A la prensa no le gusta cómo juega el Barcelona. Es normal. El partido ante el Mallorca fue más bien flojo y sin chispa ni contundencia. Claro que, cuando uno piensa en chispa, piensa en Eto´o, Messi, Saviola, Xavi... y estaban todos lesionados. Cuando uno piensa en contundencia, imagina a Edmilson o a Puyol, y, bingo, también lesionados, el capitán a lo largo del partido.
De momento, el Barcelona, una vez superada la parte dura del campeonato, tiene un solo objetivo: sobrevivir. Tiene tres puntos de ventaja sobre el Madrid y si va sumando victorias en casa lo más probable es que mantenga la diferencia para cuando vuelvan todas las estrellas. Si a eso se le unen dos triunfos en Liga de Campeones puede resultar que los de Rijkaard lleguen a finales de enero líderes, en octavos de la Champions... y con todos sus jugadores recuperados.
Y, entonces, quizás, la prensa no sea tan crítica.