martes, noviembre 07, 2006

Secretos y mentiras

Ah... la adrenalina, esa mala consejera política. Qué fácil es hacer el ridículo y qué innecesario. Por ejemplo, el 11-M... la necesidad de desvincular a ETA por completo del atentado, aún sabiendo de las infinitas ramificaciones que el propio sumario judicial reconoce y que pueden llevar a que, en un momento dado, un Henri Parot de turno acabe como cómplice necesario.

¿Por qué descartarlo? No es absurdo pensar que alguien de ETA estuviera vinculado con los autores del 11-M. Sí es más absurdo insinuar que detrás de esa vinculación estaban el PSOE y los servicios secretos del Estado. Pero, si estamos seguros de que esa teoría conspiratoria caerá por sí misma... ¿a qué el empeño en defender a ETA? Que investiguen, no es tan grave.

Pareciera que el Gobierno está ligando su suerte a la de los terroristas en demasiados aspectos y, ¿es eso realmente necesario? Hubo unas elecciones, les votaron, las ganaron. Punto.

O, por el otro lado, rasgarse las vestiduras en Ciempozuelos, en Seseña, en Marbella... asegurar a grito pelado que "nadie del PP está metido en escándalos inmobiliarios"... y que a las horas aparezca el alcalde de Telde con todo su equipo y acabe en la cárcel como imputado. Es increíble que no se den cuenta: los partidos, al final, no son sino sus militantes y cargos públicos. Seres humanos. Imposible responder por todos ellos.

Demasiadas mentiras, demasiadas. La última en Libertad Digital:

Mientras aparecen en público esas fórmulas, menester sería que los dirigentes del PP no se ofuscaran con el nuevo fenómeno político surgido en Cataluña, Ciutadans, y tratasen de reconducirlo por el camino que esta fuerza política les señala en su genérico ideario: lo importante es España, nación democrática, y lo secundario son los nacionalismos

Hasta donde yo llego, lo importante para Ciutadans no es España, sino la posibilidad de coexistencia ciudadana por encima de naciones, del tipo que sean. La vuelta al protagonismo de la sociedad civil. La expresión "Lo importante es la nación y lo secundario son los nacionalismos" sólo se puede entender de una manera muy compleja, de lo contrario pareciera que se trasvasa una nación por otra.

Y no es eso, insisto, no es eso. Son los ciudadanos. Ciu-da-da-nos.