Obviamente, yo no sé la verdadera importancia de la llamada gripe porcina. Imagínense que yo lo supiera y me lo estuviera callando. Menudo fulano. No, no lo sé. Es difícil saberlo cuando todos los medios están tan empeñados en narrar el apocalipsis. Obviamente, sería el gran sueño de todo periodista: ¿Qué mejor noticia para dar? El fin del mundo. Lo han visto en tantas películas.
Antena 3 dedicó 25 minutos de su informativo a hablar de un fantasma. Todo lo que sabemos de la gripe esta es fantasmagórico. Ha habido muertos, sí, pero no sabemos en qué circunstancias. No sabemos tampoco si el número de muertes por gripe porcina excede en demasía al de gripe normal. Alarmados, muestran un mapa en el que hablan de los 20 casos de EEUU como segundo país afectado. ¡20 casos en un país de 250 millones de habitantes! En España, no sabemos. Dicen que 25 pero confirmado hay uno. Y no parece grave. Fuera de México, de hecho, hay 129 casos sospechosos y 49 confirmados. 49 sobre 6.000 millones de habitantes.
Se confunden los términos: una enfermedad que causa muertes no es una enfermedad mortal salvo en el uso más ligero de la palabra. La gripe no es una enfermedad mortal, aunque pueda derivar en otras enfermedades que, dependiendo del afectado, degeneren en la muerte. Una enfermedad con muchos casos y una clara transmisión entre humanos es una epidemia. La calificación de epidemia es puramente estadística: tantos casos por número de habitantes. No es un drama. Hay epidemias de manera más o menos constante y el mundo no se acaba por eso.
Una pandemia es una epidemia que traspasa fronteras. Eso es todo. Una epidemia global. Es normal que la OMS eleve los niveles de alerta, aunque no prohibe los viajes ni nada de eso. No parece que haya un excesivo índice de mortalidad con este virus. No lo dicen así los periódicos, los mismos que parecen disfrutar con este espectáculo. Menos que las televisiones, pero también.
Me irrita sobremanera, ya se habrán dado cuenta.
Reconozco que hay cosas que son ciertas: en México D.F. han cerrado los colegios. Eso no se hace con una epidemia de piojos, de acuerdo. Hay más de 100 muertos y eso no es una tontería. Sobre todo si efectivamente el número sigue creciendo. Es una desgracia, de acuerdo, y desde luego ellos lo están viviendo como una auténtica desgracia. Con miedo. Pero todo ese rollo de las mascarillas en los aeropuertos europeos, de las señoras corriendo a hacerse analíticas "para quedarse más tranquilas". Hace poco hubo una epidemia de meningitis en España y créanme que la meningitis es mucho más grave que la gripe porcina.
A nadie se le ocurrió ir al hospital porque le doliera la cabeza. Si a alguien se le ocurrió, no le valió un minuto entero de telediario.
La muerte, el morbo como espectáculo. No es algo nuevo, por supuesto. Información, la justa. O no. Simplemente, mal colocada. Un breve en el lado derecho: "la gripe porcina difícilmente se contagia entre humanos y no es especialmente peligrosa". Aunque es una gripe, claro.
Estamos tan empeñados en morirnos. Resulta curiosísimo. Pero empeñados de verdad. Un día tengo la sensación de que lo vamos a conseguir.