Una de las ventajas que siempre ha tenido la revista Almiar es lo bien colocadas que están sus páginas en las búsquedas de Google. Me lo decía Álex Brendemühl en San Sebastián: "Todo el mundo ha leído tu artículo porque en cuanto buscas mi nombre es lo primero que aparece". Y casi tres años después, ahí sigue estando.
Almiar es una revista que vive de Google, de hecho. Prácticamente nadie la conoce directamente, quiero decir, de sus 100.000 visitantes únicos mensuales, más de un 80% "encuentra" la página en un buscador. El resto son fieles, sí, pero son pocos.
El caso es que, después de los cinco meses de reportaje, Google la ha tomado con mi artículo de "La Hora Chanante" y, o no lo mete en el índice, o lo mete demasiado atrás y tengo que ir de página en página colgando el enlace para que los "freaks" lo puedan leer. No es mala táctica y no está saliendo mal, pero es cansado, simplemente.
Y eso de que uno escribe para sí mismo suena muy bien, pero yo, definitivamente, escribo para los demás.
El Estado es un sensor
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*por Yaiza Santos*
Enumeró, en contra de su costumbre, lo que hasta ese momento había
declarado el señor Víctor de Aldama ante el juez. Por ejemplo los p...
Hace 4 horas