Esta tarde, me encuentro con este inquietante mensaje:
Un año más, alguien, todos, nos convocamos a reunirnos en las ruinas de Belchite, en un gesto digno y honrado de poner decoración y paisaje a la creación de los artistas aragoneses.
La dureza, incomprensión, esfuerzo, cabezonería y alegría natural, se ven así reflejadas en esta perfecta metáfora que significa Belchite:
Época: Invierno / Día: incómodo (domingo) / Hora: jodida (12 mediodía) / Lugar: ruinoso / Proyección: nula
Subvenciones: inexistentes
Invitación formal: "Si eres creador, compositor, poeta, escritor, pintor, cantamañanas, soplagaitas, etcétera, y has publicado algo en este año de 2006, puedes acudir a Belchite, donde dispondrás de 3 minutos para hacer o decir lo que quieras".
Y no he podido evitar darle vueltas a lo de siempre: ¿soy escritor, creador, compositor, poeta, cantamañanas, soplagaitas... qué cojones tengo yo que contar en tres minutos y por qué estas cosas tienen que hacerse en grupo y no de poco a poco, en parejas como mucho?
¿No hay algo contradictorio en apelar al talento y colgarlo luego en un escaparate?, ¿qué tiene que ver, en sentido estricto, la creación con la publicación?
Por lo menos, tengo algo claro: no soy pintor. Ni siquiera me gustaría serlo.
Ojo, no estoy diciendo que no sea una propuesta atractiva, ni valiente, ni divertida. El adjetivo es "inquietante" y en mi boca es incluso un elogio. De hecho, si la cito aquí es para divulgarla de alguna manera. Transmitir la inquietud a otros creadores, si es que aún quedan.