Mañanas dedicadas a guiones literarios sobre muertes y eternidades, relatos truculentos, intercambio constante de personalidad desde el autor a los personajes y vuelta. Vida en una especie de esquizofrenia constante. Psicoanálisis nocturno recopilando posts desaparecidos y pensando -temiendo- que la cantidad impide la estructura y que quizás haría falta sacar dos o tres libros y eso no va a ser posible, así que ¿cómo hacerlo?
Lo dicho, una batalla entre el yo autor y el yo personaje. Observador y participante.
Y en medio, el mundo envuelto en recetas de ansiolíticos. Angustia. No se puede correr siempre por delante de la realidad, ya quedó dicho. No se puede correr siempre, de hecho.
Todo sobre mi RAE, la loca academia de la lengua
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Cuando Dios creó el español, otorgó al hombre la potestad de emplearlo a su
antojo. Para entendernos entre nosotros, sin embargo, pronto se impuso la
neces...
Hace 1 hora

