martes, enero 27, 2009

La FNAC me cuida


Como he preparado para mañana una actividad con "Lola" de los Kinks esperando que le guste a los chavales, busco el CD que me grabó Dani Alone pero no lo encuentro. No encontrar algo en mi casa es relativamente sencillo y no implica que ese algo haya desaparecido, pero aun así decido que es mejor comprar un original, uno de esos discos de grandes éxitos o algo así, como el que tenía en mi antigua casa y ahora tengo en Moralzarzal -llegará el día en que tenga decenas de discos de los Kinks, es decir, el mismo disco repetido decenas de veces en distintas casas- en vez de volverme loco buscando entre papeles y manuales de usuario.

Me voy a la FNAC. Así doy un paseo. Sí, con la botella de agua, claro. Voy a comprar sólo el disco de los Kinks y a volverme. Eso es todo. ¿Cuánto puede costarme? 8-9 euros, quizás. Esos discos suelen estar en oferta. Lo compro y me vuelvo, prometido. Beber, pasear y ser austero.

Lo que pasa es que en el camino me acuerdo del disco de Nacho Vegas que escuché en su MySpace pero no llegué a comprar nunca. Estaría bien tenerlo. Recuerdo que me gustaron algunas canciones. Dos discos, aunque uno sea novedad, no deberían de costar más de 20-25 euros. Es asumible. Dos discos. Ya está. Dos discos y quizás un libro. El libro ese de "El Secreto", sobre la ley de la atracción y tal, de lo que tanto me hablaban Santi y David. Quizás el libro lo explique mejor que ellos, quizás lo explique peor, pero tengo curiosidad. Vale, es un best-seller y eso aumenta el precio, pero no deja de ser un librito con unos cuantos consejos de autoayuda. Eso no hace daño a ningún bolsillo. Y quizás me enseñe la manera de forrarme en el futuro atrayendo más dinero y poder y mujeres y esas cosas.

Dos discos y un libro. Punto. Como mucho, tres discos, si encuentro el último de Sidonie, que tiene ya como dos años pero para mí sigue siendo "el último de Sidonie".

Así que, bueno, entro por Preciados en vez de por Carmen, guardo la botella y apago el iPod -curiosamente, suena "Un día en el mundo"-. Subo dos plantas y voy a nacional y efectivamente está el disco de Nacho Vegas, pero no el de Sidonie. La ficha de Sidonie está ahí... pero sin discos. Algo habitual en la FNAC, por otro lado. El problema es que al lado de Nacho Vegas está Nudozurdo. Cosas de la N. Yo no sabía quién era Nudozurdo hasta que pillé en un bar la revista "Arto!" y le ponían junto a Russian Red y Vetusta Morla como los tres mejores del año. De hecho, a él le ponían el primero.

Eso son palabras mayores. No puedo dejarlo así, sin más. Si no está Sidonie, bueno, pues Nudozurdo. Claro que la cosa no acaba ahí, porque mientras buscaba a Sidonie -cosas de la S- me he encontrado a Salieri. Y puede que Salieri tampoco sea un grupo demasiado conocido, pero la cantante y compositora es Diana P. y resulta que Diana P. ha sido compañera mía -y mi jefa- en los talleres de escritura durante años y años y me hace una gracia tremenda tener ahí su disco y no puedo evitar querer escucharlo y como yo no me descargo música por Internet, mitad por cuestiones éticas, mitad por comodidad, pues si lo quiero escuchar voy a tener que comprármelo.

Y por ahí voy, con mis tres discos: Nacho, Salieri y Nudozurdo, cuando encuentro en un estante, de pasada, como esperándome, el segundo de Vanexxa. A mí, Vanexxa me gusta mucho. El primer disco, al menos, me gustó mucho y me quedé con ganas de descubrir cómo continuaba la cosa. Al fin y al cabo fue una de mis entrevistadas, ¿cómo voy a dejar ahí su disco, sin más, tirado? La batalla contra el consumismo ya está perdida y además, ¿no dijo ayer el presidente que había que consumir y tener confianza? Yo tengo confianza y consumo. Menudo soy yo. Si lo dice el presidente será por algo.

Lo que no sé es dónde estará "El Secreto". Debería de estar en alguna de las secciones más comerciales, porque sus ventas están a la altura de Zafón, Punset o el omnipresente Stieg Larsson. Paso los ojos por un montón de libros de esos enormes con inscripciones en la portada y nombres crípticos y llego a la sección de bolsillo. Siete euros el libro. No son mucho siete euros, ¿no? Y el último de Cormac McCarthy tiene que estar bien. Si está la mitad de bien que "No es país para viejos" ya estaría muy bien. Lo cojo y cuando lo cojo veo que al lado -cosas de la M- está el de Ian McEwan. Siete euros también. No se puede rechazar a Ian McEwan por siete euros. Amis me mataría.

Afortunadamente, no hay nada de Carson McCullers ni de John McEnroe, así que sigo buscando por la cuarta planta hasta que encuentro. No es un libro muy grande. Si es un secreto no puede abultar mucho. Los secretos suelen ser sutiles, no escandalosos. Sin embargo, el precio es abusivo. Podría comprar la bibliografía de Carver en Anagrama con ese dinero. Pero lo compro. Hemos venido a jugar.

Algo culpable, empiezo a bajar plantas y llego otra vez a la segunda. Entonces me acuerdo del DVD de "Los Cronocrímenes" que anunciaba Nacho Vigalondo en su blog. Yo no entendí demasiado bien "Los Cronocrímenes". De hecho, me crucé varios emails con Nacho y noté que él se desesperaba ante mi falta de comprensión. Demasiadas pegas y poco entusiasmo. La versión en DVD incluye comentarios del director y un montaje cronológicamente lineal. Eso me vendrá bien, seguro. Pregunto a una de las encargadas y me dice que no lo tienen, que mire, pero que cree que no lo tienen.

Miro. Tienen una sección específica para cine español, sea lo que sea. Médem y López Vázquez. Español. Y punto. Efectivamente, el DVD no está. Es un alivio. Hubiera sido mucho gasto, creo. Es bueno que piensen por uno y le cuiden de vez en cuando. Igual lo tenían por ahí y lo escondieron al verme llegar con las manos llenas de cosas. Quizás pensaron que así tendría que volver otro día, sólo para comprar el DVD de Vigalondo y se frotaron las manos con la idea.

Es posible que sea así, después de todo. El DVD de verdad que me interesa.


¿Y el disco de los Kinks con "Lola"? No lo tenían. Tuve que irme a otra tienda.