
El Barcelona perdió 1-0 en el campo del equipo más poderoso económicamente del mundo, campeón de las dos últimas ligas inglesas y habitual de las rondas finales de la Champions salvo el año pasado en el que perdieron precisamente contra el equipo de Rijkaard.

Bien, parece que eso cambia todo y el optimismo vuelve al "Marca" y el pesimismo cunde en el "Sport".
Porque, aparte de los datos objetivos están los subjetivos: esto es un negocio, hay que vender emoción, hay que rellenar periódicos y programas de radio y horas de televisión y no conviene -no le conviene a nadie- que un partido esté decidido antes de disputarse.
El fútbol es el reino de la subjetividad, así que nadie considere este post como una crítica. Sólo que los datos objetivos no me parecen dignos de tanta exaltación repentina. El domingo, a eso de las 23 horas, lo vemos.