Siempre es un momento emocionante: cuando imprimes todos los relatos de una colección, los envías a reprografía y vuelven encuadernados y numerados, con el título y tu nombre en la portada. Colecciono manuscritos desde hace años, con mayor o menor suerte. Este tendrá suerte, seguro. Tiene el mejor nombre posible para este año: "La Crisis".
El libro está compuesto por cuatro relatos. Dos largos y dos medianos. Ninguno habla de adolescentes o post-adolescentes que se enamoran, ninguno es autobiográfico, ninguno tiene lugar en Madrid. Eso es una novedad, pero la novedad, por sí misma, ni es buena ni es mala. Algunas cosas se habrán quedado por el camino.
Ahora, y a falta de las enésimas correcciones, queda la duda de qué hacer con el manuscrito. El cuerpo me pide autoeditarlo: encontrar una buena editorial que haga un buen trabajo a buen precio, hacer una tirada aceptable y moverlo yo entre mis amigos, conocidos, librerías, etc. Además, sería una excelente promoción, creo, porque el libro va a ser excelente, lo digo de antemano.
Quiero pensar que si consigo que la gente lea el libro de verdad, como libro y no como Word, van a decir "Quiero publicar a este tipo". No sé si el mismo libro ya autoeditado u otro de relatos o la novela que estoy planeando días y noches y que sigue ahí agazapada y embarullada, como toda primera novela.
Por otro lado, el siempre sensato y experto Recaredo Veredas me recomienda que no lo haga, que las editoriales no re-editan libros ya editados. Tiene sentido. El miedo que tengo es que ni siquiera lean manuscritos. Miedo a que "La Crisis" pase de escritorio en escritorio, de editorial en editorial sin que encuentre lectores ni valoraciones. ¿Quién publica un libro de solo cuatro relatos de un escritor desconocido?
Tengo miedo a que al final no haya libro, honestamente.
Supongo que al final optaré por un término medio. Primero, consultar a amigos y expertos. Segundo, valorar el interés de determinadas editoriales concretas. Si todo eso no va bien, buscar la mía propia y salir con ello en primavera.
Escribir es siempre una fiesta y a ver si nos vamos a quedar sin celebrarla. ¿Ustedes qué opinan?
Pélicot, fin
-
«Je le dis droit dans les yeux, je ne l’ai jamais touchée» declaró
Dominique Pélicot, provocando la cólera de su hija Caroline Darian, que le
contestó: «...
Hace 13 horas