lunes, octubre 27, 2008

Fiebre en las gradas


No es cierto que a los intelectuales no les guste el fútbol. Puede que no a todos les guste, pero aun así hay suficientes intelectuales y escritores en general a los que les gusta el fútbol como para que el género deportivo tuviera mayor representación en las librerías. No hay libros buenos sobre fútbol, eso está claro, y "Fiebre en las gradas", que, de hecho, hace hincapié en ello, es un buen ejemplo.

Sorprende que este fuera el primer libro de Nick Hornby después de que, como él mismo reconoce, fuera rechazado mil veces por mil editoriales -lo habitual-, porque realmente no aporta nada más que cierto oportunismo: fue escrito justo después del doblete del Arsenal de 1990-91, con lo que se supone que en aquel momento el Arsenal sería un buen filón de ventas e interés en Inglaterra, y si no un buen filón, al menos un cebo suficiente.

Sí es de agradecer que Nick Hornby no pretenda en ningún momento escribir un libro mejor. Es decir, él se propone mostrar una pasión, sin explicarla demasiado, y cómo esa pasión afecta en su vida. Intenta crear una complicidad con el lector a base de honestidades brutales aunque repetitivas, pero al menos no hace lírica ni literatura barata. El libro es una especie de autobiografía futbolera sin especial trama: lo que yo opino sobre...

Empieza con la gran primera decepción del autor en 1968, final de la Copa de Inglaterra ante el Swindon Town y acaba con el triunfo glorioso del doblete de 1991. Ahora bien, no hay una progresión narrativa, que nadie se equivoque. No es una historia que pretenda ir de derrota en derrota hasta la victoria final. Si Hornby se deleita en algo es precisamente en las derrotas y por tanto el libro es más bien cíclico y por lo mismo, aburrido. En el campo, el Arsenal mezcla temporadas excitantes con temporadas mediocres, fichajes millonarios con medianías provenientes del filial. En su vida, Hornby mezcla novias y trabajos y fracasos literarios.

Esa misma circularidad, en ocasiones, agota.

Yo creo que "Fiebre en las gradas" no pretende ser mucho más que un libro de encargo. Le dijeron a Hornby que escribiera sobre el Arsenal y lo hizo con cierto desapego, como si en realidad su pasión fuera tan inexplicable, que mejor no transmitirla, mejor presentarse como un caso perdido y punto. Entiéndanlo ustedes. Háganse una idea.

Como aficionado al fútbol, me disgusta que los resultados de los partidos se conozcan antes de leer las crónicas. Soy así. El resultado del partido me interesa incluso cuando el libro lleva 17 años publicado. Sin la incertidumbre del resultado me cuesta leer. Pero, volvemos al principio: el libro no está escrito para aficionados españoles, sino para seguidores del Arsenal en un momento glorioso. Ellos sí entienden. Ellos saben los resultados.

No veo interés alguno para alguien que no sea aficionado al deporte. Las reflexiones que se hacen son en general muy locales -los hinchas del Millwall son mejores que los del Chelsea y cosas así- y no aportan nada demasiado nuevo sobre el deporte en cuestión y su vivencia. En efecto, los futboleros estamos locos. Tan locos que no sabemos cómo explicar lo locos que estamos. Mucho menos escribirlo.