Preguntado sobre la agresión a Arcadi Espada y la intimidación a todo aquel que quisiera entrar al acto político de Ciutadans de Catalunya en Girona, Josep Antoni Duran i Lleida, máximo dirigente de UDC y por lo tanto co-gobernante de la Generalitat durante los 20 años del pujolismo podría haberse limitado a condenar sin más cualquier tipo de violencia cuyo objeto sea silenciar una opción política democrática, podría haber pedido responsabilidades a la Consejería de Interior por la pasividad manifiesta de sus fuerzas de seguridad o podría, directamente, haberse callado.
Sin embargo, prefirió declarar a la prensa: "Los extremos se tocan".
Falso. Debería haber dicho: "Las extremidades se tocan". Las extremidades de los Maulets -inferiores y superiores- tocan las nucas, las espinillas y los culos de los simpatizantes de CdC. Incluyen sus declaraciones una frase antológica: "yo soy nacionalista y no estaba allí", todo para pedir que no se diga que los agresores eran "nacionalistas".
Bien, si Rafa Nadal gana Roland Garros pediré expresamente que nadie titule "el tenista español gana su segunda corona consecutiva". Yo soy español y nunca he ganado un partido de tenis.
Este es el "poli bueno", ahora imagínense cómo se las gasta el "poli malo". Ah, por cierto, después de todo esto, condenó. Siempre después, en eso consiste.
(Y odio hablar de política y espero no tener que volver a hacerlo en mucho tiempo...)
La fiesta del aguafiestas
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[La Brújula (Opiniones ultramontanas), 3:05]
Buenas noches. Mi aguafiestismo profesional me obliga hoy a la tarea,
ciertamente desagradable, de arremete...
Hace 6 horas