miércoles, enero 07, 2009

Il Divo


Fui a ver "Il Divo" esperando un bio-pic sobre el grupo favorito de la Chica Portada pero mi decepción fue enorme. No había tenores guapos sino un señor viejuno con gafas que hablaba muy despacio.

Por todo eso, estuve toda la película perdiéndome y encontrándome. Veamos: el director se preocupa desde el principio en explicárnoslo todo a los no italianos. Se agradece. Nos explica qué es la Democracia Cristiana, quién era Aldo Moro, cómo llegaron al poder Bettino Craxi, Giulio Andreotti... qué eran las Brigadas Rojas, qué asesinatos cometieron. Su relación con la mafia...

Después explica incluso cada personaje que va a salir en la película: "Nosequien. Banquero. Nosequeotro. Empresario. Nosequini. Asesor de Andreotti en el caso de...". Sinceramente, creo que podría haber ahorrado explicaciones si se hubiera ceñido a menos personajes. O yo soy muy tonto, que puede ser, o no hay manera de saber quién es quién en el rompecabezas de poder y corrupción. Imposible. Demasiadas interconexiones. Supongo que un italiano interesado en política sabrá descifrar las claves. Un joven español amateur, imposible. Me faltan multitud de datos. Abarca tanto que no aprieta nada.

Pero supongamos que se pueda entender la película como el ocaso de Giulio Andreotti. En ese caso, está muy mal contada. Precisamente, porque no conseguimos saber nada de Andreotti. Bueno, que es malo. Muy malo. Y que no lo oculta. O sí lo oculta, pero el director sabe... y así gana la complicidad con el espectador, claro. A los diez minutos de película, uno no sabe si Andreotti es primer ministro, presidente de DC, presidente de la República... Bueno, no importa, sabe que es alguien y que lo ha sido durante mucho tiempo. Vale.

Luego, empiezan los escándalos de la operación Manos Limpias. Esos escándalos parece que sólo afectan a la DC, pero lo cierto es que el máximo perjudicado es Bettino Craxi, uno de los históricos dirigentes del PSI y que acabó exiliado en Túnez, huyendo de la justicia italiana, muriendo mientras suplicaba volver a su país en 2000.

Hay una relación con la Mafia pero no hay manera de documentarla. El director y el guionista se pierden en tramas y nombres que al espectador no experto le suenan a chino. Ese no es el gran problema, insisto: vuelven a hacer trampas. No sé si Andreotti era un tipo honesto o no. Conozco pocos políticos italianos honestos en los últimos 30 años. El caso es que en la película se le atribuye de manera directa: connivencia en el asesinato de Aldo Moro, líder conservador, por parte de las Brigadas Rojas -"no hizo lo suficiente", insisten-, relaciones con la mafia para mantenerse en el poder y asesinato de periodistas y colaboradores para evitar revelaciones escandalosas.

La película acaba en el juicio que se inicia contra él y el resultado de ese juicio se ventila en un rápido mensaje final escrito, tipo "película basada en un hecho real".

Da igual, por supuesto, a esas alturas el espectador ya está convencido de que Andreotti es culpable de todo eso... La realidad, sin embargo, es terca: a Aldo Moro por supuesto lo mataron las Brigadas Rojas. Culpar a los demás de "no hacer lo suficiente" por negarse a negociar con terroristas es cruel. Acepto la disputa política de este enunciado pero creo que convendremos en que el culpable de un asesinato es el asesino y no el chantajeado.

La relación con la Mafia nunca pudo probarse. No judicialmente. En ningún momento. Ni en primera ni en segunda instancia. El asesinato del periodista que le investigó ya tiene más controversia porque ha habido varios veredictos al respecto: al principio, se le absolvió. Años después, en 2002, se le inculpó como instigador. En 2004, se le volvió a absolver en la apelación y, meses después, fue exculpado por el Tribunal Supremo.

Todo trampas y confusión para lanzar un mensaje, supongo: la DC era mala. De hecho, en los títulos de crédito del principio se mencionan logias masónicas de las que Andreotti era dirigente... ¡junto a Berlusconi! Vamos, que estamos todos.

A mí lo que me gusta de estas películas de conspiración total es que me hace pensar. Por ejemplo, mientras veía aquello y pensaba en este tipo, siete veces primer ministro, manejar el país a su provecho, rodeado de delincuentes, cometiendo atrocidades de todo tipo con un maquiavélico sentido del orden estatal... no podía evitar pensar en esa magnífica película que nos espera y que algún día alguien hará sobre la prensa. La prensa en Europa, en EEUU... en las dictaduras, la prensa no me interesa en absoluto.

Me niego a pensar que existen casos de corrupción de los que la prensa no sea consciente. Desde luego, no casos de corrupción masiva. Existe el silencio y la connivencia. Existe el "no hay pruebas", desde luego. Incluso, la prudencia, a veces, por qué no. Pero se podría hacer una excelente película sobre cómo algunos callan como putas. Cómo saben y se lo guardan. Por política, claro. Y luego mandan a sus críticos a alabar las películas que denuncian... a los políticos. Es decir, a menudo, sus compinches.