El Madrid no juega mal. Eso es un eufemismo. Se limita a plantar once jugadores en el campo y esperar el milagro. Habitualmente, llega. ¿Le dará eso para ganar algo este año? Es improbable. No siempre se gana 1-0, no siempre el contrario falla todos los goles, no siempre los dos delanteros del rival se lesionan a la vez...
De momento, la diferencia en puntos sigue siendo tres. La buena noticia para el madridista: jugando tan mal, la distancia es minúscula. La mala noticia: teniendo tanta suerte, sólo van terceros.
De hacia qué lado acabe rompiendo el equipo dependerá su destino. De momento, más que blanco, parece negro. Los milagros, además de esperarlos, hay que merecerlos.
Entradas
