La grabación de "Hoy no me puedo encebollar" fue un absoluto desastre. Cada uno de los miembros de la banda llegaba con ideas muy distintas y a menudo contradictorias. Se probaron varios baterías para la ocasión pero ninguno convenció lo suficiente así que decidieron seguir con Carlos Jean haciendo los ruidos con la boca... Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que Carlos Jean no estaba, porque tampoco es muy complicado darse cuenta de cuándo Carlos Jean está y cuándo no está. Supongo que me entienden.
Su relación con Carmen Simón acabó de forma abrupta y dramática. "No soporto más tu asqueroso madridismo", le dijo después de una larga discusión sobre Pedja Mijatovic. Carmen se vio sumida en una terrible depresión y pensó en quitarse la vida. Luego pensó en quitársela a él y estuvo a punto de hacerlo: le tiró el CD-DVD-Libro de El Canto del Loco a la cabeza y casi lo mata. Después de eso se quedó más tranquila y siguió a lo suyo: la promiscuidad.
Así que ahí estaban estos cuatro genios, completamente perdidos. Álvaro Vázquez había caído en una especie de revelación mística: se convirtió al Islam y cambió su nombre por Ahmed Mahmoud Raouf-Bahad, lo que encareció mucho más la grabación del disco, en concreto el presupuesto para imprenta. Se empeñó en meter en el nuevo LP canciones religiosas como "Ayatola, me arreglaste la gramola", pese a los múltiples consejos de los productores que insistían en que al fin y al cabo Vázquez no había tenido jamás una gramola y tarde o temprano eso se descubriría.
Guillermo Ortiz grabó por su cuenta una extraña canción sensual junto a su pareja de aquella semana, Patricia Conde, con el incomprensible nombre de "Lettuce. Moi non plus", que consistía en seis minutos de los amantes gimiendo mientras él decía "Quiero lechuga" y ella repetía "yo tampoco". La canción no llegó a salir en el corte final puesto que el propio Ortiz tuvo que retirarla ante los celos de su siguiente pareja, Natalie Portman.
"Lettuce, moi non plus" y "Ayatola, me arreglaste la gramola" no fueron las únicas canciones en no ser incluidas en el disco. De hecho, no se incluyó ninguna canción en el disco y en su lugar se rellenó con música sacada de una cinta de la Tuna Compostelana que Alejo Stivel, su productor por entonces, rescató de una gasolinera. Curiosamente, una vez más, nadie notó la diferencia.
Entre todo ese caos, el único que parecía mantener la cabeza fría era Pablo Ager, pero pronto se dieron cuenta de que es que estaba dormido. Se dieron cuenta cuando empezó a roncar, de hecho. Y entonces quisieron no haberse dado cuenta nunca.
Era el principio del fin. El despertar de un sueño que había empezado un par de años antes, influidos por el alcohol, el entusiasmo, la amistad y la música de Fran Perea. "Hoy no me puedo encebollar" llegó a ser disco de platino nada más salir pero pronto se escucharon los rumores de que en realidad no cantaban ellos, ni siquiera la Tuna, sino Milli Vanilli. Los rumores resultaron ser equivocados cuando se demostró que era al revés, que Pablo Ager y Álvaro Vázquez habían sido en realidad los que pusieron voz a "Girl, you know it´s true" y Jorge Marazu era en realidad Rick Astley y tenía 50 años.
Pero lo peor aún estaba por llegar.
Pélicot, fin
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«Je le dis droit dans les yeux, je ne l’ai jamais touchée» declaró
Dominique Pélicot, provocando la cólera de su hija Caroline Darian, que le
contestó: «...
Hace 13 horas