Pocos análisis, aparte del recomendado por Arcadi, hacen hincapié en una cosa que parece obvia: los desaparecidos son mucho más tolerables cuando son ecuatorianos. La falta de urgencia por determinar si están vivos o no, la falta de interés, la pereza por conceder lo que casi todos tememos puede ser una cuestión navideña, languideciente, fin de año en el Edén... Sí, puede ser, pero me da que la conciencia respira mejor sabiendo que al fin y al cabo no son españoles, no son de los nuestros. En otras palabras, prácticamente, no cuentan.
Lo que tampoco quiere decir que las anteriores víctimas de ETA contaran demasiado en el citado Edén, pero bueno...
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