A veces hay que recordar obviedades: 1) Todo ciudadano tiene que responder en su momento ante la justicia por cualquier delito que haya cometido independientemente de su grado de fama o el dinero que maneje 2) Incluso en el caso de que ese ciudadano sea famoso o rico o maleducado o nos caiga muy mal tiene un derecho a la presunción de inocencia, un juicio justo y mantener su intimidad y la de su familia.
Dicho esto, todo el morbo alimentado por la prensa llamada "seria" en torno al caso Ortega Cano me repugna bastante. Ayer, a la misma hora, la edición digital de El País aseguraba que el torero llevaba 72 horas en coma pero que su familia se mostraba optimista ante ese dato y la edición digital de El Mundo afirmaba que reconocía a sus seres queridos con palabras de algún supuesto familiar que decía "parece que nos quiere decir cosas con la mirada".
Todo eso salpicado de acusaciones: iba borracho, iba por encima del límite de velocidad, antes ya había sido denunciado.
Ortega Cano tuvo un accidente de coche que derivó en la muerte del ocupante del otro vehículo y le ha dejado a él en estado crítico en un hospital. ¿Es tan necesario adelantar el morbo o podríamos dejar la cosa ahí, en lo que son los hechos? No sé si iba deprisa, no sé si iba borracho -bueno, ahora sí lo sé porque la policía lo ha desmentido-, no sé si fue el causante del accidente y la muerte del otro conductor. No lo sé. No me interesa. Me interesará cuando salga del coma -o lo que sea- y tenga que ponerse ante un juez. Entonces sí, si resulta que es culpable, diré "vaya impresentable" y si resulta que es inocente diré "vaya desgracia".
Cebarse con alguien conectado a un respirador simplemente porque nos cae mejor o peor o vende más o menos revistas y periódicos es asqueroso. Punto. Lo mejor, en cualquier caso, sería desear su recuperación, lo más completa posible y permitirle explicar qué pasó. Y luego, después de todo eso, que un juez decida antes de hacer las valoraciones.