martes, noviembre 08, 2011

Manuel Campo Vidal: el periodismo en España


Durante casi 24 horas la televisión pública hace promoción directa de dos partidos políticos y en concreto de sus dos candidatos. Como si fuera la "mosca" de la cadena, las fotos de Rubalcaba y Rajoy toman el poder de la pantalla para que todo el mundo los vea, solo a ellos dos, hora tras hora, nieve o llueva, Berlusconi dimita o no, el Athletic empate o Cristiano marque de tres en tres. Rubalcaba y Rajoy. Rajoy y Rubalcaba. Publicidad gratuita al servicio de todos los españoles para anunciar un debate que era un esperpento de entrada y lo siguió siendo durante dos horas.

¿Un debate? Tonterías. Uno preguntaba al otro y el otro no contestaba y acusaba al uno y el uno se enfadaba y al final quedaba claro que "y tú más" y que "como voten al de enfrente ya verán". Pero, ¿cómo no votarles si llevan todo el día en la televisión, en la pública, ahí con sus caras, las únicas opciones posibles? "La abstención no da becas", dice Rubalcaba, pidiendo el voto. La asociación de ideas: debate-elección-voto. Abstenerse en este país es no votar a PP o PSOE. No votar a PP o PSOE es ir en contra de las becas.

Váyase usted a tomar viento fresco con la página 116 del programa del PP.

Pero yo quería hablar de Campo Vidal. Manuel Campo Vidal, el tío de las corbatas, que decían Faemino y Cansado. Campo Vidal mamporrero de entrada, mamporrero de salida y completamente paralizado en el intervalo. Campo Vidal es la prensa en España, su representación: no molestar, limitarse a dar por bueno todo lo que digan los de arriba, no entrometerse. Cronometrar. El periodista como cronometrador sonriente, en eso ha quedado la profesión.

Y el último discursito: "Apasionante, vibrante, lleno de esperanzas y de futuro". Qué mierdas me estás contando, Manuel, qué mierdas me estás vendiendo. ¿Desde cuándo un periodista independiente es el jefe de prensa no de un partido sino de dos? Dar las gracias, vale, pero encima dorarles la píldora. Dorarles más la píldora.... No sé qué quieren, no sé qué esperan: fuera todos los que molesten, fuera las ideas, muera la inteligencia. El sistema partido por la mitad. El Sistema, esa palabra horrible propia de paranoicos.

Yo me estoy volviendo un paranoico y me da miedo, pero es lo que veo: veo su persecución en mi pantalla mientras intento seguir el reportaje de las motos de ayer, veo las glosas de sus jefes de campaña, sus compañeros de partido, su claque de periodistas a sueldo por decir lo que tienen que decir, lo que les ordenan decir... Veo al moderador sonriendo, hecho figura de cera, para no molestar a los dos jefes de redacción. Los dos directores. Y luego el peloteo barato, el peloteo de ex-jefe de informativos.

Hablamos tanto de la política que nos olvidamos de la prensa. El pequeño periodista, el valiente, podrá quejarse de la generalización tanto como se queja el político de ayuntamiento y jornada laboral, pero el resto da pena. Se puede tirar para adelante con políticos mediocres, pero no con políticos mediocres que controlan todos los medios. La democracia se sustenta en la prensa libre, mucho más que en los votos. Hoy nos han hecho creer que solo había dos partidos en este país y que esos partidos tenían programas apasionantes y mandaban unos mensajes llenos de ilusión.

Con dos cojones.

El periodismo en España. La rémora del periodismo en España envuelto en el "y tú más" constante desde hace décadas. El periodismo como brazo armado del bipartidismo y la manipulación. Una lástima. Manuel Campo Vidal como imagen del pelele. Una farsa. Una burla. Espero que todo el mundo lo haya visto. Espero que todo el mundo se haya dado cuenta de que le estaban estafando. Vengan el lunes que les ha tocado una vajllla, sin condiciones, y vuélvanse con la puta enciclopedia, sus veinte fascículos revisados y encuadernados. Todo atado y bien atado.

Habíamos visto a periodistas aceptar ruedas de prensa sin preguntas y vídeos editados. Ahora, además, aplauden.