Resumen hasta la fecha: 10 largometrajes, 11 cortos, 2 documentales, 1 fiesta, 0 mujeres. Números tristísimos para un treintañero aún adolescente, lo sé.
Así que me voy a tirar un poco el rollo y voy a hablar del famoseo de Málaga, o de mi propio famoseo, que no tiene por qué ser lo mismo. En una frase: voy a demostrar a los incrédulos que sí, que tengo amigos.
Ayer, por ejemplo, estuve con Alberto Amarilla, por fin. Coca-cola rápida en su hotel -estaba enfrente del mío y yo sin saberlo- antes de que se volviera a Madrid en AVE. Vernos aquí había sido imposible: Alberto es una especie de celebridad local, pese a ser cacereño, y protagoniza "Fuga de cerebros", que ha sido la gran atracción entre la juventud malagueña, así que ha estado demasiado requerido estos días como para hacer una quedada en condiciones.
Pero Alberto es un encanto. De esa gente con la que te encuentras dos veces y ya sabes que te vas a llevar bien y de manera nada forzada. No es que seamos los mejores amigos del mundo. Tampoco es la idea. Pero podemos charlar de Orson Welles o de la vida después de la muerte, y eso ayuda mucho a pasar el rato, ventanas abiertas en el Hotel Larios, la Plaza de la Constitución hirviendo de adolescencia.
Tras los cortos, me encontré con Millán Vázquez, co-fundador de la agencia Freak. Millán y yo fuimos "enemigos" profesionales durante unos meses, los siete que yo trabajé en Lolita Peliculitas, la competencia. Afortunadamente, eso a los dos nos da igual. Él entiende que yo me lleve bien con Mar sin que eso quiera decir que me tenga que llevar mal con él, y yo entiendo que él lo entienda. Me consuela además saber que pensamos más o menos de las pelis proyectadas hasta ahora. Más o menos. Lo que él piensa exactamente no lo puedo contar. Lo que yo pienso lo pueden leer más abajo, hasta que se aburran.
Hoy, tras el pase de las 9 y el cambio de hotel -estoy en uno mucho más barato, pero entrañable- estuve en la proyección de "el corto de Salvados", del Follonero y su gente. Una especie de "happening" para su programa que estuvo entretenido. A la salida me encontré con Miriam, responsable de prensa de Almería en Corto y con Raquel, y como ninguno teníamos demasiado que hacer, nos unimos a Jordi y a su gente a tomar algo y perseguir a Antonio Banderas, un hombre experto en esconderse.
Yo soy un gran admirador de Jordi Évole. Lo era desde los tiempos de "Buenafuente" y "Salvados" me parece un gran programa, que mejora cuando es temático. Le pido permiso para ver cómo graban y él dice que vale, pero que queda poca cosa. Vamos a la rueda de prensa de presentación del proyecto que produce Banderas, él, con la vieja lata de celuloide que esconde el DVD de su "trailer". Banderas es un tipo enérgico y tremendamente atractivo, a sus 50 años. Vigoroso y andaluz. Imposible que te caiga mal. No conozco a nadie, de hecho, que le tenga manía a Banderas y en un país tradicionalmente envidioso, eso dice mucho de él.
En fin, que Banderas presenta el proyecto, Jordi le da la lata, la gente de prensa se impacienta y se enfada, yo me voy justo después y entro en plano, los cámaras se enfadan conmigo -los cámaras siempre se enfadan, es un tema a estudiar- y me voy con mi pie algo mejor a comer solo, no vaya a ser que tanta gente alrededor me abrume...