La fascinación por noviembre, sin tener claro en absoluto su origen. Algo que ver con el otoño, con el segundo mes de curso, quizás. La consolidación de algo. Noviembres del pasado: 1993, la Chica Langosta rechazando todos mis planes de cópula y yo, digno, dignísimo, decidiendo que no la volvería a llamar ni a hablar ni a preocuparme por ella.
Con el éxito que se puede apreciar en este mismo post.
Noviembre fue un mes de pequeños cataclismos sentimentales el año 2000 -el once del once del once hizo once años, pero yo no quise exhibirme entonces, me pillaría en alguna conferencia express...-y quien dice "pequeños" podría decir "brutales" pero el tiempo lo cura todo. "Noviembre" fue el nombre de mi primer relato como tal. Hasta entonces escribía "historias". Yo era muy consciente de que escribía "historias" precisamente para poder mandárselas a la Chica Langosta. Momentos sueltos. Narraciones de un tiempo y un espacio, en concreto, Cantoblanco.
"Noviembre" pretendía ser distinto: jugaba con personajes, conflictos y resoluciones amargas, el primero de mil relatos iguales. Lucía me acompañó a Aluche para entregarlo en un centro cultural y optar a un premio que por supuesto no me dieron. "Noviembre es un mes en el que cualquier cosa es posible...", así empezaba y así apareció publicado en 2006 dentro de "
Pequeños objetivos".
A partir de determinado momento, noviembre se volvió un mes fetichista. Me enamoré de una chica del 12 de noviembre y después de una del 14. Tres años después de aquello volví a conocer a otra chica de ese mismo día y volví a enamorarme. Desde entonces tengo mucho más cuidado, aunque el 14, siempre el 14...
En un mundo mejor, un mundo sensato, sin primas de riesgo, los meses tendrían 28 días o como mucho 29. Febrero lo dejaríamos en 26. El once de cada mes se eliminaría de entrada, sin más, por su sucesión de tsunamis, terremotos, atentados y rupturas a bocajarro. Después vendría el catorce. Si las chicas no se empeñaran en nacer los días 14, mi vida sería mucho más fácil. Sé que es injusto culparlas a ellas de eso y no a sus padres, pero el caso es el mismo: nueve meses antes de ese nacimiento seguía siendo 14 de algo.