Uno odia decir que los políticos son tontos, porque parece un topicazo y el típico recurso llorón de una sociedad a la que al fin y al cabo no dejan de representar.
Pero es que a veces...
Con motivo de las negociaciones post-electorales del País Vasco, es imposible no recordar la gran propuesta de Mariano Rajoy como reforma de la ley electoral:
que gobierne la lista más votada. Aunque el enlace data de las elecciones de 2007, lo cierto es que esta es una vieja petición del PP, y tiene sentido. Para ellos. Ahí estaban Galicia y Baleares y varias capitales de provincia, etc.
Por supuesto, era una memez. Lo que se eligen en las elecciones no son führers sino representantes. En un parlamento, deciden esos representantes y se dividen según la proporción que los electores les han asignado. Cada parlamentario, cada representante cuenta. Gobierna quien decide esos representantes y a esos representantes los elige el pueblo. Parece que tiene sentido, ¿no?
Pues sí, debe de tenerlo, porque ahora Rajoy apoya sin fisuras un pacto en el País Vasco para que no gobierne el PNV -la lista más votada- sino el PSE, con el apoyo de su partido y de UPD, si al final el escaño de Álava no va a filas socialistas. "38 escaños son más que 37", dicen los partidarios mediáticos. Exacto. Sean de un partido o de varios.
Otro político ilustre, llenándose de gloria en los últimos días: el "moderado" Íñigo Urkullu, con aquello de "es hora de llegar a acuerdos" o algo así. Muy bien. Es hora cuando ellos no tienen mayoría. Cuando tienen mayoría, no hay que llegar a acuerdos. Las palabras al servicio de la política será eso. En fin. Supongo que así ha sido siempre y que entre el "Piove, poco governo" y la complacencia absoluta puede existir un término medio.
Y que ese término medio puede acercarse a este post.