Lo importante, en principio, es que el reportaje sobre "La Hora Chanante", que me ha tomado cinco meses y me ha permitido conocer a un grupo humano espectacular y a alguna de la gente con más talento -y más cariño- del mundo televisivo, ya está publicado en la revista Almiar.
Eso quiere decir, también, que la nueva sección está en marcha y, para convertirla en un cajón de sastre desde el principio, apuntaré que los siguientes invitados serán Álex Brendemühl y Maike Lüdenbach. ¿Puntos de conexión? Efectivamente, ninguno.
Pero lo que yo quería contar aquí no era eso -o no era sólo eso- sino el hecho de que Pedro Martínez, el director de la revista, trabajador de Cajamadrid cerca de la jubilación, haya acabado de editarlo todo a las 2 de la mañana, sabiendo que al día siguiente tendría que levantarse a las 7,30 para ir a trabajar a su sucursal de Moratalaz.
El hecho de la propia existencia de Pedro, un hombre que rondando los 50 decide poner en marcha una revista cultural, asumiendo gastos y energías, sólo por el placer de difundir el talento y las ganas de los demás. Sin protagonismos. Siempre escuchando, siempre aceptando. Un hombre que es feliz con cualquier cosa.
Si el mundo estuviera lleno de Pedros Martínez sería un mundo mejor. Yo, de mayor, quiero ser como él. Mientras tanto, me complace tanto ser su amigo...
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