No leer es lo que tiene: descubrir, ocho meses después de empezar las primeras hojas y casi ya en la treintena, que mi novela empieza justo donde acaba "Retrato del artista adolescente".
La desintonización, un siglo después. Luego los críticos hablan de influencias. Todo mentira, todo.
Y antes, y después, acordarme terriblemente de FD Simón, desayunando con uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis goles. Como si todos estuviéramos huyendo, ¿no? El problema es que las jaulas no son tan grandes, comentaba Pizarnik, le comentaba también yo a Lara.
La fiesta del aguafiestas
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[La Brújula (Opiniones ultramontanas), 3:05]
Buenas noches. Mi aguafiestismo profesional me obliga hoy a la tarea,
ciertamente desagradable, de arremete...
Hace 5 horas