"Espías en la sombra" podría ser una excelente película bélica sobre la II Guerra Mundial. Tiene una buena trama, un buen desarrollo, giros sorprendentes, una clara división entre buenos y malos, crea las típicas dudas sobre cuestiones morales dentro de una guerra y mantiene un ritmo admirable.
Realmente, podría ser muy buena.
Pero el cine de género no acaba de convencer a determinados directores. Como si faltara algo. Como si ser director de cine "de verdad" consistiera en tener que enviar un mensaje más profundo que el entretenimiento sin más.
De entrada, el título. En España lo han "maquillado", no se sabe por qué. Han cambiado "Femmes à l´ombre" -"Mujeres a la sombra"- por "Espías a la sombra". Y tampoco es que las mujeres que aparecen sean precisamente espías. Son miembros de un comando especial cuya misión es eliminar a nazis en Francia justo antes del desembarco en Normandía.
Mujeres. Esa es la cuestión. Cuatro bellas mujeres, empezando por la soberbia Sophie Marceau -está sublime en la peli- que hacen las veces de trece rosas valientes y estoicas y que lo soportan todo, con frases del tipo "esto a un hombre no se lo haríais hacer". Bobadas. En una guerra, no hay hombres ni hay mujeres. En la propia película se ve. ¿A quién matan ese comando de mujeres? A hombres. Ninguno les grita "Eso a una mujer no se lo haríais".
Hay un punto ñoño y sensiblero que me amarga. Como si el director quisiera decirnos todo el rato "en el fondo, son mujeres, con sus embarazos, sus amores, su sensibilidad, tan inocentes...". Tonterías. Son personas en una guerra. Matan o mueren. Es así. Sophie Marceau lo ve así, porque el resto no puede hacer lo mismo. No me interesan sus dramas. No me interesa si Lee Marvin echa de menos a su esposa en Colorado. Es una película bélica. Centrémonos.
Pero no. El director se niega a hacer una película bélica, quiere hacer una película bélico-feminista: rescatar a todas las mujeres que sufrieron durante la II Guerra Mundial y mostrar su valor. Por supuesto que hubo mujeres valientes en la II Guerra Mundial. Y algún hombre. Y cobardes, muchos, de ambos sexos. Da la sensación de que desde 1936 a 1945, las mujeres o eran milicianas o de la resistencia. A mí me parece ridículo, pero ya lo he dicho varias veces: me educaron para no entender de hombres o mujeres sino de personas.
La película podría ser un excelente homenaje a todos los que sufrieron durante la ocupación nazi. Por ejemplo, el hermano de la protagonista, torturado hasta la muerte por no delatar a las chicas ni desvelar los planes de desembarco y que sólo cede por no ver sufrir a su hermana. Pero no. Eso ya se ha hecho, supongo que pensó el director. Mucho más poético dedicárselo a las mujeres, sin más. Tampoco me importaría si eso no obligara a meter subtramas y planos realmente innecesarios, si no afectara la historia principal.
Pero afecta. Y es una pena. Porque la historia es muy buena. Incluso a las 10 de la mañana. Muy visible, en cualquier caso. Un tiro al palo, por así decirlo.