Después de la derrota en la final de Roland Garros, Mats Wilander negó que Federer fuera un gran campeón y le acusó de "no tener bolas" y acobardarse ante Nadal. Desde entonces, el suizo ha jugado 48 partidos, de los que ha ganado 47. La única derrota vino ante Andy Murray y tiene un asterisco: era su séptimo partido en ocho días, venía de jugar apenas trece horas antes.
De esas 47 victorias, dos han venido ante Nadal, precisamente. Una le sirvió para ganar su cuarto Wimbledon consecutivo, la segunda (6-4, 7-5) le ha colocado en la final del Masters. Un partido precioso, intenso, emotivo, no había más que ver la cara de Federer cuando su revés tocó la línea y cómo ambos jugadores se sonreían al darse la mano.
Hay que agradecerle a Nadal lo hecho este año. Su temporada ha sido muy buena: cinco torneos, entre ellos Roland Garros, Roma y Montecarlo, más la final de Wimbledon, semifinales del Masters, cuartos de final del US Open. Es, indiscutiblemente, a los 20 años, el mejor jugador español desde los tiempos de Santana y Orantes.
Pero, si bien para considerarle el mejor de la Historia, a Federer aún le falta Roland Garros, lo cierto es que cuando alguien juega en un mismo año las cuatro finales del Grand Slam, la final del Masters, otras seis finales de Masters Series y cinco más de propina para un total de 16 finales y, de momento, 11 victorias, es muy difícil negarle que ha jugado la mejor temporada humanamente posible.
Lo dicho: 17 torneos jugados, 16 finales, 11 victorias a falta del partido contra Blake del domingo, 91 partidos ganados y 5 perdidos, ante únicamente dos rivales distintos.
Apunten esos números porque no los van a volver a ver en mucho tiempo.
El Estado es un sensor
-
*por Yaiza Santos*
Enumeró, en contra de su costumbre, lo que hasta ese momento había
declarado el señor Víctor de Aldama ante el juez. Por ejemplo los p...
Hace 12 horas