jueves, enero 08, 2009

There´s probably no God


Recuerdo cuando el entrañable Juanjo me vino a final de clase con su recorte de "El Mundo" a que le explicara qué quería decir exactamente la frase "There´s probably no god" y por qué no se utilizaba el "not" y todas esas dudas propias de un Básico 1 de una Escuela Oficial de Idiomas. Yo le expliqué que "Dios" utilizado así, como ente abstracto, requiere el incontable "no" en vez del "not" que se reservaría a "there´s not a god" para referirnos a uno en concreto, etc.

El caso es que me quedé con el artículo y lo leí y me pareció muy interesante y esta misma tarde he visto que el debate ha llegado a España. Dos meses después.

Explico: se trata de una publicidad de grupos ateos en los que se pide a la gente que disfrute de la vida y deje de preocuparse porque lo más probable es que no haya un dios vigilando. Van a poner anuncios en los autobuses, igual que hicieron en Londres. Creo que ha opinado hasta Carmen Rigalt, pero yo, entre Carmen Rigalt y Magapola, me quedo con Magapola, que escribió esto en su blog sindrogámico.

Tengo mi opinión al respecto. Soy así. Un avispero de opiniones que de vez en cuando alguien pisa y... Por eso pondré aquí lo que puse ahí como comentario, lo que le comenté a Juanjo cuando le devolví el artículo, al lunes siguiente:

Esta es una campaña que viene de Inglaterra, al menos, y que ya apareció en un artículo de "El Mundo" o "El País". Lo recuerdo porque un alumno de la EOI me vino con el recorte y lo leí muy interesado.

En aquel artículo venían los propósitos de los organizadores de la campaña y la reacción de la iglesia anglicana -básicamente y como buenos ingleses, pasaban de todo y hasta les hacía gracia-.

A mí me sugirió bastantes ideas contradictorias. Si se inventó el concepto de Dios fue precisamente para evitar preocupaciones. Dios te cuida. Dios decide por ti. Déjate llevar por Dios. Las preocupaciones de verdad, las individuales, las que surgen a partir del siglo XVIII, son las que tienen que ver con la posibilidad de que Dios no exista.

Eso atormentaba a Dostoievski, a Unamuno... ¡Si Dios no existe, todo está permitido! Es curioso por tanto el eslogan elegido y terriblemente equivocado, me parece. La religión no debería ser algo agónico, sino de alivio. Ese mismo eslogan lo podría utilizar cualquier teísta -lo han utilizado durante siglos, siguen haciéndolo-: Deja de preocuparte y goza de tu vida, es decir, haznos caso a nosotros. Dios te lo agradecerá.

Nosotros, los agónicos ateos y agnósticos no necesitamos campañas en autobuses para disfrutar. Nos basta con los ansiolíticos.


Nosotros, los agónicos. Me parece un buen título para un libro de alguien que no sea yo.