Corregir un relato de 17 páginas es complicado. Más que escribirlo. Siento que, ahora mismo, podría escribir cualquier cosa y en absoluto estoy diciendo que eso sea bueno. Me sentía orgulloso de haber escrito tanto, pero ahora me siento frustrado: el relato se hace demasiado largo, la idea inicial -de hace un año- supera con mucho el desarrollo de la semana pasada...
Paciencia. Es lo único que me hace falta.
Quizás no lo único, pero sí lo que más.
Y Mai reaparece y promete invitaciones a cambio de conocer a Christina Rosenvinge y me pregunto qué tendrá esa chica para que consiga fascinar a tanta gente tan diversa y hasta qué punto ella es consciente de esa capacidad magnética.
Supongo que sí. No me atreví a preguntarle.
La prosa ultratroz de Pedro Sánchez
-
*por Yaiza Santos*
No podía ser de otra manera y, al día siguiente de la carta inconcebible de
Sánchez, la examinó con Santos al detalle. Grano de pus re...
Hace 1 hora