viernes, agosto 12, 2011

Vida de chalet VIII. De Damon Albarn a Martin Amis


La noche del jueves acaba frente al televisor en una especie de "revival" inesperado: en un programa de la televisión inglesa -en el chalet tenemos satélite, ¿qué os habéis pensado?- un Damon Albarn cuarentón, con la sonrisa cínica que le ha dejado el paso de los años, presenta la actuación de Gorillaz y luego charla un rato con el entrevistador, en plan "¿Cómo se os ocurrió lo de mezclar música y dibujos animados?", a lo cual Albarn contesta, con cierta elegancia inglesa, que empezaron con ello en 1999, y dice el año de una manera tan lenta y marcada, que es imposible que el entrevistador no se dé cuenta de que está haciendo la pregunta doce años tarde.

Damon Albarn marcó mi adolescencia y mi juventud y le tengo por uno de los genios del pop de todos los tiempos a la altura quizá de Ray Davies, en ese escalón justo por debajo de los Beatles, que, obviamente, juegan otra liga.

Es un programa algo espídico que mezcla actuaciones en directo con pequeñas charlas, de alguna manera me recuerda a uno maravilloso que había en las madrugadas de La Otra y al que perdí de vista. Probablemente, ya no exista y en su lugar haya algún director de periódico digital mascullando "la que está montando Zapatero". El caso es que tras Albarn aparece Bobby McFerrin, también avejentado pero sin perder ni un gramo de su fuerza torácica, y hace una versión de "Smile" a capella, imitando con su voz todos los instrumentos, la base rítmica, como ha hecho siempre.

Por si eso fuera poco, para la semana siguiente anuncian a Hole y me pregunto dónde estaré yo la semana que viene y qué demonios le preguntará el entrevistador retro a Courtney Love, quizás algo del tipo "y cómo te va con el tipo ese, el cantante de... ¿Cómo se llama el grupo?".

Después cambiamos de canal y están echando "Beautiful girls", una película que probablemente haya perdido con el tiempo y se haya convertido sólo en un envoltorio decente para la maravillosa historia de amor entre Natalie Portman, a sus 13 años, y el perdidísimo Timothy Hutton. Lo que pasa es que la película ya está empezada, en la parte más aburrida, con la del "club de los cinco" haciendo de prometida adorable y Portman apenas aparece y no podemos recordar esa escena maravillosa en la que ella le pide que la espere cinco años y él contesta "I can´t play Pooh to your Christopher Robin".

Por la mañana me levanto con Natalie Imbruglia cantando "Torn" y desafiando cada primer plano. Nadie, nunca, ha estado más guapa que Natalie Imbruglia en ese vídeo. Quizá solo la propia Imbruglia en el vídeo de "Shiver". Me doy cuenta de que nunca saldremos de los 90 y a lo mejor es una pena y a lo mejor no.

En medio queda Martin Amis, su autobiografía llamada "Experiencia". Es acojonante desde la primera línea. No solo recrea imágenes imposibles, como su padre Kingsley disfrutando como un enano mientras veía "Terminator 2" -"una obra maestra, dice Amis que dijo su padre cuando la vio en los Odeon, llegando a los ochenta años de edad, y me pregunto: ¿Qué opinaría del primer disco de Blur?- o la frase anticipatoria de la página 17, escrita en 1999, cuando todo esto se estaba gestando:

"No es que en el futuro todo el mundo vaya a ser famoso un cuarto de hora: en el futuro todo el mundo será famoso todo el tiempo -pero sólo en su propia mente-. Será un remedo de fama, una fama "de karaoke". Pero en algo será idéntica a la genuina: en que será mala para la cabeza".

La fama antes y después de las redes sociales y sus concursos de popularidad: te agrego, no te agrego, te sigo, no te sigo. Puede que sea uno de los temas de nuestro tiempo. Diego me preguntaba ayer, antes del interrogatorio lunático, si al final acabaría escribiendo ese libro sobre el 15-M que serviría de excusa para hablar de todo menos del 15-M. "No", le dije, "si no me pagan por ello, no". Y es que llega un momento en la vida en que escribir no se convierte en una obligación moral sino en un trabajo.

No digo que a mí me haya llegado ese momento todavía, solo quiero decir que hay un momento en el que llega, y a ver si te va a pillar delante de un vídeo de Dani Martín, mirando a la chica preciosa que monta en bici.