domingo, abril 05, 2009

Medina del Campo XVI. Despedida y cierre


Bien, ¿qué puedo contar?

¿El palmarés del Festival? Eso sería muy largo y se puede resumir fácilmente poniendo este enlace y punto. Si quieren un resumen, diré que los premios del Jurado fueron para "Él nunca lo haría" y "The end" y el del público -que es el principal en Medina- para "Lala", el excelente corto de Esteban Crespo. "Pulsiones" también se llevó unos cuantos premios.

¿La noche de después, con concierto de Vanexxa incluido, cóctel para invitados, Elena Anaya guapísima, Aida Folch tres cuartos de lo mismo, cortometrajistas, productores, actores, actrices...? Bueno, con eso hay que ser cauteloso, porque, como es obvio, mucha gente no quiere que se hable de ellos y al fin y al cabo eso forma parte de la intimidad de cada uno. ¿Cómo van a ser naturales en una fiesta conmigo si luego vengo yo aquí y lo largo todo? Por ejemplo que...

No, no. En ningún caso. Sólo lo de Elena Anaya y Aida Folch, pero porque ustedes han visto fotos y saben que es verdad, no es ninguna cosa que esté descubriendo yo ahora.

¿Qué más? ¿El propio concierto de Vanexxa? Bueno, a mí me gusta más el primer disco que el segundo, pero hay que reconocer que el segundo está bien, que el espectáculo merecía la pena y que la discoteca-antes-conocida-como-Zeus no es el sitio con el mejor sonido del mundo. Además, después del concierto estuvo realmente maja. Me llamó Manu, es cierto, pero sí parecía acordarse de mí. Por esto.

Sí, podría hablar algo de eso, pero andaba un poco difuso, yendo y viniendo, como siempre, con Álex Montoya, con el impagable Manuel Burque, con los chicos donostiarras de "Pim, pam, pum", con Agost y Julia... Vamos, que no estuve del todo atento. Que a mí me pareció que bien, pero que tampoco se fíen.

¿Hablo de mí entonces? ¿De números? Vale: al final han sido 51 cortometrajes, 15 largos, 18 videoclips (sin contar los de la exposición ad-hoc) y tres libros leídos (McCarthy, Arcadi Espada y una psiquiatra suiza que hablaba sobre las experiencias al filo de la muerte. Yo soy así).

¿De sensaciones? Que necesito un representante, cada vez está más claro. O un relaciones públicas. O un psicólogo especializado en este tipo de situaciones. Porque yo no doy abasto entre tanta expectativa. Porque creo que tengo el talento pero no sé si tengo el valor de ir peleándome por ahí consiguiendo emails, teléfonos, insistiendo, mostrándome, aceptando el rechazo, jugando... y a la vez seguir divirtiéndome. Pero si otro lo hace por mí, encantado. Igual nos va bien a los dos.

¿De la nostalgia? Sí, claro. Es normal. Cuando ves el cartel, por ejemplo. Cuando te despides del recepcionista, cuando pasas por el Auditorio a darle la mano a Eduardo por última vez o cuando ves que están limpiando el Coco´s de la noche anterior y te acabas tomando un bocata de lomo en la barra de un bar porque es lo que hay... Claro que hay nostalgia, es normal. Diría, incluso, que ayer más que hoy. Hoy había tantos ramos en un solo domingo que casi necesitaba salir de ahí cuanto antes.

¿Qué más? El cansancio. Sí, el cansancio es un tema cuando no se duerme y luego hay que llevar dos mochilas hasta arriba de cosas y pasas dos horas y media en el tren de vuelta y resulta que el iPod se ha quedado sin batería porque -torpe, más que torpe- resulta que se me olvidó bloquearlo. El otro día le mandé unos 30 mensajes en blanco a mi abuela, así que, claramente, puedo superarme.

En dos semanas, Festival de Málaga. Promete mucho.