de que ninguno de sus compañeros le veían como necesario.

En medio, quedaba Paul. El que se empeñó en fundar Apple, el que se empeñó en hacer como si nada, el que quiso hacer de pegamento y entendió que la mejor manera era explicarle a todo el mundo lo que tenía que hacer. El que, con su actitud perfeccionista y paternalista -quiso convertir a los Beatles en los Wings, hasta ese punto esaba alejado de la realidad- acabó desquiciando a todos tanto como los había desquiciado antes Yoko Ono. Sus canciones irritaban a John y a George y su intento de meter a su suegro como nuevo director de Apple y controlador de las finanzas comunes le alejó incluso de Ringo.

Aquello era tal desastre que es imposible dar un solo nombre como culpable. Ni siquiera Allan Klein, porque al fin y al cabo, para Allan Klein era de vital importancia que los Beatles siguieran. Si no, ¿cómo iba a continuar estafándoles? Ahí estaban un espiritualista amargado, un heroinómano colgado de una relación enfermiza, un tipo que sentía -con razón- que no encajaba y un hiperactivo que solo confiaba en su manera de ver las cosas. ¿Qué podía salir mal? Sus carreras en solitario dan fe de aquel pandemonio: la de Lennon duró cinco años, hasta que se metió en el Dakota a cuidar a Sean. La de Harrison no pasó de la década pese a todo el "estreñimiento" que decía haber acumulado. Su canción más famosa resultó ser un plagio. En cuanto a Paul, hasta "Band on the run" rozó el esperpento con ese rollo Wings de hacer versiones de "Mary had a little lamb". Problemas con las drogas y con la justicia. Un empeño absurdo en convertir a la fotógrafa Linda Eastman en su nueva John Lennon.

Curiosamente, el que mejor parado salió de todo aquello fue Ringo. En todas las apariciones televisivas que uno puede rescatar en YouTube, se le ve relajado, sonriente, tras sus clásicas gafas de sol, viviendo una desacomplejada vida de millonario y vendiendo barbaridades de discos con versiones chapuceras de éxitos del soul y el rock. Ahí sigue, con 79 años y sin perder las formas. El único del que Philip Norman jamás escribirá una biografía. El único que -tal vez- fue feliz.

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"Debut", de Christina Rosenvinge: Bien, en reglas generales. Una trayectoria impresionante, desde las maquetas con Álex de la Nuez a mediados de los ochenta al éxito pop blandengue al coqueteo con un rock algo más digno de ese nombre a la experimentación "grunge" en Nueva York al retorno a España y los años gloriosos de "Continental 62" y "Mi labio superior". Mucho "name-dropping" y una curiosa mezcla de sinceridad en torno a sí misma, siempre dispuesta a reírse de sus errores, y cierta altivez, incluso falta de generosidad, en otros aspectos.

Por ejemplo, en 1991, cuando nadie daba un duro por la chica de "Chas y aparezco a tu lado" que quería ser rockera, juntó a una banda llamada "Los subterráneos" y grabaron un disco espectacular que la puso de nuevo en lo más alto de las listas y le devolvió la popularidad ochentera. Fue un momento clave en su carrera, sin duda, porque sin ese disco, ¿estamos seguros de que habría existido todo lo demás? Sin embargo, no hay una sola mención a Los Subterráneos como tales, ni un solo agradecimiento, ni una anécdota cariñosa. Nada. "Los amigos de Teresa (su hermana)" se dice en un momento, algunos de los cuales eran "músicos de Sabina". Como si necesitara poner una distancia aséptica sobre un grupo de profesionales en el auge de sus carreras que como mínimo la ayudaron a recomponer la suya.

En cuanto al disco en sí, apenas lo menciona. Que fue bien, dice, y cuenta la historia de Sarah, que ya me contó a mí en la entrevista que tuvimos en 2006, cuando sus hijos tenían la edad de Álvaro y correteaban por un parque cerca del Delic. Pocas hojas más tardes, vuelve hacia atrás la mirada pero para quejarse: "No me gustaba el sonido, no me sentía reconocida en ese disco". Lo dicho, poca generosidad. No solo de Lee Ranaldo vive la reputación del artista.

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Quien decidió que la mejor manera de ganar unas elecciones era atacar todo el rato, con sentido o sin él, a Pedro Sánchez no ha visto una edición de Gran Hermano en su puta vida.

jueves, abril 04, 2019

República luminosa



Escribir es relativamente fácil. Escribir bien es otra cosa. Uno no se hace a la idea de la cantidad de decisiones que hay que tomar para rellenar doscientas, trescientas páginas con una mínima voluntad de estilo. Si hay algo que admiro en Andrés Barba es que nunca descuida su obligación en ese sentido: siempre elige la mejor estructura, siempre la palabra clave que, sin resultar recargada, tampoco caiga en el tópico ni en la pereza.

Es difícil descubrir nuevas cosas en alguien que a los 43 años lleva una decena de libros publicados, todos ellos de calidad. En realidad, el lector convencido lo que busca no son sorpresas sino garantías, confía en que el siguiente libro no cambiará su opinión sobre al autor, que no le obligará a bajarle del pedestal y mitigar su admiración. En ese sentido, "República luminosa" cumple el objetivo. Pese a las lagunas obvias en la narración y unos cambios de ritmo difíciles de entender, el libro es excelente. Sobre todo teniendo en cuenta lo que se viene publicando. Barba elige la primera persona -algo no demasiado habitual en él- y quizá por eso mismo le sale un narrador algo extraño, demasiado alejado y cercano a la vez, que pasa por encima de determinados detalles con demasiada facilidad y luego alarga la atención sobre otros de manera no del todo justificada.

Lo curioso es que, si no estuviera tan bien escrita, si no hubiera tanto mimo en no caer en excesos y si ese narrador despertara más a menudo de su nostalgia, "República luminosa" podría encajar perfectamente en la literatura de entretenimiento que acaba en película de Holywood -o en serie de Netflix, que viene a ser lo mismo-. Puliendo un poco determinados detalles de la trama, estaríamos ante una historia potentísima y muy original, aunque a veces avance casi como un borrador que apunta más que desarrolla. Obviamente, es una decisión premeditada: Barba podría haber elegido un ritmo frenético y un montón de giros y escenas de acción... pero no sería Barba.

Con todo, queda una novela sin personajes pero con atmósfera y misterio. Eso tampoco es habitual en su trayectoria pero le funciona porque sus recursos son abundantes. Una novela en la que el autor hace el esfuerzo por salirse de su zona de confort y le sale algo que es bueno no solo por su resultado concreto sino por la promesa de obras posteriores aún mejores. La infancia ha sido siempre el territorio en el que Barba se ha sentido más cómodo. La infancia en el sentido menos inocente del término, siempre en el abismo de la crueldad, de la sexualidad, de la violencia. Aquí tenemos más de eso pero de otra manera. Eso siempre es bueno.

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La ventaja de no escribir en ningún suplemento ni ninguna revista es que uno puede añadir lo que quiera a sus críticas. Añadir, por ejemplo, la última vez que vi a Andrés Barba. Fue en la puerta de una casa que quedaba al lado de la calle Topete, la misma calle donde mi padre vivió durante tres o cuatro años mientras preparaba oposiciones a meteorólogo. Fue una visita exprés porque él cogía un avión esa misma tarde para ir a Buenos Aires, donde pensaba quedarse una temporada. Dos días antes, habíamos coincidido en la presentación de su libro "En presencia de un payaso" en la planta baja de Tipos Infames y me había invitado a su cumpleaños, que celebraba a continuación.

Ahí me planté yo, es decir nadie, rodeado de editores, agentes, escritores de primera fila en un bar de Malasaña. Andrés siempre me presentaba como "el director de la revista Mercurio" y yo me callaba más que nada porque no quería dejarle mal. Cuando ya por fin me atreví a decirle que yo en Mercurio no he escrito ni una palabra... pero que sí dirigí "Unfollow", revista para la que le compramos un relato que abrió el primer número, me pareció ver un gesto de decepción en su rostro, aunque quizá el que se sentía decepcionado era yo y eso era todo.

Le hablé de "El pingüino". Era cuando aún intentaba vender la novela, cuando aún tenía un mínimo de confianza en mí mismo. El niño acababa de nacer, así que hablamos de 2015, probablemente, y el libro tenía por lo tanto tres o cuatro años, no más, y había estado a punto de publicarse en Libros del Silencio pero la enfermedad se llevó por delante a Gonzalo Canedo y, con Canedo, la posible publicación. Semanas después, la misma enfermedad acabaría con mi padre, el de la calle Topete, pero esa es otra historia.

El caso es que Andrés se ofreció a leerla, que es algo que nadie debería hacer porque, salvo milagro, vas a perder amigos. No tuve que esperar demasiado su respuesta, que llegó al poco de aterrizar en Argentina: no le había gustado nada. Nada de nada. La destrozaba en tres o cuatro párrafos como se destroza la obra de un principiante con ínfulas. A mí no me agradó una respuesta así porque a nadie le agrada una respuesta así, pero tampoco me pareció algo personal. Lees algo y no te gusta. ¿Cuántas veces pasa eso? No vi la ofensa por ningún lado y le contesté que su "payaso" sí me estaba gustando a mí, básicamente porque era verdad.

A las pocas horas me contestó sorprendido. "No esperaba que me volvieras a escribir después de lo que dije de tu libro". Era un email emotivo, en el que contaba varias cosas sobre su vida profesional y personal que no vienen a cuento ahora. Cruzamos un par de correos más y nos comprometimos a comer o cenar en Madrid en cuanto volviera. Las cosas no parecían irle demasiado bien, pero no sé qué significa "demasiado bien" en una estrella de la literatura. El caso es que aquella crisis fue momentánea. Andrés volvió, siguió publicando, le dieron el Herralde y desapareció. Por supuesto, yo le felicité por email, por móvil y le recordé la comida que teníamos pendiente. No contestó nunca. Quizá ya por entonces tenía claro que yo no era el director de la revista Mercurio y tendría cosas mucho más importantes que hacer.

martes, abril 02, 2019

El verano será eterno


Cuando murió el padre de Sofía, yo estaba dando clases de inglés en una academia para jubilados. Era finales de primavera de 2014, mi mujer estaba embarazada y acababa de cumplirse un año de la muerte de mi propio padre. No recuerdo que aquella fuera una llamada lacrimógena y dramática. Más bien, era una mezcla de confusión y cierta angustia, algo así como "Mi padre se acaba de morir, está tirado en la cama, ¿qué tengo que hacer ahora?".

Esa es una buena cuestión, muy práctica. ¿Qué se hace cuando se muere tu padre? Y con esto no me refiero, claro, a qué debes sentir, qué debes expresar, cómo gestionar mejor tus emociones, tus culpas, incluso cómo cumplir con las expectativas que los demás ponen en ti en ese momento: no solo sufres, sino hasta cierto punto, debes demostrar que estás sufriendo, no vayan a pensar... La pregunta iba por otro lado, apelaba al horror práctico, burocrático, los pasos a seguir. Dejé la clase inmediatamente, cancelé la siguiente -sospecho que eso tuvo que ver en que no me renovaran el contrato al año siguiente- y me fui corriendo a hacer lo que pudiera hacer, porque confiar en mí para cuestiones prácticas es un disparate enorme.

Recuerdo que fuimos al ambulatorio, para ver si alguien podía ir a certificar la defunción. Sé que nos tuvieron esperando bastante tiempo pero en general fueron bastante comprensivos. Sé que compramos los certificados, que la madre vistió al padre con sus mejores galas, es decir, vistió un cuerpo ya frío, inerte, pesado... y sin embargo con los rasgos de siempre, los de ayer, los de hace diez, veinte, treinta años de amor y vida en común. Sé que hablamos con una funeraria y que buscamos papeles por todos lados a ver si había algún seguro que pagara todo eso.

Sé, también, que empezaron a llegar amigos del padre y empezaron a hacerse cargo de la situación, lo que sin duda fue un gran alivio tanto para Sofía como para mí. Yo intentaba estar a todo pero no llegaba: intentaba estar tranquilo porque consideraba que si estaba ahí era para estar tranquilo, intentaba estar lúcido porque la situación lo requería y sobre todo intentaba estar pendiente de Sofía por si el derrumbamiento llegaba en algún momento. Pensé en quedarme a pasar la noche pero no hizo falta. Me volví a casa. A los pocos días pasamos una mañana rellenando papeles. Sofía no solo parece frágil sino que es frágil. Como todos. Y durante aquellos días estuvo completamente perdida, superada, como si no entendiera lo complicado que es morirse, la cantidad de documentos que requiere la muerte.

Han tenido que pasar cinco años para superar ese aturdimiento y empezar a colocar piezas. Yo llevo seis y aún no lo consigo. La palabra "papá", por ejemplo, solo se la tolero a mi hijo. Sin embargo, Sofía ha logrado crear su propia catarsis en forma de espectáculo de música y danza en los teatros del Canal, rozando límites que impresionan a cualquier huérfano sin caer en ningún tipo de tremendismo, como no cayó en aquella primera llamada de hace cinco años. Lo recomendaría si supiera cuándo se va a representar de nuevo, pero no lo sé, así que me limitaré a recomendar a Sofía, así, como concepto, más que nada porque ella también se dedica a dar clases de inglés y lo mismo tampoco le renuevan ningún contrato.

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Albert Rivera ofrece un gobierno de coalición a Pablo Casado, es decir, hace obvia la desesperación. Casado, como buen proyecto de "macho alfa" le despacha con un ministerio de asuntos exteriores. Rivera, dolido, le contesta en un conocido programa de televisión donde en general se le trata bastante bien que si al final el que gana es él, propone nombrar a Casado "ministro de universidades". 

Es curioso que se haya hablado tan poco de esto y de lo que esconde. Rivera no dice "ministro de educación" como podría decir de industria. Dice "de universidades", un cargo que no existe. Y lo dice porque sabe que a Casado le han investigado por una posible falsificación de su máster. No solo lo sabe, sino que ironiza sobre ello, lo cual es una manera de compadrear con el público y decir: "Todos sabemos que..." y guiñar un ojo. Todos menos la jueza, hay que aclarar, por cierto, porque Rivera no se encargó de ello.

A mí me parece bien que Rivera crea -o haga creer- que Casado de manera directa o indirecta ha falsificado su título, cosa que a Cristina Cifuentes no solo le costó la carrera sino puede costarle la libertad. Lo que no acabo de entender es cómo se pasa en menos de veinticuatro horas de ofrecerte a gobernar con alguien a reconocer que ese alguien te parece un tramposo capaz de cualquier cosa con tal de prosperar. "Emergencia nacional", lo llaman, y ya se sabe que la culpa de todo es de Sánchez -incluso lo de Villarejo con Iglesias es culpa de Sánchez han apuntado esta mañana en Onda Cero para no salirse del guion-. Bien, si de verdad hay un incendio, habrá que tener cuidado a la hora de elegir los bomberos. No vaya a ser que se empeñen en pisarse la manguera mientras se señalan con el dedo.

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Ser Merlí es atractivo, incluso deseable, si consigues que tu vida quepa en capítulos de cincuenta minutos. Si después de cada problema, de cada desplante, de cada ataque a tu forma de pensar, de cada mirada al abismo, se puede hacer un fundido en negro y pasar a otro plano. Si no existen consecuencias o las consecuencias las escribe un guionista amable. Si eres capaz de dejarte la vida en dos minutos de escena sabiendo que vas a poder descansar durante las siguientes tres secuencias. De lo contrario, ser Merlí es directamente imposible, como quizá sea imposible ser el "Übermensch" de Nietzsche. Ser Merlí -y aquí hablo a título completamente personal- implicaría arrastrar aún más responsabilidades, más culpas, más disgustos, más dudas, más enemistades... y no, no lo podría soportar porque la herencia judeocristiana y tal y cual.

Ahora bien, como decía el otro día, el hecho de que durante esos dos minutos de escena, durante esos cincuenta minutos de capítulo, parezca posible e incluso es beneficioso, me reconforta una barbaridad. Como si me sintiera en casa. Como si aún pudiera aspirar a ser ese Príncipe Vogelfrei que volaba libre mientras cantaba alegre. Ni Dios ni Amo ni CNT. Y luego se empeñan en que el pobre Friedrich era un nazi...

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Christina Rosenvinge publica algo parecido a una autobiografía basándose en el repaso de sus canciones. Obviamente, tardo tres minutos en encargarla por internet. Christina es uno de los personajes más apasionantes que han existido en los últimos treinta años: la adolescente que se movía por las rendijas de la Movida madrileña, la joven a la que le llegó el éxito cuando solo quería divertirse, la maravillosa compositora de "Que me parta un rayo", la que conocí junto a Ray Loriga en un concierto de Los Rodríguez y Manolo Tena en la Plaza de las Ventas, allá por 1993. La que "desapareció" de nuestro radar y volvió a aparecer y lo dejó con Ray pero se lió con Nacho y en medio compuso algunos discos descomunales, primero en inglés y luego en español. Todo eso sin volverse loca. Pienso devorarlo sin piedad alguna.