Coincide este momento clave de la temporada con la recuperación física de Eto´o y Messi y la mejora de Ronaldinho. Los grandes saben cuándo tienen que estar y si Ronaldinho es de verdad un grande lo tendrá que demostrar ahora y no sólo contra el Rácing. Del argentino y el camerunés no cabe esperar grandes cosas de momento, están recién salidos de lesiones graves y en el caso del delantero con la cabeza demasiado llena de pájaros reivindicativos.
Si, con todo, el Barça consigue enlazar una serie de cuatro victorias consecutivas -Valencia, Athletic, Sevilla y Real Madrid- se puede dar por campeón. Las ventajas aumentarían, como mínimo, a seis, ocho y diez puntos respectivamente. Probablemente, serían más. A esos cuatro partidos hay que sumarles los dos de Champions ante el Liverpool y el de Copa contra el Zaragoza.
Los de Rijkaard tienen por delante un mes de locura, siete partidos al máximo nivel, sin lesiones y sin excusas. Si lo ganan todo, pueden tener ante sí un año histórico. Un par de fallos les puede dejar al borde del fracaso absoluto. A partir de ahora, cada día cuenta.