jueves, noviembre 23, 2006

Vanexxa, una doble incógnita por resolver


Contrastes: la gran discográfica "indie", Subterfuge, con sede en pleno barrio de Chamberí, frente a la flemática embajada británica, en un edificio antiguo con ascensor improbable, de los que suben y bajan muy lentamente, con rejilla, incluso con un pequeño asiento para los ancianos y niños. Aires de postguerra.

Vanexxa convertida en Vanessa -o en Vane, en los labios de Gemma-, sin maquillaje, ni sombrero, hasta el punto que se convierte en alguien casi irreconocible. La percepción inmediata del miedo y la inseguridad: no hago más que hablar de mí. Una presencia que impone, unas vivencias que imponen aún más.

De Vanexxa se pueden decir muchas cosas pero, desde luego, una no es que no lo tenga claro.

Hay gente ante la que te creces y gente ante la que te sientes pequeñito, pequeñito, casi diminuto. Estamos ante el segundo caso. Nada que ver con una cuestión de falta de amabilidad o descortesía, todo lo contrario. Ella estuvo perfecta. Yo no estaba allí, simplemente. Demasiada angustia, demasiados miedos. Creo que nunca lo he pasado peor en una entrevista.

Con todo, se sufre pero se aprende, porque de Vanexxa, criada en el duro mundo de Cristina Rota, forjada en la calle y el desencanto, se aprende mucho. Sabe todo lo que yo no sé y además sabe que no lo sé. Se nota demasiado.

Debería de ser una de las mejores entrevistas que haya publicado nunca, porque pocas veces el entrevistado se impone con tanta fuerza, con tanta energía, toda la que desplegaba en "Pero, ¿quién mató al teatro?" -ya decía yo que esa cara, esa otra cara, me sonaba- y en "Se rompe o se raja", su disco de presentación con nombre nuevo.

Una doble equis intercalada que sirve de incógnita por resolver. Música para oídos inteligentes. Un problema de álgebra, pero con solución. Sólo hay que escuchar bien. Intimidado o no, eso depende de cada uno, pero escuchar. Sí, hay que escuchar.