miércoles, junio 07, 2006

Cuando el rival es la Historia

Dos partidos para ser el más grande. Todo lo demás no cuenta. Perder la final de Montecarlo, perder la final de Roma... Pareciera que Federer tenía calculado todo para llegar a este momento en las mejores condiciones. Una derrota más, ante Nalbandián en semifinales o ante Rafa Nadal en la final, mancharía demasiado su reputación y le plantearía un futuro lleno de ansiedades.

Federer tiene 24 años. Cumplirá 25 en julio, después de Wimbledon. En los últimos tres años ha ganado más de 30 torneos, incluyendo 7 Grand Slams y 9 Masters-Series. Si descontamos a Nadal ha ganado a 88 de sus 89 últimos rivales. Su única derrota llegó en la final del Masters, ante Nalbandián, cojo, y aún así, tuvo que ser en el tie-break del quinto set después de contar con 6-5 y saque a su favor.

En cualquier caso, no es un concurso de cifras. Pete Sampras es el hombre que más Grand Slams ha ganado (14) pero nadie le considera el mejor de la historia. ¿La razón? Nunca ganó Roland Garros. Estuvo cerca en 1993 (cuartos de final) y en 1996 (semifinales), pero sucumbió. Para él, el mejor ha sido Rod Laver. No creo que nadie tenga dudas al respecto.

Laver se vio perjudicado por su conversión al profesionalismo. Durante seis años estuvo alejado de los Grand Slams, reservados en los 60 a jugadores "amateurs". Con todo, ganó 11 Grand Slams y en dos temporadas distintas (1962 y 1969) consiguió ganar los cuatro grandes en una misma temporada.

Si Federer, a sus 24 años, consiguiera ganar estos dos partidos y se alzara con Roland Garros, habría igualado, en parte, la hazaña del australiano: sería el campeón en vigor de los cuatro grandes aunque fuera en años distintos. Eso no sería un gran problema. Estoy convencido de que, una vez superada la prueba mental de Roland Garros, Roger no tendría problemas en imponerse en Wimbledon por cuarto año consecutivo y en el US Open por tercero.

Y a partir de ahí, marcharse a los 15, 16, 17 torneos de Grand Slams y todos los records del estilo.

Sólo que, si perdiera, una vez más contra Nadal -la quinta consecutiva- o contra Nalbandián en la fase previa... eso supondría un año más de miedos, de preparación exclusiva, de obsesión con la tierra batida. "El mejor de la historia" no puede retirarse sin Roland Garros. Sampras lo sabía, pero se rindió muy pronto. Federer está a dos partidos de conseguirlo.

Se dice pronto. Nadie le puede reprochar que sienta algo de vértigo.