Lo cual no quita para dejar una cosa clara: si un proyecto así es viable es porque es legal -salvo que el TC demuestre lo contrario, algo improbable-. Una de las cosas que olvida la derecha española en estos dos últimos años, igual que la izquierda lo estuvo olvidando durante ocho es que, quien gobierna, quien legisla, quien se equivoca, lo hace porque ha recibido mayor respaldo social.
Así de simple.
Es bueno que recuerden cada vez que hay diez millones de españoles detrás del PP y que no pueden ser ninguneados ni expulsados -vía Pacto del Tinell- de la política. Hay decisiones de Gobierno y decisiones de Estado, y una discrepancia no merece un insulto, sino una reconsideración de las posiciones propias.
También sería bueno que, antes de apelar a desmembraciones, militares, atentados, conspiraciones, etc. recordaran que si ellos son 10 millones los otros son 11, y que así son las cosas y que para eso se hacen elecciones cada cuatro años.
Este doble juego por el cual la Oposición y sus medios deslegitiman continuamente no ya las decisiones de un Gobierno sino su propia llegada al poder y a su vez el Gobierno se dedica a arrinconar, culpabilizar y azuzar a buena parte de la opinión pública contra la Oposición no creo que vaya a llevar a nada bueno.
Algo me dice, desde hace tiempo, que me va a pillar lejos.
La fiesta del aguafiestas
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[La Brújula (Opiniones ultramontanas), 3:05]
Buenas noches. Mi aguafiestismo profesional me obliga hoy a la tarea,
ciertamente desagradable, de arremete...
Hace 6 horas