Tenía ganas de escribir algo sobre Risto Mejide y creo que
esta noticia es una excelente oportunidad. He tardado tanto en decidirme porque hasta ahora no sabía si me caía bien o mal. Creo que me cae bien.
Quizás si lo pensara mucho y analizara en profundidad el personaje y su función dentro de ese engendro de programa que es "Operación Triunfo", especialmente desde que está en Telecinco, vería muchos puntos negativos. Pero, de momento, lo que sé de él -sus mejores momentos repetidos en cada zapping- me gusta. Dice lo que yo diría. ¿Que le pagan para decirlo? Sí, en efecto. Pero lo dice. Y me gusta escucharlo.
Diría que, gracias a él, prácticamente ya es insostenible que "OT" sea un programa de música. Es un programa espectáculo de odio y vísceras, como todos los de Telecinco. Es un programa de burla y destrucción, de juguetes rotos, un programa de caras bonitas para llenar parrilla. Un "Miss España" que dura cinco meses.
Ahora que la estrella es un tipo con pinta de chulo de putas, ya sabemos qué clase de programa tenemos entre manos. No hay equivocación posible. Antes sí, lo dice un fan de OT1 y, en menor parte, OT2.
También sabemos qué clase de programa quiere tener Luis del Olmo, por cierto. Bastante ilustrativo del estado de su carrera profesional.