viernes, octubre 30, 2009

La inmensa torpeza del PP



A mí no me gusta caer en tópicos. No me gusta empezar con los rollos "los partidos de izquierda son así y los de derecha...". Yo creo en gente, con nombres y apellidos y momentos históricos y por supuesto que este PSOE me parece el menos válido de la historia democrática para gobernar, pero lo del PP roza lo cómico directamente. Ayer estaba viendo un documental de la HBO sobre las primarias entre Obama y Clinton y se da uno cuenta de que el nivel político, nos pongamos como nos pongamos y por muy anti-americanos que queramos ser no es el mismo, precisamente.

Ahora mismo, el PP está metido en dos follones considerables: la operación "Gurtel", que directamente tiene consecuencias penales y el reparto de poder en Cajamadrid, que está teniendo unas consecuencias políticas internas devastadoras. Aparte del análisis que se pueda hacer de ambas cuestiones, lo primero que llama la atención es la tenacidad con la que el propio PP se empeña en mantenerlas en candelero. Si en Valencia hay una trama de corrupción, pues tirémonos todos los trastos a la cabeza con un continuo: "Yo no he sido y si he sido, tú más", de manera que cada día los periódicos tengan una noticia que dar al respecto y la imagen del partido se vea aún más dañada.

Si en Madrid hay una evidente guerra interna, ¿por qué mantenerla oculta? No, hombre, que todos se enteren. De acuerdo que Manuel Cobo metió la pata acusando a Aguirre de utilizar métodos nazis, lo cual, sin duda, coincidiremos, es un exceso, pero, ¿cuál es la reacción inmediata? Manifiestos de alcaldes, declaraciones en prensa, presiones para forzar el cese del tal Cobo... Es decir, darle vueltas y vueltas a la madeja hasta el punto que el propio Comité de Garantías del partido tuvo que reconocer que las presiones eran "inadmisibles".

Permítanme que no sea objetivo aquí y que me dé el gusto de hablar sin saber, pero no me fío de Esperanza Aguirre. Es obvio que en Cajamadrid había un reparto de poder y es obvio que Aguirre no entiende el término "reparto". Ha ido arrinconando a todos sus oponentes políticos dentro de su partido y de su Comunidad y si se le escapó Génova fue por los pelos, pero desde luego Cajamadrid no se le iba a escapar. Lo que pasa es que como su afán de poder es tan torpe como el del resto de miembros de su partido, no se le ocurrió otra cosa que proponer a Ignacio González, su mano derecha. Así, con un par.

Por supuesto, el Ayuntamiento reaccionó. Sobrerreaccionó, de hecho. Y los lumbreras de la Comunidad, para evitar que nadie les acuse de ansiosos y prepotentes, pues reaccionan con ansia y prepotencia y obligan a todos los alcaldes aguirristas de Madrid -todos los alcaldes, en definitiva, porque el PP en Madrid, salvo la capital, es Aguirre- a firmar manifiestos y salir a los periódicos.

¿Cuál hubiera sido la reacción del PSOE en todo esto? Veamos: imaginen que se descubre la financiación ilegal de su partido o algo más simple, más local, subvenciones extrañas y tratos de favor sospechosos en Andalucía. Bueno, o se dice "que hable la Justicia" y cuando habla se dice que se equivocó, o si la cosa es muy evidente, se echa a dos o tres y a hablar de otra cosa. Imaginen ahora que un importante líder socialista -Rodríguez Ibarra, por ejemplo- pone a caer de un burro a otro importante líder socialista -no sé, Pasqual Maragall, se me ocurre-. ¿Qué pasa? Se apela a las distintas sensibilidades del PSOE, a cómo eso enriquece el debate y en la primera oportunidad ambos se dan un abrazo ante las cámaras.

Cada uno tendrá su opinión sobre qué partido es mejor y qué partido es peor, pero creo que todos tenemos bastante claro quién es el más torpe, con diferencia.

jueves, octubre 29, 2009

La Cabra Mecánica se despide en Madrid


A veces, uno tenía esa sensación horrorosa de estar viviendo el último acto de algo. De algo hermoso, quiero decir. Ese punto de "vale, ¿y si es verdad que no vuelve a tocar como La Cabra Mecánica y por lo tanto no volvemos a oír todas estas canciones?" Supongo que Lichis no tiene un planteamiento tan excluyente, de manera que Miguelito podrá seguir cantando "Hotel Lichis" o "La canción de las plantas" y todos tan contentos.

En cualquier caso, lo que se avecina es algo nuevo y eso nos deja al borde del abismo.

Primero de los tres conciertos en Galileo. Despedida de Madrid por todo lo alto. Ayer, prensa e invitados, con lo bueno y lo malo. Lo bueno: concierto gratis. Lo malo: demasiada gente poco atenta, excepto los que estábamos ahí delante dándolo todo. Cuando los conciertos se convierten en eventos sociales lo mejor es salir de ahí en cuanto acaba el último bis.

Pero lo de en medio... en fin, ¿qué puedo decirles? Lichis combina cantidad y calidad, que es algo muy complicado. No es sólo que pueda hacer una canción genial sino que puede hacer 26 canciones geniales y además tocarlas todas seguidas una tras otra, sin desfallecer, partiéndose la camisa, con sus Pepo, Polaino y compañía marcando ritmo, nada de concesiones, nada de pausa. Música a todo trapo durante una hora y cuarenta y cinco minutos como si no fuera la última vez (o la antepenúltima vez). Ni un solo vistazo al pasado ni al futuro.

Fue hermoso. Hermoso y agotador, como todo lo hermoso. Fue "Felicidad" y a partir de ahí el derroche de talento, incluyendo la no demasiado habitual "Todo a cien", una de mis favoritas. Es poco lo que tengo pero todo te lo doy. Fueron dos bises, es decir, dos salidas y entradas. Fue "Calavera se mama" y fue "Knocking on Heaven´s door" para acabar. Yo era un fan más. Yo no era nadie en concreto. No ocupé mi sitio en mi mesa. Yo botaba cuando la falta de amor llenaba los bares.

La facilidad de Lichis para abrumarme. Su vitalidad contagiosa, ese tipo delgado, con el pelo revuelto y la camisa sudorosa, dejándose la piel y dedicando canciones al Alcorcón. Volveremos a ser valientes, sí. Lichis sin decir adiós. Tengo un miedo horrible a que Lichis diga adiós, por mucho que intenten convencerme. Sería como irse de casa, sin saber muy bien adónde. Necesario pero inquietante.

Hoy y mañana habrá más. Conforme avanza el día veo más claro que de alguna manera el viernes estaré ahí. Por si acaso. Por si es la última oportunidad de gritar "Qué te follen". ¿Se imaginan el desastre? Sí, creo que ahí estaré berreando y bailando, pasando del blues al pop y del pop a la rumba y de la rumba al rock. Soy un yonki, yonki y todos mis amigos tocan funky, funky. Pediremos canciones imposibles. Pediremos "Drip pop" y "Terribles ochenta". Pediremos "En brazos del enemigo" y "Fiesta rave".

La rabia y el orgullo.

Y por supuesto, la luna.

miércoles, octubre 28, 2009

Alcorcón 4-Real Madrid 0



Por supuesto, me muero de ganas de empezar a colgarme medallas y soltar el rollo de "ya dije yo en agosto que este equipo era un desastre y la planificación había dejado mucho que desear", pero sinceramente me parece pronto. Cuando un equipo está diseñado única y exclusivamente para ganar, hay que esperar a que pierda definitivamente para tumbarlo. Si no, pasa lo del año de Capello.

Eso sí, lo que quedó claro ayer es que al Real Madrid le pasa algo que escapa el análisis objetivo y que no tengo manera de saber qué es: perder en casa ante el envejecido Milan está mal, pero perder 4-0 contra el sexto de su grupo en 2ªB con un equipo lleno de posibles titulares es un desastre. Por mucho que en la vuelta acaben 6-1 es un desastre incomprensible.

La crítica objetiva, la que parte de lo que sí conocemos y se abstrae de las posibles confabulaciones de Guti o Raúl o Casillas o los sospechosos habituales que normalmente son los únicos que acaban jugando a algo cuando vienen mal dadas, tiene que empezar por el principio: por el segundo advenimiento de Florentino Pérez como Mesías del madridismo y la ingenua -por decir algo- adoración de todos los medios de comunicación sin excepción alguna.

De acuerdo, Calderón era un tramposo y un posible delincuente, pero en un momento se borró todo su legado que, en lo deportivo, no había sido tan ruinoso: dos ligas en dos años y medio, una plantilla interesante y conjurada, capaz de competir incluso en sus peores días... No había llegado a la "excelencia" prometida y probablemente ni se había acercado, pero un desastre, lo que se dice un desastre no había sido.

Para desastre lo que dejó Pérez, con sus cero títulos en 2004, 2005 y 2006, López Caro de entrenador, Benito Floro de director deportivo y Fernando Martín de heredero. Aquello sí que era para echarse a temblar. Y llega el mismo tipo tres años después y la gente llena estadios para ver desfilar a sus estrellas. Todo olvidado.

Solo que el equipo se hizo mal. Se hizo muy mal. Tiene tanta calidad y guarda tanta capacidad competitiva que desde luego yo no lo descartaría para nada, ni siquiera para la Copa del Rey, pero está mal hecho. Igual que la plantilla del Barcelona es corta, son cosas que caen por su propio peso. Florentino volvió a fichar a Balones de Oro sin importarle dónde jugaban, qué interesaba al equipo ni seguir ningún plan deportivo. De hecho, al entrenador se le fichó después y fue tal la imprevisión que llegó Pellegrini, la cuarta o quinta opción en la lista.

Daba igual. Pérez no cree en la táctica ni en el fútbol. Cree en las matemáticas, como buen empresario: 300 millones en fichajes = 2-3 títulos. Fichó por una millonada a tres jugadores muy parecidos tácticamente: Benzema, Cristiano Ronaldo y Kaká. Esto lo llevo diciendo desde julio, así que no se me puede tachar de oportunista. Los tres sólo se encuentran cómodos con el balón en el pie y arrancando en velocidad. Ahí son decisivos y pueden marcar diferencias, pero ¿qué es de la asociación con los demás, el juego por banda, la posesión del balón...? Es más, ¿cómo conseguimos el balón?

Pues que coja Lass y las robe todas. Como Makelele. Compárese ese método con el de Guardiola y verán.

Ahora resulta que toda la culpa es de Pellegrini y desde luego algo de culpa tendrá de este desastre, pero en rigor no le han dejado hacer nada. Ni desde arriba ni desde abajo. Presión del presidente, vicios de los jugadores, desprecio de grada y prensa... eso incluso cuando el equipo iba con seis victorias en seis partidos y 20 goles marcados. El Madrid es, ahora mismo, un equipo inentrenable: Kaká, CR9 y Benzema tienen que jugar por la inversión que han supuesto. Eso deja al equipo sin bandas. Si alguno de los tres se va al banquillo, Pellegrini es un irresponsable. Si los tres juegan y no hay extremos, Pellegrini no tiene ni idea de fútbol moderno.

Además, lo dicho, si opta por sacar a algo parecido a un extremo o a alguien que combine en ataque, resulta que Lass y Xabi Alonso quedan anclados en el medio del campo, vendidos ante cualquier rival. El equipo funciona al contraataque y funciona muy bien. Tiene pegada. La coge uno, se chupa a cuatro y mete gol. Esa es la idea del fútbol que tiene Florentino, pero no sabía que fuera la de Valdano. Un fútbol de PlayStation.

Hay en el madridismo una tendencia peligrosa a exaltar la cantidad de manera algo grosera: el mejor presidente es el que más dinero tiene; el mejor entrenador es el que más grita; el mejor jugador es el que más corre. Por eso los vítores a los Florentino, Capello y Lass Diarrá de turno. Un periódico llegó a calificar a este último de "mejor centrocampista del mundo". Si esa tendencia no se rompe, el club acabará mal. Eso sí es un problema y no lo de Alcorcón.

martes, octubre 27, 2009

"Londres" en Tres Rosas Amarillas



Algo de la semana pasada, ahora que me he quedado sin ideas para esta que corre o, simplemente, he conseguido volver a escribir ficción o lo que sea que yo escribo: la tertulia de la Asociación Acubo en "Tres rosas amarillas", ese templo del relato en pleno Malasaña.

La librería llena y mi lectura de "Londres", un cuento que escribí hace seis años, en el esplendor de mi originalidad, tal esplendor que lo centré en Londres y era más o menos el resumen dramatizado de un fin de semana con una ex novia en esa ciudad. Al parecer, el "pacto de ficción" funcionó, es decir, nadie que no me conociera podría imaginar que ese tipo realmente era yo y esa chica era M. Pero lo éramos. Pasados por la licuadora de la fantasía, eso sí. Como siempre.

En fin, fue una experiencia grandiosa. Por la atención del público, por su cariño; por la confianza de Clara y las felicitaciones de José Luis. Un momento inolvidable. Si quieren revivirlo de una manera aproximada -si quieren revivir de manera aproximada lo que ya era una revisión aproximada de una realidad inglesa- pueden hacer clic aquí y ya me dirán qué les parece: http://audio.urcm.net/archivo/mp3/04_20091022_londres_Acubo_ECOLeganes.mp3

domingo, octubre 25, 2009

El fin de gira de Nena Daconte


Nena Daconte es un grupo inclasificable y esto va más allá del tópico. Es un grupo pop, desde luego, creo que eso no se le escapa a nadie. Comercial. Canciones en apariencia sencillas para todos los grupos. Sin embargo, sus conciertos son muy extraños, conciertos que no están hechos para grandes salas ni tienen el punto fácil del populismo barato y el baile constante.

A Mai y a Kim les gusta demasiado el jazz y el swing para eso. Casi todas sus canciones van por esa línea, con alguna concesión a la exaltación, tipo "Tenía tanto que darte", pero en realidad uno se queda con la sensación de que ese concierto sería muchísimo mejor en una sala pequeña, sonido perfecto, público sentado y emocionado. Realmente es difícil saber por qué este grupo gusta tanto, quiero decir, para mí es muy fácil saber por qué me gusta tanto a mí, pero la unanimidad me sorprende.

Cuando les veo, cuando les recuerdo hace tres años y medio y todo esto empezaba. Cuando conseguimos cruzar palabras, sea en el móvil o sea en las fiestas post-concierto, veo a dos chicos apasionados por la música, por la buena música, salga de donde salga. Ajenos a todo lo de alrededor. Pequeños entre todo lo de alrededor y teniendo muy claro qué es lo que quieren y cómo quieren hacerlo. Sin concesiones. Con suerte, dice Kim, y puede que tenga razón, pero volvamos a otro tópico: la suerte hay que buscarla.

Después de un debut exultante gracias a "En qué estrella estará", probablemente la peor canción de su excelente primer disco, el éxito de "Retales de carnaval" y en concreto de la omnipresente (y magnífica) "Tenía tanto que darte" muestra un trabajo bien hecho, sin angustias y sin prisa. Muestra también a una compositora descomunal, Mai Meneses, capaz de convertir la tristeza y la melancolía en algo soportable e incluso divertido. Todo muy jazz, si se piensa.

Que un grupo triunfe reivindicando a Elvis Costello o los primeros REM, cantando versiones en inglés, es complicado. Perdonen la insistencia. Me descoloca. Me alegra muchísimo porque se lo merecen pero me descoloca. Son capaces de ser número uno de los 40 durante mil semanas y estar entre los favoritos de Mondo Sonoro. Creo que eso lo dice todo. La Chica Portada escuchábamos al fondo, tres cuartos de entrada en "La Riviera", quizás algo más, mientras las niñas se hacían fotos con Mikel Erentxun.

Mikel Erentxun, Coti y Elvis Costello, una combinación esquizofrénica.

Las noticias buenas en torno a Nena Daconte superan con mucho las malas. De hecho, las malas se limitan a mi miedo protector de que la industria los acabe superando, agotando. La industria y sus exigencias enloquecidas. Las buenas tienen que ver con que no estamos ante un producto comercial sino ante dos músicos con unas inquietudes brutales. Dos músicos que no solo hacen música sino que la escuchan con pasión. Y aprenden. Mucho. Cada día más.

Meme de los de antes

Hace cinco años, recibí este email y se lo contesté a una amiga. Era el típico con preguntas tópicas sobre uno mismo y que exigían el reenvío inmediato a cincuenta, cien, doscientos amigos más. Ahora, las cosas cambian y uno tiene blog y para qué inundar correos ajenos pudiendo colgar su vanidad aquí. Si a alguien le interese, que lo cuelgue en el suyo. Ni siquiera hace falta que me cite. Empezamos:

01. Que hora es: 03.33 (04.33 sin el cambio de hora)

02. Nombre: Guillermo

03. Tu cumpleaños: 14 de Mayo

04. Signo Zodiacal: Tauro

05. Años: 32

06. Tatuajes:ninguno

07. Estación favorita del año: el otoño

08. Una película: El Padrino


09. Has estado en otro continente: sí, este verano, EEUU.

10. Amaste tanto a alguien como para llorar: sí, claro. Varias veces.

11. Estuviste en un choque de autos: si, una vez, de pequeño, pero no pasó nada (curioso, esto lo contesté hace cinco años, pero lo había olvidado. Es cierto: camino de Santander a Madrid, con dos amigas de mi padre, no recuerdo mucho más)

12. Playa o Montaña: Montaña

13. Ciudad que hayas visitado recientemente: Almería / San Sebastián, creo que ambas entran en la categoría de "recientemente"

14. Pepsi o Coca cola: Coca cola

15. Cerveza o vino: neither

16. El vaso mitad lleno o mitad vacío: lleno. Ahora mismo lleno, sin duda.

17. Color de ropa interior favorito: negro.


18. Número de calzado: ni idea

19. Número favorito: el 4

20. Tipo música: Brit pop

21. Una canción: Paranoid Android / Hearts and bones / Wish you were here

22. Café o Té: Descafeinado

23. Flor(es): no uso de eso

24. Tema de conversación más detestado: política

25. Disney o Warner Bros: Warner

26. Restaurante de comida rápida: McDonalds, sin duda

27. Comida favorita: tortilla de patatas en Olavide, un número 3 en el DeCine, albóndigas y bravas en La Badila, croissant a la plancha con zumo de naranja en la Petisqueira, gallos a la plancha rebozados en mi casa.

28. Color favorito:azul

29. ¿Cómo te ves en el futuro?: Dando ruedas de entrevistas por mi último libro


30. De quien recibiste este mail: De Alba, hace cinco años, ya dije.

31. Que harías si te tocase la lotería? Depende. Dejar de trabajar y ponerme a leer y escribir a tiempo completo es una tentación insuperable. Si no, irme a Nueva York otra vez, pronto, a ver a otra amiga parecida a la primera.


32. Estilo de vestir: jerseys a rayas y gafas de pasta. Vaqueros usados y rotos.

33. Amigos (as) especiales: casi todos mis amigos son especiales, si no, no serían mis amigos. Detesto perder el tiempo y hacérselo perder a los demás.

34. Que cambiarías de tu vida: las prisas y el miedo.

35. Tienes ordenador: sip, con el q escribo ahora

36. CD preferido: me he re-enganchado a "American Thighs", de Veruca Salt, pero dudo que sea mi preferido de todos los tiempos. Nombremos "Hotel Lichis" y "Un día en el mundo", entre los más modernos, y "La ley del desierto/La ley del mar", entre los veteranos.

37. Un animal: el perro, sin duda. Es lo suficientemente tonto como para que lo llegue a querer.

38. Lo primero que piensas cuando despiertas: No pienso, voy directamente al baño.


39. Las tormentas te gustan o te asustan: si estoy protegido me gustan


40. Si pudieras ser otra persona quien serias: mi primo Guille. Santiago Segurola tampoco parece mala opción.

41. Algo que tienes puesto siempre y no te lo quitas: la ansiedad

42. Que hay en las paredes de tu habitación: Posters de películas, para evitar el vacío del blanco.

43. Que hay debajo de tu cama: polvo.

44. Deporte favorito: baloncesto y tenis.


45. Tímido o extrovertido: tímido al principio, extravertido después

46. Hablas algún idioma: inglés, francés, italiano, alemán, castellano, catalán en la intimidad, es decir, con Pablo Ager y Dani Flaco.

47. Una palabra que te encante decir: peque

48. Te quieres despedir de alguien en especial: Sí, de mi público a quien tanto debo

49. Libro favorito: Supongo que "Héroes" cambió mi vida de alguna manera, no creo que sea mi favorito tampoco: "El guardián entre el centeno", "Opiniones de un payaso", "Cien años de soledad" y "Los detectives salvajes", añadiría.


50. Te gustaría que te regalaran un ramo de flores
para tu cumpleaños? Se me ocurren cosas mucho mejores.


51. Evax o Ausonia: Me alegro de que me hagas esa pregunta

52. Opel o Seat: Bfffff

53. Dulce o Salado: según el momento


54. Lugar preferido: Highlands National Park, South Dakota

55. Crees que el amor puede durar eternamente? no, claro, je suis d´une generation desenchantée, como Kate Ryan.

56. Te gusta conducir?: no, pero me gusta mucho que me conduzcan mientras saco fotos.

57. ¿Qué hora es ahora? Las 03:50 (04:50 sin el cambio de hora)

sábado, octubre 24, 2009

La hemeroteca de "El Mundo"

... Y así, en un momento, resulta que Kurt Cobain acaba de morir, que Juan Manuel de Prada, José Ángel Mañas y Daniel Mújica son lo último de la novísima generación o que Lichis es la gran esperanza del rock de Lavapiés con su nuevo grupo, La Cabra Mecánica.

Todo, en un momento. Una droga para nostálgicos.

Historia de un imbécil


Yo no diría tanto como que el personaje de Ramiro Gisbert en la última obra de Juana Escribas y la compañía de teatro Sonámbulo es un imbécil. Al menos, desde luego, no lo presentaría así y esperaría al final para sacar consecuencias. Ramiro Gisbert es un periodista de investigación venido a menos y atrapado en las garras de la telebasura como redactor impertinente que persigue accidentes en busca de cadáveres frescos.

Es un tipo con importantes carencias afectivas y una obsesión por las apariencias realmente enfermiza: todo lo que hace tiene un punto de culpa. Todo, le gustaría cambiarlo.

Ahí entra su programa de televisión y entra su pareja, Noelia, desplazada por los problemas profesionales de su novio y por el empeño de éste en ocultarla a ojos de todos los conocidos, como si no estuviera a la altura. ¿A la altura de qué? Ramiro, en definitiva, es un hombre desquiciado y en plena decadencia, un reflejo de la decadencia social, si se quiere, o incluso de la decadencia del espectáculo y de la prensa.

Pero, ¿un imbécil? No parece.

La obra se divide en tres partes, o así se presenta al espectador: el principio está lleno de cortes casi cinematográficos. Si el cine de Woody Allen parece en demasiadas ocasiones una obra de teatro, "Historia de un imbécil" parece en sus primeros momentos una película: escenas cortas de introducción de personajes con la consiguiente falta de ritmo.

Eso no es demasiado importante porque los actores están soberbios. Tanto Jorge Corrales como Irene Serrano. La obra se apoya solamente en ellos, en su capacidad de cambiar de registro facial, vocal y vital en apenas segundos, y por eso engancha. Engancha lo suficiente hasta llegar a la segunda parte, el plato fuerte de la obra, donde se explican los entresijos de la telerrealidad y hasta qué punto eso puede enloquecer a cualquiera, con esas oleadas de adoración y rechazo que tienen todos los locos.

La puesta en escena es fantástica, con cambios de situación inmediatos sin necesidad de cambiar decorado. Los dos actores van interpretando distintos personajes en un verdadero prodigio de esquizofrenia sin impostar, sin sobreactuar, sin intentar demostrar nada a nadie. Con una naturalidad pasmosa. De esta parte podría sin ningún problema salir una gran obra o incluso la trama para una película, la pena es que el final deja demasiadas dudas.

Y es que el final parece un tanto extremo. Sin entrar en detalles, diremos que resulta excesivo en demasiados puntos. No diría que es un disparate igual que no diría que Ramiro es un imbécil, pero se le acerca. Tampoco me parece demasiado grave: buenos actores, buenos personajes, buena puesta en escena, atrevimientos puntuales que siempre se agradecen, una buena historia bien contada durante hora y quince minutos no pueden ser ensombrecidos por diez minutos de frenesí irregular. Como si fuera tan fácil acabar una historia. Como si yo supiera.

El trabajo de Juana, Irene y Jorge, como el del resto del equipo técnico, es de altura y supera con mucho la mayoría de las cosas que se pueden ver en el circuito de teatro alternativo madrileño. ¿Es perfecta? No. ¿Se aburre el espectador? No fue mi caso en ningún momento. ¿Aprendemos algo nuevo? Recordamos, más bien. A mí no me gusta que me enseñen cosas sino que me las recuerden. En eso tengo algo de mayéutico, lo siento.

Hasta el 1 de noviembre en el Teatro Lagrada de Madrid.

viernes, octubre 23, 2009

Lily Allen- Everybody´s changing

La canción original de Keane ya era muy buena -una de mis canciones de cabecera de aquel cambiante 2004- pero es que esta versión la hace aún mejor. Qué grande es Lily Allen y qué pena de anginas en el FIB de este año... Cortesía de la Chica Portada.

jueves, octubre 22, 2009

Lara Moreno- Cuatro veces fuego


Madrid, noviembre de 2008

Durante años, los jóvenes escritores españoles han ido abrazando sin contemplaciones lo que podríamos llamar una “literatura de guionista”: relatos y novelas de clara influencia estadounidense, con diálogos fluidos, aparente naturalidad, descripciones mínimas -casi como indicaciones de escena- y un cierto gusto por impresionar con frases espectaculares, destellos que deslumbran al lector poco avezado, pero sin demasiado significado real.

No es que tenga nada en contra de esa literatura. Todo lo contrario. Crecí leyendo traducciones de Carver y Cheever. Ahora bien, se agradece que de vez en cuando aparezca una escritora de menos de 30 años capaz de recuperar el gusto por la literatura tradicional: por el verbo correcto, por la estructura compleja, por el saber adjetivar sin limitarse a rehuir el adjetivo.

“Cuatro veces fuego”, de Lara Moreno es un excelente ejemplo de que se puede hacer esa literatura y resultar igualmente brillante. Su libro es una demostración de talento, aunque muestre también algunas carencias, como es lógico en una segunda obra –la primera, “Casi todas las tijeras”, publicada por Quorum Editores en 2004, ya era un excelente presagio de lo que estaba por venir- y sobre todo de valor y personalidad: si bien es obvio que Lara, como prácticamente cualquier escritor novel, “recuerda” a alguien -Cortázar, Onetti, la mejor tradición sudamericana y ciertos rasgos de literatura centroeuropea-, nunca da la sensación de forzar su estilo. Al contrario: todos sus relatos tienen un toque “Lara Moreno” que es lo que da auténtica unidad al libro.

Cabe la duda de si Lara es una prosista o una poeta. Probablemente, ambas cosas. Su gusto por la imagen precisa, por la descripción copiosa, viene sin duda de cierta tradición lírica. Lo descarnado de sus emociones, la facilidad con la que se habla de sentimientos, de sensaciones. Lo crudo, lo impúdico, diríamos, de sus orgasmos, sus cafés, sus cigarrillos, su Madrid encajado en el convulso barrio de Malasaña, tiene como origen la honestidad brutal de la poesía, por ejemplo, la de su admirada y varias veces citada Alejandra Pizarnik.

La autora, como buena poeta, como buena escritora, se asoma y se esconde, golpea y retrocede. Su universo es un universo de encuentros furtivos e historias de amor melancólicas. No da la sensación de que ningún personaje del libro sea feliz. Todo lo contrario. Con sus tremendos nombres –Calígula, Donato, Armónico, Véra… - los personajes van arrastrando sus nostalgias y sus anhelos por la ciudad, sin encontrar salvación aparente. Sin buscarla, siquiera.

Hay algo de la ilusión del niño y la resignación del anciano en cada uno de ellos.

El problema que encontramos con ese estilo lírico, desgarrador y misterioso es, en ocasiones, un cierto gusto por lo críptico, por lo inefable. Demasiados relatos resultan francamente incomprensibles, no por incapacidad desde luego, sino por deleite. Un esfuerzo en mi opinión innecesario por complicar las cosas. En ocasiones –véase el magnífico relato “La Menuda”, con ese inquietante Sarif de por medio- el misterio funciona. En otros –“Paraíso y caos”, por ejemplo- uno no puede evitar reconocer el enorme talento literario de la autora pero se queda pensando al filo de la historia, algo desconcertado: “¿Qué quería contarme?”.

El tono alto constante de la obra puede llegar a abrumar. Es el riesgo que corren Lara y Tropo Editores al incluir nada menos que 20 relatos, en su mayoría breves, en una sola colección. Demasiados cafés y cigarrillos en pocas páginas. Demasiados amores furtivos. A veces se agradece que Lara baje un poquito a la tierra y adopte un tono más asequible, más mundano, por ejemplo en “Efectos secundarios”, un divertido y entrañable relato cuya lectura resulta más fluida, más fácil, sin perder por ello ni un ápice de calidad.

No abusar de la normalidad no implica tener que eliminarla. Los extremos se tocan.

En cualquier caso, si algo hay que destacar de Lara es su honestidad. No hay ni una sola frase en su libro que suene impostada, torpe. Puede gustar su estilo o no, puede distraer o puede enganchar, pero es suyo. No pretende impresionar a nadie. Al contrario de los guionistas que citábamos en el primer párrafo, Lara no busca frases huecas sin sentido. Al revés, Lara complica tanto los sentidos que al final se pierden, pero en un puro acto de rapto casi poético. A veces, da la sensación de que el lector no existe, que está a una distancia infinita, que no hay la más mínima tentación seductora. Y se agradece.

El “pacto de ficción”, tantas veces vapuleado por los escritores noveles, se mantiene intacto en “Cuatro veces fuego”: si bien decíamos que en todos los relatos se reconoce a la escritora, en ningún momento se ve detrás el trasunto de una vida personal descompuesta en veinte anécdotas camufladas. No, Lara es Lara por su estilo. Nadie podría hacerse una idea de cómo es cuando suelta el bolígrafo o levanta las manos del portátil. A nadie le interesa. A ella, la que menos.

“Cuatro veces fuego” está dividido en cuatro secciones, aunque hay que advertir que dicha división resulta más aleatoria que otra cosa. Aunque los cinco relatos que componen cada una de las secciones puedan tener un aire de familia entre sí, lo cierto es que también mantienen ese mismo aire de familia con respecto a todos los demás, así que debemos interpretar la separación como una tregua para el lector. Borrón y cuenta nueva. O casi.

La soledad, la muerte, el amor, el sexo, el sufrimiento… mucho sufrimiento y mucha entereza. Eso es lo que nos presenta Lara Moreno en su libro. Un sufrimiento y una entereza –sus personajes pecan de madurez, me atrevería a decir, pero es un respiro necesario en tiempos de adolescencia perenne- que se ven con especial claridad en el relato “Incisiones”, donde el dolor físico y el emocional se mezclan entre sí dejando una obra redonda y tremendamente representativa.

Si Lara o Tropo se hubieran decidido a acortar un poco el número de relatos, probablemente el libro lo hubiera agradecido. Con todo, es una referencia ineludible: otra literatura es posible. Lara Moreno tiene toda la pinta de que va a estar por aquí muchos años y nadie debería perderse sus fiestas de bienvenida.

P.D. Esta reseña llevaba un año "congelada" a la espera de su publicación en la revista del Ministerio de Asuntos Exteriores, "Cuadernos Hispanoamericanos". Desgraciadamente, y por razones que aún se me escapan porque no he recibido aclaración al respecto, finalmente no se ha publicado.

miércoles, octubre 21, 2009

La liga española sigue dejando dudas



No es sólo el brillo de los grandes fichajes y la supuesta superioridad de Real Madrid y Barcelona. Incluso gente sensata como Santiago Segurola se empeña cada semana en repetir que la liga española es la mejor liga de Europa por el nivel medio de sus equipos, comparándolo con el supuesto nivel mediocre de Inglaterra del séptimo para abajo. Eto´o le lleva la contraria, pero Eto´o le llevaría la contraria hasta a la Madre Teresa de Calcuta, así que vamos a obviar su autoridad de momento.

Para mí, y ya lo he dicho mil veces, el nivel medio de los equipos españoles es mediocre. El peor Real Madrid en años se paseó durante una vuelta entera ganando a todos esos equipos excepto a dos: el Atlético de Madrid -empate- y el Barcelona -derrota contundente. A los otros 17 se los pasó por la piedra, a veces de manera agónica; a veces, con goleada incluida. Para mí, esa "exhibición" lo dijo todo del "nivel medio" de la Liga, pero es que además estaban las competiciones europeas: ningún equipo ni siquiera en octavos de la UEFA, sólo el Barcelona en cuartos de la Champions.

Este año las cosas iban a cambiar. Iban, porque salvo el Sevilla los demás tampoco están dando muy buenas señales: la jornada de esta semana en la Champions se ha saldado con tres derrotas, las dos de los poderosos Real Madrid y Barcelona en casa y la comprensible del Atleti en campo del Chelsea, aunque por una diferencia deshonrosa (4-0). Estas derrotas duelen más si se tiene en cuenta que llegan ante el octavo clasificado de la liga italiana y un equipo ruso hasta ahora desconocido a nivel internacional.

Por supuesto, siempre se podrá decir que los españoles fueron superiores a sus rivales y merecieron ganar. Desde luego, tirar 25 veces a puerta y sólo marcar un gol tiene un punto de mala suerte, pero también de falta de acierto: el Barcelona parece fundido física y mentalmente. Solo a nivel de club, en los últimos trece meses sus jugadores han disputado ya 76 partidos. Añadan a eso, en la mayoría de los casos, unos diez encuentros con sus selecciones. Imposible apelar a una genialidad constante en esas condiciones. El Rubin apeló al milagro y el milagro llegó, pero el Barcelona tampoco mostró demasiado entusiasmo en evitarlo. Simplemente, no había fuerzas, no es culpa de nadie. Pasará más veces.

El Madrid controló al Milan en la primera parte con cierta comodidad. En la segunda, el Milan dio la sensación de poder golear. No por el dominio en el fútbol sino por la contundencia de sus contraataques. La verdad es que el Milan parecía el Madrid y el Madrid parecía un Valencia atropellado o algo así. Puede que el resultado no fuera justo, pero el caso es que el Milan marcó tres goles, le anularon uno clamoroso y vio como un desacertado Casillas todavía tenía fuerzas para hacer una parada descomunal en el minuto 87.

Faltó pegada propia y sobró ajena.

Todo esto deja dudas, claro. Se irán solventando en una dirección o en otra. Algo me dice que estos dos equipos golearán el fin de semana cuando se enfrenten a la "poderosa" clase media española. Puede que me equivoque, claro. El año pasado no hubo ni una excepción.

P.D. Por cierto, cada jornada de Champions no hace sino elevar mi consideración por los árbitros españoles: el Barcelona se vio claramente perjudicado por el árbitro francés del martes y lo del tipo del Bernabéu de hoy ha sido cómico: penalti escandaloso a Benzema en la primera parte y gol anulado al Milan en lo que parecía el final del partido por una falta inexistente.

martes, octubre 20, 2009

Tap en El Junco


Unos lo llaman "tap" y otros lo llaman "claqué". Puede pasar incluso que la cantante pida que no lo llamen "claqué" sino "tap" y que inmediatamente el bailarín no haga mención alguna al "tap" y recurra constantemente al término "claqué". En rigor, da igual. Se barajan nombres que suenan bien, americanos, pero que yo no conozco. Hay un pianista, un violonchelista, un batería, algún guitarrista ocasional y un buen montón de entusiastas respirando Nueva Orleans, años 40.

Pero sobre todo hay una cantante y un bailarín, los del principio de la historia. Ella prolonga y acorta las canciones a su antojo, con una voz maravillosa, profunda, sensible y una carcajada ocasional a lo Elis Regina, sus bailes esporádicos y su coqueteo artístico, de un erotismo sublime, estético, con el bailarín, que va y viene, sombrero y corbata desanudada, un tipo sacado de cualquier otra época, un prodigio de agilidad y ritmo y sonrisas pícaras, de chico que sabe lo que se hace.

Aunque quizás sea al revés, quizás el tipo sacado de otra época sea yo. Quizá todos los que están fuera, empeñados en vivir en el siglo XXI son los que están descolocados y los que se calzan los zapatos mágicos y bailan swing y jazz y funky son los que realmente están en su sitio. El Junco, lunes de madrugada. Humo y luces bajas. Todo aquí invita a un relato: las caras tristes y las caras alegres. Las copas y las chicas guapas. El hombre que sube a cantar y bailar con zapatillas, haciendo los ruidos con las demás partes del cuerpo.

Valeria y la Chica Portada que suben también, con su coreografía de chicas dispuestas a comerse el mundo. Un poco más tímidas que la última vez, me parece, pero la última vez yo las vi en el segundo turno y ahora las estoy viendo en el primero. Todo el mundo sabe que la timidez en los primeros turnos cuenta mucho y conforme pasan las horas y los rones, empieza a contar bastante menos.

Valeria y la Chica Portada, en cualquier caso, con su "Cantaloop" y el bailarín marcándoles el ritmo y asintiendo como buen profesor y los gritos de admiración de la gente y sus caras de Al Jolson -no sé por qué, me parece que todo el mundo que se pone unos zapatos de claqué acaba poniendo cara de Al Jolson- y los saltos y los relevos y Anne-Claire, con sus 19 años, mirando desde abajo mientras yo saco fotos, muchas fotos a la vez, de manera que a veces salen con los ojos abiertos y a veces con los ojos cerrados, a veces pensando en el salto, a veces saltando, a veces cayendo, y el del violonchelo mira al pianista y sonríe y la cantante vuelve a salir a cantar y el bailarín enamora a las chicas mientras los demás miramos atentos por si sale Rita Hayworth en algún momento.

Por si Rita Hayworth está ahí mirando desde algún lado, perdida entre el público, apoyada en la barra, quizás, bebiendo para olvidar. Tengo la extraña sensación de que cuando uno entra en El Junco de madrugada es que necesita olvidar algo. O solapar recuerdos, simplemente. Un lunes sí, y otro no, en este caso.

Moratinos en Cuba


El problema que tienen las dictaduras es que, por cerradas que pretendan ser, al final caen y todo se sabe: se saben los muertos, se saben los desaparecidos, se saben los presos, se saben las persecuciones, se saben las escuchas, se saben los vídeos, se saben los enriquecimientos, los hijos robados, las familias expulsadas de sus casas, los miserables devenidos en comisarios políticos. Se sabe el horror, se sabe el pánico, se sabe el tedio. Todo se sabe. Fosas comunes, incluidas.

Solo espero que cuando eso pase en Cuba -cuando termine de pasar, es decir, cuando no quede más remedio que abrir los ojos, como ha acabado sucediendo con la URSS o la RDA y sus espionajes en las azoteas- alguien le pida cuentas a Moratinos por su asqueroso viaje de hermanamiento con el dictador y su hermano.

No ya por el viaje, que el confrontamiento de ideas con dictadores es discutible y el buenismo invita a pensar que incluso deseable porque así les convencemos de que están equivocados y que tienen que portarse mejor, a ver, daos un besito y a la cama; lo intolerable son algunas de las declaraciones, por ejemplo:

No hay que "pedir gestos" a Cuba sino que se trata de avanzar en la "dirección adecuada"

Excelente muestra de neolengua zapateril: dejemos que el Destino nos guíe y guíe al pueblo cubano hacia la paz perpetua y el bien universal. ¿Cómo? Pues avanzando, Sancho, avanzando. En la dirección adecuada. Agrupémonos todos. Roguemos al Señor. La gente tiene unas cosas... "pedir gestos" a una dictadura. ¿Y si se enfadan, qué? Con los matones, niños, ya sabéis, paciencia y a darles el bocadillo, que tendrán hambre.

De su negativa a reunirse con representantes de la disidencia interna cubana, dijo que "España tiene una vocación clara de defensa de los derechos humanos, pero buscando resultados"

De ese "pero" puede salir de todo. Puede salir Guantánamo, pero también puede salir Videla, Pinochet, Pol Pot, Ceaucescu, Franco... Ese "pero" es una puerta abierta al horror y a su legitimación solo propia de alguien que obviamente no piensa eso -quiero pensar que no piensa eso; mi ministro de Asuntos Exteriores no puede pensar que son los resultados los que marcan la defensa de los derechos humanos, para eso directamente fichemos a Capello- sino que no sabe hablar ni expresarse. Un mediocre. Un mediocre convertido en miserable, claro. Porque la frase es de lo más miserable que se ha escuchado en un país democrático en muchos años.

Y, por supuesto, nada de reunirse con ningún disidente. Aparte, que primero habría que buscarlos, que ya es un coñazo. Pero, además, volvemos al punto uno, que van los matones y se enfadan. Hombre, si se enfadaron con Miguel Bosé hasta el punto de hacerle llorar -criaturita- por un concierto, imagínense con esto...

"Son los propios cubanos los que tienen que dictar cuál es la manera de llevar sus asuntos políticos"

Ahí, como un borreguito, el bueno de Moratinos. Raúl le pasa la mano por el lomo y él contesta, tan a gustito: "Beeeeee". Esta frase quiere decir: "Vosotros tranquilos, que nosotros no nos metemos". Es una gran frase. Una frase a lo Eisenhower con el Caudillo en los años 50. Sólo que otros 50 años después, que tiene mucho más mérito. ¿De verdad que nadie le ha explicado a este hombre que Cuba vive bajo una dictadura férrea y represora que evita cualquier tipo de disidencia ideológica? ¿Qué quiere decir eso de que "los propios cubanos" dicten su manera de llevar sus asuntos políticos. ¿Quiénes son esos? ¿Raúl y Fidel? ¿Pablo y Silvio? Estar en el horror, ver el horror y brindar complaciente por él mientras uno se lava las manos en plan "bueno, si ellos quieren estar así, quienes somos nosotros, viles imperialistas, para decirles nada. Salud, y feliz plan quinquenal" es de gente muy indeseable.

El otro día, un periodista argentino decía que si en su país hubiera empresas serias, como las hay en otros lugares del mundo, y Maradona trabajara en una de ellas, ahora estaría despedido por sus declaraciones. Si este país tuviera un Gobierno mínimamente serio, este tío estaría ahora mismo en la calle con Maradona, los dos con sus tatuajes de Fidel y gritando "Que la mamen, que la mamen" mientras un coche les recoge en la puerta de un hotel de cinco estrellas de La Habana y otro les persigue, a una cierta distancia, no vaya a ser que...


lunes, octubre 19, 2009

La liga ES cosa de dos


Esto tendría que haberlo publicado hace dos semanas, después de toda la euforia pro-sevillista en la prensa y los analistas diciendo que no, que bajo ningún concepto se podía decir que esta fuera una liga de dos. Pero no tuve tiempo y ahora parezco un ventajista, cosa que, por supuesto, soy, y a mucha honra.

La Liga es cosa de dos y eso no es demérito de nadie. El año pasado, el Barcelona sumó 87 puntos y el Real Madrid, 78. Eso después de que ambos equipos "tiraran" las cuatro últimas jornadas, en las que los de Guardiola sumaron 2 puntos y los de Juande, cero patatero. Es decir, si hubieran seguido compitiendo al mismo nivel y la liga no se hubiera decidido en el Bernabéu es de suponer que el campeón hubiera superado los 90 puntos y el segundo, los 85.

Esas cifras son inalcanzables para el Sevilla y para cualquiera y esas son las cifras en las que nos vamos a mover otra vez este año. Real Madrid y Barcelona suman 37 de 42 puntos posibles con una proyección que les llevaría por encima de los 100 puntos en ambos casos. Obviamente, eso no va a ser así, pero pensar que el Sevilla se va a ir muy por encima de los 80 es complicado. En las dos mejores temporadas de su historia reciente los de Nervión llegaron a 71 puntos (2006/7) y 70 puntos respectivamente (2008/9). El Sevilla no solo tendría que hacer una temporada perfecta sino que además tendrían que fallar Real Madrid y Barcelona, los dos, cosa que parece más que improbable.

En cuanto a las sensaciones que transmiten los dos favoritos, pocas novedades: el Barcelona sigue solventando partidos y ganando puntos con una plantilla demasiado corta. Los Pedro, Bojan y compañía están bien como revulsivo puntual pero parece peligroso jugarse toda la temporada con ellos. Como diría Gigliola Cinquetti, no tienen la edad. Ante el Valencia, el equipo estaba fundido, mental y físicamente. No es de extrañar si tenemos en cuenta que muchos de sus jugadores llevan ya esta temporada 16 partidos oficiales: 7 de liga, 4 con sus selecciones, 2 de la Supercopa de España, 2 de la Champions y 1 de la Supercopa de Europa. Si a este principio vertiginoso de temporada le añadimos el muy estresante final de la pasada y la presión constante del Madrid, es normal que de vez en cuando salgan partidos rana como el de Mestalla. El asunto será saber cuántos van a salir y cómo van a acabar. Un punto en estas condiciones es buen resultado, a falta de frescura, el Barça tiene oficio: 4 goles recibidos en 12 encuentros.

El Madrid sigue apelando a "la pegada". Con orgullo. A mí eso de la pegada me recuerda a los jugadores de tenis que hacen muchos aces en un partido. No juegan muy bien pero ganan los puntos con un solo golpe. De acuerdo. Con un buen servicio y poco tenis puedes ganar un juego, un partido e incluso varias rondas de un torneo, pero no te vas a llevar el triunfo final. Es imposible. No todos los días vas a meter cuatro goles. Nadie, en la historia, ha metido cuatro goles cada partido y el Madrid no va a ser la excepción.

El dato peligroso de su partido contra el Valladolid no fue que le metieran dos goles sino que le tiraron 12 corners en contra. El Valladolid. En el Bernabéu. El Madrid se acostumbra a vivir dominado y tirar la contra. No es un uso nuevo, al contrario, es la tendencia exitosa de los últimos años. Eso sí, es muy peligroso, y Pellegrini debería cambiarlo. No sólo Pellegrini, convertido injustamente en muñeco de pim-pam-pum cuando la ansiedad por el gol por encima del juego viene de ahí arriba: del palco y de la grada, sino también los jugadores. Algo de pausa.

Ahora bien, el Madrid estará ahí hasta el final porque es el equipo que mejor compite en el mundo. El año pasado, con un juego horrible, estuvo muy cerca de ganarle la liga al mejor Barcelona de la historia. Hay que recordar que el Madrid de estos últimos cuatro años es probablemente el mejor Madrid desde la Quinta del Buitre: dos ligas, un segundo puesto competitivo y este año van a estar ahí, sin duda, superando los 80 puntos. Eso tiene un mérito enorme: cuatro temporadas al máximo nivel no las ha tenido ni el actual Barcelona, que descansó convenientemente el primer año de Schuster.

Para muchos, este Madrid pasará a la historia como "el Madrid de Casillas". No sería injusto, pero si yo tuviera que resumir su competitividad sin medios en un jugador diría que estos cuatro años son los años del "Madrid de Higuaín". Ah, y de Raúl. Lo siento, pero es así.

domingo, octubre 18, 2009

Límite 24 horas



A las 7,15, Malasaña descansa como un campo de batalla humeante del siglo XIX visto en mil películas de los 60 y 70. Unos borrachos amagan con pegarse en el Metro, alguna chica camina con los tacones en la mano y el taxista tiene cara de cansado, cara de "este y me voy a casa a dormir" y como "este" va a Chamartín, una carrera relativamente larga y con suplemento, pues saca fuerzas de flaqueza y sale disparado derrapando en las curvas, como buen taxista madrileño.

A las 9,30, uno se sorprende de estar en Valladolid. En solo una hora y media, está en Valladolid. Es más, en tres horas está en Vitoria. Luego, el torpor incomprensible y los 50 kilómetros por hora. Yo no entiendo mucho de política, pero entiendo algo de velocidad, angustia y ansiedad, y no parece que tenga ningún sentido tardar lo mismo en hacer 350 kilómetros que en hacer poco más de 150. Y que además la gente proteste porque eso siga siendo así. "Proteste", obviamente, es un eufemismo.

A las 13, 30 vuelvo a los diez años y el patio del colegio, me sumerjo en una piscina de monedas de oro, veo los ojos de una rata -a mí me parece una rata- en el piso de abajo, puedo reconstruir cada detalle de una casa que no he visto en quince años, recuerdo el embarazo de mi madre y mi propio parto, hablo como un niño pequeño, con la entonación de un niño pequeño, y entro en mi cuerpo para despejar estenosis y echar a gente de mi hígado para que se relaje un poco.

A las 16,15, el Kursaal, a lo lejos, no tiene ningún motivo de ningún Festival y casi todas las tabernas están cerradas.

A las 19,00 estoy harto del niño de al lado. Harto del miedo a que se haga daño mientras gatea. Harto de sentirme responsable de que sus padres dejen a un niño de poco más de un año gatear por el pasillo de un tren por mucho que ese tren vaya a 50 por hora, así que me voy a la cafetería, tomo un Kit Kat y una botella de agua, hojeo una entrevista con Amenábar y veo una foto de grupo en "El País". Una foto ridícula, lo siento. Ese rollo de "Yo leo El País y estoy orgulloso", tan cómico visto desde fuera. Desde fuera de la foto y desde fuera de El País.

A las 21,10, el móvil se queda sin batería.

A las 22,25, el Valencia achucha al Barcelona y yo como un número tres en el "De Cine", solo el libro de Bolaño y el de Fresán como compañía -la gente de seguridad de la estación me miraba con cierta extrañeza-. Lo bueno de estar loco es que al menos uno tiene mucho tiempo para leer y yo he hecho un arte si no de la locura, sí de cierta forma de extravagancia. Una mezcla semanal de regresión, acupuntura y shiatsu.

A las 00,35 la casa de Álida está llena de chicas guapas y eso es una excelente noticia. Ponen nuestro vídeo. El vídeo en el que yo aparezco maquillado y con una peluca y vestidos de mujer imitando a Joaquín Reyes imitando a la chica del cumpleaños. Creo que es lo más bonito que he hecho nunca por nadie, pero no lo digo. Creo que es, también, una locura, y, si no una locura, al menos, insisto, una extravagancia.

Pero así soy yo, haciendo Historia.

A las 03, 10 quedan menos chicas, pero todas siguen siendo guapas. Messi se queda en mano a mano hasta que "Tiburón" Puyol entra al cruce y evita el gol, todo el indie español e internacional suena por la calle Segovia a un volumen improbable. A veces, me mareo, de puro cansancio. La gente pregunta por todo y yo contesto la verdad, pero la verdad provoca unas miradas raras. Lógicamente, a mí me encantan las miradas raras, si no, ¿a qué este post? Me siento en el sofá y a veces me tumbo igual que a veces me siento en la cama y a veces me tumbo y suena una guitarra y hace frío, mucho frío aunque tenga un jersey de lana puesto y cuando veo una luz verde, la cojo, y a casa. A las 05,25 o algo así, sinceramente, no lo recuerdo con exactitud.

Roberto Bolaño- Una novelita lumpen


Anagrama reedita "Una novelita lumpen", la "infidelidad" de Roberto Bolaño a Jorge Herralde justo antes de morir, mientras le preparaba "2666" y acabo de darme cuenta de que en una sola línea ya he incluido tres entrecomillados.

El caso es que Anagrama reedita la novela, publicada en 2002 en Mondadori, lo último que el genial escritor chileno editó en vida, y uno se queda un poco frío, como a veces sucede con Bolaño, porque Bolaño es genial pero no es precisamente consistente, si es que se puede ser consistentemente genial, que lo dudo.

Por supuesto, está la facilidad de la que hablábamos con Fresán. La capacidad para coger tres o cuatro personajes con problemas emocionales y monetarios -nadie ha reflejado la decadencia como Bolaño, esa decadencia estética y vital, ese dejarse llevar por la rutina de los barrios bajos, todos los personajes convertidos en derivados del mágico Belano-y completar una historia que poder publicar y no sentirse avergonzado.

Se entiende que "Una novelita lumpen" debió de ser un ejercicio rápido de estilo mientras reservaba todo su talento para el descomunal propósito de "2666". Al menos, eso parece. Falta entusiasmo y se arma solo a base de oficio. Por supuesto, eso no es poco cuando hay un gran escritor detrás, pero se nota una pizca de desgana, una pizca de compromiso editorial, y eso, inevitablemente, se transmite al lector.

Uno pasa por encima del libro sin hacer mucho ruido y sin que le llegue a marcar demasiado. Pocas páginas, un buen rato, misión cumplida. "Novelita", dijo el autor, y "novelita" responde el lector obediente.

Con todo, queda ese monólogo constante, esa primera persona arrolladora de peluquera italiana metida en una situación en apariencia imposible. Queda el guiño a la decadencia pop, ese Maciste ciego en su mansión, con sus músculos ya fofos. Queda la rutina de la televisión encendida y los concursos y los crucigramas y levantar las mangas por si debajo hay pinchazos de heroína.

En resumen, queda la tristeza.

A mí me encanta Bolaño cuando no pretende ser triste, porque es de una vitalidad contagiosa. Pero es tan bueno siendo triste que sería injusto echárselo en cara. Ser triste y encima que te lo echen en cara, eso ya es la pera.

viernes, octubre 16, 2009

La muerte de Andrés Montes


Me quedo helado. Mi madre me llama y me quedo helado y en el Marca no viene nada pero en El Mundo sí, un breve, muy breve: "Hallan muerto en su casa a Andrés Montes". Mi hermano llama a los tres minutos, justo en mitad de la anterior frase. Mi hermano y yo hemos tragado mucho Montes a lo largo de los años, mucho Club de Se Dejaba Llevar y muchas Calabassas -yo más que él, si hay que ser sinceros-.

Es raro escribir una segunda necrológica sobre una misma persona. Hace tres semanas, aproximadamente, contábamos el probable fin de su carrera profesional. A los 53 años, eso ya parecía arriesgado de asegurar. Su fórmula era deleznable, pero funcionaba, vaya si funcionaba. La Sexta le convirtió en un estandarte y luego se limitó a no renovarle el contrato. No creo que tenga mucho que añadir a lo que escribí entonces, sólo mi consternación, pero mi consternación no le sirve a nadie de nada.

Un familiar lo encontró y llamó a la policía. Supongo que eso descarta la posibilidad morbosa de una larga enfermedad que le llevara a no renovar por La Sexta. Si Montes hubiera estado enfermo quiero pensar que al menos no hubiera estado solo. Quedan el suicidio y la muerte súbita, en forma de ataque al corazón o similar. No sé si lo sabremos. No sé si importa. Bueno, si lo sé: no importa, es decir, de nuevo, a nadie le va a servir de nada.

Rodrigo Fresán- Historia argentina



Rodrigo Fresán es un escritor desmoralizante. Para los demás escritores, digo. Uno de esos raros talentos que saben contar cualquier cosa de la manera más fácil posible. Meterse en su escritura es como andar tras un guía turístico borracho: te enteras de todo lo que te rodea con tal detalle que te da igual si realmente lo que está contando es verdadero o falso o si lo que te rodea realmente te rodea o es solo un espejismo.

Da igual.

"Historia argentina", el primer libro de Fresán, es un ejemplo de rarísimo "realismo mágico", de post-realismo mágico, por decirlo de alguna manera. Post-realismo mágico pop. Está Argentina, por supuesto. Una Argentina fácilmente reconocible en todos los capítulos-relatos entre los años 1978, aproximadamente -Mundial de Menotti- y 1986 -Mundial de Bilardo-. Está la represión militar, la locura de las Malvinas, están los desaparecidos, los torturados, los niños bien y los secuestradores chuscos.

Los revolucionarios de verdad y los de pega. Los mercenarios. Los traidores. Los ganadores y los perdedores y los testigos.

Fresán escoge ser testigo. Fresán siempre se escora. Fresán es un espejo deforme en el que toda esa realidad se refleja en cualquier forma distinta a la original sin que el lector tenga opción alguna de protestar. Fresán ya era con 26 años un escritor impresionante, conocedor de todos los trucos. La comparación recurrente con Borges parte del oficio más que de la temática o el estilo. Fresán no puede evitar meter a los Beatles o a los Rolling cada ciertas páginas. Para él, la realidad tiene esa banda sonora y sin banda sonora, simplemente, no hay realidad, hay cualquier otra cosa.

Borges era un niño perdido del XIX, un hombre que vivió el siglo equivocado y al que daba la sensación que todo lo que pasó de Stevenson en adelante le importaba muy poco. Él seguía con sus tigres, sus laberintos, sus juegos de niño metido en anciano ciego con bastón. Las mil y una noches. La isla del tesoro. Borges era irónico, muy irónico, pero muy poco pop, nos pongamos como nos pongamos. La cultura popular, la nueva cultura popular de masas no solo le provocaba desprecio sino incluso, se podría decir, miedo.

Fresán se parece en la actitud: su estilo literario también tiene un punto infantil y juguetón, de niño escribiendo por las noches bajo las sábanas justo después de dejar en el suelo el libro de James Barrie. Sus personajes se quedaron en los 60 y los 70, en las portadas de los vinilos y las series de televisión en blanco y negro. The Twilight Zone. En la literatura de los dos están las bibliotecas de los padres, la vasta cultura sudamericana, esa inconcebible capacidad de escribir un cuento con 8 años y que ese cuento hable sobre el Imperio Azteca y además sea maravilloso.

Todo en "Historia Argentina" es maravilloso. Incluida la estructura. Cualquiera con un mínimo talento sabe que escribir unas cuantas páginas interesantes no es tan complicado. El problema es conseguir que esas páginas cuadren unas con otras, es decir, que no sea una literatura de flashes sino una narración bien construida, amena, excitante, divertida, reflexiva y que siga un hilo de ficción que permita sorprender al lector cuando más relajado estaba, es decir, cuando pensaba que lo que leía era verdad. Dormirle y despertarle con un cubo de agua, igual que en un tebeo.

Hasta cierto punto, "Historia argentina" es incluso arrogante. Desmoralizante y arrogante. Es un "aquí estoy yo" de tal sinceridad que abruma. Su sencillez, su manejo de todas las armas sin aparente dificultad, como un Neo que aprendiera minimalismo en Matrix con solo cargar un programa en su cerebro, su declaración de intenciones, una especie de "siempre quise ser escritor y exactamente eso es lo que soy", son de una convicción brutal. Un guía borracho, puede. O incluso un guía de ocho años, juguetón por los pasillos, pero un guía al que seguirías a cualquier parte sólo con tal de escucharle un rato más. Todos volando detrás de Peter Pan y Peter Pan, el pobre, sin saber qué hacer en ese caos llamado Buenos Aires, ese país improbable que es Argentina.

JMM y Pericoloco

JMM tenía algún tipo de minusvalía. Nunca llegó a explicar cuál y si lo llegó a explicar yo nunca llegué a leerlo. Quizás la minusvalía fuera real o quizás solo fuera una defensa ante los que le llamaban friki y se metían con él porque se pasaba el día viendo Gran Hermano y comentándolo en los foros de Terra para todos los demás frikis que ni siquiera nos pasábamos el día viendo Gran Hermano, sino leyéndolo post a post, en plan "3.15 Marina le dice a Jorge que pele las patatas".

Ahora, todo esto puede resultar absurdo y decadente, pero yo por entonces era un joven impresionable y mi novia trabajaba en las páginas de televisión de un periódico nacional y juntos habíamos vaticinado el fracaso de la fórmula telerreal antes de caer inmediatamente fulminados ante su poderío. Mi primer ataque de ansiedad, de hecho, clínicamente hablando al menos y suficientemente prolongado, se dio el mismo día del estreno del programa, sin vinculación aparente.

A todos nosotros, los jóvenes impresionables con y sin novia y a muchos otros, el hecho de que Marina le dijera a Jorge que pelara las patatas nos abría un nuevo mundo de posibilidades y situaciones que no llegaríamos a vivir -manipulados, pensábamos- hasta el resumen del día siguiente. JMM nos lo contaba, mientras, las siestas y las piscinas y las conspiraciones y cuando él descansaba, llegaba Pericoloco y nos hacía sus valoraciones. Gente de Vía Digital y mucho tiempo libre.

Pericoloco no tenía ninguna minusvalía que le impidiera hacer una vida normal y le atara al sofá delante del televisor y el teclado. Pericoloco no tenía perdón de dios, en una frase. Pericoloco se hizo su propia página personal y colgaba sus resúmenes y sus partes horarios. Aquello era la guerra y teníamos que estar bien informados. JMM se conformó con su propio foro, en Melodysoft, creo recordar y quizás abrió una página propia más adelante, pero de eso no me acuerdo porque mi novia me dejó y algunas cosas perdieron sentido.

Eran tiempos sin ADSL. Yo no tenía ADSL en casa, por lo menos. Había que elegir entre la línea de voz y la línea de datos y si yo elegía datos, especialmente por la noche, cuando volvía de la Universidad, mi abuela se enfadaba porque ella quería voz, claro, y siempre se preocupaba por quién podría haber llamado con esa urgencia de los adolescentes y los ancianos que impide ver que quien te llama una vez probablemente te vaya a llamar como mínimo cinco veces antes de rendirse.

En resumen, que todo era un poco precario y furtivo: conexiones rápidas, lecturas de resúmenes y alguna pasada por las cámaras que Telecinco había colgado en su web pero que ningún módem del año 2000 podía procesar a la velocidad necesaria para advertir algo. JMM y Pericoloco filtrando la filtración y nosotros ahí, como idiotas, votando en cualquier página si queríamos que  se fuera María José o Vanessa.

Como idiotas, esa es la expresión adecuada.

miércoles, octubre 14, 2009

Renzo Stavrica

La Chica Portada me manda un mensaje justo antes de entrar en clase que se limita a decir "Renzo Stavrica???" y a mí el nombre me suena de algo y sé que lo he citado en algún momento pero no sé en cuál y por alguna rara asociación de ideas decido que es un entrenador de baloncesto y así se lo escribo, de vuelta, aunque con un tono desconfiado: "Es un entrenador de baloncesto, ¿por qué?" y ella, al rato, vuelve a contestar: "No sé, lo utilizas como seudónimo en uno de tus relatos".

Aquí vendría una larga historia sobre por qué la Chica Portada conoce mis seudónimos en los concursos literarios pero nos la vamos a ahorrar y nos vamos a quedar con el nombre: "Renzo Stavrica". No, no es un entrenador de baloncesto. Neven Spahija es un entrenador de baloncesto, pero ¿Renzo Stavrica? Tiene que ser algún personaje de algún libro, pero no recuerdo cuál. Normalmente, mis seudónimos son personajes de libros que me han marcado o simplemente que acabo de leer. Nunca deportistas.

También podría ser el protagonista de una película, aunque a mí, generalmente, los protagonistas me gustan poco o, más bien, me reconozco poco en los protagonistas, y mucho más en los sutiles secundarios así que si tuviera que esconderme bajo un nombre, sería el de un secundario, quizás un secundario de Bolaño, pero "Renzo Stavrica", esa combinación de nombre italiano y apellido balcánico no es habitual en la obra de Bolaño y eso nos deja con menos opciones y cuando salgo de clase, aún mosqueado, en ese intervalo que les contaba ayer entre que un autobús nos deja tirados en medio de la carretera de Rivas a Conde de Casal y otro nos recoge y nos lleva a casa, llamo a mi madre y le pido que meta en Google el nombre, pero el nombre, dice mi madre, no lleva a ningún lado. No hay resultados.

Por supuesto, pienso que mi madre es una torpe. Todo el mundo piensa que su madre o su padre son unos torpes que no tienen ni idea de informática aunque su madre hubiera creado Linux y su padre fuera el hombre que lleva años trabajando en la aplicación "No me gusta" de Facebook. Quiero decir, no es nada personal, pero tengo que asegurarme, entiéndanlo. Estoy seguro de que Renzo Stavrica existe, porque yo no he podido crear a Renzo Stavrica, no tiene ningún sentido. Por supuesto, en mis relatos no salen militares serbo-croatas (Renzo, estoy convencido, tiene que ser un militar), solo salen treintañeros por Madrid cogiendo y soltando manos de veinteañeras aparentemente duras pero llenas de fragilidad para desesperación de los amigos de Matías Candeira.

Algún día yo querría escribir como Rodrigo Fresán, pero no lo conseguiré nunca y mi única opción será matarme o matarle a él cuando le entreviste.

No viene al caso, disculpen. Asocié Candeira con Fresán -y a Candeira, ahora que lo pienso, lo tengo más a mano, se emborracha en los mismos bares que yo y probablemente tenga semejantes planes homicidas con cualquier otro autor de moderado éxito- y me lié: Stavrica. Renzo Stavrica. Lo meto yo en Google y el resultado es desolador. Prueben ustedes. ¿Lo ven? Desolador. Renzo Stavrica no existe. He elegido como seudónimo un personaje que aún no existe.

Sin embargo, no me veo capaz. No me pregunten por qué, será por mi necesidad de aferrarme a la realidad como a las manos de las post-adolescentes, pero no me veo capaz. Así que Renzo Stavrica tiene que existir, en algún lado, y alguno de ustedes ha tenido que leer su deserción del ejército imperial durante la I Guerra Mundial o su enfrentamiento con los nazis -un enfrentamiento no del todo sincero, Stavrica siempre se sintió más croata que serbio- durante el repliegue de 1944.

Así que si estás ahí, Renzo, por favor, manifiéstate.

martes, octubre 13, 2009

EOI- Rivas Vaciamadrid


Así que, como es demasiado pronto para desayunar en La Petisqueira -hasta las 8, Dani no abre- me tomo un poco de zumo de bote, unas tostadas y un café descafeinado en casa y tiro para Sol con mi libro de Fresán, mi fotocopia del título de licenciado, la de la Seguridad Social, dos del DNI y el número de cuenta escrito en algún lado. El problema es que desde Sol no se puede ir a Alcalá. Se puede ir a Atocha, pero a Alcalá no. Obviamente, es una primera pérdida de tiempo, porque si hubiera seguido por la 1 hasta Atocha Renfe, pues ahora mismo ya estaría en el tren y no aquí, esperando para simplemente llegar a otro andén.

Eso quiere decir que, al final, no llego a la DAT a la hora de mi nombramiento, es decir, a las 9, pero tampoco importa mucho porque de hecho para cuando quiero llegar -y cuarto- solo han hecho pasar a dos chicas y a mí no me llamarán hasta las 9,45, todo para decirme que tengo una gloriosa sustitución de nueve días en la extensión de la Escuela de San Fernando en Rivas.

Me gustaría pensar dónde está Rivas exactamente pero lo dejo para más tarde, cojo el tren de vuelta a Madrid y en vez de bajarme en Vicálvaro y coger la 9 hasta Ibiza, decido seguir hasta Nuevos Ministerios y ahí la 6 hasta O´Donnell. Otra pérdida de tiempo espectacular, de una media hora o así. Recojo unas pruebas médicas que no vienen al caso, después de rellenar otro papel y pedir por favor varias cosas y ya voy a Diego de León y de ahí, por la cinco a Alonso Martínez.

Llego a casa a las 12,15. Es una hora excelente para llamar a Rivas, ahora sí, y escuchar combinaciones de transporte público algo rocambolescas. No puede ser tan grave, pienso, y preparo mi primera clase: Avanzado 1, de 17 a 21 horas.

Bien, pues resulta que es tan grave, o al menos yo lo hago muy grave. Camino de nuevo hasta Alonso Martínez -siempre Fresán, "Historia argentina" y alguna canción ocasional de Blur, por ejemplo, "To the end"- y cojo la 5 hasta Núñez de Balboa, ahí recorro los pasillos móviles hasta la 9 y me hago diez paradas hasta Puerta de Arganda, cambio de título y de andén y el siguiente tren me lleva hasta Rivas Urbanizaciones.

Al salir de Rivas Urbanizaciones veo que, efectivamente, hay autobuses: el 333 y el Circular. Pero yo no sé en qué dirección lo tengo que coger para llegar al CERPA. Al menos tres señores de la fila ni siquiera saben lo que es el CERPA. Una señora, sí. Me dice que mi cola es la del otro lado. A los cinco minutos, no más, llega el autobús. Como soy un tipo más bien tímido, no le pido al autobusero que me avise de mi parada. No. Decido jugármela yo solo.

Por supuesto, acabo bajándome unas cuatro paradas antes de lo debido y ando durante 20-25 minutos por una carretera, con el sol dándome de pleno -y yo con jersey- hasta que un mapa me indica que tengo que ir hacia atrás y luego a la derecha y luego entrar en el famoso CERPA de Rivas, ese pueblo insurgente en el que todas las calles y todos los espacios públicos tienen el nombre de alguien de izquierdas o asimilado. Si no, le ponen el nombre de una ciudad o un accidente geográfico -en este caso, Picos de Urbión- y tirando...

Las clases van bien, mucho mejor de lo esperado. De hecho, las cuatro horas se pasan volando y ahí estoy de nuevo a la salida del CERPA, de buen humor, pensando en quedar con Helena en Alonso Martínez o Cuatro Caminos, si cojo el autobús hasta Conde de Casal y luego la línea 6, lo que no parece tan mala idea si no fuera porque el autobús se rompe a la tercera cuesta y nos deja tirados en mitad de la carretera y el siguiente autobús que viene a recogernos tarda un cuarto de hora largo y otra media hora más en llegar a Conde de Casal, donde, ya digo, me hago ocho paradas y llego a Cuatro Caminos, un par de ascensores y arriba. Helena medio difuminado en algo que debe de ser sueño, acompañándome a un bar donde me ponen un bocadillo de algo que debe de ser tortilla.

lunes, octubre 12, 2009

"This is it": El tema ¿inédito? de Michael Jackson

Sacado de la magnífica Jenesaispop.com:

Comparen el single inédito que Sony publica con los nuevos grandes éxitos de Michael Jackson con la canción de Safire de 1991, cuyo autor era... Michael Jackson.

Michael Jackson:



Safire:



Por cierto, a mí la canción me mola, me parece muy ochentera. Muy "Bad", de hecho.

El Día de la Hispanidad (or whatever)


Una vez al año, los madrileños podemos disfrutar del sentimiento sublime del peligro distante. Podemos sentir la emoción de los cazas sobrevolando nuestras casas, el temblor de las paredes, el trueno con el que se acercan y ese leve silbido con el que se van. Imaginar refugios y sótanos y estaciones de metro y hambre. La guerra. Una vez al año, la guerra vuelve a Madrid por si la echábamos de menos y nos hace sentirnos cobardes y valientes a la vez. Especiales.

El problema es cuando los madrileños no queremos sentirnos especiales. De entrada, la mayoría de los madrileños ni siquiera son madrileños, lo cual explica en parte que este tipo de celebraciones de "no sé muy bien dónde hacerlo" se acaben celebrando aquí. La gente va y silba al Presidente del Gobierno y los demás intentan dormir y no pueden.

En la tele, aparece gente que no sonríe nunca. Gente cuyo trabajo, al menos hoy, es no sonreír. Se está jugando el destino de la Patria, eso no es motivo de chiste alguno.

Yo me quedo con la sensación de lo sublime en un piso interior sin casi iluminación ni ventanas, donde el bombardeo parece una posibilidad real, incluso deseable. Ver qué pasaría. Un cambio. Algo. Mi primer desfile de las fuerzas armadas fue en Grecia. El primero que recuerdo con nitidez. A las diez de la mañana nos despertaron los aviones y yo me levanté sobresaltado pensando que Turquía invadía el país.

Todo lo contrario: celebraban que Turquía ya les había dejado un poco en paz.

Silvia también se despertó y se vino a mi cama. "¿Por qué te has ido?", preguntó, y yo le explique que tenía sueño y que no podía dormir abrazado a nadie. Podía dormir y podía abrazar a alguien, claro, pero las dos cosas a la vez me resultaban imposible y por mucho que miráramos por la ventana del Hotel Oscar, la gente de Atenas parecía calmada, como si no hubiera ninguna amenaza latente.

Como si no entendieran de realismo mágico, precisamente ellos, que lo inventaron.