domingo, enero 11, 2009

Perro Flaco en Costello


Me gusta Perro Flaco. Es decir, me gusta David Negrín. Desde que le escuché por primera vez en una fiesta de Central Musical. Vale que su tono es demasiado Tequila-Los Rodríguez, con un tono Alejo Stivel en la voz -él es canario, pero el acento parece argentino- y toques de Andrés Calamaro y Ariel Rot en la composición.

Después de decir esto, sorprenderá que piense que me parece distinto. Es distinto a lo que se oye normalmente en el circuito de salas en vivo. A lo que yo oigo al menos. Y me gustaría oír más cosas así, desde luego.

Perro Flaco apuesta por una música contundente, muy rock and roll. De hecho, abusa de la palabra en cuestión en las letras, algo que me molesta, pero tiene intuiciones prodigiosas y ese punto cínico-irónico-destructivo-vacilón que han heredado los Pereza y que Negrín maneja con habilidad. Junto a él una prodigiosa banda de músicos entre los que destaca -aunque sólo sea por la putada que le hicieron ayer, que le robaron guitarra y ampli- César Valencia, el gran secundario del circuito musical alternativo.

Mientras, nosotros, los del Mojito -Vázquez, Marazu, Ager y Ortiz- en nuestro rincón, soltando barbaridades y tirando cervezas sobre los abrigos. Anne, encantadora, sirviendo copas y sonrisas en la barra y Nuria -espero que sea Nuria, tengo una memoria pésima para caras y nombres- hablando de cosas que ciertamente me interesan. Exaltación de la amistad.

A veces me hacen sentir mayor y a veces me hacen sentir muy joven, pero son una gente prodigiosa. En todos los sentidos.