Empatar un partido se ha convertido en una crisis. Empatar dos es una hecatombe. Perder uno, en Alcorcón, es motivo para acabar con todo un proyecto a los dos meses de empezarlo. ¿A qué viene este nivel de histeria? El Barcelona y el Real Madrid se han acostumbrado hasta tal punto a ganar siempre que ya no se entiende lo contrario. Después de 10 jornadas y 20 partidos entre ambos, suman 16 victorias, 3 empates y 1 derrota. 51 de 60 puntos posibles. Obviamente, es un record.
En ambos casos, la crítica roza la esquizofrenia. Es cierto que el Barcelona no jugó bien en Kazan. Sí lo hizo en Pamplona, donde mereció ganar sobradamente, pero en Rusia se atascó ante un equipo que es campeón de liga y que va a volver a serlo. Una liga donde están dos de los tres últimos campeones de la UEFA. Una liga donde hay dinero para aburrir. La liga de un país que fue semifinalista de la Eurocopa.
Pero en cualquier caso el Barça no fue excelente y con menos de la excelencia no le valió. Empate a cero, segundo consecutivo. Tercer puesto en la liguilla. Nervios. Falta Messi. Falta Iniesta. Ibrahimovic es muy malo y las falla todas. Piqué está lento. Xavi, cansado. Henry debería retirarse. En fin, el apocalipsis. Cuatro días después, incluso ganando 4-2 al Mallorca, equipo en puestos UEFA, un crítico de elmundo.es acusa a Guardiola de "sacrificar el estilo por el resultado". Todo porque sentó a Xavi, Iniesta y Messi y solo les sacó en la segunda parte.
A lo que se ve, determinados jugadores deberían jugar los 90 minutos de los 55 partidos oficiales.
Las críticas al Madrid solo tienen un punto de justificación: la debacle de la Copa del Rey. Y aun así, ese punto puede venirse abajo en tres días si remontan la eliminatoria. Con un equipo completamente nuevo, una plaga de lesiones y una presión mediática realmente exagerada, resulta que sólo lleva un punto menos que el Barça: ha ganado ocho de diez partidos, sólo ha perdido con el Sevilla y en Sevilla y en Champions parece claro que al menos se clasificará. Probablemente, segundo, pero se clasificará.
Queda lo del Alcorcón por solventar, pero eso puede solventarse aún.
Este sábado tenía toda la pinta de que iba a tener un partido complicado ante el Atleti. Es cierto que acabó asfixiado y con Casillas de estrella. También es cierto que a los 63 minutos de juego ya iban 0-3 y con la sensación de que aquello iba para goleada. Mantener la distancia es muy importante a solo dos jornadas del clásico del Camp Nou. No es lo mismo llegar a un punto y poder salir incluso líder que llegar a cuatro y temer por que la distancia se vaya a siete.
Algunos insisten en que la Liga española tiene el mejor nivel de Europa. Bien, yo lo que veo es que hay dos equipos insultantemente superiores a los demás. Y que luego esos dos equipos las pasan canutas en la Champions. La tercera vía del Sevilla es lo más presentable que tenemos después. El Atleti está ya eliminado, y en la antigua UEFA, Valencia, Athletic y Villarreal se las están viendo en chino para clasificarse ¡a los dieciseisavos de final!
Esa no es una gran señal, me parece.