Lo que no sabe Mar es que me saca los colores cada vez que se refiere a mí como guionista. Primero, porque no lo soy, y tampoco tengo tiempo suficiente en cada presentación como para explicar todo lo que soy y no soy. Segundo, porque me gustaría serlo y casi me obliga a sacar orgullo, talento y tiempo y ponerme de verdad a hacer por fin el guión que siempre he querido hacer para un corto.
Tampoco sabe -y si lo sabe no lo hace notar- lo importante que es para mí estar en sus pequeñas reuniones, sentirme tan atendido, poder ver cortometrajes más o menos afortunados, pero llenos de ilusión, poder conocer a gente tan singular y llena de imaginación como el argentino Darío Adanti, co-director del prodigioso "Otro corto con niños".
Poder colarme ahí, silencioso, camaleónico, desconocido, para aprender porque de eso se trata. He encontrado otra respuesta a la pregunta: "¿Y tú exactamente qué haces?" Pues mire usted, yo, básicamente, aprendo. En eso estoy.
Mar procurando que no me quede aparte, Mar invitándome a fiestas, Mar ocupándose de que mis amigas tengan todas las facilidades que ella puede proporcionarles y que siempre echo de menos que alguien me proporcione a mí... Mar, en definitiva; y es que es una especie de Sandrita, la chica para todo de Vicious Records: no hay nadie que no coincida en que es un encanto. Esa sonrisa, además...
Y hablando de Vicious y encantos y entusiasmo, la breve pero intensa comida con Víctor Alfaro -encuentro de colosos- en el Malaspina, para que nadie diga luego que sólo llevo chicas a ese sitio. Un montón de coincidencias y causas comunes. Un montón de respeto mutuo, también. Un montón de encuentros y comidas por delante, eso seguro...
El Estado es un sensor
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*por Yaiza Santos*
Enumeró, en contra de su costumbre, lo que hasta ese momento había
declarado el señor Víctor de Aldama ante el juez. Por ejemplo los p...
Hace 4 horas