Puedo parecer pedante, autosuficiente, distante, creído, sabelotodo, fuerte, asentado, confiado... pero cuidado con las apariencias. Siempre he dicho que no es que sea débil, es que soy frágil y no es exactamente lo mismo. Por eso, me afecta demasiado cuando una editorial rechaza mi libro sin leerlo, cuando un lector me envía un e-mail sólo para insultarme o cuando, después de una actuación, sea del tipo que sea, llueven los tomates.
Por eso, también, agradezco muestras de cariño e interés como éstas. Porque todos tenemos ego y un chico escritor tiene uno y medio o casi dos.
La lengua llega fluida por tus auriculares, ¡sordo!
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Mi aprecio por el canciller Merz creció exponencialmente cuando me enteré
de que había cortado en seco la plomiza insistencia del presidente Sánchez
en q...
Hace 7 horas