miércoles, noviembre 30, 2011

Matthew Simmons, el hombre que alivió a Cantona



Por supuesto, no es la primera vez que me veo en un juzgado ni la primera vez que estoy aquí por una pelea. Lo que es absurdo es todo este circo alrededor. Eso me cabrea. Nunca le he dado un par de hostias a alguien que no se lo mereciera y el tal “Mr.Cooper”, como le llama la prensa,  o “bola de sebo”, como le llamo yo, se las tenía bien ganadas porque nadie humilla a mi hijo delante de mis narices, nadie le hace calentar durante media hora -¡media hora!- y luego le dice que se vuelva a poner el chándal y se siente en el banquillo. El chaval no miró a Bola de Sebo con cara de pena, me miró a mí, y yo soy su padre, ¿qué podía hacer? Esperar a que aquello acabara, coger al tal Mr. Cooper por la solapa y darle un buen par de hostias que es exactamente lo que se había ganado a pulso, estuviera yo borracho o no, que es una cuestión que no veo por qué le tiene que interesar a nadie.



Luego está lo de mi carácter impulsivo. Yo creo que hay dos clases de personas en el mundo: las que hacen cosas y las que no las hacen. Yo las hago, júzguenme por ello si quieren, pero los que hacemos las cosas somos los que movemos el mundo mientras los demás miran, tengan eso claro. Lo que no tiene sentido es estar culpándome todo el rato por algo que pasó hace más de una década. Ustedes no saben de dónde venía yo. ¿Creen que una patada de kung-fu era lo peor que me había pasado a los 21 años? Insisto, no saben lo que lleva un inglés a un campo de fútbol, a la grada ultra de un campo de fútbol. Había mucha rabia contenida ahí. Hay mucha rabia contenida, supongo, como para que el juez siga empeñado en si bebí o no. Podría contar mil historias de mi padre trabajando en minas y mi madre humillada por las clases altas pero esto no es una puta película de Ken Loach y en Londres no hay una jodida mina, esto es sin más la vida de Matthew Simmons, mi vida, y a lo mejor te puedes burlar de mí una vez, pero dos es complicado...

Artículo publicado en el número 3 de la revista Panenka, dentro de la sección "Biografías inéditas". Puedes adquirir o descargar el ejemplar en este enlace.

Jimmy Connors, campeón a los 40


En ocasiones, Jimmy Connors me parece un jugador infravalorado. Es extraño porque lo tenía todo: un carisma furibundo, una relación sentimental mediática con Chris Evert que se rompió días antes de la boda, un humor de perros, solo comparable, quizá, al de John McEnroe… y sobre todo una regularidad en su juego a prueba de bombas: pasó 13 años consecutivos entre los cinco primeros del ranking mundial. Trece años, uno detrás de otro, desde 1973 hasta 1986.

Años en los que tuvo que enfrentarse a Newcombe, Rosewall, Nastase, Ashe, Vilas, Borg, Lendl, Wilander, el joven Becker y el mencionado McEnroe, es decir, algunos de los mejores jugadores de este deporte.

Dentro de esa regularidad hubo momentos arrolladores: en 1974, por ejemplo, y con solo 22 años, Connors ganó 99 partidos y perdió cuatro, llevándose por el camino hasta 15 torneos, la inmensa mayoría de ellos en terreno norteamericano. Si su longevidad no le llevó a ganar más Grand Slams se debe a una explicación obvia: en casi 20 años de carrera, solo disputó dos veces el Open de Australia —victoria en 1974, final en 1975— y hasta 1979 no se tomó en serio Roland Garros, después de una extraña ausencia de cinco años por desavenencias burocráticas.

Su dedicación a los Estados Unidos fue absoluta. Los éxitos en Europa se limitaron a Wimbledon, jugador zurdo de ataque constante que se adaptaba a la perfección a la hierba ultrarrápida de los setenta y los ochenta. Hasta seis finales jugó en Londres, ganando solo dos. El resto del tiempo lo pasaba en su coto privado del circuito americano, sumando los suficientes puntos para mantenerse entre los mejores y logrando un récord casi insuperable: 12 años seguidos llegando a semifinales del US Open, con cinco títulos para sus vitrinas y otras dos finales, la última de ellas en 1987, cuando ya tenía 35 años.

Lo de Connors con Nueva York fue una historia de amor en toda regla. El público estadounidense admiraba su pasión y su lucha y conforme fueron pasando los años, aquel visceral jugador de los 70 pasó a ser algo así como el hermano mayor y responsable del díscolo McEnroe. “Big Mac” a menudo se empeñaba en pasar por un maleducado consentido. “Jimbo” era simplemente un superviviente y así se le veía en Forest Hills y Flushing Meadows.

El declive se anunciaba cada temporada pero no acababa de llegar nunca. Después de 788 semanas consecutivas en el Top 10 de la ATP, Connors pareció situarse al borde de la retirada en 1988 después de no participar en Roland Garros y caer en octavos de Wimbledon. Tenía 36 años, la carrera hecha, y el cuerpo castigado por mil batallas, pero “Jimbo” decidió no rendirse. Meses después llegaba a cuartos de final en Nueva York y conseguía acabar el año como número siete del mundo. ¡Catorce años después de ser número uno!

Las cosas, como era de esperar, no fueron a mejor: en 1989, Connors cayó al número catorce. No es que esté mal, precisamente, pero cuando te has instalado en el top 10 durante 16 años sabe a poco. Ganó dos títulos, jugó otras dos finales, mantuvo sus eternos cuartos de final en Nueva York —aquel partido inolvidable ante Andre Agassi y el grito desde la grada: “Vamos, Jimbo, él es un punk… tú eres una leyenda”— y se preparó para un año terrible, 1990, en el que una grave lesión le hizo, ahora sí, plantearse seriamente colgar la raqueta. Su muñeca izquierda dijo basta: jugó tres partidos, los perdió, se operó, pasó toda la temporada en reposo y acabó aquel año en las profundidades de la clasificación.

Ese no era un final digno para una leyenda, debió de pensar entonces Connors. ¿Saben lo que es ganar 149 torneos durante casi 20 años de lucha, nueve Grand Slams, ser número uno del mundo cinco años seguidos, saber que podrías ser el padre de buena parte de tus rivales y aun así pasarte el invierno estadounidense entrenando mañana y tarde para volver a competir? No apetece, ¿verdad? Pues Connors lo hizo. Con casi 39 años anunció su recuperación y su deseo de volver al circuito. Aquello parecía una excentricidad, pero era algo más que eso.

A los problemas de muñeca, en 1991 se unieron los de espalda. En la tercera ronda de Roland Garros, Jimbo tuvo que retirarse contra Michael Chang por unos dolores insoportables. Eso sí, lo hizo a su manera: ganando el último punto del partido y sólo entonces anunciando que no podía más. Incapaz de avanzar lo suficiente en los rankings —estamos hablando ya de los años de Sampras, Courier, Bruguera, Muster… toda esa serie de maestros a los que vimos jugar de adolescentes— la organización del US Open decidió darle una “wild card” como invitado y meterle de rondón en el cuadro.

Alguien que ha ganado cinco veces tu torneo y lo ha disputado veinte merece una última oportunidad.

Cada partido de Connors era una fiesta en Nueva York. El abuelo frente a los adolescentes de Nike y Adidas. En primera ronda remontó dos sets para imponerse a Patrick McEnroe. En segunda ronda, se deshizo por la vía rápida de Schapers. Su siguiente rival era Novacek, un sólido jugador checo que partía como cabeza de serie número 10. A Connors solo le pudo hacer ocho juegos en todo el partido.

Jimbo ya estaba en octavos de final, nadie sabía cómo. Ni muñeca ni espalda ni perro que le ladrara. El día de su 39º cumpleaños salió a la pista para jugar contra Aaron Krickstein, la perla blanca de la cantera estadounidense hasta que Courier, Sampras, Chang, Agassi y compañía le pasaran por encima. Krickstein había nacido en 1967. Connors en 1952. El primer set fue para el benjamín, el segundo se lo llevó Connors en un eterno tie-break. Krickstein volvió a golpear duro en el tercero (6-1) pero cedió el cuarto y el partido se encaminó a un quinto set con el público de Flushing Meadows enloquecido, burritos y coca-colas en mano.

Connors aguantó hasta el tie-break de esa quinta manga. Una vez ahí, cuando se suponía que el cuarentón caería agotado después de tantos partidos seguidos, tantas horas en la cancha… consiguió una de las victorias más dulces de su carrera venciendo 7-3 en el juego definitivo.

Nadie podía creérselo. Jimbo saltó enloquecido, furioso. Vaya regalo de cumpleaños. En cuartos de final le esperaba el holandés Paul Haarhuis, un jugador muy peligroso en pistas rápidas, pero, aunque consiguió adjudicarse el primer set, acabó cediendo los tres siguientes como si no quisiera molestar. Connors llegaba a semifinales del US Open todavía con el ignominioso “WC” al lado de su casilla del cuadro. No era una experiencia nueva: había estado ahí trece veces antes. Si contamos todos los torneos del Grand Slam, el número subía a 27.

Su rival en semis era el joven pelirrojo Jim Courier, aquel hombre con pinta de leñador infalible. Connors había disputado su primer US Open justo el año en el que su rival nacía.

En un momento dulce, Courier iba camino del número uno: campeón de Roland Garros ese mismo año, su potencial era tremendo. Derecha tras derecha, Courier fue erosionando la moral y el cuerpo maltrecho de Connors. Cuando Jimbo perdió el primer set, el público se consoló recordando las remontadas de antaño. Cuando perdió el segundo, la esperanza se quedó en fe. Al primer break del tercer set ya se supo que aquel era el final de una época. 6-3, 6-4 y 6-2 fue el resultado. Connors se llevó la mayor ovación de la historia, algo solo comparable a lo que pasó con Agassi 15 años después.

Semifinalista a los 39 años cuando el campeón del año anterior, Pete Sampras, tenía 19.

Pese a todas las evidencias, no fue el final de Connors. Al borde de los 40 se apuntó a otra temporada de tenis profesional. Se despidió de Roland Garros y de Wimbledon en primera ronda y los presagios de una nueva hazaña en Flushing Meadows acabaron pronto también: después de ganar al brasileño Oncins en tres cómodos sets, Connors empezó su duelo de segunda ronda ante Ivan Lendl apuntándose la primera manga y soñando con un nuevo cumpleaños sobre la pista. El checo-estadounidense, ya lejos de sus mejores años, no era el invitado más agradecido para una fiesta así. Sin mover un músculo, como en él era habitual, despachó a su compañero de correrías ochenteras en los tres siguientes sets: 6-3, 6-2 y 6-0. Aquello fue cruel y puede que innecesario, pero Lendl no entendía de melodramas.

Perder 6-0 el último set de su carrera en Nueva York debió de ser un penoso trago para el arrogante Connors. Despedirse ante Ivan Lendl, por otro lado, era un digno colofón. No volvió a pisar la pista de un Grand Slam. Aquel año, el último completo en el circuito, ganó más partidos (17) de los que perdió (15) y se mantuvo dignamente entre los 100 primeros de la clasificación ATP como venía haciendo desde que se instauraran los rankings en 1973, con la excepción, lógicamente, del año de su lesión de muñeca.

No fue una despedida completa. Connors podía permitirse el lujo de improvisar y eso hizo: en 1993 jugó cinco torneos; en 1994, fueron tres. En 1995, a punto de cumplir los 43 años, llegó a cuartos de final del torneo de Halle, preparatorio para Wimbledon. Su único partido de 1996 fue en Atlanta ante Richey Reneberg. Connors perdió pero se llevó un set. El orgullo siempre antes que la rabia. El inconformismo, siempre el inconformismo del hombre record.

Artículo publicado originalmente en la Revista JotDown dentro de la sección "No pudo ser"

martes, noviembre 29, 2011

Barcelona 4- Rayo Vallecano 0



34 goles a favor y 0 en contra para el Barcelona en el Camp Nou en 8 partidos. Serían unas cifras de escándalo si no tuvieran que convivir con los 8 a favor y 7 en contra fuera de su terreno de juego. Errores arbitrales y falta de puntería aparte, que lo sufren todos los equipos, y si el año pasado se lo criticábamos al Madrid no haríamos bien en caer este año en los tópicos de toda la vida, da la sensación de que el Barça arrasa cuando se siente cómodo y tiene serios problemas cuando le piden un sobre-esfuerzo. Uno más después de cuatro años agotadores.

Tiene su lógica, insisto. Puede que muchos vieran en mi crónica de Getafe un ataque a los jugadores. Nada más lejos de mi intención. Yo defiendo y entiendo que un jugador que lleva cuatro años presionando como loco, jugando cada tres días y ganando títulos incluso en julio llegue un momento en el que diga “No puedo más”. No estoy hablando de “no quiero más” sino que simplemente ese jugador está saturado física y mentalmente, el juego se espesa, las oportunidades se consiguen a trompicones y aparecen los problemas.

De hecho, ni siquiera el 4-0 ante el Rayo fue tan plácido como el marcador sugiere. En rigor, el Barça jugó media hora: desde el minuto 25 hasta el 55 de partido más o menos. El resto del tiempo pasó muchos apuros ante la presión en campo contrario del Rayo. Algo me dice que, igual que hizo en la Supercopa, Mourinho utilizará esa táctica para ahogar al equipo de Guardiola y éste necesitará algo mejor que Keita para sacar el balón en ese caso. 

La táctica de las tarjetas fue confusa. Es cierto que Piqué y Busquets son clave para jugar desde atrás en el Bernabéu y los dos estaban al borde de la suspensión, pero mientras el central la provocó en una jugada impropia, incompatible con el juego limpio, y que puede que al final le cueste más castigo del que cree, el medio centro ni siquiera jugó, con lo que se entiende que estará ante el Levante e igual resulta que en el Bernabéu no está ninguno de los dos y la bola la tienen que sacar entre Abidal y Keita, como en muchos momentos del partido del martes.

En fin, que el Rayo fue valiente y se llevó cuatro. Estas cosas pasan cuando juegas ante un enorme rival con jugadores decisivos delante. Es un clásico de cualquier liga. Durante 60 minutos, aunque inocente, el Rayo fue muy competitivo. En los 30 de en medio se limitó a soportar el chaparrón lo mejor que supo: Alexis abrió la lata, después se aprovechó de un mal control de Xavi para marcar el segundo y a continuación, justo antes del descanso, Villa hacía el tercero.

El chileno y el asturiano son probablemente los jugadores más importantes ahora mismo para Guardiola. Junto a Pedro, quizás. La recuperación de los tres atacantes es clave en las aspiraciones del Barcelona a los distintos títulos. Si Villa empieza a aprovechar sus oportunidades, o al menos no las falla todas, y el canario vuelve a ser el extremo desbordante y con disparo que sorprendió durante dos años y pico, la adaptación de Alexis será más fácil y el descanso para Messi será decisivo.

Cualquier juicio sobre el gran fichaje de este verano junto con Cesc está supeditado a su recuperación física. Antes de la lesión en Anoeta venía de unos partidos más que interesantes, es lógico que aún tarde un tiempo en dar todo lo que tiene dentro.

Por lo demás, poco que comentar del partido: lo dicho, Piqué forzó una tarjeta ridícula, mourinhista. A mí estas cosas me sacan de quicio. Si no quieres que se pierda el partido contra el Madrid no le pongas contra el Levante. El riesgo de perderse dos partidos en lugar de uno siempre está en el largo plazo, ¿qué más da si llega al Bernabéu con 0 tarjetas amarillas, acaso no llegará tarde o temprano de nuevo a las 4 y estaremos en la misma situación? En un central es probable. En cualquier caso estos cálculos no son propios de un equipo con la imagen del Barça.

Los ataques volvieron a ser lentos y mal organizados. Es lógico, ya digo. La actitud es irreprochable: ganas 4-0 al Rayo Vallecano, quedan 10 minutos y todos los jugadores siguen corriendo para recuperar, pero la claridad no es la misma, no puede ser la misma. Hay además este año un empeño en que Messi dirija y acabe todas las jugadas. Tanto suyo como de sus compañeros. El Barcelona es mucho mejor, insisto, cuando Messi desborda y culmina que cuando solo culmina, algo se  pierde en el camino.

Seguro que Guardiola es consciente de ello y sabrá manejarlo.

Queda, pues, el Barça a tres puntos del Madrid, con lo que podría darse la circunstancia de que, ganando el 10 de diciembre, llegara al Mundialito como líder de la Liga, aunque fuera con un partido más. El problema del Barça no es irreversible, por supuesto, simplemente depende de demasiados condicionales. Si recupera el hambre, tendrá opciones. Si su mentalidad es la de otros años, podrá ganar la liga. Si el cansancio físico no devasta una plantilla mermada en determinadas posiciones, podrá encontrar la regularidad que le falta. 

De momento, lamento insistir en ello, recuerda demasiado al Madrid del año pasado: muchas goleadas intrascendentes y muchos puntos perdidos en campos impropios.

Es fútbol. Tarde o temprano tenía que pasar. No hay una razón para todo y desde luego no es cuestión de buscar culpables. Simplemente, son humanos.

Los premios Rolling Stone 2011


Nubes y claros en la gala de entrega de premios de la revista Rolling Stone. De entrada, quizá, demasiados premios y demasiado incomprensibles, un excesivo afán de "name-dropping". Bueno, no está mal. Lo que no se puede negar es que la colección de músicos patrios que pasó por el escenario de la discoteca Pachá fue impresionante y el despliegue de la organización con sus invitados fue muy generoso, dejando aparte la manía de todo mundillo cultural y no cultural de encerrarse en castas, es decir, el abuso de la Zona VIP.

En rigor, eso no es culpa del organizador sino del artista que cree que su estatus depende de una pulsera de papel y que una vez la pulsera está prieta en la muñeca, ¿por qué juntarse con la chusma? Lo peor de todo esto es que algún día el de la pulsera seré yo o será usted y haremos lo mismo.

Si volvemos a los premios como tales, incidir en la gran nómina de premiados y sobre todo de "entregadores" de premios. En menos de una hora pasaron por el atril de Rolling Stone, con su logo rebelde cayendo cada tres por cuatro, Luz Casal, Miguel Bosé, Sidonie, Vetusta Morla, Amaral, Ariel Rot, La Mala Rodríguez, Verónica Echegui, Pereza, José Coronado, Loquillo, Estrella Morente, Zahara, Los Enemigos, Kiko Veneno, Jota, Mikel Erentxun y un largo etcétera en el que hay que incluir a Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla, los presentadores de la gala, que estuvieron como es habitual, brillantes.

Sin embargo, hay cosas difíciles de entender. Premiarse a uno mismo es una tentación muy poderosa y desde luego lo es en el grupo PRISA, basta con ver los Ondas cada año. No creo que sea bueno llevarlo al extremo. Dividiría los premios en "opinables", "innecesarios" y "en fin".

Dentro de los premios opinables están los que van a un artista que te gusta más o menos. Habrá quien piense que Vetusta Morla no merecía el premio a mejor grupo del año y a mejor disco del año -los únicos en repetir-, que Amaral no ha escrito la mejor canción del año, que Miss Caffeina no es el mejor grupo emergente o que la mejor gira no ha sido la de Lori Meyers. Eso, insisto, son opiniones más o menos discutibles y en todos los premios encontraremos cosas así.

Los premios innecesarios son aquellos que se dan solo para que un famoso venga a recogerlo o para hacerle promoción a alguien que por algún motivo te es afín. Por ejemplo, "artista más solidario" para Miguel Bosé, "artista más rockera" para Luz Casal, "personaje más rockero" para José Coronado por su papel en "No habrá paz para los malvados" o "artistas más elegantes" para Sidonie. En fin, creo que unos premios de la música pueden prescindir de categorías así, aunque obviamente se pierda glamour y discurso. En Rolling Stone no opinan lo mismo, qué le vamos a hacer.

La última categoría son los premios ante los que uno no tiene más remedio que decir "En fin...". La resumo en dos pinceladas: el mejor artista del año es Loquillo para la Rolling Stone. Sí, Loquillo. De acuerdo que el premio no especificaba de qué año estábamos hablando, pero resulta chocante, especialmente cuando el galardonado nos explica lo contento que está desde que es colaborador habitual de la revista que da el premio, es decir, que la revista ha decidido premiar a uno de sus entrevistadores por unos supuestos méritos artísticos que este año -2011, entiendo- no han destacado especialmente.

Estoy siendo comedido.

El último premio fue más divertido aún porque fue para el patrocinador del evento. Premio especial a El Corte Inglés "por su labor de ayuda a la música" con doble publirreportaje, tanto del responsable de la revista como del responsable de la empresa. Ciertamente, uno puede pensar que hay instituciones o personas que han ayudado más a la música este año que El Corte Inglés. Quizá no a la gala de entrega de premios de la revista Rolling Stone, pero sí a la música. El año que viene podrían instaurar el premio a la mejor revista de rock y ya cerramos del todo el círculo.

En fin, ya saben lo que yo pienso de los concursos de popularidad: está bien que los haya, está bien verlos desde una distancia pero tampoco hay que tomárselos muy en serio. En cualquier caso, lo suyo sería invertir el orden: primero creas una marca con prestigio y luego la utilizas para promocionarte. Hacerlo al revés, en ocasiones, roza el esperpento.

domingo, noviembre 27, 2011

Getafe 1-Barcelona 0



El Madrid se dejó la liga el año pasado en los dos partidos contra el Barcelona pero sobre todo en esa multitud de partidos contra Sporting, Deportivo, Almería, Zaragoza, Levante, Mallorca, Osasuna… en los que el equipo blanco salía desactivado, contemplativo, tan seguro de su victoria que solo en los últimos minutos, a base de furia y rabia, salía de su letargo.

Algo parecido le va a pasar al Barcelona este año, da la sensación. El éxito de la narrativa estaba dando por buena una temporada claramente por debajo del rendimiento de otros años: el empate en San Sebastián fue un despropósito, la defensa de tres en Valencia estuvo a punto de costar una goleada, en Bilbao se empató en el descuento y ante el Sevilla, pese al inmenso Varas, el Barça mostró unos problemas brutales a la hora de crear peligro.

Ante el Getafe, más de lo mismo. Por supuesto, los de Guardiola coparon la posesión y tiraron 18 veces más que su rival. ¿Qué esperaban? Estas cosas los grandes las tienen que dar por sentado y no recurrir al tópico de “claro, es que se cerraron”. Pues, efectivamente, es lo que suelen hacer los equipos pequeños y en eso consiste ganar una liga, en solventar estos partidos pestosos: frío en el estadio, campo en horribles condiciones y apenas tres días de descanso después de un partido en Milán de lo más intenso.

Los jugadores del Barça parecieron desde el principio disgustados, como si quisieran estar en cualquier lado menos en Getafe a cinco grados y con la pelota dando botes improbables. Su juego fue lento y previsible, incapaz de desbordar la línea de ocho que colocó Luis García frente a su portería. Guardiola sabía que el Barça se jugaba gran parte de la liga en este encuentro, pero sus jugadores no dieron la sensación de entender el mensaje, salvo, como siempre, Xavi y Messi, impecables en el empeño y los únicos capaces de desbordar.

La primera parte fue tediosa a más no poder. Salvo los primeros 10 minutos, en los que el Getafe se las vio y se las deseó para achicar el peligro, no se vio apenas buen fútbol en el Alfonso Pérez. Guardiola sorprendió alejando a Messi del área, devolviendo a Villa al centro de la delantera y alternando a Alexis en las dos bandas, siempre hacia dentro. Aquello no hizo sino aumentar el embudo. Por supuesto, hubo oportunidades y Moyà salvó un remate del chileno que se colaba, pero no había buen juego, solo insistencia, acumulación.

Cuando tienes una plantilla tan corta, dependes demasiado del sobre-esfuerzo y no hay que olvidar que estos jugadores llevan tres años y pico de sobre-esfuerzos constantes: de septiembre a junio con el Barcelona, en julio con la Selección. Lo has ganado todo y te falta ese punto de hambre, le ha pasado a todos los equipos de la historia y le va a pasar al Barcelona de Guardiola porque no deja de ser un equipo más. “Recuerda que eres mortal” debería haber susurrado en la oreja la prensa afín en vez de dedicarse a la glorificación diaria.

En partidos sueltos, incluso al más alto nivel, el Barça puede seguir siendo el mejor del mundo. Otra cosa es la regularidad. Al equipo le faltan un central y un delantero desde principio de temporada. No hay sustituto de Bojan y no hay sustituto de Milito. Puede que Alexis en algún momento llegue a valer 40 millones, pero recién salido de una lesión y empeñado en la jugada individual con regateo constante, no aportó nada al juego de ataque del Barcelona en Getafe.

A su lado estaba Villa. Del asturiano ya he hablado demasiado este año. Su trayectoria deportiva es tan irreprochable que sería injusto seguir cebándose.

El problema es que, cuando Messi retrasa posición, no hay plan B. No hay soluciones de emergencia. No hay un delantero que te consiga dos goles salvadores. En el Madrid, cuando Benzema anda flojo sale Higuaín, cuando Ozil no tiene el día le sustituye Kakà. Por supuesto, el Barça tiene su modelo, sus Pedros y sus Cuencas. Y ha funcionado. Pero llega un momento en el que la cuerda se rompe. En San Sebastián, no tener un central mejor que Fontàs costó dos puntos. En Getafe o contra el Sevilla, no tener un rematador que supla la mala racha de Villa ha costado ya cinco.

No hay regularidad en este Barcelona, solo chispazos. Con chispazos uno puede meter 30 goles en casa sin recibir ni uno o ganar una nueva Champions, no lo descarten. Pero la liga es muy difícil, porque la liga y especialmente sus inviernos requieren una mentalidad y una fe que es complicado mantener en determinado momento. Thiago, por ejemplo, estuvo desastroso, pero, ¿qué quieren? Tiene 20 años. Su temporada hasta ahora ha sido fantástica pero no deja de ser un chico de 20 años que un día va y juega mal. Y ese día no hay relevo.

En fin, volviendo al partido, la segunda parte fue un calco de la primera. Acumulación y tensión azulgrana, defensa numantina de un Getafe que apenas se vio realmente inquietado. Abusando de la entrada por el centro o del balón colgado, los de Guardiola veían cómo pasaban los minutos sin encontrar soluciones. Thiago se fue y entró Keita, que difícilmente será nunca una solución ofensiva. El embudo seguía presente y todo se vino abajo cuando Varela marcó en un corner absurdo y de una manera ridícula: entrando desde atrás mientras Keita vigilaba a su portero. Ni al balón ni al jugador miró el jugador malí, solo al frente… y por detrás le robaron la cartera para rematar a placer.

El gol disparó las alarmas: Pedro y Cuenca entraron en el campo por el inoperante Alexis y un Maxwell también bajo de forma. La idea, supongo, era abrir las bandas lo máximo posible para que Messi, Villa y Xavi la liaran por en medio. Tampoco funcionó. Apenas se intentó, de hecho. El recurso a los extremos se acabó convirtiendo en un recurso al balón bombeado. Cinco defensas esperando para despejar mientras los bajitos del Barça buscaban un hueco imposible.

Colocar a Piqué de ariete sirvió al menos para que esa táctica tuviera más sentido pero no hacía falta tanta narrativa para acabar con el central bajando balones. Pudo empatar muchas veces el Barça: en dos tiros precipitados de Pedro, en un tiro al poste de Messi, en otro remate postrero de Pedro que salvó Moyà, incluso en un gol que anularon al 10 argentino tras fuera de juego de Keita dudoso. Es lo mismo. Al Barcelona le da igual estar a cinco puntos que a seis antes de jugar en el Bernabéu. Si quiere seguir vivo tiene que ganar.

En ese sentido, la derrota incluso ayuda porque ya no disimula las carencias. Esperen de este equipo una gran Champions League pero no le pidan mucho más en la liga. Los jugadores están saturados y no hay relevos. Le pasa a todos los equipos, no es ningún drama. Se llama fútbol. 

sábado, noviembre 26, 2011

La narrativa mourinhista


Twitter cambió mi vida. Voy a ser así de sincero. Acostumbrarte a discutir con cientos de personas cada semana le hacen a uno mejor persona: la crispación llega hasta tal punto que desaparece, que cualquier comentario en realidad lo puedes ver como una broma. Contra lo que se pueda pensar, las redes sociales relajan. Cualquier idea es un estereotipo, un tópico, un piñón fijo.

Fue en Twitter donde conocí el “mourinhismo”. Por supuesto, a Mourinho lo conocía desde mucho antes porque yo era un fanático futbolero ya de niño y siempre me ha gustado darme aires de experto en las tertulias de sobremesa analizando cómo juega el Oporto de turno. Lo que no conocía era la narrativa, me parecía difusa, desafiante, llena de demasiados silencios que pretendían exégesis a menudo disparatadas.

En realidad el “mourinhismo” es una reacción narrativa. Solamente eso. No tiene nada que ver con el entrenador, ni con el juego ni con los resultados. Es una forma de vida que consiste en narrarlo todo de una manera hostil. “El infierno son los otros” en su forma más pura. Todos nos persiguen. ¿A quiénes? Aún no lo sabemos, pero nos persiguen y Mourinho, el gran perseguido, nos salvará.

Por supuesto, esta narrativa acorralada, una narrativa de guerra de guerrillas, sin palabrería valdanista ni señoríos ni conceptos burgueses, solo puede existir porque existe la contraria: la narrativa “guardolista” con ese punto de beatificación constante, el fútbol convertido en una especie de plan quinquenal donde todo se hace por una razón y además una razón estética. El alejamiento de la realidad. Buena parte de la prensa barcelonista y el entorno más cercano al club han desbarrado definitivamente desde aquel triplete de 2009.

Quiero dejar una cosa clara: yo soy aficionado del Barça, disfruto con su juego, Guardiola me parece un entrenador sensacional que ha llevado el fútbol a otro nivel: el ataque constante mediante la defensa constante, ubicación de espacios, presión organizada. Ha mezclado a Sacchi y a Cruyff y en el camino se ha llevado 12 títulos en 3 años.

Pero yo no estoy hablando ni del Barcelona ni de Guardiola. Yo hablo de la narrativa.

Esa narrativa de Banco Sabadell, frases categóricas, “somos tan buenos”, que rodea al entrenador del Barcelona sin que él participe del todo, porque siempre avisa: “No soy el mejor, no somos nada sin trabajo, a veces leo cosas sobre mí que me levantan los colores”. Guardiola como faro no ya de un equipo sino de la humanidad. La narrativa UNICEF pese a que el entrenador sea un defensor a ultranza de Catar. La mística de la posesión, del toque, no ya como táctica sino casi como religión. EL MODELO, así en mayúsculas. “Deberían grabar nuestros entrenamientos, son un espectáculo”, insisten Xavi y Cesc. La incapacidad de comprender que alguien puede ser mejor que tú y merecérselo.

En el fondo ahí están los dos. Mourinhistas y guardiolistas, convencidos de que el otro es el mal. Incapaces de disfrutar el juego porque el juego les importa lo justo, les importa la literatura, la estética. A mí me parece bien. Hacemos literatura de nuestra vida anodina, ¿cómo no la vamos a hacer de un negocio de miles de millones de euros?

Lo que más me gusta es cuando alguien sale y defiende a cualquiera de los dos entrenadores: “Pues en su vida normal no es así”. Obvio. Nadie es un estereotipo cuando sale a pasear con los niños. El mourinhismo enturbia pero se enorgullece de eso. El guardiolismo lo limpia todo con su bondad absoluta. ¿Qué tienen que ver en esto los dos protagonistas? Poco. Son necesidades, carencias afectivas. La narración de un éxito o un desastre.

La ficción que se resiste a mirar ninguna tabla clasificatoria.

Artículo publicado originalmente en el periódico El Imparcial dentro de la sección "La zona sucia"

viernes, noviembre 25, 2011

Resumen de noviembre

-9 grupos distintos de sábado a lunes en Centros Culturales y UPDEA: 5 de inglés, 3 de creación literaria, 1 de Grandes Novelas de la Historia (Buenavista, Maestro Alonso, Sanchinarro, Valdebernardo)

-9 alumnos de clases particulares (Beltrán, Juan Carlos, Alberto, Eduardo, Alba, Fabiola, Marta, Claudia y Manu)

- 7 medios con los que he colaborado este mes (JotDown, Neo2, Panenka, Zona de Obras, Revista Eñe, Fiebre de Fútbol y El Imparcial)

- 3 talleres de escritura online (Redacción y Estilo, Redacción 2.0 y Microrrelato)

- 2 blogs: este y el de los noventa.

- 1 guion para una temporada entera de una serie de Internet (ya registrado)

- 1 libro sobre los noventa para pasar a una editorial (ya registrado)

- 0 mujeres.

Un mes cualquiera para el pez plátano.

jueves, noviembre 24, 2011

Last dance with Mary Jane



Mary Jane era una mezcla entre Lolita y cualquiera de las vírgenes suicidas de Eugenides. Me gustaba porque era como era, iba de cara y básicamente jugaba con los sentimientos de chicos lánguidos que nunca soñaron siquiera con tener a una chica como ella entre sus brazos.


Take me as I come cause I won´t stay long.

Mary Jane nació en Indiana y no se sabe dónde morirá. Es una chica que deja las camas vacías. Un misterio. He dicho Lolita pero en realidad podría ser Suzanne, es decir, en un momento dado, a los 12 años, se le pondría cara de nínfula, algo más tarde, sería el secreto escondido de la casa de los Lisbon si su madre no hubiera sido otra bala perdida como ella y, ya pasado su esplendor pero intacta su magia, su incomprensible magia que atrae a poetas perdidos, sería Suzanne sentada junto al río. En cualquier caso, hablamos de una chica destinada a joderte la vida, desde el día que la conoces.

Yo fantaseaba con conocer a Mary Jane -después la conocí y no era para tanto- y enamorarme locamente, aunque me destrozara el corazón mil veces. Tenía 16 años y el corazón ya me lo estaban destrozando de todas maneras así que puestos a elegir, como siempre, me quedaba con la estética. De la canción de Tom Petty me gustaba el personaje y me gustaba la decadencia. No sé por qué toda esa canción a mí me suena a decadencia, tiempos pasados y Holly Golightly. Cuatro mujeres en una y vaya mujeres.

Si uno se fija, la decadencia ya estaba incluso en el título: "Last dance with Mary Jane". El atractivo de los últimos bailes. Ser el chico del último baile, es decir, pasar a la historia. ¿A quién no le atrae eso? Eran las mañanas de Cadena 100 con Jose Antonio Abellán. Las mañanas de "Hooked on a feeling" pero sobre todo las de Tom Petty y las de David Bowie dando sus últimos coletazos con "Jump they say". Tiempos inimaginables ahora mismo y de todo esto no han pasado ni 20 años.

En 2030 los chicos hablarán melancólicamente de canciones de Rihanna y Pitbull. Esta es la España que nos deja Zapatero.

Canciones que uno asocia a los desayunos igual que asocia el "Instant Street" de dEUS a las duchas matinales o los recopilatorios de La Cabra Mecánica a la hora de afeitarse. No busquen razones, no todo tiene una razón. Magdalenas de Proust.

Mary Jane me recordaba a familias que huían a ciudades caras en busca de tratamientos milagrosos. Familias que se descomponen desde la óptica del niño pequeño que pierde a su hermano. Mary Jane era la reina de la promoción de autistas, eso era. Intenté escribir sobre todo ello en pretérito imperfecto pero creo que fracasé. He escrito tanto ya que no sabría diferenciar un éxito de un fracaso ni aunque se vistiera como Pau Donés en una convención del PP.

Algo me dice que la combinación Lolita-Lisbon-Suzanne-Golightly da para algo más que este artículo, pero no sé muy bien a qué me refiero. Una muy buena idea muy venida a menos, supongo... I don´t know but I´ve been told... you never slow down, you never grow old...Tengan piedad de mí, yo tenía 16 años y soñaba con amores imposibles, ¡deseaba amores imposibles! ¿Qué me ofreció la vida más tarde? Exactamente lo que yo le había pedido.

miércoles, noviembre 23, 2011

Milan 2-Barcelona 3



De acuerdo, cualquiera que lleve un tiempo leyendo estas crónicas sabe que no me gusta cuando al Barcelona le marcan dos goles, le llegan con claridad y desnuda todas sus carencias en defensa, especialmente a la hora de bascular a los laterales, donde el Milan tuvo una vía libre que utilizó todo lo que pudo, combinando con balones largos a Ibrahimovic. Solo con dar un paso adelante y buscar el fuera de juego, solo con pedir una ayuda más del extremo para tapar la banda bastaría, pero el 3-5-2 es lo que tiene: no todo el mundo puede estar en todos lados.

Concedo todos esos despistes tácticos. Concedo que se regalaron balones imperdonables en la salida del balón y que el Milan no sólo marcó dos goles sino que pudo marcar otros dos o tres, siempre desde atrás, siempre entrando en el área culé como cuchillo en mantequilla… pero es que el partido fue demasiado bonito como para poner pegas de ese tipo, lo siento.

Sin el balón el Barcelona jugó regular, incluso mal, pero con el balón aquello fue una maravilla. Pongamos las cosas en su sitio y no nos malacostumbremos: jugar contra el campeón de la liga italiana, en su campo, estadio lleno, rival  motivado, marcarle tres goles, tirar una al travesaño y disparar otras cuatro o cinco veces a bocajarro dominando por completo el medio del campo es algo que no podemos considerar habitual y despreciarlo sin más. No siempre se ha dado, desde luego, y nada indica que se vaya a volver a dar.

Hay en este ciclo histórico del Barcelona algo de rizar el rizo, en eso podemos estar todos de acuerdo. No solo una narrativa a veces cargante sino un intento de demostrar algo en cada partido. ¿Me juego el primer puesto del grupo en Milán? Pues salgo con tres defensas, uno de los cuales es un medio centro. Así se ha manejado Guardiola en muchas ocasiones y así se manejó en San Siro. La victoria fue inapelable. Por cada gol que pudieron meter los italianos, los catalanes pudieron meter dos.

No siempre ha sido así. La narrativa hablará de un juego elegante, romántico, ofensivo… pero Guardiola ha destacado estos años precisamente por ser una versión elaborada de Cruyff. Un Cruyff que hubiera jugado años en el Brescia. El Barcelona ha ganado tres ligas y dos Champions por su calidad en ataque, de acuerdo, pero sobre todo por su capacidad para detener siempre al rival, convertir los partidos en un monólogo donde cada uno siempre está en su sitio para presionar o cortar el balón. Matar los resultados.

Este año sucede todo lo contrario. El Barcelona alterna partidos de una solidez defensiva envidiable –esta misma temporada, Valdés ha batido el record de imbatibilidad del club- con otros de una endeblez preocupante. El de Milán ha sido el séptimo partido en este curso en el que Valdés ha recibido dos goles. No tengo todos los datos a mi alcance pero dudo que se llegara a ese número en total en ninguna de las dos temporadas anteriores.

Parece como si, cansado de ganar, el Barça se hubiera dedicado a divertirse. Ya no es el equipo demoledor de antes, que se ponía por delante y dejaba al rival sin argumentos. Ahora los partidos suben, bajan, pasan por distintas fases… Probablemente, eso le haga menos competitivo al equipo de Guardiola, pero sin duda le hace más espectacular. Lo importante será lo que pase a corto-medio plazo, es decir, si esa apuesta por el 3-4-3 o el 3-5-2 consigue traducirse en fluidez en ataque sin descuidar la defensa.

Porque el ataque del Barcelona cuando sus mediocampistas se juntan es un espectáculo. Jugadas en las que cada jugador aparece por donde no se le espera. A veces, Thiago por la derecha, de repente Cesc entrando por el medio, o Xavi llegando desde atrás, o Messi pegado a la derecha, Keita de pivote o de conductor o presionando en un lateral… Movimiento constante con y sin balón, imposible de frenar para el rival, absolutamente imposible.

No lo hizo mal el Milan ni mucho menos. Supo detectar las debilidades del contrario y explotarlos. En cuanto se recuperaba el balón, a la banda, donde habría siempre ventaja o cuando menos un uno para uno. Si la recuperación era en defensa, balón largo para que Ibrahimovic la dejara a un jugador de frente. No se rindió cuando Van Bommel se introdujo en su propia meta un centro de Villa, no se rindió cuando Messi marcó de penalti el 1-2 y ni siquiera se rindió cuando, agotado, recibió el mazazo del tercer gol, una delicatesen de Messi que culminó Xavi con elegancia.

Como equipo veterano que es, el Milan siempre dio la cara y tuvo respuestas, igual que hizo en el Camp Nou. Tuvo a su favor un excelente portero, con dos o tres paradas impresionantes y la habitual colaboración de Villa, que marró dos o tres grandes oportunidades, una de ellas, en el área pequeña, imperdonable. Se retiró muy enfadado el asturiano del terreno de juego, aspirante a ocupar la siguiente plaza en la lista de delanteros cabreados con Guardiola, pero tendrá que reconocer que, aunque cumple a la perfección su labor de abrir el campo por su banda, el acierto de cara a la portería deja mucho que desear.

Al menos esta vez estuvo más comedido a la hora de caer en fuera de juego.

Sostenido con alfileres en el partido, el campeón italiano aún pudo empatar casi en el descuento un partido que en todo momento mereció ganar el Barcelona. A eso me refería cuando hablaba de competitividad: no puedes dejar que te rematen en el área dos veces en el minuto 89 un equipo físicamente derrumbado y sin presencia en el campo. El Barça mejorará mucho cuando Pedro y Alexis alcancen su mejor versión y es extraña la exclusión de Cuenca del equipo, salvo que el chaval esté agotado por sus últimas actuaciones.

De momento, el objetivo es ir sobreviviendo y aprendiendo. Encontrar soluciones a problemas que puedan surgir en abril, mayo, junio… cuando los títulos se deciden. Mientras el Madrid se enfrasca en una euforia comprensible, el Barça ya se ha llevado dos Supercopas, ha conseguido pasar primero de grupo en la Champions y la siguiente meta será llegar a la cita de Japón a como mucho un partido de diferencia de los de Mourinho. Si lo consigue, todos estos fallos, estas desubicaciones, estas faltas de entendimiento puede que ya se hayan corregido para cuando lleguen los momentos cumbre de la temporada.

Hasta que lleguen acostumbrémonos a este arriba y abajo que va a acabar con muchos corazones.

La Champions League del Valencia



Siempre que un partido llega a la tanda de penaltis, las dos aficiones creen que su equipo mereció ganar antes. Es lógico: a lo largo de 120 minutos hay suficientes oportunidades, iniciativas, contraataques, decisiones arbitrales… como para reclamar el triunfo como propio. Los penaltis son un recurso que solo interesa al espectador neutral: para los participantes no es una ruleta, es una tortura.

 Eso mismo pensaría Héctor Cúper en San Siro, final de la Champions League 2001. Para el técnico che era su tercera final europea: ya perdió una con el Mallorca, la Recopa, en 1999 y al año siguiente volvió a perder, ante el Real Madrid, una Champions League que muchos daban por ganada. Los tiempos del Piojo López y la defensa de cinco de Del Bosque. A la tercera tenía que ir la vencida: el equipo estaba más hecho, los veteranos se compenetraban perfectamente con los jóvenes, había calidad y esfuerzo en todas las posiciones… y el Bayern de Munich, su contrincante en Milán, llevaba décadas sin ganar una Copa de Europa.

De hecho, su última aparición en una final, dos años atrás, había acabado en tragedia: dos goles del Manchester United en el descuento le privaron de un título que ya se celebraba en la grada del Camp Nou.

Cara a esta segunda final consecutiva, Cúper puso sobre el campo su clásico 4-4-2 en rombo: Cañizares en la puerta; Angloma, Pellegrino, Ayala y Carboni como defensas; Mendieta, Kily González, Baraja y Aimar en la medular, y Juan Sánchez compartiendo delantera con John Carew, ese atípico noruego.

El comienzo no pudo ser mejor: a los dos minutos, Mendieta adelantaba al equipo desde los once metros y, aunque cuatro minutos después, el árbitro devolvía la jugada con otro penalti, esta vez en contra, Cañizares apareció para detener el lanzamiento de Mehmet Scholl y postularse como héroe de la noche. Quizás ese habría sido el momento para jugar con la moral alemana y buscar el segundo, pero el Bayern —terco, tudesco— empezó a hacerse con el control del juego, gracias al veterano Effenberg, un Scholl siempre dispuesto a dejar muestras de su clase y los peleones Salihamidzic y Hargreaves. En punta, Elber, a ver qué cazaba.

El agobio de los alemanes no daba motivos para pensar en el empate, pero tampoco había signos de que el Valencia se sintiera cómodo en el campo y eso mosqueaba hasta a Manolo el del Bombo. Al descanso, se mantenía el 1-0 y cada entrenador hizo los cambios previsibles: Ottmar Hitzfeld cambió a un defensa (Sagnol) y metió al tanque Jancker para aumentar el acoso. Cúper, reservón, quitó a Aimar y puso a Albelda para contener el medio campo alemán.

Tanta táctica para tan poco: a los cuatro minutos de la reanudación, Carboni tocaba el balón con la mano y cometía el tercer penalti de la noche. Esta vez, Effenberg no falló y puso el empate. Los jugadores del Valencia se querían comer al árbitro: de acuerdo, Carboni usó la mano… pero porque Jancker le había empujado y desequilibrado. 45 minutos antes, el escándalo era a la inversa: las finales dan para eso y para más y la polémica no es algo que hayan inventado Mourinho e Higuaín.

El Valencia acusó el golpe pero al menos le sirvió para salir de la modorra que siempre da la ventaja, ese vicio del conformismo. Zahovic entró por Sánchez y tuvo en sus botas la victoria por dos ocasiones: en una se hartó de balón, en la otra apareció Oliver Kahn, un hombre que imponía más por sus gestos y su amarillo chillón que por su contundencia. Típico portero de reflejos con grandes carencias en el juego aéreo. Como lo definió Santiago Segurola: un portero que salva goles… porque primero crea los problemas.

En la prórroga se instaló el miedo. Eran los tiempos del Gol de Oro. Tan solo un año antes, Francia se había llevado una Eurocopa gracias a esta nueva regla y el recuerdo estaba demasiado presente. Cúper hizo su tercer cambio: Djukic por un agotado Ayala. Kily pidió un penalti (el cuarto) y se llevó una tarjeta, Paolo Sergio y Effenberg pusieron a prueba a Cañizares sin éxito alguno… la media hora pasó y el árbitro pitó el final y pidió la lista de lanzadores.

No había sido una gran final pero estaba claro que acabaría con una gran derrota para uno de los dos equipos: si el Valencia perdía, sería su segunda Champions consecutiva quedándose con la miel en los labios. Aquello era un momento histórico. Nunca había llegado tan lejos en la máxima competición europea y se palpaba en el ambiente que nunca volvería a hacerlo en muchos años. Para el Bayern la cuestión no era menos dramática: dos finales perdidas en tres años acaban con cualquiera, más si una es en el descuento y la otra en los penaltis.

Y ahí estamos, de nuevo en el principio: dos aficiones que se creen justas ganadoras y que culpan al árbitro de esta agonía inútil. Dos entrenadores cruzando los dedos y, frente a frente, dos porteros de primera línea, especialistas en los reflejos y el mano a mano, titulares por entonces de las selecciones de España y Alemania.

El primero en lanzar es Paolo Sergio para el Bayern. Su disparo se va a las nubes. Excelente comienzo para los valencianistas, que refrenda Mendieta engañando suavemente a Kahn con su disparo. De nuevo, 1-0 por delante. De nuevo, la Champions League más cerca de Mestalla. Salihamidzic anota sin problemas, lo mismo hace Carew. Kahn ni las huele, todas flojitas y colocadas a su izquierda sin que el alemán consiga acertar hacia qué lado tirarse. Zickler salva los muebles y marca el empate para el Bayern.

El encargado de desnivelar la balanza es Zahovic, la estrella bosnia venida del Oporto, el hombre que pudo haber evitado la prórroga con un poco más de acierto. Su disparo va fuerte y colocado… pero a la derecha de Kahn. Es lógico pensar que el portero no va a lanzarse tres veces al mismo sitio, pero la lógica con ese chiflado de por medio no sirve para nada. Oliver rechaza el balón y deja la tanda como al principio.

Crece la angustia: dos penaltis para cada equipo y tendremos ganador y perdedor. Andersson asume la responsabilidad pero su lanzamiento es horroroso: raso, sin fuerza y al centro. Cañizares solo tiene que echarse al suelo para detenerlo. El Valencia está a dos pasos de la gloria. Solo dos pasos. El primero lo tiene que dar Carboni, quien, como buen italiano, tira a asegurar: con todas sus fuerzas y al medio, cuando Kahn ya se ha vencido a un lado.

Sin saber cómo, el alemán, en medio escorzo, consigue sacar una manopla y enviar el balón al larguero. Carboni no puede creérselo. Se mantiene el empate tras tres fallos consecutivos.

Effenberg se acerca al balón para el quinto, quién sabe si último, lanzamiento. Es consciente de que si consigue anotar el tanto va a poner al siguiente lanzador del Valencia una presión enorme. También sabe que va a anotarlo. Y lo hace. Fuerte a la derecha del portero, casi en la escuadra, imparable. Gesto de rabia de un hombre tan elegante con el balón como maleducado sin él.

El turno llega para Rubén Baraja, eje del equipo. Fichado del Atlético de Madrid el año del descenso, Baraja tira como mandan los cánones: rasa y a un lado… pero el disparo sale demasiado hacia el centro y Kahn adivina la intención. Por un momento se masca la tragedia y solo la fuerza que lleva el balón hace que el alemán no pueda rozarlo y entre en la portería.

Después de 13 penaltis (10 en la tanda y 3 durante el partido), la final sigue tan empatada como casi tres horas antes.

Turno para el Bayern: Lizarazu la rompe con la zurda y encuentra red. Inmediatamente, con el agua de nuevo al cuello, el “Kily” González ajusta el tiro al poste izquierdo en algo que parece una pifia y empata a cuatro la tanda. Ha llegado el turno de los valientes y no de los especialistas. Si la cosa sigue así, Cañizares y Kahn acabarán tirándose penaltis entre sí. Linke, recio central, prefiere la sutileza, engañando al portero español, que se queda quieto, incapaz de adivinar la dirección.

De nuevo es punto de partido y de campeonato. El aficionado se pregunta con morbo si tirará Djukic, quien ya perdió así una liga cuando jugaba en el Deportivo, pero no, Cúper prefiere a Pellegrino, un hombre fiable, también central pero con una buena pata de mula. El lanzamiento no es malo… pero va otra vez a la derecha de Kahn y Kahn vuelve a tirarse hacia ese lado. Aunque no es momento de cálculos, empeñarse en la derecha cuando la izquierda está siendo un filón parece temerario. El balón va fuerte pero el portero se ha anticipado y llega antes. Despeja y sale corriendo como loco a abrazar a sus compañeros.

Sabe que ha ganado la Copa de Europa parando tres penaltis —uno, el de Carboni, impresionante— y será venerado por ello durante lustros. El mismo portero que se había comido los goles en área pequeña de Sheringham y Solskjaer encontraba su recompensa. Del otro lado, Cañizares, también con tres paradas a sus espaldas, se echa al suelo y empieza a llorar, a maldecir, a insultar. Es la viva imagen de la rabia. Cuando recoge su medalla de subcampeón mira al cielo y parece lanzar un desafío.

Kahn le abraza. No es suficiente. Nada es suficiente. Solo hay una cosa peor que no ser un héroe: haberlo merecido. Esa sensación se pega a la piel el resto de tu carrera. Para Cañizares, para el Valencia, para su afición, no habrá consuelo. Llegarán dos ligas, sí, de la mano de Benítez, pero consuelo, lo que se dice consuelo, no.

Artículo publicado originalmente en la revista JotDown dentro de la sección "No pudo ser"

martes, noviembre 22, 2011

La estúpida narrativa Guille Ortiz


Cuando desaparece el dolor aparecen las manías. Esto es así. Lo bueno que tiene el dolor es que todo lo demás pasa a un segundo plano. Lo malo es que uno se acaba acostumbrando y, cuando no tiene dónde mirar, el cuerpo parece que se queda como un niño sin balón en medio de la playa, confuso, buscando en todos lados y esperando cualquier excusa para echarse un berrinche, mientras la cabeza, adoptando el papel de madre comprensiva que ha ejercido durante tres años casi, escucha y escucha y a veces incluso obedece.

El caso es que ahora que no soy un enfermo crónico, al menos hasta el siguiente brote, llevo el camino de la anorexia. Me veo gordo y aprovecho cualquier espejo para simular una papada. Del éxito de la simulación depende lo que vaya a comer los siguientes días. Me explico: si un día, pongamos en Sanchinarro, salgo del cuarto de baño y me miro fijamente en el espejo, bajo la cabeza, hundo el cuello y de ahí sale una masa barbuda, se acabaron los chocolates y los dulces y vuelve la disciplina de la plancha y el tomate o lechuga. Agua a todas horas.

Por el contrario, si a la semana -porque yo soy obsesivo incluso en mi metabolismo- he perdido papada y con la papada, milagrosamente, un par de kilos, no hay quien evite que baje al bar para meterme un desayuno con café, zumo de naranja, pulga de tortilla y croissant como dios manda, que es la frase de moda desde el pasado domingo. El "como dios manda" de Rajoy es heredero del "por consiguiente" de Felipe. Aznar y Zapatero fracasaron a la hora de imponer una coletilla, que para un español es un fracaso mayúsculo. A cambio abusaron de sus hormonas: la ceja poblada y el sólido bigote.

En estas estamos. El fin de semana pasé una tarde con mi fisioterapeuta hablando de narrativas. Ser Guille Ortiz, la estúpida narrativa Guille Ortiz, en ocasiones me aburre más que me abruma, pero desde luego es mucho peor cuando la narrativa desaparece y vuelve el dolor. No he comentado eso antes pero déjenme que lo haga ahora: el dolor, el dolor crónico lo primero que elimina es la narrativa, la capacidad de contarse a uno mismo de una manera no solo lógica sino interesante. Se convierte todo en una sucesión de pruebas y lamentaciones.

Ahora no, ahora vuelvo a sonreir a los ojos de las chicas guapas, ocupar bares hasta la madrugada -aunque sea a base de botellas de agua, recuerden las manías recurrentes- y regalar libros mientras intento demostrar que no soy ninguna abstracción, que no seré nunca ninguna abstracción, que a mí no me puedes decir "eres mi amigo" porque yo en realidad soy mucho más que tu amigo: yo soy yo. Esa es la base de mi narrativa indignada, pero estaba ahí desde años atrás: Unamuno asomaba su cabeza al interior de un pozo y gritaba "¡Yo!" para escuchar el pronombre repetido dos o tres veces por el eco. Le hacía sentirse mejor.

Guille Ortiz se lo dice a los espejos y a las chicas que escuchan. No todas las chicas escuchan, claro, y no todas las chicas escuchan y se lo creen, pero cuando algo de eso sucede, cuando el "a mí no me digas que no se puede" parece calar, es un momento precioso porque es el momento para el que uno vive. Yo no soy de vencer sino de convencer. Un guardiolista cualquiera. Un esteta. Cuando desaparece el dolor, insisto, lo que aparece es la estética, casi más que la narrativa. No solo los espejos sino la sensación de estar haciendo lo que debes más allá de cualquier obligación moral.

Que la imagen que proyectas es tu imagen, con o sin papada peluda.

Es martes. Esta mañana, justo antes del croissant, el camarero se despedía después de tres años y pico de descafeinados y escalopes. Me pareció algo muy triste pero tenía demasiado sueño como para expresárselo. Cuando tengo sueño, farfullo, y no me entiende nadie y yo sé que no me entienden y entonces me siento culpable y me sumerjo en el zumo de naranja. Uno necesita referencias incluso cuando va a desayunar. Especialmente cuando va a desayunar.

Tengo unos cuantos proyectos por delante, todos apetecibles. Mi fisioterapeuta -llamémosla así como llamamos Chica Langosta a la Chica Langosta- me pide que frene, supongo que en todos los sentidos. Yo contesto que no sé frenar, que paso del francotirador al kamikaze sin puntos medios y que sí, que pararé cuando pete. Ella no lo entiende, me mira sorprendida y dice "¿Entonces vas a darte contra el muro hasta que se rompa?" y la verdad es que no, la idea es darse contra el muro hasta que me rompa yo, de nuevo como el niño en medio de la playa, el balón de Nivea desaparecido, nada detrás de lo que correr, algo de frío que viene del mar, la mirada perdida alrededor de un montón de toallas y el lloriqueo que se convierte en rabieta.

Rabieta de niño agotado.

Ese es mi futuro y no el del sueño de esta noche, donde me decían que no iba a jugar al baloncesto profesionalmente y yo contestaba "Con 35 años y midiendo 1,70 no me parece una gran predicción". Exagero incluso dormido. Tengo 34 y mido casi 1,75 solo que agacho un poco los hombros, como mi padre, y parecen menos. A lo que íbamos, frenar o petar. Lo seguro o lo alocado. Claramente, estamos en un momento en el que lo que apetece es tomar decisiones insensatas. No digo equivocadas, sino insensatas. Una tarde, uno mete 100 euros en su cuenta de Bet and Win y se empeña en apostar por sorpresas más o menos verosímiles.

¿Espera una recompensa por ello? No. Un ludópata no juega para ganar, simplemente juega. Un ludópata incluso se aburre de escenario y llega un momento en el que el Casino de Torrelodones -o la Escuela Oficial de Idiomas de Móstoles, pongamos por ejemplo- no le basta. Le aburre. No solo es cuestión de perder o ganar con elegancia sino de tener un público. Nadie quiere ser el árbol que cae en un bosque vacío. Yo, desde luego, no quiero serlo. Yo soy la cabeza contra el muro hasta que caiga redondo hacia atrás, algo, por cierto, que estuvo a punto de pasar ayer.

Un mundo de desmayos y lipotimias, ese es el mundo que nos espera. La mejor manera de no tener miedo es recordar los miedos anteriores. Hubo una noche en la que al día siguiente me operaban y me ponían una sonda durante 10 días. Eso es el miedo. Podría ser peor, lo sé, pero al lado de eso, cualquier obsesión de madrugada queda en nada y pensar eso me permite dormir, no todo lo que quiero porque siempre hay una alarma o un telefonillo a punto de sonar.

Soy un profesor pavloviano.

¿Soy un profesor?

Todo lo que sé del hombre lo aprendí de "Cuando Harry encontró a Sally", por encima de todo, que el hombre y la mujer necesitan crear leyes universales para romperlas. Una ley puede ser que algo no sucederá nunca y otra ley puede ser que va a suceder porque así lo quieres. En rigor, las dos son falsas, pero las dos nos permiten la ilusión de que mañana será distinto y por eso estamos aquí. Cuando nos abstraen, nos deprimimos, y adelgazamos. O al contrario.

Lo demás son lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábados, domingos astrománticos.

domingo, noviembre 20, 2011

El PSOE se hunde en unas elecciones con matices


El PP ganó las elecciones generales con mayor comodidad de la que se esperaba. Su dominio fue tal que se fue hasta los 186 escaños pese a conseguir menos del 45% de los votos, uno de esos regalos de la ley electoral que tenemos y tendremos siempre mientras los dos partidos que se benefician de ella se alternen en el poder. No solo eso, sino que a falta del recuento total podría darse la circunstancia de que apenas superara el número de votantes de 2008, llegando a los once millones de votos, es decir, menos de los que Zapatero consiguió hace tres años y medio.

¿Fue culpa de la abstención? No, el porcentaje fue muy similar, tan solo un 2% menos, si bien los votos nulos y en blanco casi se doblaron hasta sumar más de 650.000, es decir, un 2,7% del total del voto emitido.

El desequilibrio viene de la mano de los terceros partidos que le comieron terreno al PSOE. Allí donde todo estaba atado y bien atado, los dos grandes se repartieron todos los escaños pero donde la gente pudo votar otras opciones, lo hizo: Cascos en Asturias, Rosa Díez en Madrid, Llamazares en Asturias, Compromís en Valencia, G-Bai en Navarra, más los habituales PNV, CiU, BNG y ERC, lo que hace que el próximo parlamento tenga hasta doce representaciones distintas.

Mención aparte merece Amaiur. La coalición de BILDU, EA y Aralar ya tenía pinta en los sondeos de conseguir un gran resultado, pero esto posiblemente nos supere a todos. En general, los resultados en el País Vasco son desconcertantes: no solo la izquierda abertzale gana unas elecciones generales, cuando su electorado no cree en la representación en Madrid sino que los partidos constitucionalistas consiguen tan solo 7 escaños de un total de 18, la representación más baja de la historia de la democracia.

Así las cosas, Patxi López queda muy cuestionado como lehendakari y el futuro puede estar lleno de problemas, reivindicaciones y trabas que en poco ayudarán a la recuperación económica y política del país.

Si el desplome del PSOE en el País Vasco fue sonoro, el de Andalucía fue impresionante: hasta 11 escaños y un 15% de los votos perdió el partido de Chaves en su patria chica, destronado por el PP, que arrasó en todas las provincias menos en la Sevilla de Alfonso Guerra. En eso ha quedado el PSOE después de siete años de Zapatero: en Guerra y poco más.

Ni siquiera Cataluña resistió. El PSC sufrió otro descalabro, perdiendo las elecciones generales por primera vez en su historia ante el empuje de CiU, que logró 16 diputados y aún sigue luchando por ganar la emblemática provincia de Barcelona. No sale Carme Chacón mucho más reforzada que Rubalcaba para los próximos Congresos socialistas, que prometen ser sangrientos. Los 110 diputados que consigue el PSOE son los más bajos de su historia y ni siquiera la crisis lo explica: sus votantes no se han ido al PP, se han ido a cualquier otro lado, allá donde han podido.

IU logró ser de nuevo el tercer partido en voto y transformarlo en 11 escaños. Un excelente resultado para un partido que no supo gestionar el 15-M en mayo pero que probablemente ha conseguido diluirlo hasta convertirlo en una corriente más o menos interna de donde sacar provisiones: su 7%, con casi un millón y medio de votos es excelente y, cosas del destino aritmético de nuevo, doblando su porcentaje, quintuplica sus escaños, de 2 a 11.

El auge nacionalista no solo ha calado en CiU, Amaiur y PNV, que suman 28 escaños entre los tres, sino que mantienen a BNG (2), ERC (3) y CC (2) más el de la carismática Barkos, para un total de 35 escaños nacionalistas, sin duda el récord de la democracia. Cuando el país necesita estar más unido parece que sus ciudadanos están más empeñados en disolverse.

Nos queda el análisis de dos partidos nacionales -o casi- que, consiguiendo excelentes resultados, no han podido plasmarlos en escaños por la mañida ley electoral: UPyD no llega al 5% por escasas dos décimas y no logra grupo parlamentario pese a conseguir 5 diputados. La formación de Rosa Díez ha casi cuadriplicado sus votos, superando el millón y se ha afianzado en Madrid, con un 10% del total y 4 escaños. El quinto lo consiguió Toni Cantó por Valencia en apretada lucha.

Cuestiones de ley electoral aparte, ¿cómo es posible que un partido que tiene seis veces menos votos que el PSOE tenga 22 veces menos diputados?, el problema de UPyD y tendrá que afrontarlo tarde o temprano es su situación en Cataluña y País Vasco, donde no es sino un partido comparsa. Resulta extraño, pues en Cataluña podría haberse aprovechado de la cantera de votantes de Ciutadans y en el País Vasco llegaron a tener representación en las pasadas elecciones autonómicas.

Mientras no arreglen eso, será difícil su consolidación como partido nacional con aspiración a influir en el Gobierno.

Por otro lado, Equo, aparte de su escaño junto a Compromís, se queda sin representación pese a sumar más de 200.000 votos. Resulta casi obsceno, la verdad, aunque no simpatice demasiado con ese partido. La democracia no entiende de simpatías sino de papeletas. En cualquier caso, es un éxito para Uralde y los suyos: apenas seis meses de existencia y si se le suman sus votos con Compromís rozan los 350.000.

Terminaré el análisis con unos datos estadísticos y otros económicos. Por empezar con estos últimos, comentar que mañana habrá de nuevo Bolsa y Prima de Riesgo y la resaca pasará muy pronto. Queda un mes hasta la constitución del nuevo Gobierno y nadie sabe qué pasará con un país que está en bancarrota y asediado por sus acreedores. ¿Será capaz el PP de "calmar los mercados"?, ¿los mercados quieren calmarse o quieren enriquecerse?, ¿qué sucederá si Rajoy se aleja en lo más mínimo de los dictados de Bruselas o Berlín, lo mismo que les sucedió a Papandreu o Berlusconi, presidentes democráticamente elegidos por su pueblo?

Eso lo sabremos más pronto que tarde.

La otra cuestión tiene que ver con la situación sociológica del país más allá de los colores azul o rojo. Van aquí algunos datos: PSOE y PP perdieron, en su suma, más de un 10% del voto, llegando a niveles de 1996. La abstención creció apenas dos puntos pero los votos nulos o en blanco, como dije anteriormente, superaron los 600.000. Más de medio millón de personas dispuestas a levantarse en pleno día lluvioso, salir de casa, solo para quejarse. Eso sí que es muy poco español y algo grave tiene que estar pasando para que suceda.

En el Senado, la cosa solo empeora: no solo la abstención fue dos puntos mayor sino que las papeletas nulas o en blanco superaron los dos millones, un 9,07% del total, el doble que hace tres años y medio. Mucha gente muy enfadada. Muchos cambios que hacer más allá del "quítate tú para ponerme yo".

Sondeos, israelitas y resultados elecciones generales 2011




00.43 Último apunte: me llega un documento con lo que hubieran sido los resultados electorales con circunscripción única. Los resultados tienen más sentido: PP 158, PSOE 102, IU 25, UPyD 17, CiU 15, AMAIUR 5, PNV 5, ERC 4, BNG 3, EQUO 3, CC 2, Compromis 2, FORO 1, GBAI 1, PRC 1, PxC 1, EB 1, PACMUA 1, PA 1, Eb 1

23.10 En fin, me despido, decimal arriba, decimal abajo, todo parece que seguirá así. Tienen mi análisis de la jornada en el siguiente post, más arriba. Me quedo con un dato que acabo de dar: IU, Equo y UPyD han sumado tres millones y medio de votos para 16 escaños. Con menos del doble, el PSOE ha conseguido 110 y con tres veces esa cifra, el PP casi llega a 190. Si oyen "No nos representan", no se asusten. Gracias por estar ahí, ha sido un placer, como siempre.

22.49 Últimos datos: todo sigue más o menos igual. La suma de partidos nacionalistas logra 35 escaños, la cifra más alta con diferencia en democracia, a los que hay que añadir el escaño de Cascos y el de Compromís, cuando menos regionalistas. El país necesita unirse y sus ciudadanos deciden alejarse, cada uno a lo suyo. Muy español.

22.27 87% escrutado, es decir, escaño arriba, escaño abajo, este será el parlamento español durante los siguientes... ¿cuántos años? Los que la crisis permita:

PP 186 (44,4%)


PSOE 110 (28,7%)


CiU 16 (4,3%)


IU 11 (7%)


Amaiur 7 (1,5%)


UPyD 5 (4,8%)


PNV 5 (1,4%)


ERC 3 (1,1%)


BNG 2 (0,6%)


CC 2 (0,3%)


Compromis-Equo 1 (0,6%)


FORO 1 (0,2%)


Ga-Bai 1 (0,2%)


EQUO consigue el 0,9% de los votos pero ningún escaño más allá del que comparte con Compromís
22.19 Partidos minoritarios sin representación en solitario: Uxue Barros se queda a un par de puntos en Navarra, Equo suma 200.000 votos... pero ningún escaño, un escándalo. Al menos tiene uno compartido con Compromís. Si se suman los dos partidos salen casi 300.000 votos, excelente para un partido nuevo.


22.16 El PSOE salva un escaño por Canarias y al menos llega a los 110, que es un número más redondo. Terrible lo suyo.

22.12 Un detalle interesante: el voto nulo y en blanco del Senado llega al 8,16% del total, el doble que el año pasado. A eso hay que unirle casi dos puntos más de abstención. Queda claro, ¿no?


22.05 Esto se va acabando, más deprisa que nunca, diría: 77% escrutado y todo sigue igual, UPyD a 0,26% del grupo parlamentario, Amaiur, IU y UPyD consolidados en él, FORO tendrá su diputado, igual que Compromís, por Valencia, el PSOE se hunde en todos lados y también en Canarias y la suma de PP y PSOE sube a 72,9%. El PP mantiene los 187 escaños, su mejor resultado en democracia, el PSOE los 109, su peor resultado.

22.01 Ahora mismo, PP y PSOE suman el 72,7% de los votos, frente al 83,9% de 2008, se les han ido más del 11%. A eso hay que sumar una caída del 2% en participación y de casi el 1% en votos blancos y nulos, así que los votos totales pueden ser muchos menos que hace tres años y medio.


22.00 Rrrrrronda informativa: con el 70% escrutado tenemos estos resultados: PP 187, PSOE 109, CiU 16, IU 11, Amaiur 7, UPyD 5, PNV 5, ERC 3, CC 3, BNG 2, Compromis-Equo 1, FORO 1

21.57 El 5º escaño de UPyD es el 4º por Madrid, se veía venir, supera el 10% en la Comunidad, impresionante...

21.55 Amaiur recupera el escaño en Guipúzcoa y la victoria en País Vasco, UPyD llega a su quinto escaño, le quedan tres décimas para conseguir grupo propio, ahora les digo dónde ha caído ese escaño.

21.52 El consitucionalismo pierde un 18% de votos en el País Vasco, un desastre absoluto, aparte de Amaiur. Difícil posición para Patxi López en estos dos años de legislatura...


21.48 El PNV le quita un escaño a Amaiur en Guipúzcoa con poco menos del 10% por escrutar y gana en el País Vasco con 6 diputados por 5 de la izquierda abertzale, 4 del PSE y 3 del PP

21.43 En Barcelona provincia sí que gana el PSC, con 9 escaños, por 8 de CiU y 7 del PP, 3 de ICV y 2 de ERC, Anglada lejos, muy lejos, para alivio de todos, apenas un 2,2% de votos.

21.40 UPyD va a rozar el 5%, pero no conseguirá un quinto escaño y no tendrá grupo parlamentario salvo milagro en Madrid. Parece que estará cerca del millón de votos en total. Equo supera en porcentaje incluso al BNG pero solo consigue el compartido con Compromis en Valencia.


21.37 En Madrid, PP 20, PSOE 10, UPyD 3, IU 3. Si el PSOE baja en lo que queda, puede que UPyD o IU consigan el cuarto escaño. Improbable.

21.33 ¡Entran por fin los resultados de Canarias y la cosa se ajusta a los sondeos! Con el 43% escrutado: PP 185, PSOE 112, CiU 16, IU 11, Amaiur 7, PNV 5, UPyD 4, CC 4, BNG 2, ERC 2, Foro 1, Comproomis-Equo 1


21.30 La masacre en Andalucía es tremenda: PP 33, PSOE 25, IU 2 , PP pincha en País Vasco, pierde porcentaje de voto y UPyD se estrella en Cataluña, solo un 1%.


21.23 Otros datos: la participación está ahora mismo en el 71-72% y los votos nulos y en blanco suman un 2,6% casi el doble que hace cuatro años. Ahora mismo, los datos estatales son, al 34% los mismos que al 23%, no se mueve nada. Faltan por repartir los escaños de Canarias, recuerden, que apuntalarán la mayoría absoluta del PP y salvarán un poco al PSOE


21.19 En Cataluña con el 27% escrutado sigue ganando CiU 16, PSC 15, PP 11, ICV 3, ERC 2


21.15 Es imposible estar a todo: resultados totales al 23%: PP 176, PSOE 109, CiU 16, IU 12, Amaiur 7, PNV 5, UPyD 4, BNG 2, ERC 2, FORO 1, Compromis-Equo 1

21.10 UPyD roza el 10% de voto en Madrid, Equo muy lejos del escaño. En Valencia, Cantó aprieta, pero IU resiste, en Cantabria mantiene Revilla el escaño... sigue el empate en País Vasco. En Cataluña gana CiU 16-14 al PSC


21.05 En el País Vasco ya van por el 40% casi: PNV y Amaiur empatan a 5 diputados, PSE y PP a 4

21.01 Empieza el baile: con el 8% escrutado: PP 175, PSOE 110, CiU 17, IU 11, Amaiur 6, PNV 5, UPD 3, ERC 3, BNG 2, FORO 1, Compromis 1, PRC 1


20.56 Antes de que empiece el caos, recuerdo, se me puede seguir con más rapidez incluso en Twitter: @guilleortiz_77

20.45 Con una participación del 70%, más una aproximación del 2,5% de votos nulos o en blanco, los votos previsibles según el sondeo serían PP 10.440.000 y PSOE 7.220.000. El PSOE pierde cuatro millones y pico, el PP solo gana 150.000. Esperemos cifras totales. UPyD consigue un 4,3% muy cerca del 5% que se planteaban, necesitan siete décimas y un escaño más para tener grupo propio. Sería en torno a un millón de votos para un partido con cuatro años de historia.


20.40 Excelente web la de RTVE con todos los datos del sondeo por provincias. Llama la atención, el PP consigue un 43% de votos y el PSOE el 30%. ¡un 73% entre los dos! Más de 10 puntos perdidos con respecto a 2008 a sumar las pérdidas por abstención, son muchos millones de votos.

20.30 En nada empezarán los datos oficiales y creo que empezarán a lo bestia, así que habrá que estar atentos. De momento, todos quietos. Recuerden mi porra de las 12 de la mañana:


PP   180-185


PSOE   110-115


CiU  13-15


IU  10-12


UPyD  6-8


Amaiur 5-6


PNV  5-6


BNG  2-3


ERC 2-3


CC 2


Equo  1-2


Compromís  1


20.11 Son solo israelitas y más o menos nos las sabíamos: PP arrasa en todos lados menos en el País Vasco, donde se estanca, el PSOE se hunde en todos lados, aunque aguanta en Extremadura, Amaiur gana en Euskadi (llevo meses diciéndolo, pero habrá que esperar a ver el resultado final), UPyD tendría sus 3 escaños en Madrid más uno posible en Valencia para Toni Cantó, Llamazares tendría su escaño por Asturias y excelentes resultados para IU en Valencia, sin duda. Creo que hay mucho por cortar. Entre PP y PSOE efectivamente suman 300 escaños, 23 menos que hace cuatro años y una enorme sangría de votos.

20.08 Asturias: PP 3, PSOE 3, IU 1 (Llamazares), FORO 1 / Aragón: PP 7-8, PSOE 4-5, IU 0-1/ Baleares: PP 5, PSOE 3 / Canarias: 8-9, PSOE 4-5, CC 2-3 / Castilla La Mancha: PP 14, PSOE 7 / Castilla-León PP 21-22,  PSOE 10-11 / Extremadura: PP 5, PSOE 5 / Galicia: PP 14-15, PSOE 6-7, BNG 2 / Valencia: PP 20-22, PSOE 9-11, IU 1-2, UPyD 0-1, Compromis 0-1


20.05  Madrid: PP 19-20, PSOE 10-11, UPyD 3, IU 2-3 / Andalucía: PP 31-34, PSOE 24-27 / IU 1-2/ Cataluña: PSC 15-17, CiU 13-15, PP 11, ICV 3, ERC 3 / País Vasco: Amaiur 5-6, PSOE 4-5, PNV 4-5, PP 3-4 


20.00 Sondeo FORTA:

PP 181-185


PSOE 115-119


CiU 13-15


IU 9-11


Amaiur 6-7


PNV 4-5


UPyD 3-4


ERC 3



CC 2-3


BNG 2


FORO 1


GE-BAI 0-1

Compromis-Equo 0-1

19.41 Veinte minutos para los sondeos oficiales. Precaución. Darán al PP la mayoría absoluta un poco justa, un hundimiento del PSOE y crecimiento de los terceros partidos... Luego habrá que ir voto a voto, es muy importante, porque para un EQUO o un Compromis pocas décimas te dan o te quitan un escaño, y en el caso de UPyD o IU en determinadas provincias sucede lo mismo. Creo que vamos a sacar pocas cosas claras, en cuanto empiece el recuento, veremos más sorpresas, seguro. Baja participación y cabreo es una combinación que no alterará el orden del gobierno: ganará Rajoy con mayoría absoluta, pero sí ofrece matices y habla de la sociedad española. Si después de cuatro años terribles del PSOE en el Gobierno y otros cuatro al mismo nivel del PP en la oposición, consiguieran los mismos votos sería terrible. No será así, queda claro.

19.16 Si la israelita de la FORTA que va dando vueltas por Internet es cierta, PP y PSOE sumarían 301 escaños entre los dos... 22 escaños menos que en 2008. Si la abstención se mantiene en estos números es probable que los dos pierdan votos, o que el PP suba ligeramente, sin beneficiarse de los cuatro millones que podría perder el PSOE.

19.01 Más datos de la israelita de Politikon, creo que sacada directamente de la FORTA, esta vez para Cataluña: PSC 15-17, CiU 13-15, PP 11. Chacón firmaría algo así con los ojos cerrados.

18.50 La bajada en la participación en Cataluña, especialmente en Lleida o Girona, hace que Anglada y su PxC entren en juego. Los partidos muy fanáticos, con un reducto de voto muy fiel, suelen aprovecharse de una baja asistencia a las urnas, como es lógico. La buena noticia es que Barcelona, donde el partido xenófobo tiene más votantes, la participación baja menos que en las otras tres provincias.

18.47 El índice de participación a las 6 es un poco superior a las convocatorias de 1986, 1989 y 2000. Las tres acabaron con mayorías absolutas para el ganador y con una abstención final rondando el 30%. Calculen  un 70-72% de participación final este año, entre dos y cuatro puntos por debajo de 2008. Habrá que ver cuántos de esos votos son nulos o en blanco, ojo, que estoy convencido de que habrá record.

18.40 Los amigos de Politikon filtran la siguiente israelita: PP 181-185, PSOE 116-120, CiU 14-15, IU 9-11, Amaiur 6, PNV 5, UPyD 4, ERC 3, CC 2, FORO 1. Como ven, un poco más de lo mismo, faltan los matices, pero las brochas gordas coinciden con los sondeos previos y las israelitas del día, habrá que contar voto por voto para saber qué pasa con Equo, Compromis, Ge-Bai, etc.

18.31 Comunidades con escándalos recientes de corrupción, como Valencia o Islas Baleares, lo notan: la primera baja finalmente  un 4%, la segunda  baja un 5,7%. A ese nivel se mueve La Rioja con un 5,3%. Castilla y León también se deja casi cuatro puntos y medio.

18.24 Por provincias: sube Guipúzcoa de un modo preocupante, Vizcaya sube casi dos puntos... pero Álava, de tradición no nacionalista, cae un 2%. La otra provincia que sube, curiosamente, es Jaén, en torno al 1%. Córdoba está a niveles de 2008, algo parecido pasa con Almería. En Andalucía va a haber una buena batalla, cosa que no parece que vaya a haber en Cataluña: Barcelona pierde casi un 4%, Tarragona un 5%, Girona un 5,5% y Lleida casi seis puntos, sustituyendo a Zamora como la provincia con más bajada de participación. En Valencia, provincia, la bajada es de un 4%.

18.15 Veamos... parece que va a estar en torno al 57-58%, unos tres-cuatro puntos menos que en 2008, confirmando la tendencia de la mañana. Repasando comunidades, la bajada de 3-4 puntos es general, excepto estos casos que son llamativos: País Vasco sigue siendo la única que sube, casi un 3%, producto de los seis puntos que sube en Guipúzcoa, sin duda por el "efecto Amaiur", Cataluña baja en torno al 4%, moderando la caída de la mañana y la abstención se sigue cebando con La Rioja, Navarra, Castilla y León y sorprendentemente Valencia.

18.08 Rectificación en la página web que baja el índice de participación a un 56,1%, que tiene mucho más sentido. Voy a esperar a tener el dato final para sacar conclusiones, que es lo suyo.

18.05 El segundo avance de participación es sorprendente, va a colocarse en números de 2008 y yo pensaba sinceramente que habría mucha más abstención. ¿Ese voto va a ir a terceros partidos o se quedará en PPSOE? ¿Y si va a otros partidos, a cuáles?


18.01 El avance de participación de las 6 empieza en un 58,67% frente al 60,95% de 2008. Podemos pensar en un 60-61% final, es decir, está todo como hace tres años y medio, ahora veremos por provincias y comunidades.

17.42 ¿Qué le espera a Rajoy o a Rubalcaba después de las elecciones? ¿Qué margen de maniobra tienen? ¿Hasta qué punto pueden temer un "golpe de estado" a la italiana o a la griega para colocar al tecnócrata de turno? Es un buen momento para recordar mi artículo del viernes en "El Imparcial" en este enlace.

17.26 Calma tensa hasta las 6 que empiecen a salir los resultados del segundo avance de participación. Recuerden que a lo primero que salga hay que añadirle unos dos o tres puntos más según vaya llegando el recuento de todas las mesas y hasta las siete menos cuarto, que salga el portavoz oficial no se sabrá exactamente el dato. Mientras, poca cosa, incluso Pedro Jota ha dejado de twittear, eso lo dice todo de la tarde. Por cierto, si usted no lo sabe puede seguirme en esa plataforma, mi nick es @guilleortiz_77 ahí es todo más inmediato, como es lógico.

En Madrid, llueve.

En Londres, Federer ha ganado su primer partido del Masters.

Estoy escribiendo un relato sobre una chica que empieza de bailarina en un concierto de U2 y acaba de puta de lujo en un hotel de cinco estrellas. La decadencia y yo. No todo tiene por qué tener sentido.


16.15 Otra filtración, de Periodista Digital, supuestos datos de las 4 de la tarde. Redunda un poco en lo mismo: PP 181-185, PSOE 116-120, CiU 13-15, IU 9-11, Amaiur 5-6, PNV 5, UPyD 4, ERC 3, CC 2, FORO 1. No aporta demasiado, si se fijan son casi calcados los resultados de mi porra de las 13.15. Paciencia.

16.03 Un pequeño juego antes de la siesta: si calculamos una participación del 72%, un porcentaje de votos nulos y en blanco del 2,5% y los porcentajes de la supuesta israelita de Antena 3 (que desconozco ni si existe, pero insisto es un juego) fueran verdad, el PSOE perdería casi cuatro millones de votos, mientras el PP ganaría apenas 600.000.

15.24 Internet se llena de su.puestas israelitas. Al parecer, una de Antena 3 a las 13,00 daría los siguientes resultados: PP 190, PSOE 121, CiU 13-15, IU 9, Amaiur 5, UPyD 3-4, PNV 3, ERC 2. Pronto, muy pronto aún, no se saben fuentes y no dejarían de ser israelitas. La suma PP-PSOE me parece excesiva, la de IU +UPyD muy escasa. El palo para el PNV, tremendo e improbable.

14.45 ¿Favorece la abstención al PP? El tópico dice que sí. La realidad matiza: en las pasadas municipales, subió la participación y a quien se llevó por delante fue al PSOE... Desconfíen de análisis demasiado gruesos, incluso de los míos.


14.29 Bien, parece que la participación se va a quedar en torno al 38%, dos puntos y medio que hace dos años. Me parece más lógico. Lleva un tiempo estancado ahí el recuento, podemos darlo por bueno, décima arriba, décima abajo. Yendo por comunidades: la bajada es consistente en torno a un 2-3% en todos lados. En Cataluña, por ejemplo, es de casi cuatro puntos. Creo sinceramente que es una mala noticia para el PSC y desgraciadamente buena para partidos como el de Anglada. En Barcelona provincia, la caída es de un 3,5%.

Solo sube el País Vasco, algo más de un punto con respecto a 2008. Buena noticia para Amaiur, en principio, se supone que sus votantes son los que están haciendo esa diferencia. Si ven mis expectativas en la porra ya me temía algo así. De hecho, en Álava la participación baja, en Vizcaya se mantiene y sube mucho en Guipúzcoa, la única provincia que sube junto a Córdoba.

La provincia que más baja en voto es Zamora, seguida de León, Cáceres, Islas Baleares, La Rioja, Lleida, Ceuta, Melilla, Tarragona y Valencia, todas entre el 4 y el 5% menos de votos.

14.13 Cinco minutos después de que todos los medios saquen que la participación es del 36% y hagan sus análisis, la revisión ya llega al 37,4%. Acabará en torno al 39%, muy parecido a 2008. Me hace gracia que NADIE sepa cómo funciona esto...


14.06 La página del Ministerio del Interior da los primeros datos de participación: 36,60% frente al 40,46% de hace tres años y medio. Esas cifras siempre se revisan al alza, así que estaríamos en un escenario prácticamente idéntico. Cuando tengamos datos más definitivos, analizamos. La alta abstención, como dije, favorece a los partidos pequeños porque sus porcentajes aumentan. La baja abstención los machaca...

De momento, según los datos del 23% de las mesas, la participación baja en todas las comunidades menos en el País Vasco... pero insisto esperemos al dato definitivo y asentado.

14.03 Israelitas de Pedro Jota Ramírez en Twitter: el PP ganaría con cómoda mayoría absoluta pero sin llegar a las cifras de los últimos sondeos, es decir, supongo, en torno a los 185 pero lejos de los 200. El PSOE se quedaría en números de 1979 (121 escaños), ligeramente por debajo de 2000. Tomémoslo con prudencia.

13.57 Recuerdo para indecisos protestones: Si usted tiene claro el partido al que votar, mayoritario, minoritario, lo que sea, vótelo, eso no se lo tengo que decir yo, por supuesto, usted ya lo sabe. Si no quiere votar a nadie y de esa manera castigar al "sistema", tiene tres opciones:

- Voto en blanco.- Es una opción que machaca a los partidos pequeños porque cuenta como parte del voto válido y les reduce el porcentaje final. Me explico: si un partido necesita llegar al 3% para conseguir un escaño y hay 100.000 votos válidos a candidaturas, tiene que conseguir 3.000. Si a esos 100.000 votos a candidaturas le añadimos 20.000 votos en blanco resulta que ese partido tiene que conseguir 4.000 puesto que los votos en blanco se contabilizan como votos válidos. De acuerdo, usted se queda a gusto pero en el fondo se limita a beneficiar a los partidos que de entrada van a superar esos 4.000 votos seguro, les deja sin rivales y se llevan todos los escaños en juego.

- Voto nulo.- Basta con "votar mal", es decir, poner algo en la papeleta, introducir un mensaje no válido en el sobre, tachar algún nombre... Cualquier cosa que no deje claro el voto a una candidatura se interpreta como voto nulo y no entra dentro del voto válido, con lo que no afecta a los partidos minoritarios. Siguiendo el caso anterior, si esos 20.000 votos en blanco fueran 20.000 votos nulos, el número de votos que necesitaría el partido pequeño volvería a ser de 3.000 y no 4.000 porque el número de votos válidos se quedaría en 100.000 y no 120.000

- Abstención.- Aritméticamente es igual al voto nulo, es decir, tiene la misma incidencia: Todo ese rollo de "la abstención favorece a los grandes partidos" es mentira. El voto en blanco favorece a los grandes partidos. Con la abstención uno se desmarca de la votación y del resultado. Por un lado, una alta abstención haría -suponemos- que los partidos se plantearan qué demonios están haciendo, por el otro, se podría interpretar simplemente como pereza, que suele ser la excusa más buscada.


13.15 Un pequeño juego, para amenizar la jornada. Una porra. Soy desastroso acertando resultados y Bet and Win puede dar cumplida cuenta de ello, pero la ludopatía es una fuerza muy poderosa. Venga, me lanzo con este reparto de escaños:

PP   180-185


PSOE   110-115


CiU  13-15


IU  10-12


UPyD  6-8


Amaiur 5-6


PNV  5-6


BNG  2-3


ERC 2-3


CC 2


Equo  1-2


Compromís  1


FORO  1


Geroa Bai  0-1


PxC  0-1

Esta noche comprobamos, nos echamos unas risas y se burlan de mí un rato...

12.03 He votado a muchos partidos en muchos colegios. Diría que a casi todos. En 1995, a Leguina; en 1996, a Anguita; seguí con IU hasta 2000, cuando, sinceramente, no recuerdo qué voté. Sé que he votado a Gallardón en alguna de sus múltiples candidaturas a distintos puestos madrileños pero no podría especificar cuántas veces ni en qué años. En mi barrio de Prosperidad llegué a votar en tres colegios electorales distintos, los últimos años con mi abuela al lado, ella, a sus 85 años para votar centro-izquierda, yo, ni siquiera en los 30 para coquetear con el centro-derecha.

De camino a la Plaza del 2 de mayo, donde me toca esta vez, me encuentro con el vecino del primero, que me dice: "Te has perdido a Esperanza Aguirre" y yo contesto: "Bueno, aún me puedo encontrar con Gallardón". El colegio tiene una actividad que no vi hace seis meses, aunque eso puede tener que ver con la misa de doce o con la ansiedad que ya insinuaban varias portadas vergonzosas. Casi todos los votantes parecen tener más de 60 años.

Me acerco a la zona de las papeletas. Yo nunca he tenido miedo a que los demás vean qué voto. Entiendo las cautelas, pero democracia no es solo que el lechero llame a tu puerta sino que puedas abrirle sin represalias. Una chica, quizá la única menor de 30 años de la sala de entrada, coge una papeleta de Equo, yo cojo una de UPyD, como en 2008, como en 2011.

Mi relación con UPyD no es entusiasta y en cualquier caso esto debería dar igual. Yo no soy Tomás Roncero, no analizo desde la bufanda. Me limito a repetir lo que dijo Jose Antonio Montano hace unos pocos días: "Voy a votar a Rosa Díez porque tiene todos los defectos de los políticos pero al menos ella tiene algunas virtudes". Sí, por ahí va la cosa. Me irrita de UPyD su falta de autocrítica y su ensimismamiento, esa manía de regañar a todo el mundo por lo mal que lo hace y cuando alguien hace algo bien saltar inmediatamente: "Pues a mí se me ocurrió antes".

Confío en que unos buenos resultados corrijan esos tics de superioridad moral, a veces incluso con sus propios votantes o simpatizantes.

Por otro lado, me gustan sus propuestas, coincido en casi todas sus posiciones y demandas políticas, han sido los únicos -ahí sí- en decir: "No pactamos con nadie hasta que no se cambie la ley electoral" y combinan una socialdemocracia laica con una idea del Estado que me agrada: un federalismo centralista, es decir, algo parecido a un estado bipolar, es decir, algo parecido a mí. Es un partido al que puedo votar sin taparme la nariz y sé que al menos me vienen de cara.

En definitiva... me acerco con mi papeleta para el Congreso -he decidido abstenerme en la votación al Senado, aunque solo sea para mostrar mi desacuerdo total con la actual confección de ese organismo-, la secretaria de la mesa no me encuentra, los jubilados se impacientan y finalmente, cuando consiguen descifrar mi pasaporte -tengo el DNI en el taller- el presidente de mesa me abre gentilmente las dos urnas pero yo solo utilizo una, doy las gracias y me vuelvo emocionado, porque sé que aunque no servirá de nada (ver más abajo) y muchos de ustedes me van a freír por votar lo que a ustedes no les gusta, yo, durante cinco minutos, he conseguido creer que cambiaba algo.


11.12 Aquí estamos otra vez. Jornada electoral apenas seis meses después de la anterior y con la sensación de que todo es distinto. De entrada, el papel del 15-M en la campaña ha sido anecdótico y eso le ha hecho daño... a la propia campaña, aburrida, lenta, masticadita por los órganos de comunicación de cada partido y coreada a su vez por los voceros de turno. Rubalcaba se ha empeñado en demostrar lo mal que lo va a hacer el PP cuando llegue al Gobierno y el PP se ha empeñado en desmentirle.

Nadie nos ha dicho qué pasaría si siguiera gobernando el PSOE, quizá porque nos lo podemos imaginar.

En cualquier caso, gane quien gane -y todos sabemos quién va a ganar, incluso, por lo que se ve, Rubalcaba- su victoria se verá inmediatamente afectada por la situación económica española y europea. Si el BCE sigue comprando como si no hubiera un mañana es posible que la prima de riesgo se mantenga por debajo de los 500 puntos un par de semanas, no más. Cuando se acabe el grifo europeo, lo normal es que vuelva a dispararse. La última subasta de bonos a 10 años ya se hizo al 7%, cifra considerada de "no retorno" por la mayoría de economistas. "Insostenible" fue el término que utilizó la CEOE.

Sí, probablemente la situación sea insostenible y ya hemos visto qué ha pasado cuando las situaciones de los países de la zona euro se hacen insostenibles: o te rescatan económicamente o te intervienen políticamente o las dos cosas. Me temo que no hay opción alternativa. Desde el momento, lunes 21 de noviembre, en el que Rajoy sea proclamado presidente "in pectore" del país, la hoja de ruta estará marcada. No hay dinero para "rescatar" a España como no lo hay para hacerlo con Italia. Lo que sí hay son presiones para colocar primeros ministros que no ha votado nadie, que no pertenecen a  ningún partido ni asociación y que se limitan a gestionar tal y como Bruselas o Berlín quieren.

Así será la próxima legislatura y de cómo reaccione el presidente dependerá lo largo o lo corto de su mandato. Como expliqué el viernes en "El Imparcial", la cuestión está clara: Rajoy ha prometido revalorizar las pensiones, mantener la prestación por desempleo y no exigir más sacrificios a los funcionarios en forma de despidos o bajadas de sueldo. Si desde la UE o cualquiera de sus acreedores se le exige que prescinda de alguna de esas medidas de manera inmediata, ¿qué hará Rajoy? Puede traicionarse a sí mismo y a la recién terminada campaña y ceder a las presiones o puede negarse.

En el segundo caso sería inmediatamente relevado en el poder, presumiblemente por algún economista cercano al PP con menos escrúpulos. En el primero, tendría el rechazo de una gran parte de la población y los sindicatos, desde luego.

Van a ser días muy complicados. Pero muy complicados.

¿De qué sirven estas elecciones entonces, si ya sabemos quién va a ganar y sabemos que además no va a poder aplicar su propio programa? Bueno, unas elecciones siempre sirven para quedarse a gusto. En mi caso, después de 29 años de PP-PSOE culminados en dos legislaturas de mediocridad rampante, endogamia, corrupción a mansalva, compadreo partidos-prensa, etc. confío en que los votantes respondan con un importante voto de castigo a los dos partidos. En 2008, Rajoy y Zapatero sumaron 21 millones y medio de votos. Espero que en esta convocatoria esa cifra sea mucho menor y aunque soy consciente de que la sangría vendrá del lado del PSOE, al menos me consolará saber que esos votos de castigo no irán directamente al PP.

IU, UPyD, CiU, Amaiur, FORO, Equo, Compromís o incluso -dios no lo quiera- PxC pueden dar la sorpresa aumentando mucho su número de escaños o simplemente entrando en el parlamento. Es probable. Espero unas elecciones con poca participación, con mucho voto en blanco o nulo y con mucha variedad en el voto. La porra en concreto la dejamos para más tarde. De momento, me voy a votar y comerme una manzana.

Este post se irá actualizando a lo largo del día con previsiones, filtraciones y análisis de la participación y a partir de las 20,00 será una locura de análisis de resultados. Si no me creen, pueden echar un vistazo a mi análisis de las elecciones de 2008 y a las autonómicas y municipales del 22 de mayo. Esperen algo parecido y tengan paciencia, se lo ruego.