Las inquietantes dedicatorias al principio de cada relato de "El gaucho insufrible". La necesidad de ir despidiéndose poco a poco, de convertir su libro en una casa donde van llegando los amigos, los doctores y los curas.
Un libro escrito en 2002, con referencias, incluso, al corralito y el Mundial de Corea, mientras estaba en lista de espera para un transplante de hígado que nunca llegó. Apenas 50 años y "2666" en fase de corrección y pruebas. Uno de los libros más vendidos de los últimos dos años, sí, pero antes...
Antes una colección de relatos capicúas, es decir, inquietantes al principio, inquietantes al final. En medio, desconcierto. "El heredero malicioso de Borges" se le anuncia en la contraportada. Es una exageración: Borges era bastante malicioso. Pero mucho de laberintos y espejos, desde luego, y esa misma sensación de tristeza. Exactamente la misma sensación de tristeza.
Irene Montero, sorprendida por el poco aguante mediático que tienen los
hombres
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Tras leer la carta publicada en el día de ayer por Pedro Sánchez en la que
anunciaba la posibilidad de dejar la presidencia, Irene Montero se ha
mostrado s...
Hace 54 minutos