Trabajé en un periódico digital durante cosa de dos años. La mayoría del tiempo me dedicaba a medios, cultura y deporte. Un ambiente cómodo. Como las cosas fueron bastante bien me involucraron en política. Yo detestaba hacer política porque en general la política es una cuestión que me resulta difícil de explicar desde un periódico, necesito más espacio, y porque ese periódico en cuestión tenía una línea editorial marcada no ya desde la dirección sino desde el PP. A veces era Génova, a veces era Valencia y a veces era Madrid, en concreto, Esperanza Aguirre.
Que el dueño de ese periódico esté imputado en la misma trama que varios de los consejeros de los gobiernos valencianos y madrileños de la época obviamente no es ninguna casualidad.
En fin, a lo que iba. Yo entonces era un mandado y me consideraba una puta de lujo. Me pagaban bien y solo tenía que escribir lo que me decían, pudiendo permitirme algunas licencias en mis columnas de opinión que tiraban hacia la socialdemocracia. Una de las órdenes, sin embargo, me dejó perplejo. A mí email llegó una lista de consejeros de la Comunidad de Madrid de los que había que hablar todos los días. De algunos, bien. De otros, mal. La lista llegaba desde lo más alto, desde presidencia, es decir, desde Esperanza Aguirre.
Aguirre caldeaba el ambiente, propiciaba el clima para la purga interna. Se manejó así desde el principio, cuando entró en el PP de Madrid como elefante en cacharrería, acabó con todo lo que oliera a Gallardón y se erigió en líder permanentemente ofendida. A partir de entonces, todos sus colaboradores menos Ignacio González han ido cayendo en una purga u otra. Ese es su modo de actuar: primero creo el caldo de cultivo y luego, con el viento a favor, adoctrino.
Fíjense en el vídeo de arriba. Fíjense en la desfachatez. Reproduzco literalmente: "Interino es, como su nombre indica, alguien que entró a dedo, que no preparó las Oposiciones". Bien, ante tamaño escándalo quedan dos alternativas, elijan:
- Esperanza Aguirre, como la mayoría de los políticos -uno de sus consejeros, ahora secretario de estado, ni siquiera sabía que en Madrid había una cosa llamada metrobus y eso que su área era el de transportes- está tan alejada de la realidad que no sabe ni cómo se consigue un empleo público en su propia comunidad, es decir, no sabe que los interinos no solo preparan las oposiciones sino que a menudo las aprueban sobradamente... aunque sin plaza. Ante la imposibilidad de darles una plaza fija como funcionarios, se les deja en una lista cerrada según el baremo de nota y méritos. A mí el proceso me parece aberrante y ya lo expliqué
aquí, pero, vamos, yo les puedo asegurar que en las tres últimas convocatorias he sacado una de las 25 mejores notas en las Oposiciones y ni siquiera eso me ha valido para trabajar de interino. ¿Los hay que entraron en su momento a dedo y ahí siguen? Los hay. ¿Son la mayoría? No serán ni el 5%.
- Esperanza Aguirre, sabedora de los procesos de selección que su propia Comunidad regula y actualiza cada determinado número de años, miente sobre los interinos para desprestigiarlos. Como hemos visto, Aguirre no tiene mucho problema a la hora de mentir si esa mentira le ayuda luego a lanzar un ataque. Así, de funcionarios vagos hemos pasado a interinos enchufados. ¿Enchufados por quién?, ¿por el PSOE?, ¿en qué año, en 1995? Difama que algo queda.
En fin, o Aguirre es una incapaz o es una mentirosa abyecta. Ustedes elijan. Las dos opciones son compatibles.