jueves, abril 30, 2009

Entrevista con David Planell



Publicada en este enlace de Notodo.com, con más datos y foticos. Aquí sí que es muy recomendable hacer clic a la página. Por si acaso, os pongo aquí la entrevista:

Llegó, vio y venció. Después de años batiéndose el cobre como guionista y peleándose con directores y productores, a David Planell le tocó por fin el debut como director de largometrajes y no ha podido hacerlo de manera más feliz: rodeado de su grupo de actrices-confidentes, Natalia Mateo, Marta Aledo y Esther Ortega, y saboreando las mieles del triunfo en el Festival de Cine Español de Málaga. Planell nos recibe en todo lo alto, y nunca mejor dicho: planta 15 de un hotel de lujo en Málaga, el mar Mediterráneo al frente y una piscina climatizada como testigo. Ha llovido y las mesas están mojadas. Unos cincuenta metros más abajo, un grupo de chicas chilla enloquecidamente al paso de alguno de sus ídolos: Mario Casas, Hugo Silva, David Bustamante… En un momento dado, nos asomamos a la cornisa y vemos las carreras detrás de los coches, los golpes en los cristales tintados. A veces, da miedo.

David Planell lleva unos cuantos días de promoción y entrevistas. Parece agotado. Todo esto supera cualquier expectativa: como guionista había ganado importantes premios, incluida la Concha de Plata en San Sebastián por "Siete mesas de billar francés" (2007), junto a Gracia Querejeta; como cortometrajista era un habitual de los festivales y los galardones. Por fin tiene la oportunidad de rodar su primera película como director de largo y sucede todo esto: inaugura Málaga y acaba ganando el premio más importante. El equipo tiene esa sonrisa imborrable de saber que no van a olvidar esto nunca. Sin embargo, David es un tipo tranquilo, que contesta las preguntas como si fuera la primera vez que las escuchara. Obviamente, eso es imposible. Por muy ingeniosos que queramos ser, habrá tenido que contestar estas mismas cosas varias veces a lo largo de estos diez días. Lo disimula perfectamente. El sueño de todo periodista. Colocamos una silla delante de otra, en el interior, para evitar la lluvia y los gritos desaforados. Sonríe y espera.

NTD: Aparte del premio final, que parece eclipsarlo todo, ¿no crees que abrir el Festival de Málaga ya era un reconocimiento a tu carrera aunque el gran público apenas te conociera?

DP: Sí, es una muestra de confianza sorprendente y un orgullo realmente inesperado. Me alegra haber estado a la altura después de todo.

NTD: ¿Cómo disfrutas más: dirigiendo o escribiendo guiones para televisión o cine?

DP: La mezcla es lo ideal. En el estudio vives como un monje, concentrado en tu proyecto, es más intenso pero a la vez más aburrido, porque no tiene la parte social de coordinar, relacionarse… Aparte, el guión no tiene ninguna visibilidad en esta industria.

NTD: ¿Cuál fue el primero que escribiste?

DP: Yo he sido siempre un todoterreno. He escrito guiones para galas, para teléfonos eróticos, para José Luis Moreno cuando era aún ventrílocuo… cosas realmente inconfesables, a veces. En plan más serio, supongo que mi primer gran trabajo fue el guión de "Los hombres siempre mienten" con Fernando León de Aranoa.

NTD: ¿Y la primera vez que te pusiste tras una cámara?

DP: Con mi primer corto, "Carisma", en 2003, ya con Natalia Mateo y Marta Aledo.

NTD: ¿Qué retos te ha planteado el largo con respecto al corto?

DP: Sobre todo retos de guión: escribir una historia más larga y con el tono necesario para afrontar una historia personal tan dura.

NTD: El personaje de Alberto San Juan dice en un momento dado: “En la selva no te mueres de sed ni de hambre, te mueres de vergüenza, por haberte perdido y no saber volver”. ¿Por qué crees que es eso?

DP: Lo cierto es que se nos da mal pedir ayuda. No sabemos. Pedir ayuda es todo un arte. Nos cuesta mucho reconocer nuestras debilidades, supongo que por una especie de instinto animal heredado de épocas más duras, que hace que nosotros pensemos que podemos con todo.

NTD: ¿Nos debería dar más vergüenza no ser capaces de afrontar nuestros problemas solos o ser incapaces de pedir esa ayuda que mencionas?

DP: Lo segundo. Afrontar que tienes un problema no debería dar vergüenza, al contrario. La vergüenza no está en vivirlo sino en no asumirlo y no pedir auxilio. En la peli, la vergüenza de la pareja para afrontar su relación el uno con el otro y a la vez con su hijo adoptado es una vergüenza no bloqueante. En el momento que se dan cuenta tiran para adelante. La vergüenza de ver que están perdidos les sirve de punto de partida.

NTD: En una relación de pareja, ¿es incompatible quererse y mentirse?

DP: No ayuda mucho. No sólo es una cuestión de “me estoy acostando con…” sino de ser capaz de expresar los malestares. Eso se acumula y al final acabas explotando si antes no eres sincero en su momento. No es lo más inteligente, desde luego.

NTD: En parte, la película es una historia de renuncias: una madre que renuncia a su hijo natural, una madre adoptiva que renuncia a su trabajo, un padre adoptivo que renuncia a devolver al niño a los servicios sociales por miedo a perder a su mujer…

DP: Sí, de todas esas renuncias me interesa especialmente la de Rosa, la madre natural del hijo de la pareja protagonizada por Natalia Mateo y Alberto Sanjuan. Es una especie de relato mágico: se mete en una casa con el niño sin decirle nada a nadie ni siquiera a él. Rompe el posibilismo, la credibilidad.

NTD: La exigencia de perfección a los padres adoptivos se menciona a menudo, ¿crees que a los padres naturales no se les pide tanto?

DP: Lo creo firmemente. Poder adoptar civilizadamente es una maravilla pero esos padres adoptivos sufren unos controles que hacen que se sientan perjudicados con respecto a los naturales, a los que nadie pide explicaciones. Entiendo que tengan una sensación de injusticia al respecto.

NTD: ¿Dónde está ahora mismo la relación entre cine y televisión, tú que trabajas en ambos medios?

DP:
En España, la televisión es muy conservadora. No son valientes. En cine, te puedes meter en berenjenales de todo tipo. El problema es que luego el cine depende de la televisión en producción y las cadenas no pagan cosas raras, aunque TVE se la jugó con nuestra película.

NTD: ¿De qué trabajo te sientes más orgulloso hasta la fecha?

DP:
Diría que de "La Vergüenza". Sería lo suyo. Pero "La Vergüenza" no se entiende sin “Ponys”. Me ha estimulado venir de ahí. Aquel corto se hizo de lunes a sábado a partir de una idea y entre amigos.

NTD: ¿Qué importancia tienen Natalia Mateo, Marta Aledo y Esther Ortega en tu carrera?

DP: Natalia, Marta y después Esther son muy importantes. No me habría atrevido a determinadas cosas sin ellas. Son cómplices, amigas, hermanas… Con ellas ahorro tiempo y energía. Si trabajas con actores que no conoces estás pensando en ritmos, errores que puedes cometer, límites que puedes cruzar con ellos. Eso no me pasa con ninguna de las tres. Alberto San Juan es otro actor formidable, el problema es que en España los actores están muy por encima de los proyectos que les ofrecen. No “tienen cacho”, por así decirlo y a menudo pasan desapercibidos injustamente.

Como un fan (en Facebook)

Es posible que todo lo inteligente e ingenioso sobre Facebook lo haya dicho ya El Jueves en su glorioso reportaje del mes de enero. Pero yo, como adicto que soy a la página en cuestión, tengo que comentar una cosa que me repatea horrores.

Entiendo que uno se cree una página personal como artista, sea cantante, escritor, fotógrafo, actor... Hasta ahí, llego. Hombre, es mucho más bonito que alguien la cree por ti, es decir, que la página de fans de Elvira Lindo no la haga la propia Elvira Lindo, sino que realmente la hagan sus fans, y que Elvira Lindo se haga, si quiere, su propio perfil de Facebook personal, como todos, con mensajes del tipo: "Elvira Lindo se ha tomado unas tostadas riquísimas".

Todo mi respeto hacia Elvira Lindo y las tostadas. Esto era solo un ejemplo al azar.

Otra cosa es que hagas tu propia página como figura pública diciendo lo bueno que eres y mandes mensajes tú mismo a la gente para que se haga tu fan. Pedirle a alguien que se haga tu fan me resulta algo triste.Que no digo que yo no acabe haciéndolo, pero ponerme ahí a mandar a mis contactos una petición de "Hazte fan de Guille Ortiz". No sé. Te quitan las ganas. Si alguien de fuera te viene y te dice "Hazte fan de este tío que es muy bueno", igual te animas, pero cuando te lo pide el propio tío te invita a pensar que quizá no es tan bueno.

Así que sólo dejaré aquí un consejo: como todos tenemos amigos -en el Facebook pueden ser incluso 2000 ó 3000-, si queremos hacer una campaña de autopromoción, pidámoselo a uno de nuestros amigos y que al menos sean ellos los que inviten. Queda más bonito.

Y al fin y al cabo, el que de verdad es tu fan, es tu fan, no hace falta que se lo impongas.

martes, abril 28, 2009

El Barcelona y el Chelsea se perdonan la vida


Disculpen el pesimismo, pero por momentos el Barcelona me recordó al del partido contra el Espanyol: la misma tensión, el mismo acogotamiento, la misma desesperación...

Es cierto que tiró 20 veces a puerta por 3 del contrario. Que tuvo el 66% de la posesión del balón. Que Hleb y Bojan pudieron marcar en los últimos minutos y que Eto´o falló un gol cantado poco antes. También es cierto que no tuvo más problemas en defensa que los que se creó a sí mismo Márquez antes de lesionarse gravemente.

Pero uno no puede evitar tener la sensación de que el Chelsea le perdonó la vida al Barça con su planteamiento ultradefensivo. Su superioridad física en la recta final del partido era inmensa. Un muro que se negaba a avanzar. De haber presionado más arriba, como lo harán en Stanford Bridge, de haber intentado sentenciar ya la eliminatoria, es probable que lo hubieran conseguido: Alves dejó completamente vacía su banda, Malouda hacía lo que quería y Puyol no dio una a derechas.

Incomprensiblemente, Hiddink cambió a Lampard y metió a Belletti. Cuando uno tiene un plan, no deja que nadie se lo estropee.

Por supuesto, el Barcelona fue "mejor" en el sentido futbolístico. Ya lo he dicho: más posesión, más tiros, más oportunidades. El Chelsea fue mejor tácticamente y llevó el partido a su terreno. Hasta las últimas ocasiones del descuento, los de Guardiola apenas crearon peligro real. Se limitaron a chocarse contra unos rivales físicamente muy superiores, que esperaban el agotamiento para contraatacar.

Hubo varios signos inquietantes: de entrada, la desaparición de Messi. No es cuestión de cargar contra el argentino después del año que lleva pero extraña que sus compañeros apenas le buscaran en toda la segunda parte. Ni él lo intentó ni nadie se lo pidió. Si yo tuviera al mejor jugador del mundo en mi equipo, le daría casi todas las bolas. Y si se la quitan, que se la quiten, pero para eso le tengo.

Sin Messi, no hubo Eto´o. Una cosa suele llevar a la otra. Xavi estuvo sobremarcado y sólo Iniesta demostró ser un jugador descomunal, de primera clase, pese a la continua permisividad del árbitro con sus marcadores. Por cierto, ya le gustaría al Barça tener un árbitro así de valiente en Londres. Espero que lo tenga.

La dirección de Guardiola fue extraña. Por ejemplo, la decisión de dejar a Henry en el campo. Después del golpetazo que se llevó, era obvio que el francés no estaba en el partido. Apenas tocó un par de balones -en uno le hicieron un más que posible penalty- pero Pep mantuvo su fe en él. No intervino, no bajó a recibir, dio la sensación de seguir aturdido... pero nadie reaccionó en el banquillo.

En el lado positivo, una vez más, la actuación de Piqué. Es complicado jugar mejor al fútbol siendo defensa central. Cortó todos los balones por alto y por bajo, corrigió los desmanes de Márquez y luego de Puyol, salió con la bola controlada cuando hizo falta, se incorporó al medio campo, supo dar pases perfectos a las bandas... Una demostración de un jugador llamado a ser una auténtica estrella.

Para resumir, es cierto que el Barcelona "perdonó" al Chelsea fallando esos goles del final, pero igualmente es verdad que el Chelsea dio la sensación de jugar con el freno de mano echado, muy confiado de que su superioridad física acabará demoliendo al Barça en Stanford Bridge.

Eso es mucho confiar.

El Barcelona tiene un problema serio, desde luego, pero empatar contra el Chelsea en Londres no es lo más difícil que me pasa por la cabeza. Y un empate le garantiza al menos los penaltis. En siete días, veremos.

La gripe porcina


Obviamente, yo no sé la verdadera importancia de la llamada gripe porcina. Imagínense que yo lo supiera y me lo estuviera callando. Menudo fulano. No, no lo sé. Es difícil saberlo cuando todos los medios están tan empeñados en narrar el apocalipsis. Obviamente, sería el gran sueño de todo periodista: ¿Qué mejor noticia para dar? El fin del mundo. Lo han visto en tantas películas.

Antena 3 dedicó 25 minutos de su informativo a hablar de un fantasma. Todo lo que sabemos de la gripe esta es fantasmagórico. Ha habido muertos, sí, pero no sabemos en qué circunstancias. No sabemos tampoco si el número de muertes por gripe porcina excede en demasía al de gripe normal. Alarmados, muestran un mapa en el que hablan de los 20 casos de EEUU como segundo país afectado. ¡20 casos en un país de 250 millones de habitantes! En España, no sabemos. Dicen que 25 pero confirmado hay uno. Y no parece grave. Fuera de México, de hecho, hay 129 casos sospechosos y 49 confirmados. 49 sobre 6.000 millones de habitantes.

Se confunden los términos: una enfermedad que causa muertes no es una enfermedad mortal salvo en el uso más ligero de la palabra. La gripe no es una enfermedad mortal, aunque pueda derivar en otras enfermedades que, dependiendo del afectado, degeneren en la muerte. Una enfermedad con muchos casos y una clara transmisión entre humanos es una epidemia. La calificación de epidemia es puramente estadística: tantos casos por número de habitantes. No es un drama. Hay epidemias de manera más o menos constante y el mundo no se acaba por eso.

Una pandemia es una epidemia que traspasa fronteras. Eso es todo. Una epidemia global. Es normal que la OMS eleve los niveles de alerta, aunque no prohibe los viajes ni nada de eso. No parece que haya un excesivo índice de mortalidad con este virus. No lo dicen así los periódicos, los mismos que parecen disfrutar con este espectáculo. Menos que las televisiones, pero también.

Me irrita sobremanera, ya se habrán dado cuenta.

Reconozco que hay cosas que son ciertas: en México D.F. han cerrado los colegios. Eso no se hace con una epidemia de piojos, de acuerdo. Hay más de 100 muertos y eso no es una tontería. Sobre todo si efectivamente el número sigue creciendo. Es una desgracia, de acuerdo, y desde luego ellos lo están viviendo como una auténtica desgracia. Con miedo. Pero todo ese rollo de las mascarillas en los aeropuertos europeos, de las señoras corriendo a hacerse analíticas "para quedarse más tranquilas". Hace poco hubo una epidemia de meningitis en España y créanme que la meningitis es mucho más grave que la gripe porcina.

A nadie se le ocurrió ir al hospital porque le doliera la cabeza. Si a alguien se le ocurrió, no le valió un minuto entero de telediario.

La muerte, el morbo como espectáculo. No es algo nuevo, por supuesto. Información, la justa. O no. Simplemente, mal colocada. Un breve en el lado derecho: "la gripe porcina difícilmente se contagia entre humanos y no es especialmente peligrosa". Aunque es una gripe, claro.

Estamos tan empeñados en morirnos. Resulta curiosísimo. Pero empeñados de verdad. Un día tengo la sensación de que lo vamos a conseguir.

domingo, abril 26, 2009

Despedida y resumen del Festival de Málaga


Llueve fuera de las ventanas del AVE. Poético, ¿verdad? Me voy igual que vine, rodeado de agua. El gusto de la circularidad. Todo cerrado. La mayoría de los vagones van vacíos, una auténtica sorpresa. Natalia Mateo va hacia la cafetería y pregunta qué tal.

Cansado, pero contento.

En el hotel no había camiseta de "Pagafantas" para mí. Ni siquiera había fans enloquecidas. Un grave error, porque todo lo que entra, sale, y hoy tenían que salir todos los famosos rumbo al AVE o al aeropuerto. Nadie estaría ahí para chillarles.

Ayer fue todo una pequeña locura: cuando yo llegué, nadie estaba ahí. Pensé en ir a la fiesta de despedida, pero fui superado por la habitual descoordinación de un Festival que se tapa la cabeza y deja los pies descalzos. Cuida muy bien a los grandes, es un enigma para los pequeños. Poco a poco, supongo. En prensa me dijeron que hablara con los del hotel, en el hotel me dijeron que me fuera al Teatro. Me di cuenta de que no merecía la pena. Una fiesta el primer día es un evento mágico. Una fiesta el décimo día es una redundancia evitable.

La propia estancia en el hotel tuvo un punto espantoso: toda esa locura ahí fuera, esos gritos descontrolados, esas carreras detrás de los coches, golpeando los cristales con las manos, desviando el tráfico... el propio ambiente de dentro, de gala, de vestidos preciosos y elegancia suprema. Yo seré muchas cosas, pero elegante no es una de ellas, y reconozco que me abrumó, me abrumó mucho. Tanto que me tuve que tomar unas albóndigas en salsa de tomate con patatas fritas y ver un partido del Barça con Carlos e Irene.

Irene y yo somos un buen ejemplo de lo que es este festival y lo que decía de los pies: los dos con nuestras acreditaciones: ella de invitada -dirige uno de los cortos seleccionados- yo de periodista y los dos completamente desubicados, en la terraza de un bar con televisión gigante, celebrando los goles de Henry. Sin teléfonos ni información ni nada.

¿Y qué más da? Empezaba a hacer frío, era la única pega. Todo apuntaba a que era un excelente momento para marcharse.

sábado, abril 25, 2009

"La Vergüenza" gana el Festival de Málaga


Yo me enteré ayer, a media tarde, en plena entrevista a Borja Cobeaga, por medio de una fuente indeterminada. Me alegré mucho, claro. Por Natalia, por David, por Cecilia, por toda la gente que me acogió de esa manera el pasado fin de semana. Incluso por Christopher Slanski, que anda por aquí estos días con su aire de británico despistado. Empezamos cada conversación en castellano y la acabamos en inglés.

Lo que no sabía era el resto de los premios, así que me fui a la rueda de prensa. Todo el mundo llevaba sus portátiles y sus agendas y yo iba con el Marca en la mano. Todo un outcast, ya ven. Me extrañó la manera de explicar los premios de Álex de la Iglesia. Por lo que él decía, uno podría pensar que la mejor película era "Tres días con la familia". No fue un detalle elegante. Lo entiendo, claro, pero tanto énfasis en resaltar una película que ya había ganado tres premios grandes -actor, actriz y dirección- y esa frase de "sólo podemos dar tres premios por película, si pudiéramos dar más igual la cosa hubiera cambiado" sonaba a disculpa y minaba a Planell y los suyos.

No debería haberlo hecho.

En cualquier caso, fue una entrega equilibrada, aunque rara. En mi opinión, las cuatro mejores películas del Festival han sido, por orden, "Tres dies amb la familia", "Pagafantas", "La vergüenza" y "Amores locos". Creo que cualquiera de las cuatro podría haber ganado. Entran dentro de lo discutible. Me queda raro que pelis como "The frozen" o "7 minutos" se lleven un premio y "Pagafantas" ninguno, excepto los que otorgábamos los de fuera, es decir, la crítica y el sindicato de guionistas.

Pero elaborar un palmarés es una tarea casi imposible y lo esencial estaba ahí: el descomunal trabajo de Eduard Fernández, la magistral dirección de Mar Coll y el trabajo redondo de David Planell. El resto, aquí lo tienen. Próximamente en sus pantallas. Copy and paste, Chica Portada:

BIZNAGA DE ORO MEJOR PELÍCULA DOTADO CON 30.000 EUROS
La Vergüenza, de David Planell
BIZNAGA DE PLATA PREMIO ESPECIAL DEL JURADO
El niño pez, de Lucía Puenzo
BIZNAGA DE PLATA A LA MEJOR DIRECCIÓN
Mar Coll, por Tres días con la familia
BIZNAGA DE PLATA A LA MEJOR ACTRIZ PREMIO NESPRESSO
Nausicaa Bonnín, por Tres dias con la familia
BIZNAGA DE PLATA AL MEJOR ACTOR
Eduard Fernández, por Tres días con la familia
BIZNAGA DE PLATA  A LA MEJOR ACTRIZ DE REPARTO
Toni Acosta, por 7 Minutos
BIZNAGA DE PLATA AL MEJOR ACTOR DE REPARTO
Sancho Gracia, por 7 pasos y medio
BIZNAGA DE PLATA  AL MEJOR GUIÓN PREMIO EGEDA DOTADO CON 6.000 EUROS
La vergüenza, de David Planell
BIZNAGA DE PLATA  A LA MEJOR BANDA SONORA ORIGINAL
     Joan Saura, por 7 pasos y medio
BIZNAGA DE PLATA
A LA MEJOR FOTOGRAFÍA PREMIO FOTOFILM DELUXE
Rodrigo Pulpeiro, por El niño pez
BIZNAGA DE PLATA AL MEJOR VESTUARIO
Antonio Belart, por The Frost
BIZNAGA DE PLATA AL MEJOR MAQUILLAJE
Astrid Lehmann y Michaela Oppl, por Flores Negras
PREMIO ALMA AL MEJOR GUIONISTA NOVEL (MÁXIMO SEGUNDO GUIÓN)
Borja Cobeaga y Diego San José, por Pagafantas
BIZNAGA DE PLATA PREMIO DEL PÚBLICO
Fuga de Cerebros

Las castas del Liceo

Nos sentimos atraídos por los gorilas y no hay manera de resistir su encanto. El encanto de la especialidad, del divismo, del estúpido sentido de la fama. Son las seis de la mañana y estamos en el Liceo. Entrar ya era un símbolo de poder. Se creen ustedes que cualquiera entra estos días en el Liceo. No, señor. Entras si tienes acreditación y las chicas guapas se te ofrecen para "acompañarte" con tal de entrar ahí por si está...

¿Por si está quién, insisto? ¿Qué esperan que haya detrás de ese cordón rojo? ¿Un milagro?

No veo bien quiénes quedamos. La fiesta de Pagafantas se prolongó hasta las cinco, en un sitio más bien estrecho, todos juntos amagando karaokes y bebiendo copas a 5 euros. Borja Cobeaga, exultante, Óscar Ladoire se fue antes de que pudiera decirle que "A contratiempo" es una de mis películas favoritas de todos los tiempos y que la he visto cuatrocientas veces. Que la vi cuatrocientas veces cuando tenía 10 años, que es lo más friki de todo.

Nacho Vigalondo, Dani Sánchez-Arévalo, Álex de la Iglesia en animada conversación, algunas bellezas habituales y no tan habituales. La gente de prensa de Notrofilms encabezada por Lara y Sandra. Julián López y Ernesto Sevilla. ¿Quieren más nombres propios? ¿Y qué más dan los nombres propios? Yo me quedo con Irene y con Carlos. Con Tali y con César. El famoseo llega un punto en el que es insoportable incluso para los propios famosos, imaginen al resto. Los gritos, los chillidos, los grupos...

Lo dicho: estamos en el Liceo, en la planta de arriba. Están cerrando la de abajo. Hay otro de esos cordones rojos que separan los niños de los hombres. Las chicas guapas y los famosos pasan con una señal en el brazo. Marcados. El resto esperamos fuera. No sé de qué lado quiero estar. Del que me corresponda. Creo en el destino ciegamente. El destino en forma de gorila. Ahora mismo yo soy como una de las chicas que se ofrece a pasar contigo y que quizás le pagues una copa. Miro nostálgico toda la gente que pasa mientras yo me quedo en el salón no VIP con la gente no VIP.

La gente no VIP siempre es maravillosa.

Y, por supuesto, estamos fascinados y queremos entrar ahí. Ser uno de ellos. ¿Uno de quienes? Venía pensando en el paseo de la Plaza de la Merced al callejón del Liceo: la diferencia entre Mario Casas y yo es que yo no sabía quién era él antes de empezar el Festival y él no sabe quién soy yo después. Eso es todo. "Tengo muchos años para pelearme con un tipo de seguridad por un cordón". En los Festivales, ya saben, los cordones son importantísimos. La mística de los cordones.

Lara no va a hacer ningún esfuerzo por rebelarse. Yo, tampoco. El resto entra o intenta entrar de una manera religiosa, como si alguien les fuera a salvar en la sala VIP. Hugo Sila, quizás. Yo no lo creo. Yo sólo cruzaría un cordón rojo -sólo pasaría arrastrándome por debajo de una de las vallas de protección cuando el de seguridad no mira- si tú estuvieras al otro lado.

Lo demás no me interesa.

Vuelve la locura adolescente


Planta decimoquinta del Málaga Palacio. Borja Crespo se tumba al sol mientras Jordi Vilches se pega un chapuzón con un marcapaquetes inverosímil. César, Tali y yo esperamos a que Borja Cobeaga acabe con los de TV3. Lara nos pide disculpas, como si fuera culpa suya. Todos sabemos que no. Al fondo se ve el mar, y justo en el puerto, un barco que parece un galeote.

Recuerdos de hace una semana, día arriba, día abajo. Más calor, quizá.

Quince plantas más abajo hay un bullicio insoportable que de vez en cuando se materializa en gritos histéricos. Es el último fin de semana del Festival y hay aún más gente que en el primero: todo el mundo está aquí, para recibir premios, para darlos, para desfilar. La entrada al hotel está sitiada por adolescentes que golpean taxis para ver quién hay dentro y chillan, chillan, chillan.

Gorka Otxoa, Lara, Tali y yo nos asomamos al balcón de vértigo infinito. No alcanzamos a ver quién ha entrado. Podría ser cualquiera. Aquí, la gente chilla y luego pregunta. A veces, es francamente incómodo. Me siento porque ando un poco mareado -cansado es la palabra- y hablo con Alberto, también de Malva, sobre "Los Cronocrímenes". Eva Hache, Julián López y Ernesto Sevilla charlan en una mesa, de vez en cuando les llaman para hacer televisión.

Sabrina repite las mismas cosas una y otra vez. Es su trabajo.

Después de una hora de espera -he dejado a los de Freek pasar antes, ellos tienen más prisa- me planto con Borja en la mesa y la verdad es que es completamente encantador, diría que incluso más que la otra vez que charlamos, hace ya dos años, en Atocha. Está muy contento y se le nota. Yo lo que noto es la prisa. Odio estas sesiones tan cortas, tan presionadas, la cola de gente esperando a que acabes, de manera que casi tienes que cortar al entrevistado para acabar con tus preguntas. Con lo que a mí me gusta la charleta y la contrapregunta.

Las mejores preguntas siempre se me ocurren en el camino.

Creo que Borja lo nota. Que se siente algo decepcionado. Yo, desde luego, me siento algo decepcionado por cómo han ido las cosas, pero a cambio me llevo la promesa de una camiseta y una invitación para la fiesta de la noche. Cuando salgo del hotel nadie grita. Paseo hasta los Albéniz para ver la gala de entrega de los premios ZonaZine. Vuelve la locura. Las masas corriendo de un lado a otro, sólo a ver. La chica que se sienta a mi lado en la sala me dice: "¿Hay alguien realmente famoso?" y yo no le pregunto qué quiere decir exactamente para no parecer un elitista, pero lo pienso y me limito a contestar -siempre sonriente-: "Mira, ahí está Belén Rueda".

Todo el mundo está muy guapo y muy elegante y yo llevo unos vaqueros y un jersey a rayas que me regaló Álida. Echo de menos a Álida. A Álida y a la Chica Portada y a Fer Heads y a mi hermano y a Guille y a Pablo y a Jaime y a Arantxa y a Hache... Echo de menos que no estén aquí porque yo me siento un poco indefenso entre tanta belleza y tanto vestido. Paso demasiado tiempo fuera de casa y eso se nota en la melancolía, claro.

Salgo por una puerta lateral, nada me desagradaría más que quitarle un ápice de gloria a David Bustamante -espantosa americana violeta-, cruzo dos palabras con Marián Álvarez y me preparo con un bocadillo para irme a otra fiesta. La antes mencionada. Mañana creo que va a ser un gran día. Es el último así que ya puede espabilarse...

viernes, abril 24, 2009

Pagafantas



Y en eso llegó Cobeaga y mandó parar. "Pagafantas" ha sido el gran éxito de público y crítica de esta edición y veamos cómo acaba en el palmarés final. Es absurdo comparar géneros y me cuesta decir si esta película es mejor que "Tres días con la familia" o incluso "La vergüenza". No tiene nada que ver. Es humor en estado puro, pero sin topicazos, sin estridencias, sin chistes fáciles, sin pedos, sin pises, sin universitarios. Humor a base de guión y actuación. Situaciones cómicas por comunes y no por disparatadas.

Borja ha estado metido en la realidad desde el principio de su carrera, no en vano realizó "Confianza Ciega" y "Gran Hermano". De la realidad se aprende mucho, y de esos programas se aprende cómo hacer espectáculo del patetismo. Sin duda, le ha servido. Sus personajes son entrañables de lo patéticos que son. Causan una verdadera empatía. Él dice que "Pagafantas" no es una comedia sino "el retrato de un drama social", con mensaje: "salid de ahí cuanto antes, jamás vais a conseguir a esa chica".

Por supuesto, la idea de entrada ya es atractiva. Recuerden: se considera un "pagafantas" al típico amigo de la chica guapa que siempre va con ella, que todo el mundo piensa que son novios porque lo comparten todo, que se desvive por agradarla pero que, para dicha chica, no es más que "un encanto al que quiero como un hermano", para desesperación masculina y consiguiente hinchazón de la próstata.

Un suplicio, créanme.

Bueno, que les voy a contar que no sepan ustedes.

Creo que "Pagafantas" es una película que gana cuando se ve con colegas. Una película de cuadrilla, con conceptos comunes en el imaginario pandillero como "hacer la cobra", "el abrazo del koala" o "la postura del lemur" -por lo que se ve, a eso, aquí le llaman "comer techo" y refleja la típica situación en la que duermes al lado de un pibón y no te atreves a hacerle nada, pero por otro lado no puedes dormir y te quedas ahí, quieto, inmóvil casi, para no rozarla, mirando el techo con los ojos como platos-. Sin embargo, las chicas también reían y aplaudían.

¡Reían y aplaudían en un pase de prensa! No es algo muy común, créanme. La peli es una gamberrada, pero es una gamberrada con gusto. Hay actores de vieja escuela como Óscar Ladoire o Kiti Manver y una curiosa combinación de "Vaya Semanita" y "Muchachada Nui" con Gorka Otxoa, Julián López y un casi cameo de Ernesto Sevilla. Aunque hay un cierto bajón cómico en torno a la hora de película, la verdad es que se pasa volando. Uno se queda incluso con ganas de más. De saber qué más crueldades le sucederán a Gorka en su camino de "seducción" de la preciosa argentina sin papeles.

Toda la planificación de "Pagafantas" apunta al éxito. Tienen un excelente director y excelente comercial. Su rueda de prensa fue de lo más divertido de todo el Festival, casi más que la película. Tiene un reparto prodigioso y una complicidad con el público tremenda. Sus campañas de márketing viral -Facebook, YouTube, Tuenti...- van a crear una lógica expectación y no dejan de tener a Antena 3 detrás, así que dinero no debería faltar.

Probablemente, hablemos de una de las películas del verano. Un éxito de taquilla. Una gamberrada comercial, sí, pero dirigida por un nominado al Óscar, como si eso fuera tan fácil. Una gamberrada de amigos. Se nota. De chistes privados y arrastrados a lo largo de años. ¿Se han arrastrado alguna vez por conseguir cinco minutos más con una chica? ¿Han hecho cualquier cosa porque ese chico les prestara algo de atención? ¿Saben lo que es una cobra? Sí, ¿verdad? Pues con algo tan sencillo como eso ya basta para tener un motivo y ver la película.

No les decepcionará.

Palmarés Festival de Málaga 2009: Premios ZonaZine


Como era de esperar, "25 kilates" arrasa. Yo ya hablé bien de la película y perseguí a la actriz por dos plantas de una macrodiscoteca de Medina del Campo. No se me puede pedir más. Lo que no me imaginaba es que el éxito fuera a ser de este calibre, la verdad. Premio a mejor película, a mejor actor y a mejor actriz, columna de Boyero en El País... Bienvenidos sean los halagos, siempre podré decir "yo la vi antes". Y saben que me encanta.

En lo que respecta a los cortos, hay cosas en las que estoy de acuerdo y cosas en las que no. Entre las que no, pues que "Nebulosa 5" no se haya llevado nada. Aparte de sentirlo por Irene de Lucas y su "Le jeu de dames", más que nada porque estos días estamos coincidiendo mucho por aquí y de hecho, si coincidimos tanto, es porque a mí me encanta su corto. Me sobran cosas pero no diré cuáles. Sería de un mal gusto terrible.

Aquí está el palmarés. Recuerden que ZonaZine incluye todas las secciones paralelas, es decir, no es el palmarés "oficial" del Festival. Ese lo colgaré mañana.

Sección Oficial Largometrajes Zonazine
  • Biznaga de Plata a la MEJOR PELICULA. Premio “CENTRO COMERCIAL LA CAÑADA”:
25 KILATES de Patxi Amezcua, producida por ICÓNICA y OVIDEO
  • Biznaga de Plata al PREMIO DEL PÚBLICO:
ENTRE ESQUELAS de Adán Martín producida por Dacsa Produccions, Kines Producciones y La Mula Films
  • Biznaga de Plata a la MEJOR DIRECCIÓN:
ALBERT ARIZZA por Ramírez
  • Biznaga de Plata al MEJOR ACTOR:
MANUEL MORÓN 
por 25 Kilates
  • Biznaga de Plata a la MEJOR ACTRIZ:
AIDA FOLCH por 25 Kilates
  • Premio “ALMA” al MEJOR GUIONISTA NOVEL:
DAVID ESTEBAN y MERCEDES CARRILLO por Entre Esquelas
·        Mención Especial del Jurado:
AMANECER DE UN SUEÑO de Freddy Mas Franqueza
Cortometrajes Sección Oficial y Zonazine
  • Biznaga de Plata a la MEJOR PELICULA. PREMIO ONDA AZUL:
TU (A)MOR de Fernando Franco producido por Pantalla Partida y Lolita Films
  • Biznaga de Plata al PREMIO DEL PÚBLICO:
MANUAL PRÁCTICO DEL AMIGO IMAGINARIO (ABREVIADO) de Ciro Altabás
  • Biznaga de Plata al PREMIO DEL PÚBLICO “Nuevo Talento FNAC”:
TURISMO de Mercedes Sampietro
  • Biznaga de Plata. Premio ESPECIAL DEL JURADO:
DIME QUE YO de Mateo Gil
  • Biznaga de Plata a la MEJOR ACTRIZ:
ANA RAYO por Consulta 16
  • Biznaga de Plata al MEJOR ACTOR:
PABLO DERQUI por Aviones
·        Biznaga de Plata a la MEJOR DIRECCION
EDUARDO CHAPERO JACKSON por The End
·        Mención Especial del Jurado:
COTTON CANDY de Aritz Moreno
·        Mención Especial del Jurado:
LA CLASE de Beatriz M. Sanchís

jueves, abril 23, 2009

Tres días con la familia


Hay veces que te encuentras ante proyectos tan sólidos, ideas tan claras, que es muy difícil poner ninguna pega. El director no te deja. Te envuelve en su historia, sea más o menos trivial, y de ahí no sales. Ni una concesión.

Es el caso de "Tres días con la familia", probablemente la mejor película proyectada hasta ahora en la Sección Oficial. Hay veces que esto es como mandar a niños a luchar contra hombres.

La película parte de un argumento no demasiado novedoso: la muerte del "patriarca" familiar, el abuelo, hace que una estudiante universitaria en Toulouse vuelva a Barcelona para reencontrarse con sus parientes, en especial con su padre y su madre, separados aunque dispuestos a mantener el paripé delante de los demás.

¿No tiene buena pinta, verdad? Pues bien, no hay dramas. Hay realidad. Hay credibilidad. Verosimilitud. No hay violaciones, no hay tumores, tampoco hay aburrimiento. Hay conflicto sin necesidad de esperpento. Nadie folla. Nadie se droga. No hay grandes diálogos redentores pero hay una soberbia contención en las frases. Los actores -Eduard Fernández, de nuevo- están maravillosamente dirigidos, las escenas, cuidadosamente planeadas; el guión avanza y se para justo donde debe.

Contar una historia sobre una familia burguesa y sus problemas y no resultar pesadísimo es muy complicado. Contarla con 27 años, como ha hecho Mar Coll, es asombroso. Coll bebe de las influencias catalanas y francesas de los últimos años: el acertado manejo de los silencios, la sobriedad, el trabajo con el actor por encima del efecto visual. A veces funciona y a veces no. Depende mucho de lo que tengas y lo que te propongas.

En este caso, se podría decir que a la película le falta algo de "alma", sea eso lo que sea. Entiéndanme, más sentimiento, más empatía... pero hay veces que en nombre de la empatía se hacen unas cosas espantosas, así que casi se agradece que lo que sabe hacer bien lo haga bien y se deje de historias. El público aplaudió después del pase. Que yo recuerde es la primera vez en prensa. Creo que está claro quién se acaba de colocar en primer puesto de las quinielas.

A tres metros de Marta Etura


A poco que me lleven un tiempo leyendo sabrán que soy un hombre de costumbres y que me muevo por unos parámetros muy fijos: llego a un festival algo retraído, generalmente enfermo, miro todo con distancia, me encierro en los cines, poco a poco voy conociendo la ciudad, miro por encima del agujero, empiezo a ganar confianza y acabo en una espiral de fiestas y películas poco recomendable para la salud.

Esto quiere decir que sí, que estoy mamoneando un poco. Con todas las películas que he visto (media de tres al día, soy algo así como el Barcelona del largometraje) creo que me lo merezco.

Empecemos por el final, entonces. Por Marta Etura entrando en el Liceo a lo lejos, mientras José Manuel habla con Cris y yo estoy con los chicos de la revista Freek, Tali y César, hablando de The Wrestler y cosas incluso más interesantes. Estamos algo borrachos y la gente de la fiesta de "7 minutos" viene del Larios aquí justo cuando nosotros nos vamos. Miro a Marta Etura enamorado, pequeña -porque es pequeña, la verdad ,ahí, sonriente y me siento súbitamente afortunado. Luego pienso que quizás en 2006 Marta y yo llegáramos a estar más cerca de tres metros, con Roger Gual de por medio, así que todo esto probablemente sea una exageración estética. No etílica, estética.

No sólo Marta Etura, en cualquier caso. También Luis Callejo. Luis Callejo es uno de los actores desconocidos más conocidos del mundo. Si miran en imdb se van a quedar flipados. Un prolífico por excelencia. Luis charla en la entrada de la discoteca, igual que Cris, todo el mundo tranquilo y de buen rollo, ninguna estridencia. Yo voy y vengo, voy y vengo. Penélope, de Malvalanda, habla de Fuerteventura y yo, claro, me acuerdo de ti. No es la primera vez en el día, creo recordar que en la comida incluso pronuncié tu nombre.

Los chicos de la revista Freek y las chicas de Malvalanda. Eso ha sido la noche en su gran parte. Una fiesta -la de "Trash"- en la que piden invitaciones como si dentro estuviera George Clooney. Bueno, pues nos vamos. Ea. Bares gays cerrados y música algo insoportable, excepto "That´s not my name" -y entonces yo me acuerdo de ti, no de ti, sino de ti o quizás incluso no sólo de ti, pero también de ti, eso ha tenido que quedar claro-.

Mañana echan "Sexykiller" de nuevo, en plan "performance". Discutimos sobre Beyoncé como artista o como producto. Recordamos que Aída Folch es la portada de la revista de este número. No discutimos sobre Aída Folch, porque realmente Aída Folch es indiscutible. No hay nadie por las calles, así que no hace falta que llevemos las acreditaciones colgadas. Si molamos o no, nadie se va a enterar. Salvo que lo publiquemos. Así, más arriba.

miércoles, abril 22, 2009

7 minutos


No me hagan mucho caso hoy. Estoy algo vinagre. Probablemente, sea la falta de sueño. Ayer no acabamos muy tarde, serían las dos. Iba con José Manuel Carrasco -"Pulsiones", "Padam", "Consulta 16"- y con Christopher Slaski -compositor, entre otras, de la banda sonora original de "La Vergüenza- y se nos complicó algo la cosa: se cruzó Raúl Arévalo, luego Cristina Alcázar y Juanma Cifuentes -actores de "7 minutos"- y finalmente Javier Pereira, con quien por fin me decidí a hablar tres años después de verle en "Tu vida en 65 minutos".

El caso es que, pese a todo, he dormido cinco horas como mucho. Cada mañana me levanto pensando que ese día puede ser mi último en Málaga y hoy la angustia se ha prolongado hasta las doce de la mañana, que la Escuela Oficial de Idiomas ha decidido no requerir mis servicios.

Antes, a las 9, ya estaba en el Cervantes. Mucha expectación en torno a "7 minutos": una idea atractiva, una comedia con apariencia ligera, un excelente reparto... Sin embargo, no funciona. De acuerdo, Antonio Garrido está genial, Luis Callejo cumple como siempre y es muy difícil ser más guapa que Marta Etura -muy serio lo suyo- o Asier Etxeandía. Pero la cosa no avanza.

Empieza con una sesión de "speed dating": un grupo de gente bajo el patrocinio de Match.com queda para conocerse durante siete minutos. Al pasar ese tiempo, suena un gong y tienen que cambiar de pareja. Si se gustan, al final de la velada, lo comunican a la organización y si hay doble feeling pues se intercambian contactos. Creo que, efectivamente, da para bastante, pero al final se queda todo en una especie de comedia noventera de esas de Juanjo Puigcorbé y tal, con demasiados chistes fáciles y discusiones en público con gente mirando de fondo y poniendo caras por si te has olvidado de que estás en una película y escenas de sexo que no cuentan absolutamente nada y chistes sobre homosexuales y algunas cosas que no es que recuerden a Gómez Pereira, es que recuerdan a Pajares y Esteso.

El final es un desastre. Se mire por donde se mire. En la rueda de prensa alguien comentó que "seguro que a los críticos no les gustan los finales felices" pero eso es una chorrada como un piano. Primero porque "los críticos" no existen como gremio. Segundo, porque el problema de este final no es que sea feliz es que sea muy malo. El comentario es tan fácil que me da grima hacerlo, pero es que es lo que pienso: espero que González-Sinde sea mejor ministra que guionista, porque sus últimos trabajos...

Una vez más, los actores están muy por encima de un proyecto que parte de una buena idea, ya digo, pero que parece perezoso y a la vez apresurado en su desarrollo. Una pena.

La segunda peli del día fue "Trash", con el habitualmente solvente Óscar Jaenada -ayer le vi hablar euskera en "Todos estamos invitados", hoy tocaba catalán- y un buen montón de chicas atractivas. Es una peli muy tremendista. No es un desastre, pero hay un claro exceso de sexo y además siempre en la misma posición. Cierta obsesión por el sexo anal. Todos los personajes son llevados al extremo, las situaciones se complican de manera exagerada y baste con decir que todos acaban en el mismo hospital.

Sexo y hospitales. Eros y Thanatos. Mucha ley de Murphy: todo lo que les podía ir mal, les va mal. Hay veces que es así, tienes un mal día (esto es un spoiler): tu nuevo novio te planta en un restaurante, te drogan en un concierto, te medio violan entre dos en un cuarto de baño mientras tu ex novio está a punto de morir de sobredosis, tu mejor amigo te recoge, te lleva a su casa, te viola también, y cuando estás al borde del suicidio en un puente, tu hermana se pone de parto y sales corriendo en compañía de tu madre -con cáncer y lesbiana de nuevo cuño- y tu cuñado, que viene de una orgía con putas.

Pues eso, un mal día, joder. Todos hemos pasado por ahí

martes, abril 21, 2009

Un poco de petardeo: Alberto Amarilla, Antonio Banderas y el Follonero


Resumen hasta la fecha: 10 largometrajes, 11 cortos, 2 documentales, 1 fiesta, 0 mujeres. Números tristísimos para un treintañero aún adolescente, lo sé.

Así que me voy a tirar un poco el rollo y voy a hablar del famoseo de Málaga, o de mi propio famoseo, que no tiene por qué ser lo mismo. En una frase: voy a demostrar a los incrédulos que sí, que tengo amigos.

Ayer, por ejemplo, estuve con Alberto Amarilla, por fin. Coca-cola rápida en su hotel -estaba enfrente del mío y yo sin saberlo- antes de que se volviera a Madrid en AVE. Vernos aquí había sido imposible: Alberto es una especie de celebridad local, pese a ser cacereño, y protagoniza "Fuga de cerebros", que ha sido la gran atracción entre la juventud malagueña, así que ha estado demasiado requerido estos días como para hacer una quedada en condiciones.

Pero Alberto es un encanto. De esa gente con la que te encuentras dos veces y ya sabes que te vas a llevar bien y de manera nada forzada. No es que seamos los mejores amigos del mundo. Tampoco es la idea. Pero podemos charlar de Orson Welles o de la vida después de la muerte, y eso ayuda mucho a pasar el rato, ventanas abiertas en el Hotel Larios, la Plaza de la Constitución hirviendo de adolescencia.

Tras los cortos, me encontré con Millán Vázquez, co-fundador de la agencia Freak. Millán y yo fuimos "enemigos" profesionales durante unos meses, los siete que yo trabajé en Lolita Peliculitas, la competencia. Afortunadamente, eso a los dos nos da igual. Él entiende que yo me lleve bien con Mar sin que eso quiera decir que me tenga que llevar mal con él, y yo entiendo que él lo entienda. Me consuela además saber que pensamos más o menos de las pelis proyectadas hasta ahora. Más o menos. Lo que él piensa exactamente no lo puedo contar. Lo que yo pienso lo pueden leer más abajo, hasta que se aburran.

Hoy, tras el pase de las 9 y el cambio de hotel -estoy en uno mucho más barato, pero entrañable- estuve en la proyección de "el corto de Salvados", del Follonero y su gente. Una especie de "happening" para su programa que estuvo entretenido. A la salida me encontré con Miriam, responsable de prensa de Almería en Corto y con Raquel, y como ninguno teníamos demasiado que hacer, nos unimos a Jordi y a su gente a tomar algo y perseguir a Antonio Banderas, un hombre experto en esconderse.

Yo soy un gran admirador de Jordi Évole. Lo era desde los tiempos de "Buenafuente" y "Salvados" me parece un gran programa, que mejora cuando es temático. Le pido permiso para ver cómo graban y él dice que vale, pero que queda poca cosa. Vamos a la rueda de prensa de presentación del proyecto que produce Banderas, él, con la vieja lata de celuloide que esconde el DVD de su "trailer". Banderas es un tipo enérgico y tremendamente atractivo, a sus 50 años. Vigoroso y andaluz. Imposible que te caiga mal. No conozco a nadie, de hecho, que le tenga manía a Banderas y en un país tradicionalmente envidioso, eso dice mucho de él.

En fin, que Banderas presenta el proyecto, Jordi le da la lata, la gente de prensa se impacienta y se enfada, yo me voy justo después y entro en plano, los cámaras se enfadan conmigo -los cámaras siempre se enfadan, es un tema a estudiar- y me voy con mi pie algo mejor a comer solo, no vaya a ser que tanta gente alrededor me abrume...

Amores locos


Hay películas con una sinopsis y un trailer interesantísimos y que luego se quedan en nada. Es habitual. Parten de una gran idea, de un fogonazo creativo, pero no hay una verdadera perseverancia en el guión ni cuidado en la narración fílmica. Por ejemplo, "Un buen hombre". Sin embargo, hay otras películas cuya idea no es genial, cuyo argumento parece un poco disparatado, pero que acaban enganchando al espectador a base de contar las cosas bien, sin estridencias, con soltura, metiéndote en su universo casi sin darte cuenta. Sin exigirte. Sólo haciendo lo que hay que hacer.

Es el caso de "Amores Locos", de Beda Docampo, una de las grandes sorpresas en una Sección Oficial tirando a mediocre de momento. En principio, tal y como aparece planteada, uno tiende a pensar que será una aburrida y pretenciosa fantasía de época, con mucho traje del siglo XVII y demasiada ensoñación.

En absoluto. La película funciona perfectamente. La idea -las pasiones irracionales en general, sean por putas húngaras, por hombres casados, por personajes de cuadros...- está magistralmente desarrollada y las actuaciones son de lo mejor visto hasta ahora. Una película con Carlos Hipólito y Eduard Fernández es difícil que sea mala, e Irene Viseda cumple notablemente. Además, Eva Pallarés, para variar, está guapísima.

Psiquiatría, amor y neurología se mezclan sin aburrir. Las subtramas tienen sentido, sin solapar la principal. Los planos están cuidados y toda la película desprende un aire de alta artesanía y sofisticación. Quizás le falta un poco de gancho, porque, ya digo, la idea no enamora de entrada, pero sólo diré que la echaban a las 9 de la mañana y salí encantado del cine.

Creo que eso tiene un mérito enorme.

lunes, abril 20, 2009

Hugo Silva en "Agallas"


Anoche había una fiesta enorme en el segundo piso del Hotel Larios. Una de esas fiestas fardonas con las ventanas abiertas para que todo el mundo intuya pero nadie vea del todo. Música alta y muchas conversaciones. No sé si era del Festival, supongo que sí. Yo no tenía invitación, pero eso no era un gran problema. El problema es que no tenía pie. El izquierdo, en concreto. Lo he perdido de la manera más tonta y aquí estoy cojeando de un lado para otro y especialmente a la una de la mañana, después de haberme ido andando -sólo se me ocurre a mí-a los cines de la estación a ver "Agallas", con Hugo Silva y haber vuelto en taxi pero aun así haberme dado un paseíto por las inmediaciones del Cervantes, por si...

Por si nada. Todo el mundo en la gala y se conoce que luego en la fiesta.

Así que para cuando llegué ahí, a la calle Larios, por la alfombra roja que recorre Málaga estos días, no tenía ganas de nada, sólo de tomarme las patatas fritas sin sal que un amable kebabista me había puesto unos minutos antes. Era mi noche de dormir, además. En los festivales uno tiene que elegir muy bien cuáles son sus "noches de dormir" porque no es algo que abunde y el cuerpo se venga de la manera más tonto. Mucho más un cuerpo especialmente tonto como el mío.

"Agallas". Curioso producto. Hugo Silva, de la manera más disparatada se convierte en mano derecha de un capo del narcotráfico de la Costa da Morte, Carmelo Gómez. Es todo un disparate, en realidad. Todo salvo Carmelo Gómez, como suele ser habitual. Silva lo intenta, pero no sé muy bien qué le pedían. Se pasa la mitad de la película chuleando y la otra mitad suplicando. Su personaje, quiero decir. Uno intenta que le tomen en serio como actor y se encuentra con cosas así y supongo que se le quitan las ganas.

Decía David Planell que en España los actores están muy por encima de los proyectos y probablemente tenga razón.

El final es un nuevo disparate con ese ansia tan contemporáneo del "giro final". Odio los giros finales. El giro final es cuestión de genios. Dejémoselos a ellos. Un buen giro final es lo que hace de una historia normal, una enorme historia, de acuerdo. Pero un giro final torpe lo arruina todo. Y cuatro giros finales en quince minutos, agota a cualquiera.

Aunque "Agallas" no es tan mala si se la compara a "The Frost", pase matutino en el Teatro Cervantes con El Follonero vacilando a Álex de la Iglesia y Lucía Etxebarría.

"The Frost" está muy bien hecha técnicamente, un enorme trabajo de localización y fotografía, unos planos preciosos, pero una historia pretenciosa, dramática, exagerada, truculenta sin motivo aparente... de las de pasarse bufando después de cada frase. Tristán Ulloa está perdido, Aitana Sánchez-Gijón se defiende gracias a su perfecto inglés, los actores noruegos se mantienen en una combinación de hieratismo y exageración de película de Lars Von Trier.

Vamos, que tiene todas las papeletas para ganar. Que Álex de la Iglesia nos salve.

Estoy en un cíber, me voy a comer. Igual mañana voy a Madrid e igual, no. El problema es que no puedo dejar de pensarlo: ¿Estoy aquí o estoy allí? ¿Qué me dará tiempo a hacer? ¿Cuándo podré volver? ¿Hasta qué punto realmente puedo dar "un paseo" con sólo un pie?

"La soledad de los ventrílocuos" en Notodo.com

Reproduzco por su interés general, bla, bla, bla... aunque por favor, bla, bla, bla... léanlo aquí.

Vale, la originalidad por sí misma no es un valor, pero está claro que sí es un importante añadido cuando además hay calidad, precisión, imaginación y sintaxis. Matías Candeira es un autor prodigioso. De los que sale uno cada mucho tiempo. Es complicado encontrar a un chico de 24 años capaz de hablar con tanta madurez y seguridad de los temas más inopinados. Los libros de relatos han tenido durante los últimos años cierta mala fama. Son aburridos, dicen muchos. Demasiadas historias costumbristas o delirantes, sin puntos medios. La soledad de los ventrílocuos sorprende en sus tramas y en sus formas. Si te contamos que hay cuentos sobre neveras que mueren, guerras de flores o mujeres a las que les crece un agujero en la tripa que canta boleros, probablemente pensarás que el libro pretende ser efectista y en realidad es una chorrada. Nada más lejos de la realidad.


Matías habla de las relaciones de poder, habla de la incomunicación, habla del dolor de la ausencia, de la soledad frente a la mirada de los demás, pero lo hace de una manera completamente distinta. No es cuestión de inventarse cualquier locura, sino que esa locura ayude a ver los problemas habituales de otra manera. Adelantarse. Sorprender. Aceptar el absurdo sin imposiciones. La soledad de los ventrílocuos es su primer libro, pero desde luego no son sus primeros relatos. Matías Candeira lleva años ganando premios y premios por toda España. Es la gran esperanza blanca del relato español. Su tono recuerda a Quim Monzó, a Borges, al Poe más fantástico… pero a nosotros se nos acerca más a Kafka. No al Kafka sufriente y agónico de sus novelas breves sino al más enloquecido y a la vez brillante de muchos de sus relatos. Flores, señor, Cuando muere la nevera, El hombre en el barreño o el sensacional Al final de Sara son relatos que no pueden pasar inadvertidos. Calidad y originalidad, en eso consiste. Diversión y emoción a partes iguales. Literatura.

domingo, abril 19, 2009

Un buen hombre + Ramírez + La melancolía de los domingos


Los domingos en los festivales. Tengo por norma no irme nunca un domingo de un festival. Afortunadamente, puedo permitírmelo. Los domingos son de la gente de la ciudad o el pueblo. Es su misa y su aperitivo y llenan las terrazas y los niños están con la pelotita mientras los acreditados tomamos café. Hemos dejado de ser la gran atracción y en parte nos hemos convertido en algo así como los visitantes molestos.

Por un día, al menos. Y exceptuando a Hugo Silva, por supuesto.

Málaga ha vuelto a la cordura: llovió por la noche pero ya hace sol y calor. Es lo que se espera de ella. Los turistas desayunan en las terrazas -zumo de naranja natural al módico precio de 4 euros- y yo voy al AC Málaga Palacio a entrevistar a David Planell. El hombre está fatigado. Se le nota. No lo dice pero se le nota. Han sido tres días contestando las mismas preguntas y ya me parece increíble que sea capaz de mantener el interés en las respuestas, hacer como si hubiera abierto una nueva vía con una de mis afirmaciones.

Estadísticamente, es improbable.

Tenemos prisa, además. Después de mí, vienen otros. Televisión. Estamos en lo alto del hotel. Planta 15. Terraza. De un lado se ve todo el mar delante de nosotros, puerto y barcos incluidos. Como estar en el Urgull pero pagando. Del otro se ve la catedral, las terrazas, las callejuelas tan andaluzas. El caos de herencia musulmana. Le digo a Cecilia: "He descubierto mi vocación: quiero ser millonario" y me voy. Me despido de Natalia Mateo, deseando irse ya de vuelta a casa, y llego tarde al pase de "Un buen hombre", pero aun así me dejan entrar, porque aquí puedes entrar incluso media hora tarde y si la gente tiene que fastidiarse, que se fastidie. Ea.

La película tiene uno de los mejores trailers que he visto. El trailer está por encima de la propia película, de hecho, que va un poco de más a menos, partiendo de una idea muy buena y prolongándola de manera algo innecesaria. Un hombre modelo: religioso, jurista, pedagogo, felizmente casado, reconocido... es testigo involuntario de un crimen atroz cometido por su mejor amigo, a su vez profesor universitario, catedrático y apoyo indispensable para su propio acceso a la Cátedra. Si han vivido de cerca un departamento de Universidad sabrán de lo que les hablo.

Por supuesto, el hombre se plantea qué es. ¿Es realmente el cristiano devoto y amante de la ley que cree que era o es un hombre movido por pasiones indefinidas, sea amistad o ambición, hasta el punto de encubrir un crimen? Como ustedes son listos y saben que en el primer caso no habría más película, pues habrán supuesto que la solución correcta es la segunda. Las actuaciones de Tristán Ulloa y Emilio Gutiérrez Caba, lo mejor del film.

Por la tarde, pasaron "Ramírez", una película que es muy probable que ustedes no vean jamás porque es la típica mini-producción que no encuentra distribuidora. Es una pena, porque la película resulta interesante. No sólo por el tema: un chico atractivo, millonario de cuna, metido en drogas por puro capricho, elegante, amable, sonriente... que resulta ser un asesino en serie despiadado, con el morbo añadido de fotografiar a todas sus víctimas. Un guión algo escabroso, pero muy bien narrado. Con pocos recursos, pero bien empleados.

Y, por encima de todo, Cristian Magaloni, un chico llamado a ser una estrella: comedido cuando es necesario, agresivo si hace falta. Distante y pasional. Una especie de Brendemühl pasado por Patrick Bateman. Soberbio. Ya se acordarán de mí cuando recoja su primer Goya.

La Vergüenza y Teaserland


Estamos en lo de siempre. Yo sé que aquí hay otro festival: el de Antonio Banderas y el Duque y Hugo Silva y las chicas enloquecidas con la cara pintada y las grandes fiestas en sitios VIP y una lista de invitados que ya la quisiera San Sebastián para sí.

Yo lo sé. Pero si quisiera eso, me bastaría con ir más al Costello o al Larios Café, supongo.

Así que me dedico al Festival de verdad, al de Cine. A las siete y media pase de "Fuera de carta", peli que me perdí en su momento y que me alegro de haber recuperado, porque es una comedia amable, con gracia de verdad, no demasiado tosca, con un toque incluso de humor francés y en la que Javier Cámara está sensacional, Lola Dueñas sale guapísima y Fernando Tejero hace de Fernando Tejero.

Segunda parte del Barça y a ver "La Vergüenza", con las lógicas expectativas: ayer pasé la noche con todo su equipo.

Yo lo dije antes, lo avisé: pienso ser sincero. Se lo prometí a Cecilia, de Avalon, así que me lo puedo permitir. "La Vergüenza" es de momento y con diferencia lo mejor que he visto a concurso. Es una película muy del estilo David Planell, un estilo televisivo: diálogos rápidos y divertidos, gran dirección de actores -magnífico Alberto San Juan, más que notables Natalia Mateo y Marta Aledo, el niño algo insoportable- y un interés quizás excesivo en las subtramas, que a veces se hacen un poco largas.

Es una peli con fallos, pero que acierta en su simpleza: una pareja no puede controlar a su hijo inmigrante acogido y piensa seriamente en hablar con el servicio social para renunciar a dicha acogida. En el camino, descubren que el problema no es sólo que ellos no puedan con el niño sino que no pueden con el niño porque hay demasiadas cuestiones de pareja que no han solucionado y que tienen ahí colgando. Una reflexión sobre la vergüenza ante lo que hacemos, la vergüenza de reconocer que estamos perdidos y la vergüenza para pedir ayuda.

Quizás un poco insistente el mensaje, pero sin llegar a los extremos de "Bullying" -por cierto, acertadamente, la Organización ha organizado otro pase de prensa en catalán con subtítulos, me temo que llega tarde-. Un final demasiado "perdona nuestros pecados", pero en líneas generales una muy buena carta de presentación para ser un primer largo.

Aunque todo el mundo sabe que, en rigor, no es un primer largo. Planell tiene el culo pelado de hacer cine desde distintos ángulos.

Llamo a Cecilia para contarle todo eso y decidimos ir juntos al pase de Teaserland, el proyecto de trailers de películas ficticias. Un gran acierto, pese a mi incomprensible cojera. La primera parte está dedicada a directores consagrados: Plaza y Balagueró optan por el misterio terrorífico, Rosales por la locura, Coixet se ríe de sí misma, Koldo Serra va hacia el trailer típico de doble sesión con plantas asesinas, Corbacho y Cruz explotan su clásico humor casposo y Bayona vuelve a sorprender, junto a Álex Brendemuhl, con el anuncio de una comedia: "Desgracia en 3D", que despierta grandes ovaciones.

Los trailers "amateurs" son aún mejores. Quizás con un exceso de gusto por el cine de género fantástico. Maravillas de dos minutos. Si quieren consultar más hagan clic aquí.

Cuando todo esto acaba, casi a las dos, los chicos se van al sitio de la marcha a emborracharse. Yo estoy con mi clásico humor festivalero: dolor de garganta, sueño y la citada cojera en el pie izquierdo. Mañana madrugo para entrevistar a Planell para Notodo.com y curiosamente nos lo encontramos en dirección contraria y lo acompañamos un rato hacia el hotel. Por el camino, las calles están llenas de gente que va a pasárselo bien.

Yo voy a dormir, que se me da fantásticamente bien. Anoche, incluso soñé con Roger Federer.

sábado, abril 18, 2009

Fuga de cerebros



Entiéndanme. Piénsenlo por un momento. Yo estoy aquí y me conocen. Eso no es lo peor, lo peor es que en ocasiones yo les conozco a ellos y además me caen bien. ¿Qué puedo decir de sus películas? Por otro lado, tengo un prestigio. O intento tenerlo. Si yo digo aquí que "Fuga de cerebros" o "Bullying" son dos películas sensacionales, ¿qué harán ustedes conmigo cuando las vean? No volverme a leer, supongo.

Así que, bueno, esto no va a ser fácil.

Arriba a las 8, pelea con la ducha del Petit Palace -estoy convencido de que no soy el único al que le pasa eso en estos hoteles High Tech-, café con croissant viendo la Q2 de China, peregrinación aún resbaladiza hasta el Teatro Cervantes y pase de "Fuga de Cerebros". Vamos a ver, no es la película más inteligente del mundo. No pretende serlo. Pretende que te rías y te ríes. Tiene demasiadas cosas estilo "American Pie", que supongo que funcionarán bien en taquilla y eso está bien. Los chistes son en ocasiones groseros. En otras, están logrados. Las actuaciones, aceptables. En concreto la de Alberto Amarilla, formidable. Me gustó también Blanca Suárez. Todo muy televisivo, ya saben.

Yo no quiero engañarles pero tampoco quiero ser injusto. Es una comedia adolescente en ocasiones zafia y con un desarrollo absolutamente disparatado. ¿Te ríes? Pues sí, te ríes. Varias veces. Yo tengo una risa muy fácil a las 9 de la mañana.

Después, una cierta locura en el photocall. Estaba Loles León, estaba Amaia Salamanca -por cierto, hay escena de sexo, por si esto les ayuda a tomar una decisión-, Mario Casas, el propio Alberto... y las chicas enloquecen y chillan y se llevan las manos a la cara y uno lo ve de cerca como lo ve de lejos, con las misma indiferencia. Como si las actrices fueran ellas, de tanto verlo por televisión.

A las 12, pasan "Bullying". Ya les digo, yo no quiero decir nada malo sobre nadie. Más que nada, porque igual esta noche conozco al director y es un tipo admirable y simpatiquísimo y yo me sentiré un mezquino si le pongo ahora verde, pero reconozcámoslo: la película es muy floja. Pocos medios, es cierto. Bienintencionada, por supuesto... pero muy floja. El hecho de que la pasaran doblada del catalán tampoco ayudó, quedaba todo muy impostado, no sé por qué no pueden poner subtítulos y punto. Un buen actor no tiene por qué ser buen doblador ni viceversa, el otro día lo hablaba con Sara Polo.

La propia palabra "bullying" se nombra como diez veces a lo largo de la película. Eso no es lo peor. Lo peor es que se explica unas diez veces. Muchas son. Demasiada pedagogía. Como diría la Chica Portada -¡ah, menuda es ella!-: "Vale, ya sabemos que el acoso escolar es un problema, ahora escribe un guión y haz una película, gracias".

Pero algo me dice que se va a llevar unas críticas fantásticas.

Porque siempre me pasa lo mismo.

Así que nadie se enfade, que probablemente sea culpa mía.

Los secretos de la fiesta de inauguración

¿Quieren saber qué pasa en la fiesta de inauguración de un gran festival de cine? Bien, a las tres de la mañana, los actores, actrices, directores, periodistas, algún tipo indefinido, etcétera, se reúnen en un autobús y empiezan a charlar.

Están cansados y al día siguiente tienen que ver películas, ese insalvable escollo.

El conductor, para amenizar, pone una cinta con chistes andaluces. Uno de los humoristas imita voces: Ruiz Mateos, Valdano, Luis Aragonés cuando entrenaba al Atleti... una chica cuenta uno de una vieja que va al ginecólogo. Ese tipo de humor. Poco a poco todo el mundo se calla y escucha. Son las tres y cuarto ya y en Málaga llueve demasiado. La gente se escucha y se mira. "Esto es un negro que..."

Al poco, además de escucharse y mirarse, se ríen. No queda más remedio. Algunos chistes son realmente brillantes. El conductor nos va dejando en nuestros hoteles o lo más cerca posible. La alfombra roja ha recogido tanta agua que los calcetines se empapan con solo pisarla.

Es la única solución. Si pisas fuera de la alfombra te vas al suelo.

viernes, abril 17, 2009

Primeras impresiones del Festival de Málaga


Resumidas en una: caos. Caos de gente en la salida del AVE, esperando a Hugo Silva y haciéndose fotos con Loles León. Caos en la entrada de los hoteles, caos en las inmediaciones del Teatro Cervantes, sede del Festival, y caos en la propia zona de prensa para conseguir la acreditación. Un claro exceso de gente. Una involucración exagerada por todos lados. No lo digo como algo malo, al contrario. Este Festival ha crecido tantísimo que parece un poco superado, la verdad.

La ciudad está llena de carteles y de trozos copiados de guiones esparcidos por el suelo. Una alfombra roja enorme te dirige al centro y te evita resbalones: llueve y yo llevo zapatillas de seco.

No puedo ir al estreno de "La Vergüenza" porque no quedan entradas, así que me voy al Albéniz a ver "Últimos testigos: Fraga y Carrillo". El cine-teatro está medio lleno y ya me parece bastante. Carrillo se maneja con una soltura envidiable a sus 94 años.

Son dos documentales distintos. El primero dedicado al ex-ministro de Información y Turismo con Franco, ex-ministro de Gobernación con Arias-Navarro, ex-líder de la oposición en Alianza Popular y ex-presidente de la Xunta de Galicia durante 16 años. Como él mismo dice, si su familia se hubiera quedado en Cuba, ahora podría ser Fidel Castro.

El retrato pretende ser amable, pero no sé si lo consigue. Hablan todos sus amigos y se pasa por los temas delicados de puntillas. Sin embargo, se ve algo y se ve muy claro: el Fraga autoritario, imponente, respetuoso hasta el asco con la "legalidad vigente". Salvando las distancias, uno mira a ese Fraga amable siempre teniendo que sacrificarse, "hacer lo que había que hacer", tomar la decisión impopular, y ve un Eichmann deportando judíos con una eficacia demoledora.

Un superviviente. Un animal político. Mandar por encima de todo, y si no, me enfado y no respiro.

Curiosamente, el documental sobre Carrillo aporta todo lo contrario: se le hacen todo tipo de preguntas incómodas: Paracuellos, por supuesto, el enfrentamiento con su padre -"entre mi padre y el partido, elegí al partido", dice orgulloso-, los años al amparo de Stalin, el descalabro electoral tras la dictadura... Carrillo es un idealista de lo más curioso. Un idealista pragmático. No queda claro si sólo le interesa el poder como a Fraga pero sí queda claro que sabe lo que cuesta: igual que para Fraga los muertos de Vitoria o los de Montejurra o los ejecutados por Franco con él de ministro eran "daños colaterales" admisibles en el bien superior del mantenimiento del orden, para Carrillo esas mismas muertes son aceptables con tal de subvertir ese mismo orden.

Dos tipos sin ningún escrúpulo moral. Uno cree en la legalidad, por muy ilegítima que sea. El otro cree en la Revolución, con Stalin y Ceaucescu de compañeros de viaje, si es preciso.

Sin embargo, Carrillo parece más listo. Fraga es más concienzudo y Carrillo, más listo. Cae bien. Es inevitable. Aunque en el repaso a su vida se ven rasgos aterradores -la propia frase "entre mi padre y el Partido elegí al Partido" es uno de ellos- el anciano líder del PCE lo lleva todo con una entereza y una elegancia que choca con la brusquedad del gallego.

La conclusión es la misma: no me gustaría tener a ninguno de los dos como enemigo.

Sarkozy, Zapatero y la muerte de la ironía


El presidente Sarkozy tiene un ego muy elevado. Esa es la impresión que da. Es presidente de la República Francesa y eso -especialmente para un francés- no es cualquier cosa. Conozco a gente capaz de darse aires por mucho, mucho menos.

El caso es que Sarkozy lee en la prensa la propuesta de reducción de publicidad en las televisiones públicas del presidente Zapatero y sonríe. Le parece que es igual que la suya y la considera una copia. Por supuesto, se siente halagado. Es una muestra de que su idea era buena. Si no fuera buena, ¿por qué la iban a copiar? Está reunido con unos cuantos diputados -algunos afines, otros no- y farda. Fardar es algo normal y que hacemos todos: "Zapatero me ha copiado lo de la tele".

Un diputado socialista, un poco cansado de tanto pavoneo, le dice: "Bueno, de Zapatero se pueden decir muchas cosas...". Es cierto, el propio Sarkozy ha dicho alguna en el pasado. Y Zapatero de Sarkozy. Su relación ha pasado por una campaña contra Segolene Royal y Zapatero en campaña es de los que no hace amigos, precisamente.

Sarkozy considera el comentario impertinente. No sólo porque se meta con Zapatero, que en el fondo le da igual, sino porque se mete con su idea. Contraataca: "Puede que el presidente Zapatero no sea muy inteligente, pero ha ganado dos elecciones. Conozco a gente muy inteligente que no ha pasado ni a la segunda vuelta", dice, refiriéndose a Lionel Jospin, ex-presidente del gobierno socialista francés que cohabitó con Chirac a finales del siglo pasado y que fue desplazado por Jean Marie Le Pen en la ronda final de las presidenciales de 2002.

¿De verdad nadie ha captado la ironía? Puede que en el fondo haya un acuerdo tácito común que establece que Zapatero no es muy inteligente, y el diputado socialista se esté apoyando en ese acuerdo para hacer su crítica, pero lo que es indudable es que Sarkozy le defiende. Usando el sarcasmo. Para no ser inteligente, no le ha ido nada mal, vosotros vais de inteligentes y mirad dónde estáis.

Bueno, pues como la prensa local -local francesa y local española- no permite que la realidad -ni siquiera la transversal- le estropee un buen escándalo, ayer tuvimos que soportar el comentario unánime de cómo se atrevía Sarkozy a insultar a Zapatero. Hasta el PP salió a defenderlo.

¿Defenderlo de qué?

Ay, la inteligencia, dónde quedó...