Resulta extraño ver en un poster gigante de la FNAC las mismas caras con las que acabas de tomar un café y fumar un cigarrillo -que, a lo que se ve, viene a ser lo mismo-. Resulta extraño ver a Kim y a Mai atados el uno al otro, enésima visión de una portada que van a cambiar en la reedición cuando sólo unas horas antes estábamos charlando sobre el Palau de la Música, sobre Vanexxa, sobre Guillem Caballé, Maike Lüdenbach, Alejandro Martínez.
"Podríais arroparme cuando presente el libro en Barcelona", se me ocurrió decir, y a Alicia le pareció tremendamente entrañable. A veces soy así de frágil.
Un poco antes: en los estudios de Radio Sol XXI. Víctor Alfaro es un profesional de esto y un profesional con mucho futuro. A mí me falta instinto, claramente. Ni siquiera sé activar el volumen de los cascos y entre canción y canción charlo con los chicos sobre cualquier cosa, por ejemplo, cortometrajes. Raquel, callada, presta atención a la música que pone su chico.
Nada de la tensión del Búho Real, al contrario. Sonrisas desde el principio, reconocimiento desde el principio, sin necesidad de empezar desde cero. Alex Martínez interviniendo en directo... todo familiar y cómodo.
Salimos de la emisora, calle San Bernardo casi a la altura de Gran Vía y Mai propone "hacer un café" que es la traducción catalana del "tomar un café" madrileño. Y ahí los cuatro: Kim, Mai, Alicia y yo repasamos Premios de la Música y otras actividades. Entrañables los cuatro, terriblemente entrañables. Quizás algún día ellos verán mi foto en un poster de la FNAC y les resulte extrañísimo.
Tan extraño como ese actor con billetes de 20 euros por todo el cuerpo y que estaba rodando algo en plena calle Preciados. Un corto, un anuncio, un reportaje... Un señor me preguntó y yo le contesté la verdad: que no lo sabía.