Recojo a Lichis en el Café Comercial. Está con "papichu" y su sobrino, tomando unas cañas. Nos presentamos justo a tiempo para ir yendo a Clamores. Tiene una apretada agenda por delante. Quiere ver a su amigo Daniel en Clamores a las 10 y a las 11 empieza el concierto de Outro Jazz, con los que ha colaborado de bajista durante años, en el Café Marula.
Lichis está tranquilo y feliz. Da gusto verle tranquilo y feliz. Fantasea con la idea de volverse a Madrid a vivir, buscar un piso de alquiler aquí y grabar el disco en el estudio de su casa de Terrassa. Por cierto, el disco no será un recopilatorio, finalmente. Vamos, puede que haya recopilatorio y puede que no, pero, de momento, lo que habrá será un disco nuevo -"tirando a rock-folk muy básico, muy simple"- y luego ya veremos.
Acaba contrato con Dro.
Entramos en Clamores, pero Daniel no está. Además, la chica que nos recibe no es demasiado simpática, así que nos vamos sin problemas afuera, Lichis llama y acabamos en la Casa de la Cerveza viendo cómo Daniel intenta pedir un carajillo, sin demasiado éxito. Me cuentan sus batallas juntos, a mediados de los 90, comentamos las declaraciones de Leyva, de Pereza, en la gala de los 40 Principales -"¿qué le pides al año que viene?" "que Lichis esté aquí"- y volvemos a Clamores, donde todas las mesas están llenas, así que nos tomamos un cubata en el camerino.
Daniel parece un tipo tímido -"ahora tengo que hacer reír", dice, antes de despedirnos y subir al escenario, como si no fuera lo que más le apeteciera en ese momento- pero nos invita a copas y galletitas saladas. Las clásicas galletitas saladas de Clamores y Galileo. "Es la primera vez que estoy aquí", dice, sorprendentemente, Lichis, mientras una chica llamada Rosario nos echa la bronca por colocarnos delante de ella en la barra.
El concierto comienza. Más que un concierto es una función teatral, una especie de monólogo con canciones. La gente se ríe. Lichis se ríe y hace la señal de los cuernos. Yo me río. Especialmente con las canciones. Lichis presume de la calidad y la cantidad de sus amigos y se va a demostrarlo al otro bar, antes de que acabe la actuación.
Yo me quedo un rato más, los jueves son muy traicioneros.
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