jueves, marzo 15, 2012

Curb your enthusiasm


Creo que era Ray Loriga el que escribía "Yo no quería ser pesimista. Lo último que yo quería era ser pesimista". Puede que fuera en "Héroes" o en "Lo peor de todo". No sé, lo he olvidado, tampoco tiene importancia. Lo que tiene importancia es que yo, desde luego, no quiero ser pesimista, de hecho, lo último que yo quiero ser es pesimista. Negativista, por utilizar la palabra del día. A la Chica Diploma le sabe mal que me duela España, y si lo pienso, es un lujo absurdo y pretencioso.

Nos hemos acostumbrado tanto al cinismo que lo que queda, al final, es un nihilismo paralizador.

Pasar, por ejemplo, por la Puerta del Sol, la Puerta Samsung. Permítanme que a mí se me parta el corazón cuando paso por ahí y veo que no queda nada más que eslogans de marcas comerciales y manejos oscuros de dinero que probablemente saldrán en cualquier primera plana dentro de tres, cuatro o cinco años. Nosotros, los antisistema. Nosotros, los filoterroristas. Nosotros, los que amenazábamos la civilización occidental. Justamente nosotros.

La tarde pasa entre una chica de 26 años y un hombre de 57 que acaban confirmando lo que uno ya pensaba: que la cosa tiene poco arreglo. El marido de Cospedal, después de hundir la Caja Castilla La Mancha, dispuesto a empezar con Red Eléctrica hasta que las alarmas saltan y se ve obligado a renunciar "para no manchar el nombre de mi esposa". El Ministro de Interior anunciando que no hay nada que sancionar en Valencia y que hubo gente que cometió delitos o parecía dispuesto a ellos. De la guerra preventiva al porrazo preventivo. Hostias para todos, que algo habrán hecho..

La estupidez, la mediocridad. Acabar el día con Macarena Gómez en una terraza de la Plaza del 2 de Mayo  contándole muy claramente lo que opino de mi futuro: "A nadie le interesa la gente que pueda decir algo sensato". Efectivamente, a nadie. Y que conste que incluso eso yo lo digo con la mayor sensatez posible y que ser sensato no le da automáticamente a uno la razón en nada. La gente quiere gritos y odio, eso es lo que quiere. Bilis. Un mundo de entrenadores aplaudiendo a los Ultra Sur, eso es lo que queda.

En fin, el otro día se debatía en Facebook si esta era la generación más formada de la Historia. En realidad, no sé a qué generación se refieren, si a la mía o a la posterior a la mía. Algo de cinismo derrotista, de nuevo. Si no es la más formada es la que mejor acceso a la información ha tenido, eso desde luego, más nos vale que sepan hacer algo con ello. No sé si les dejarán. Porras y antidisturbios, ese es su futuro.

Como dijo el gran J.A. Montano, el problema del liberalismo es que no ha necesitado esforzarse para imponer un discurso, que le ha bastado con desactivar la demagogia de determinada socialdemocracia paleta y cutre para convencer a todos de que el único camino es el suyo. El Fin de la Historia. El cinismo. El nihilismo, de nuevo. Compita y gane. El hombre entendido como galgo de carreras. Hay algo peligroso en todo eso. Peligroso incluso para el que toma la decisión de prestar al 1%, aconseja comprar al 5% y luego impone sanciones para el que no devuelva los intereses.

Algo va mal, dijo Tony Judt, y a los meses, murió. El problema que tenemos nosotros es que nos quedan 50 años en medio y no sabemos qué demonios hacer con ellos. You can crash it but it´s always here, you can crash it but it´s always near, chasing you home, saying: "Everything is broken, everyone is broken".

Why can´t you forget?