Aguanten un poco más. Queda esto y el clásico post con los premios, mi viaje de vuelta, la nostalgia -oh, qué feliz he sido y cuánto lo recordaré siempre- y el recuento de "he visto 59 cortos, 73 vídeos, 134 largos, etc.".
Empecemos por "esto":
Agost, su novia y yo tomamos la enésima hamburguesa en la Cómic, pero es que hay que reconocer que están buenas... Nos metemos corriendo al pase de las 11 y resulta que el Auditorio está lleno pese a la hora. Hay una explicación: pasan los cortos de la Escuela Municipal de Cine. El localismo hace furor. No es tiempo de competición ni de crítica sino de disfrute. Es bueno que el Festival cuide a su gente y premie su entusiasmo. Sin entusiasmo no hay creación ni hay nada.
Los cortos no sé si son buenos, malos o regulares. Quiero decir, hay de todo. Pero están hechos con una ilusión tremenda y la gente se ríe y aplaude como no ha aplaudido a Chapero Jackson, por ejemplo, y salen las calles de Medina y su gente y los chicos y chicas de la Asociación ASCEDIS están como locos con sus trabajos. Para el que llega por primera vez a este Festival, los chicos y chicas de la Asociación ASCEDIS son un auténtico misterio, porque llevan su entusiasmo por la proyección al extremo y nadie sabe que son disminuidos psíquicos. Nadie lo sabe porque nadie les trata como tales. Y yo no voy a decir que eso a veces no sea molesto para el espectador, pero luego piensa en qué importancia tiene el espectador en todo esto y lo bonito que es que no se pierdan un pase, con sus acreditaciones y sus mochilas, apuntando votaciones para el jurado joven -aunque algunos no son jóvenes desde hace mucho- y se escandalicen y se rían a carcajadas y comenten en voz alta y se hagan fotos con absolutamente todos los "famosos" que pasan por el Auditorio.
Conmigo no, porque no lo soy, se lo expliqué con todo mi cariño.
Después de los cortos locales, los cortos de la Maratón de Cine. Son cortos que se graban durante el primer fin de semana, con un tema que se da el mismo viernes. Decepcionantes todos menos uno, el de Araújo y Burque, que no sólo no es decepcionante, sino que es abrumadoramente brillante. Diálogos rápidos, buenas actuaciones, un prodigioso sentido del humor, localización única... Estos dos chicos -son los de "Quid pro quo"- van a dar mucho que hablar, y si no al tiempo.
Y, bueno, después de todo este previo, llega la peli que esperaba desde el principio del Festival: "La historia completa de mis fracasos sexuales", de Chris Waitt. Es una película que ya esperaba en Madrid pero que pasó por ahí tan fugazmente que ni siquiera me dio tiempo a planear ir a verla. De hecho, estaba convencido de que nunca se llegó a estrenar, pero por lo que comentan aquí sí que lo hizo.
Es una excelente película para viernes noche además: un enloquecido director independiente, con 30 años y una vida -no sólo sentimental- absolutamente caótica, decide hacer un reportaje sobre sus ex-novias, para averiguar por qué todas le han dejado. El documental es una locura absoluta, tanto que uno se plantea si de verdad es todo real, porque entonces no hacía falta muchas preguntas: bastaba con verle la cara de loco y cómo tenía la casa para saber que no es fácil vivir con un tipo así.
¿Han visto "Notting Hill"? ¿Recuerdan al compañero de piso de Hugh Grant? Pues así, pero con más pinta de emporrado.
Ante la constante negativa de sus ex novias a ser entrevistadas -casi todas le odian o por lo menos no quieren volver a saber nada de él, brutal la entrevista con una chica que le obliga legalmente a no pronunciar su nombre en todo el reportaje, de manera que cada vez que se refiere a ella suena un pitido-, Chris pasa a contarnos sus problemas severos de impotencia. A veces parece "Borat" aquello de lo absurdo que es, piensas "no es posible que esto esté pasando de verdad y no haya guión".
Pues parece que no.
El colmo del disparate llega cuando se toma seis viagras con cerveza y se va por las calles preguntando si quieren follar con él, hasta que la policía lo detiene. Nunca sabes hasta qué punto es un director inteligente intentando ofrecer un buen producto al público o si es un verdadero psicópata rodando su proceso de autodestrucción.
A partir de ahí la película decae, porque el hombre parece entrar en razón, y simplemente, con todo lo anterior, eso no pega ni con cola. Recomendable, si la encuentran en DVD. Se echarán unas risas, desde luego.