jueves, noviembre 26, 2009

La crisis de Rafa Nadal


Dice Andy Murray que le gustaría tener la crisis de Rafa Nadal. Hagamos un repaso: en 2005 acabó como número dos del mundo pese a una lesión bastante larga y peligrosa. Lo mismo sucedió en 2006 y 2007. En 2008 no sólo ganó Wimbledon sino que consiguió el número uno, puesto que mantuvo sin demasiados apuros hasta que volvió a lesionarse a mediados de 2009. Volvió de la lesión y ha acabado como número dos este año con posibilidades hasta el final de liderar el ranking.

No parece un desastre: cinco años consecutivos sin bajarse de los dos primeros puestos, unos 50 torneos ATP ganados, 6 Grand Slams, 14 Masters Series, 2 Copa Davis y 1 Oro olímpico. Con 23 años, recuerden.

Lo que es cierto es que el nivel de Nadal ha bajado. Como su confianza. También ha bajado Federer y en realidad han subido todos los demás. Djokovic, Davydenko, Murray, Del Potro... amigo, esos tipos no se dejan ganar así como así. Pero que el nivel de Nadal baje, que pueda pasar cinco-seis meses llegando solo a semifinales y no ganándolo todo no quiere decir que haya empezado su declive.

El problema de Nadal ha estado siempre en las expectativas. No en las suyas propias sino en las de los demás. El famoso entorno. Veían a Federer ahí año tras año y les parecía lo más normal. Además, Nadal solía ganar al suizo, ¿no? Entonces, ¿por qué no iba a batir todos sus records? Venga, pongámonos a imaginar: 17 Grand Slams, 300 semanas de número uno, 5 Masters... lo que quieran, hombre.

Pues no. Ya saben que a mí no me gusta cómo juega Nadal. Le tengo simpatía a él, eso sí, pero como jugador no me interesa nada. Que no me interese no quiere decir que no reconozca que es muy bueno en lo suyo. Miren todo lo que ha ganado. Un "pasabolas" no gana todo eso. Ni en sueños. Ahora bien, siempre he pensado que no tiene el talento de Federer y que la consistencia aguanta un tiempo, es decir, uno puede ser terriblemente consistente cinco años y de repente relajarse cuatro meses. Todo el mundo lo hace.

Y esos cuatro meses pasas del uno al cinco y no te das cuenta.

Que a Federer no le haya pasado nunca no quiere decir que no le vaya a pasar en el futuro. O que no le vaya a pasar a Nadal después de Australia, que tiene toda la pinta.

Tampoco quiere decir que sea grave. Nadal ganará al menos un par de Roland Garros más, probablemente uno o dos Grand Slams y se retirará como uno de los seis o siete mejores jugadores del mundo. Pasamos las prisas de Pellegrini a Nadal, como si todo fuera lo mismo, pero no, no lo es. Lo siento por el periodismo de masas (ver entrada anterior).