domingo, noviembre 02, 2014

Podemos y el sondeo electoral de El País


La encuesta de El País, cómo soslayarla: Podemos sería la primera fuerza política con el 27,7% de los votos, el PSOE ocuparía el segundo lugar con un 26,2% y el PP caería al 20,7%. Del resto de fuerzas, aunque no se especifica claramente en el sondeo, ninguna parece llegar al 4% . Los tres datos principales resultan sorprendentes y a mí me extrañaría que se dieran en unas elecciones generales, pero está claro que retratan perfectamente el momento político que estamos viviendo.

Analicemos uno por uno, empezando por el final: la debacle del PP. Una manera de verlo es que baja del 44,6% de 2011 al 20,7% en solo tres años. Dicho así parece un disparate. Otra manera de verlo es que baja unos cinco puntos con respecto a mayo y que en medio hemos tenido el desmadre del ébola, las tarjetas negras de Cajamadrid, la detención de Paco Granados y numerosas investigaciones en torno a pagos con dinero negro de distintas sedes del partido. La sensación de que el PP ha llevado la corrupción un paso más allá hasta convertirla en una manera de vivir es generalizada y puede que consigan cambiar esa imagen en el año que queda, pero, ya digo, perder cinco puntos en estas condiciones no es ninguna barbaridad.

Que el centro-derecha en España represente el 20,7% del electorado sí que lo es. Por eso no me extrañaría que el proyecto VOX se reactive y con cierto éxito, al menos para conseguir unos pocos diputados gracias a los descontentos del PP con la corrupción y el enorme error táctico que supuso la eliminación del proyecto de reforma de la ley del aborto cuando buena parte de su electorado llevaba un año y medio peleándose en su defensa. Dejar descontentos a unos y a otros, como estrategia electoral, se está demostrando calamitosa.

El PSOE aguanta. Mientras tenga el vivero de Andalucía, yo creo que el PSOE siempre va a aguantar en unos mínimos, aunque todos los suelos acaben por romperse. Hace seis meses estaba en el 23% y ahora está en el 26%. Con cambio de líder político por el medio no es una gran sorpresa. Otra cosa es que el "efecto Sánchez" vaya a durar mucho más tiempo, que está por ver, mucho más cuando tenga que dejar claro si sería capaz de pactar con el PP para conseguir el poder o alejar a Podemos de la presidencia, un escenario que se va a empezar a plantear seriamente en muy poco tiempo.

Si nos fijamos en la suma acumulada de votos de PP y PSOE están en el 46,9%. Más o menos lo que las encuestas llevan apuntando desde hace un año. La sorpresa viene de la unión del resto de votantes en torno a la plataforma de Pablo Iglesias. Eso sí creo que tiene que ver con el estado de cabreo generalizado, porque casi un 28% de los votos incluso con alta abstención supondrían unos cinco o seis millones de papeletas. Pasar de un millón a seis en un año y medio sí me parece una barbaridad y no sé de dónde pueden salir, más allá del trasvase que está dejando a Izquierda Unida y UPyD en la nada.

La encuesta hay que valorarla en su justa medida pero lo cierto es que algo está cambiando. No solo en El País, siempre crítico con Podemos y que de repente le otorga la mayoría, sino en El Mundo. En general, toda la edición de hoy del periódico es algo desconcertante, con el fundador del periódico tirándole puyas al actual director en página par e impar y una sucesión de artículos en los que algunos columnistas vienen a decir que lo del PP no ha hecho sino empezar, algo que también se decía del PSOE y el GAL cuando Barrionuevo y que luego no fue así. Ganó Aznar y borrón y cuenta nueva.

Quizá, si la alternativa Podemos se confirma, si determinados periodistas empiezan a ver que igual conviene bajarse de barco y empezar a contar todo lo que saben, todo lo que han oído, todo a lo que se han prestado para conseguir su propia columna o tertulia, la mierda aflore con mayor rapidez. Eso sería maravilloso. Un periodismo que, a la vista de su naufragio inevitable, empiece a disparar torpedos en todas las direcciones. Se lleva haciendo desde hace tiempo o al menos lo lleva haciendo el único periódico que es perfectamente consciente de que le quedan tres telediarios, es decir, El Mundo.

Una ola de simpatía mamporrera hacia Iglesias y los suyos sería poco deseable. Una ola de rebelión ante los verdaderos jefes -antes eran Cospedal y Rubalcaba, no sé quiénes son ahora pero se oyen rumores- serviría para dignificar el sistema democrático en el que vivimos y, paradójicamente, ayudar a que sobreviva más allá de la victoria puntual de tal o cual partido.

Por cierto, si esos son los resultados en el global de España, ¿cuáles serían en Madrid? Tenemos en seis meses unas elecciones municipales y autonómicas para seguir con palomitas y los ojos como platos.